viernes, 28 de diciembre de 2018

12 MESES, 12 EXCUSAS PARA VISITAR BENIDORM

Benidorm es una ciudad con atractivos para toda la familia. Además de las épocas de temporada alta, esto es Semana Santa y los meses de julio y agosto, durante todo el año hay motivos para visitarla. Vamos a hacer una recopilación por meses de actividades que pueden servirnos de excusa para hacer una escapada. Así que saca tu agenda y anota todas estas citas:


Enero: Como en todos los municipios españoles, la tarde del día 5 hay Cabalgata de Reyes. En realidad hay tres, pero no vamos a ponernos a divagar y vamos a lo que vamos. La cabalgata de Reyes de Benidorm recorre alguna de las calles más céntricas de la ciudad, saliendo del Parque de Elche hasta llegar al Ayuntamiento. La cabalgata tiene dos partes, en la primera desfilan personajes populares (Disney, Patrulla Canina, Pocoyo, etc.), mientras que la segunda es de carácter tradicional, con los séquitos de los tres magos de Oriente. Caramelos, ilusión y... Bueno, la magia os lleva los regalos dondequiera que estéis.


Febrero: Durante un fin de semana los habitantes de Benidorm se transforman. ¿En qué? En unicornios, caballeros, vaqueros, piratas, superhéroes y todo aquello que se os pase por la imaginación. Es Carnaval. Miles de benidormenses participan en los dos desfiles que se organizan, uno infantil y otro adulto, además de fiestas en los colegios y en decenas de establecimientos, desde parques temáticos a discotecas. Ya sabéis que no tiene fecha fija, ya que su celebración depende de la Semana Santa, y este año cae tarde y el día gordo será el sábado 1 de abril. Si os quedáis con ganas de más, el martes es el Entierro de la Sardina, ya sabéis, el sepelio más divertido.


Marzo: Benidorm es una de las muchas ciudades que celebran fallas fuera de Valencia y su área metropolitana. Tres comisiones plantan sus monumentos infantiles y mayores, Benidorm Centro, Els Tolls y Rincón de Loix, que corresponderían con una categoría 6ªC-7ªA (aproximadamente, se definen por presupuesto) de la capital. Si no conocéis las fiestas josefinas es una buena manera de conocerlas sin entrar en el maremágnum de Valencia. Celebran los actos principales, esto es, plantà, ofrenda, mascletá y cremà, con tanta ilusión como quien más. Ya sabéis, a partir del 15 de marzo tenéis una cita con el fuego.

Abril: Primer asalto del llenazo total de Benidorm. Durante unos días Benidorm se transforma en una urbe donde hay gente por todos lados, hasta en los lugares más insospechados. España en Semana Santa se divide en dos: aquellas que lo celebran desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección; y las que lo celebran del Jueves Santo al Lunes de Pascua, como ocurre en la Comunidad Valenciana. Si vuestros hijos tienen vacaciones en el segundo período de la Semana Santa, Benidorm es ideal porque baja bastante la ocupación ofreciendo unos servicios muy parecidos a plena temporada alta sin tanto agobio. Además bajan los precios de los alojamientos respecto a la semana anterior, lo que también es un importante aliciente para las familias.


Mayo: El 8 de mayo Benidorm celebra su cumpleaños. Ese día, pero en 1325, el almirante Bernat de Sarrià, uno de los principales hombres del ejército del rey aragonés Jaume II, concedió al municipio su Carta de Poblament (Carta Puebla) lo que le otorgaba sus derechos como una villa independiente. De esta manera nacía Benidorm como pueblo. Su situación era estratégica para la defensa de la costa y se estableció una fortaleza sobre la punta Canfali (al lugar todavía se le llama el Castillo/Castell) donde poder refugiarse de los distintos ataques por mar. El día 8 se celebra un Pleno Institucional (poco atractivo turísticamente, para que vamos a engañarnos) y durante el fin de semana más cercano se representa aquel momento histórico con una obra de teatro a cargo de un grupo amateur local y se instala un mercado medieval para trasladarnos al siglo XIV. Además de puestos hay animación con cuentacuentos, música y espectáculos callejeros. ¡Feliz cumpleaños!

Junio: Desde hace unos años Benidorm intenta hacerse un hueco en el cada vez más competido sector del turismo gastronómico. Para ello hay una serie de citas a lo largo del año. Quizás la más interesante es el Concurso de Tapas y Pinchos que en 2019 celebra su novena edición. Su interés radica en la participación de más de una veintena de establecimientos que compiten con pequeñas grandes creaciones. Además es la cita gastronómica más accesible, ya que por un par de euros puedes
acompañar la tapa de una bebida. Hay un premio del público elegido por votación de los comensales. Así que si siempre has querido dedicarte a la crítica gastronómica, es tu oportunidad.

Julio: Los amantes de la mejor música actual tienen una cita cada año, el último fin de semana de julio, con el Low Festival. Su undécima edición, que se volverá a celebrar en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor ya ha confirmado a los míticos New Order, Foals, Bastille y los madrileños Vetusta Morla. Un festival sin aglomeraciones, con amplios espacios, perfecto para que lo disfrute toda la familia, como ya os contamos como resumen de su última edición. Por méritos propios se ha colocado como uno de los festivales referentes en el verano. Las entradas ya están a la venta.


Agosto: En Terra Natura Benidorm vive Petita, una elefanta con una historia un poco particular. Fue apartada de su grupo ya que no encaja en los cánones de belleza de su especie, vamos que para otros elefantes es fea. Petita vivió sola un tiempo hasta que trasladaron a una vieja amiga con quien había convivido en otro zoo. Las dos amigas se reconocieron enseguida y ahora comparten hábitat. En agosto Terra Natura celebra el cumpleaños de Petita con una gran fiesta holi, es decir, lanzando polvos de colores y litros de agua, además de una tarta de frutas para Petita. El festival holi es bastante desparrame. Además de ganas de divertiros, llevaos una muda seca... completa.


Septiembre: Durante la primera quincena de septiembre se celebra el Benidorm Pride, el último festival LGTBIQ que se celebra en España y Europa. Durante casi diez días se celebra actividades se todo tipo, desde fiestas temáticas a exposiciones artísticas y charlas para visibilizar al colectivo y sus
reivindicaciones. El broche (casi) final es el gran desfile que recorre gran parte de la playa de Levante
para finalizar en el parque de l'Aigüera, en un ambiente festivo y lúdico, no exento de reivindicación.
Benidorm no es ajeno a la tolerancia hacia el colectivo LGTBI, ya que es la ciudad es uno de los
referentes nacionales de libertad, pluralidad y tolerancia.


Octubre: Antes que nada una aclaración, vamos a incluir el Iberia Festival en octubre ya que el año pasado se celebró en este mes, concretamente en el puente del Pilar/Hispanidad. Y es una pena porque un festival que ha apostado decididamente por el rock y pop nacional debería correr mejor suerte. En sus seis ediciones ha cambiado de fechas, siempre entre agosto y octubre, de ubicación y formato. Incluso tuvo una edición invernal en Valencia. Aún con todo el Iberia Festival es muy recomendable. Su última edición tuvo sobre el escenario a nombres como Tequila, Jaime Urrutia, OBK, Coque Maya, Danza Invisible, o Iván Ferreiro, que junto a Teo Cardalda y otros artistas invitados le hicieron un homenaje a Germán Coppini, el malogrado cantante de Golpes Bajos. Loquillo, Estopa, Dani Martín o M-Clan son otros de los artistas que han actuado en ediciones anteriores. Veremos si ya ha encontrado su hueco y repite cita durante el puente de octubre (el 9, además es festivo en la Comunidad Valenciana).


Noviembre: El penúltimo mes del año es el más festivo del año, ya que Benidorm celebra sus Fiestas
Mayores Patronales, en honor de la Virgen del Sufragio y San Jaime. En realidad las fiestas deberían celebrarse en marzo, concretamente el 16, pero antaño los hombres de Benidorm solían estar
embarcados y hasta finales de octubre no regresaban a casa, por lo que las Fiestas se retrasaron hasta el segundo domingo de noviembre. Actualmente se mantiene esta fecha para determinar cuando serán las fiestas, pero se adelantan al viernes anterior, que hay que aprovechar. Durante seis días se despliega un amplio programa de actividades en el que se incluye ofrenda de flores, la escenificación del Hallazgo de la Virgen (que tiene leyenda y es Fiesta de Interés Turístico), procesiones, desfile del humor, mascletaes, conciertos, carrozas y un espectacular castillo de fuegos artificiales para poner el punto y final. Si os quedáis con ganas de más, el jueves siguiente se celebra la Fancy Dress Party, una fiesta de disfraces organizada por los pubs ingleses que en su última edición congregó a más de treinta mil personas, y eso que llovió. ¿Más fiesta? Porque queda la Festa de la Carfoxa (fiesta de la alcachofa) un vestigio del Benidorm tradicional y agrícola que ha pervivido hasta hoy.

Diciembre: Si hay una fiesta por antonomasia en el calendario es Nochevieja. Una cena de gala, vestidos elegantes, y bailoteo hasta que el cuerpo aguante. Antes de la medianoche no puede irse nadie a la cama porque hay que recibir al año nuevo con la docena de uvas al ritmo de las campanadas. Mientras hay lucir con la mayor dignidad posible un gorrito de cartón, unas gafas de plástico con nariz y el matasuegras. En una ciudad con 143 disco-pubs y 25 discotecas/salas de fiesta (datos del propio Ayuntamiento de Benidorm) podéis imaginar que la noche se puede alargar hasta que decidamos ponerle fin con un buen chocolate con churros. Eso sin tener en cuenta que numerosos hoteles ofrecen un pack en Nochevieja en el que incluyen orquesta y barra libre. Vamos que perfectamente podemos llegar a imitar aquel del chiste que felicitaba el Año Nuevo y ya estaban en junio.


¿Necesitáis más motivos para visitar Benidorm? De momento tenéis uno por mes, eventos de todo tipo para que toda la familia pueda pasarlo de maravilla. Y es que en contra de lo que mucha gente cree, y parafraseando a los Coen, Benidorm no es un destino para viejos. O no únicamente...

martes, 18 de diciembre de 2018

HAY QUE VISITAR ESTRASBURGO

Lo han vuelto a hacer. El terrorismo ha vuelto a actuar asesinando a cinco personas e hiriendo a otras once cuyo único delito era estar en el momento más inoportuno en el lugar más inoportuno. La sinrazón ha atacado Estrasburgo, una ciudad que simboliza los valores de más profundos de la Unión Europea. Y como a los terroristas les molesta mucho que la gente visite Estrasburgo, disfrute de sus mercadillos de Navidad y se divierta en sus calles, en este artículo vamos a desempolvar algunas fotos de hace años y os vamos a recomendar esta preciosa ciudad, única y exclusivamente porque le va a tocar las narices a los terroristas.


Estrasburgo está situada en el noreste de Francia, en la región de Alsacia. Este territorio, junto a Lorena, fueron disputados por Francia y Alemania durante dos siglos debido a la gran cantidad de recursos naturales que atesoraban, entre otros carbón y hierro. Este detalle nos hará entender porque sus casas típicas tienen un aspecto más cercano a unas construcciones que asociamos a Alemania (con sus características vigas de madera en las fachadas en blanco y negro) que a edificios más "franceses".


Al estar a caballo entre Alemania y Francia, la cultura alsaciana es una rica mezcla de tradiciones de ambos países. Además le valió para que la Unión Europea situara en Estrasburgo su Parlamento, que una vez al mes celebra sesión, revolucionando la vida de esta ciudad. Gracias a la Unión Europea se puede visitar Estrasburgo ya que tiene (o al menos tenía) un programa que subvenciona parte de los gastos de desplazamientos para que los ciudadanos de la U.E. puedan conocer sus instituciones.


¿Qué visitar en Estrasburgo? Vamos a empezar por su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988. Este centro histórico se halla en la conocida como Grande Île (Isla Grande), formada por el río Ill y otros afluentes, que tras atravesar el centro urbano desembocan en el Rihn (¿acaso hay un río más alemán?) formando frontera natural con Alemania. Durante siglos se han construido canales y presas que han regulado la navegación fluvial, convirtiendo a Estrasburgo en un importante nodo de transporte de mercancías desde la Edad Media. Hoy día es posible realizar un tour panorámico en barco, el conocido como Batorama, que os recomendamos encarecidamente. Dura alrededor de una hora y cuesta 13 € para adultos, 7,50€ para niños entre 12 y 4 años, y gratuito para menores de cuatro.


En la Grande Île encontramos la Catedral de Nuestra Señora de Estrasburgo (sí, hay más Notre Dame además de la parisina) probablemente el monumento estrasburgués más conocido. Construida en estilo gótico flamígero, destaca su única torre-campanario que con sus 142 metros de altura fue durante dos siglos la construcción más alta de Europa. En su amplio interior podemos encontrar su famoso reloj astrológico, una de las atracciones más celebradas de Estrasburgo. Debido a los intensos bombardeos que sufrió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, la Catedral se encuentra muy restaurada.


Un paseo por las calles que rodean la Catedral nos transportará por varios siglos, en una combinación de tradición y modernidad. Plazas como Kléber, la más característica de Estrasburgo, donde se encuentra su Ayuntamiento o Gutemberg, más recogida y punto de encuentro; calles como la Rue des Grandes Arcades, donde se ubican las tiendas más modernas y de grandes firmas, o la Rue des Orfrèvres o des Hallebardes, más estrechas, repletas de tiendas de lujo y de productos tradicionales como quesos, foie, embutidos, etc. También es muy interesante un recorrido por algunos de sus edificios históricos situados a ambos lados de la ribera del río Ill: la Antigua Aduana (ocupado en parte por un restaurante), el Museo Alsaciano, la Iglesia Protestante de Santo Tomás, el Palacio Rohan, los conocidos como Puentes Cubiertos, o cualquiera de los puentes históricos.


El mes de diciembre es un momento fantástico para visitar Estrasburgo ya que, como en otras ciudades europeas, sus mercadillos navideños inundan las calles y nos invitan a disfrutar de las fiestas que están por venir. Sin duda, y a pesar del intenso frío, es el mejor momento para visitar la ciudad. Aunque como ocurre con otros mercados "tradicionales", algunos puestos están estandarizados y encontramos varios iguales en diferentes zonas de la ciudad, no está de más patearlos para encontrar algunas cosas curiosas.


A las afueras de Estrasburgo se encuentran los edificios epicentro de la actividad de la Unión Europea. Aunque el más representativo es el del Parlamento Europeo, también se encuentran las sedes de otras instituciones importantes como la Corte Europea de los Derechos Humanos, el Comando Central del Eurocuerpo (el ejército multinacional europeo) y el Centro de Información de Europol (la policía europea). También tiene aquí su sede el canal cultural Arte. Evidentemente estos edificios son contemporáneos y tienen una arquitectura muy espectacular. Nosotros tuvimos la suerte de poder visitar el Parlamento Europeo, acudir a una de sus sesiones y ver como se organiza un órgano decisorio que nos parece muy lejano pero que es el más influyente en la vida de los ciudadanos europeos por su capacidad normativa.


Otra de las actividades que no podéis dejar pasar es probar la gastronomía local, representada especialmente por las flambeés, una especie de pizza con crema de leche, queso, cebolla y trozos de bacon. El mejor acompañamiento es una buena cerveza, y no es difícil encontrarlas en Estrasburgo. Os recomendamos visitar una brasserie donde podéis encontrar buenos menús, incluso algunos donde comer y beber tanto como podáis (o puedan servir los camareros) durante un tiempo determinado, normalmente una hora u hora y media. Au brasseur es uno de los más recomendados, muy frecuentado por estudiantes Erasmus, donde elaboran su propia cerveza. 


Por todo esto y mucho más, Estrasburgo bien se merece una visita. Corazón de la Unión Europea, ejemplo de reconciliación y convivencia. Perfecta mezcla de la tradición medieval y de la arquitectura más vanguardista. Disfrutaremos de un paseo cruzando los puentes sobre el Ill, o de una cerveza en uno de sus múltiples bares. Una ciudad perfecta para celebrar la Navidad, algo que sin lugar a dudas les encantará a los niños. Y porqué no, es una celebración de la vida, de nuestra libertad. Viajad, y si podéis ir a Estrasburgo, mejor. 

sábado, 8 de diciembre de 2018

DE VUELTA A DINÓPOLIS TERUEL

Sí, no lo pudimos evitar, hemos vuelto a Dinópolis. Ya os contábamos en un artículo en este blog nuestra experiencia como primerizos en el parque de Teruel. Pagamos la novatada de ir un poco a lo loco, tras haber recogido el camping, cargado equipaje y de camino a casa. Esta vez quisimos ver todo y lo preparamos todo para disfrutar a tope del día. 


El primer objetivo se cumplió: vimos todo el parque. Para ello nos hicieron falta unas 8 horas. Quizá haya quien pueda hacerlo más rápido, pero teniendo en cuenta que esta vez el grupo éramos nueve personas, entre los 2 y más de sesenta años (si desvelo la edad igual me cae alguna) bastante bien lo hicimos, en mi humilde opinión.

Para empezar fuimos pronto, recién desayunados y duchados. Además no escogimos el día de vuelta, lo que suponía que no perdíamos tiempo y que no podíamos cansarnos en exceso para no comprometer la seguridad en el viaje. Como ya os comentamos en el anterior artículo el parking es gratis, y llegando tan pronto no hubo problema ninguno. Eso sí, las sombras son escasas, pegas de la gratuidad. 




En taquilla hicimos un poco de cola (¡lo sentimos!) ya que hubo que ajustar un poco los descuentos para todos los que éramos. Descuentos individuales, familia numerosa, niño, senior… Un poco de lío, pero el personal de cajas fue muy amable y procuró que pagáramos lo menos posible, lo que siempre es un aliciente para el visitante, que ve que no intentan hacer negocio por el negocio. 


Al entrar intentamos organizarnos un poco, porque te puede un poco el ansia viva y quieres verlo todo de golpe. Lo recomendable sería tomarte un rato para decidir qué ver primero y no ir a salto de mata. Pero no, estaba a punto de empezar el cine 3D. Los nueve corriendo para la sala. Menos mal que está junto a la entrada. 



Después de la peli, los cinco que ya eramos veteranos aprovechamos la primera parada en boxes para organizar un poco la visita. De esta forma decidimos que iríamos a ver primero Tierra Magna, el teatro, El Último Minuto y el simulador 4D. Después parar a comer, ver los espectáculos, y por la tarde ver el museo paleontológico y el T-Rex, que se nos quedó pendiente en nuestra anterior visita. Y con algún ligero cambio, cumplimos bastante bien el plan. 


En Tierra Magna, que visitamos lo primero para no perecer achicharrados bajo el sol del agosto de Teruel, encontramos alguna novedad, ya que hay nuevas escenas de dinosaurios y alguna “cría” con la que los peques se podían hacer una foto. Esto siempre está chulo porque nuestros hijos, empezando por el más pequeño, son muy fans de los dinosaurios y siempre pueden utilizar esas fotos para darle envidia a sus amigos. 




Respecto a la comida, decir que nos sorprendió gratamente. Los mayores comimos mayoritariamente los menús de bocata y los niños el menú infantil. Empecemos por los últimos: el menú consta de hamburguesa o nuggets, patatas fritas, agua, yogur y un regalo, y cuesta 8,25 €. La hamburguesa estaba sabrosa y era bastante más grande que cualquiera de un menú de las grandes cadenas de burgers. El regalo era una maqueta pequeña de un dinosaurio (¡obvio!) de cartón, que es bastante maja, aunque a estas alturas ya no sé ni donde están la mitad de las piedras. Conclusión: menú bastante aceptable. Los mayores optamos por bocadillos, triunfando especialmente el de Ternasco de Aragón con pimientos. Ya que estábamos allí no íbamos a coger un bacon-queso o uno vegetal… Este menú cuesta 8,95 €, y se acompaña de patatas y bebida (agua, refresco o cerveza), y por dos euros más podías coger una bebida grande y un helado de postre. El precio, aunque más caro que en establecimientos de la calle, no era especialmente exagerado. 


Como en nuestra anterior visita no vimos la atracción del T-Rex, y nos habían hablado bastante bien, nos apetecía mucho verla. La verdad es que el Tiranosaurio protagonista es bastante real y la historia que cuenta es divertida y el tiempo pasa volando. Nos habían dicho que había un susto inicial, pero nada de nada, y no será porque seamos especialmente valientes, os lo aseguro. 




Tras dos visitas ya hemos podido testar algunas cosas, y os dejamos algunos consejos que consideramos útiles y os ayudarán en vuestra visita: 


- Tomaos tiempo para que los niños se lo pasen bien. Al fin y al cabo vamos a Dinópolis por ellos, ¿verdad? Podemos tomar un café mientras ellos ven los espectáculos de Turol Jones y el Club de los Paleontólogos, debemos encontrar un rato para corran por la paleosenda... 

- Si vais con un grupo mediano siempre habrá flexibilidad por si alguien no quiere entrar a alguna atracción y que de esta manera no se quede solo. 

- En verano beberéis agua como si no hubiera un mañana. Es cara, pero sabréis encontrar grifos. 

- Las atracciones al aire libre en verano, mejor a primera hora o a última. 

- Sentaos cinco minutos al entrar para planificar, así os ahorraréis muchas idas y venidas. 

- No os perdáis el museo paleontológico, es una auténtica joya 



Al día siguiente completamos la visita en Mar Nummus, la sede de Dinópolis en Albarracín. Este es uno de los siete centros que junto al parque principal forman el denominado Territorio Dinópolis. Se centra en los descubrimientos de fósiles en los alrededores de la sierra de Albarracín, que hace 150 millones de años era el Mar de Thetys, que dio paso al actual Mediterráneo. 


Durante la visita se pueden ver fundamentalmente fósiles de animales marinos, como ammonites, cocodrilos y el liopleurodon, el mayor depredador que ha existido, tan grande que se “sale” de Mar Nummus, y que vivió por la zona. Es bastante más pequeño que Dinopolis, únicamente una gran sala, pero los niños se lo pasaron muy bien con la visita guiada, no perdieron detalle a las explicaciones. 



No nos cansamos de recomendar Dinópolis. Si tenéis hijos les encantará. En nuestra segunda visita los abuelos salieron contentos, y eso es para tener muy en cuenta. Tras dos años supongo que el próximo descansaremos, pero siempre nos quedará Territorio Dinópolis. Que le vamos a hacer, nos encantan los dinosaurios.

sábado, 24 de noviembre de 2018

¿HOTEL O APARTAMENTO?

La pregunta que titula este post es una de las grandes dudas que nos surgen a la hora de planificar un viaje. Y es que la elección de un mal alojamiento puede mandar al garete toda la planificación de un viaje. 



Indudablemente a nosotros nos gustaría alojarnos siempre en un hotel de cinco estrellas con pensión completa (o todo incluido, quien sabe) pero nuestra disponibilidad económica es la que es y debemos ajustarnos a nuestras posibilidades, por lo que habitualmente optamos por el apartamento, aunque cada viaje es distinto y cada vez hay que volver a la casilla de partida. 



La decisión entre hotel o apartamento no es solo económica, hay otros factores que debemos de tener en cuenta. La primera es la disponibilidad de alojamiento. Pocos hoteles ofrecen habitaciones para familias numerosas y si tienen suelen ser suite junior o superiores. Se nos dispara el presupuesto. La alternativa no es que sea muy atractiva: dos habitaciones. Vale, al final la diferencia económica con una habitación de superior categoría no es tanta, pero ¿como nos repartimos? ¿Una triple y una doble? ¿Los padres juntos o separados? Caramba, una respuesta que ha provocado muchas más preguntas. Y es que esa pared que divide las dos habitaciones es un gran problema.



En un apartamento tenemos más controlada a la prole, incluso cada uno puede tener su propia habitación (o su cama) como en casa. Suelen ser más económicos, pero por contra nos tocara currar un poco más. Habitualmente no suelen tener un servicio que nos haga la cama, ni nos sirven desayuno, comida y cena. Es la contrapartida. Pero esto puede ser un inconveniente o aprovecharlo, como en el judo, a nuestro favor. De esta manera podemos salir a comer o cenar fuera, o probar algún producto local que compremos en la tienda de la esquina y del que desconocíamos su existencia. 




Una de las ventajas que suelen tener los apartamentos es la libertad de no estar sujetos a los horarios de comedor de los hoteles, que en ocasiones nos parten en dos una jornada de excursión, o hace que tengamos que apurar alguna visita si queremos llegar a tiempo. Pero si nuestro plan es de relax total, nada mejor que un hotel y dejarnos llevar. 



Nosotros nunca nos cerramos a ninguna de las dos opciones, pero advertimos que somos de visitar muchas cosas en nuestros viajes, por lo que normalmente optamos por el apartamento. Aunque irónicamente siempre empezamos buscando hotel. Sí, lo admitimos, somos fieles a Booking, quizás la experiencia de unos cuantos años nos ha llevado a que nos fiemos más que de otros comparadores como Trivago, por ejemplo. Siempre cogemos la opción de cancelación gratuita, ya que aunque sube un poco el precio, si existe algún imprevisto, que suele ser normal con tres niños, tendremos un respiro. Además últimamente cada vez incluye más otras modalidades de alojamiento, para competir con las plataformas de alquiler de apartamentos.

Nuestro método es ir buscando, siempre en ventana de incógnito para intentar no almacenar cookies y que al volver a mirar el mismo alojamiento nos intenten clavar, hasta encontrar lo que nos interesa. Si salta la liebre y encontramos una oferta, mejor que mejor, pero es algo que no suele suceder si buscamos un destino concreto en una fecha determinada. Cuanta mayor flexibilidad tengamos a la hora de viajar, tanto de fechas como de destino, mejores ofertas podremos encontrar.



Sentimos haber sido tan poco concretos, pero es cierto que la decisión depende de cada familia, de su situación económica, de las necesidades concretas del viaje, o de las ganas de cocinar y limpiar que tengamos. Para otro artículo dejaremos otros tipos de alojamiento, como los campings, o incluso las autocaravanas. Por no hablar del gran recurso del viajero low cost, las casas de los familiares y amigos.

jueves, 15 de noviembre de 2018

EL PARQUE DE CABECERA DE VALENCIA, UN PARQUE PARA TODA LA FAMILIA

El Parque de Cabecera de Valencia es uno de los últimos parques que se ha inaugurado la ciudad. Está situado en el antiguo cauce del río Turia justo cuando abandona el término municipal de Mislata y se adentra en la ciudad punto de ahí viene su nombre de sea la cabecera del Turia en la ciudad de Valencia.


El parque tiene una extensión de cerca de 330.000 metros cuadrados y ha servido para urbanizar una de las últimas zonas vírgenes que quedaban en la ciudad que, además, estaban afectadas por graves problemas sociales derivados de la venta y consumo de estupefacientes que se hacía esta zona dominada por las cañas que crecían de forma salvaje.

Nuestra recomendación es que lleguéis paseando desde el Jardín del Turia. Por otros medios no tiene pérdida, ya que si nos acercamos en nuestro vehículo particular podemos tomar de referencia el Bioparc y si preferimos llegar con los autobuses públicos hay varias líneas que llegan hasta este punto.


¿Qué podemos hacer en el Parque de Cabecera? La verdad es que este parque es bastante completo y podemos realizar una gran cantidad de actividades para toda la familia. Al llegar lo primero que divisamos es el gran lago central alrededor del cual se van desarrollando el resto de espacios del que consta este parque. Podemos alquilar unas barcas o unos patines en forma de cisne para navegar por el lago. En el lago habitan patos, a los que la gente les echa pan para comer, y tortugas, a pesar de que hay carteles que indican que no se puede dar de comer a los patos ni soltar tortugas.


Junto al puesto donde se alquilan las barcas se encuentra el bar, en el que podemos tomar algo, y los servicios públicos, por si tenemos una necesidad. Sus precios no son muy elevados, por lo que si sale un buen día, no es mala opción para disfrutar del entorno. 


Bordeando el lago hay un sendero que se puede recorrer andando sin ningún tipo de dificultad, un trazado adecuado para cualquier persona. El paseo, debido a la gran cantidad de vegetación existente, es muy agradable. Hay unas praderas en el que se puede realizar un picnic.

Llama la atención que en la colina, que sirve de mirador del parque, haya un auditorio al aire libre con un pequeño escenario, aprovechando la falda del montículo para situar el graderío. Aquí se han celebrado actos políticos, conciertos de bandas de música, incluso clases gratuitas (y públicas) de yoga o baile. Porque una de las características de este parque es la gran cantidad de vida que tiene. Casi a cualquier hora se puede ver a gente haciendo ejercicio, ya sean runners, ciclistas o los de la “ruta del colesterol”.


Si seguimos adentrándonos en el parque nos toparemos con una zona donde se puede realizar ejercicio, y unos metros más allá, un parque infantil con forma de barco en el que los niños pueden disfrutar de lo lindo. Los fines de semana suele estar abarrotado de niños, lo que hace que puedan encontrar nuevos compañeros de juego en cada visita.


También forma parte del Parque de Cabecera el Bioparc, el actual parque zoológico. Aunque en teoría esté integrado, pero se tiene que adquirir una entrada para acceder. Es un parque de nueva generación, de los que carecen de jaulas, disimulan las barreras entre animales y humanos, y recrean los hábitats originales de las distintas especies. Es un parque muy chulo y no debéis de perder la oportunidad de visitarlo si estáis por Valencia. 


El Parque de Cabecera puede ser el punto inicial de una ruta por el noroeste de la ciudad de Valencia, ya que muy cerca tiene varios espacios que podemos visitar. Además del propio parque y el Bioparc, apenas un centenar de metros separan el Museo de Historia de Valencia, que está dedicado a la historia de la ciudad aunque, irónicamente, está en el término municipal de Mislata y construido en un antiguo depósito de aguas que fue abandonado a mitad del siglo XX. Como véis este parque es muy completo y nos ofrece muchas opciones para disfrutar de un día en familia, aprovechémoslas.

jueves, 8 de noviembre de 2018

DE VISITA POR EL SALÓN VIDEO GAME COMIC DE ALICANTE

Hace un par de semanas nos dejamos caer por el Salón Video Game Comic, que se celebró en IFA, la Institución Ferial Alicantina. Vamos, lo que viene siendo la feria de muestras. Se encuentra junto al Aeropuerto de Alicante-Elche. Siendo la primera vez que íbamos a un evento de estas características, nuestra opinión no puede ser más positiva.




En primer lugar nos llamó la atención que se pareciera tanto a las Comic-Con a las que van los protagonistas de The Big Bang Theory. No sé, las diferencias culturales entre los EEUU y Europa, y en especial con España, son muy grandes. Pero oye, esto debe de ser una de las consecuencias de la globalización.

Otra de las cosas que también nos sorprendió es la cantidad de familias que fueron a pasar el día. Y esto lo está diciendo una familia, y numerosa. A ver, pensábamos que iba a ser una cosa más de adolescentes y veinteañeros, que habían, y muchos, pero comprobamos que, como nos pasó a nosotros, había propuestas para toda la familia. 


Dicho todo lo anterior, vamos a entrar en harina. El Salón se divide en varios espacios, dedicados cada uno a distintas temáticas. Nada más entrar, a mano derecha, te encontrabas con un par de asociaciones de fans de Star Wars ataviados para la ocasión como los personajes de las películas. Por una parte estaban los miembros de la Legión 501, que además de un photocall habían hecho una gynkana con preguntas sobre la saga (algunas no eran fáciles) y junto a ellos estaban Star Wars Alicante, otra asociación. También había una réplica muy conseguida de R2D2, el droide "cabezudo". También se encontraban miembros de Ghostbusters España, vestidos como los auténticos Cazafantasmas.

Si al entrar te dirigías a la izquierda te encontrabas con el panel de cómics y con una de las actividades estrellas del Salón, la firma de autógrafos y fotos por parte de Mark Everex, actor que ha participado en la nueva trilogía de Star Wars, y Julian Glover, actor inglés que, entre otras, ha participado en El Retorno del Jedi, Indiana Jones y la Última Cruzada (el malo, el que llevaba un traje blanco) y en Juego de Tronos. Los precios, 10€ por un autógrafo y 30€ por foto firmada, nos parecieron bastante caros. El sábado también tuvieron un encuentro con fans, escoltados por la Legión 501, en el que hubo un momento un poco tenso por la falta de civismo (así lo entendió Julian Glover) de algunos asistentes.


Una vez dentro de la zona de stands podias encontrar casi cualquier objeto relacionado con el coleccionismo y el merchandising para fans. Camisetas, figuras, llaveros, posters, tazas, objetos que imitan a los que usan los personajes (la varita de Harry Potter, por ejemplo). Evidentemente puedes dedicar muchas horas a ver todo lo que hay, y puedes dejarte muchísimo dinero si te entra un impulso consumista, o un capricho de fan. Algunas cosas eran verdaderas maravillas.

La zona de cómics era muy chula. Para mi tiene un aspecto casi romántico las cajas donde se apilan colecciones y tienes que ir pasando ejemplar a ejemplar para localizar el que buscas, o el que te falta. También se presentaba la oportunidad de comprar ilustraciones directamente de la mano de algunos artistas que se encontraban en el Salón. Los precios variaban, pero había cosas muy asequibles.


En relación a los cómics (o más bien el tebeo) en el centro del salón, frente a la entrada principal, estaba situada la exposición 'El exilio ilustrado', que estaba allí de la mano del IVAJ (Instituto Valenciano de la Juventud) y que estaba compuesta por una serie de paneles con reproducciones de ilustraciones realizadas por diversos artistas que representaban a intelectuales que habían tenido que salir al exilio tras la Guerra Civil, junto a una breve biografía de cada uno. La exposición es muy bonita y sería muy recomendable que se fuera moviendo por diversos lugares.

Y llegamos a una de las secciones donde más público se agolpaba, especialmente los más jóvenes: los videojuegos. Por si no lo tenía suficientemente claro, pude comprobar el tremendo tirón que tiene Fortnite. La cola más larga de todo el Salón. Pero no sólo de Fortnite vive el gamer: Red Dead Redemption 2 o Fifa 2019 eran algunos de los títulos a los que te podías viciar un rato. También arcades con juegos clásicos, para aquellos que somos, ejem, pre-millenials.


Al fondo del Salón se podían encontrar dos grandes espacios dedicados a los juegos de mesa (los modernos, ni el parchís, ni el Trivial) y a los juegos de rol. Aquí también había muchas familias, demostrando así que no todo el ocio familiar tiene porque girar alrededor de una pantalla. Junto a este espacio se accedía a jugar al airsoft, pero poco más os podemos decir, ya que era en el exterior y el día no acompañaba.

Comprenderéis que no se tardan diez minutos en verlo todo y en algún momento hay que hacer una parada en boxes. No problem, había una zona de restauración. Como no podía ser de otra manera, además de puestos con los habituales perritos calientes, hamburguesas, bocadillos y café, habían puestos de noddles (la gran cantidad de otakus presentes necesitaban carbohidratos) y un bar de cereales. Que en si mismo no me sorprende, pero 12 y 15€ por una caja de cereales... ¡Deben de saber a gloria bendita!


Por si todo esto no es suficiente actividad también podías participar en una serie de talleres. Había temáticas para todos los gustos: sobre bandas sonoras de videojuegos, crear pociones de Harry Potter, de las distintas etapas de la creación y realización de un cómic (guión, ilustracion, entintado...), manualidades con corcho, fieltro, bisutería. Y un largo etcétera.

Cabe destacar la imaginación y el curro que se pegaron muchos de los asistentes con sus cosplays, es decir, disfraces de personajes (del inglés COStume-disfraz y PLAY-jugar). Había un concurso con interesantes premios, pero la inmensa mayoría lo hacía por simple y pura diversión. Podemos destacar un par de chicas vestidas como las niñas de El Resplandor (sí, la peli de Stanley Kubric) y muchísimos personajes de manga.  


Resumiendo, nuestra primera visita a un Salón Video Game Cómic no será la última. Aunque el precio de las entradas pueda parecer a priori un poco caro (8€ el sábado, 7€ el domingo, 10€ el bono de los dos días, gratuita para los menores de 5 años) la gran cantidad de actividades que puedes realizar dentro (aunque algunas se pagan aparte) hace que se amortice cada euro pagado. Al fin y al cabo lo que importa es que nos lo pasamos muy bien, y eso, visto lo visto últimamente, no tiene precio.

jueves, 1 de noviembre de 2018

EL MUSEO DEL ROBOT DE MADRID, EL FUTURO ESTÁ AQUÍ

La última vez que estuvimos en Madrid, y coincidiendo con el cumpleaños de nuestro hijo mayor, decidimos visitar uno de los museos más curiosos y sorprendentes de la capital, el Museo del Robot (The Robot Museum), donde evidentemente encontraremos expuestos gran cantidad de prodigios cibernéticos. Y es que, como cantaba Radio Futura en Enamorado de la moda juvenil: "El futuro ya está aquí".


El Museo del Robot se encuentra en la Avenida Alberto Aguilera n°1 de Madrid. Se encuentra dentro de lo que se ha denominado Madrid Central, donde desde el 30 de noviembre hay una importante restricción de tráfico para reducir la contaminación ambiental, por lo que os aconsejamos que utilicéis el transporte público, o que lleguéis paseando, como hicimos nosotros.

Este espacio se encuentra dentro de la tienda Juguetrónica, especializada en juguetes tecnológicos. No sabemos si conocéis la tienda, a veces han colaborado con El Hormiguero prestándoles algún robot, pero si podéis visitad la web, o directamente id a la tienda. ¿Cómo explicaros como es la tienda? Para empezar, es una auténtica gozada. Imaginaos gente de casi (repito: casi) 40 años (y no miramos a nadie) tocando todos los cachivaches posibles. Y a los niños, claro, que se volvían locos con los juguetes teledirigidos, las réplicas de Star Wars, etc. A decir verdad, creo que los mayores lo pasaron mejor que los niños, por difícil que parezca.


La visita al Museo del Robot se realiza mediante pases con un horario cerrado. Hay un número limitado de plazas, pero no hay muchos problemas para conseguir una entrada. La visita comienza en la misma tienda, donde hay una pequeña experiencia con un robot humanoide utilizado en programas de robótica educativa de la marca Meccano. El robot canta y baila. Pero esto no ha hecho más que empezar.

La siguiente parte de la visita transcurre en el sótano de la tienda, donde está el grueso de la visita. En las escaleras de acceso hay una pequeña colección de juguetes robóticos, desde robots sesenteros de hojalata y accionados por cuerda, hasta modernos robots educativos. 


Ya en el museo propiamente dicho pasaremos a ver un audiovisual en el que nos presentarán a Nao y Pepper, dos de los robots más avanzados actualmente, con funciones de interacción con las personas, que reconocen órdenes por voz y ejecutan una gran cantidad de acciones, incluido andar sorteando obstáculos. La verdad es que sorprende mucho la evolución de estos robots, tanto que Pepper se nos quedó mirando y nos dio un poco de miedo. Debe ser la herencia de haber visto pelis como Terminator o Blade Runner...

Tras la exhibición de Nao y Pepper, pasamos a conocer los robots que muestran en las vitrinas que hay en el espacio expositivo. Hay varias temáticas. Por una parte la evolución de robots de "protocolo", es decir, los abuelos de Nao y Pepper. Es gracioso ver a los robots ochenteros con esa estética tan particular y reconocible.


Junto a estas vitrinas se exponen un par de robots construidos por Alejandro Alonso Puig, un experto en robótica español, que presentó sus creaciones en varias Campus Party, aquel evento tecnológico que reunía a miles de aficionados a la informática en Valencia. Retrorobot, por ejemplo, está construido con elementos comunes, incluso alguno ya de desecho, y fue creado como experimento para demostrar las posibilidades reales de la robótica y la programación. 

A continuación se pasa a ver las réplicas de los últimos modelos de humanoides de Honda o Sony, robots complejísimos dotados de una gran cantidad de tecnología para imitar el movimiento humano y, lo que los hace realmente especiales, inteligencia artificial para ir aprendiendo poco a poco. Pueden incluso interactuar con gestos faciales para facilitar la comunicación. 


Para relajar un poco el ambiente la visita sigue por una colección de robots de cine y televisión. Desde los trastos de Perdidos en el espacio o Planeta prohibido, donde un actor se encerraba para darles vida, a los icónicos R2-D2 y C3PO (que también albergaban actores dentro) que popularizaron la robótica en el cine, pasando por Bender, Mazinger Z, Sonny (el inquietante protagonista de Yo, Robot) hasta acabar en el T-800 de Terminator.

Al final de la exposición se muestra una de las colecciones más numerosas del mundo de perros Aibo. Esta es una mascota robótica en forma de perro pequeño que a través de sus sensores era capaz de interactuar con su dueño, como si de un perro de verdad se tratara. Este Aibo causó un verdadero furor en Japón. Teniendo en cuenta que no hay que darle de comer ni sacarlo a pasear... También se muestra a PLEO una mascota robótica con aspecto de un simpático dinosaurio. Esta mascota es una de las más avanzadas, con una gran cantidad de sensores y servomotores que parecen dotarlo de vida. El dueño de este robot tiene que cuidarlo y darle de comer, o mostrarle una serie de objetos diseñados para enseñarle diversas cosas. Según los cuidados que se le proporcione y lo que le enseñemos, cada uno evolucionará hacia una personalidad distinta y "envejecerá" hasta que... haya que resetearlo.


Los horarios de los pases son de lunes a viernes a las 17:00 y 20:00 (y a las 13:30 en julio y agosto). Los sábados los pases son a las 16:15, 17:15, 18:15, 19:15 y 20:15. La visita general cuesta 4€ para adultos y 2€ para niños entre 5 y 14 años. Los menores de 5, las personas con una discapacidad superior al 33% y los desempleados tienen entrada gratuita. Hay una tarifa familiar por 6€ que incluye a dos adultos y dos niños (menores de 14 años), pero que solo es aplicable de lunes a viernes.  


Si sois aficionados a la robótica y a la informatica no lo dudéis, tenéis que visitar este museo. La gran cantidad de curiosidades que encierra lo convierten en uno de lo más llamativos de Madrid. Allí podréis comprobar la evolución de la robótica, un proceso imparable, donde dentro de poco lo que hoy nos parece casi de ciencia ficción, en pocos años será común o, incluso, estará completamente desfasado.

jueves, 25 de octubre de 2018

LA RUTA SENDERISTA A LA TORRE DE LES CALETES

Domingo por la mañana. Nos levantamos un poco más tarde de lo habitual, que nos lo hemos ganado durante la semana. ¿Qué hacemos hoy? Empezamos a hacer propuestas, algunas más cercanas, algunas más disparatadas. Finalmente nos decidimos por ir al lado de casa, a Serra Gelada, a que nuestros hijos descubrieran un paraje que, a pesar de estar muy cerca de casa, no conocían. ¿Cómo motivarles? Fácil, íbamos a vigilar si venían piratas.


Al Parque Natural de Serra Gelada lo atraviesan tres senderos: el rojo o el del Faro del Albir, del que ya os hablamos; el amarillo, que cruza la sierra de punta a punta; y la ruta azul, o de la Punta del Cavall, en Benidorm, de la que os vamos a hablar. También se la conoce como la ruta de les Caletes, ya que al final del recorrido hay una torre vigía con este nombre.

El recorrido es muy fácil sólo encontramos un primer tramo con una cuesta pronunciada y un tramo final con una pendiente más suave, pero en ningún momento nos pondrán en apuros. Toda la ruta está cerrada al tráfico y asfaltada, y sorprendentemente está en muy buen estado, por lo que se puede hacer a pie, en bicicleta, patines...o silla de ruedas, que os parecerá una locura, pero vimos varias personas con un mobility scooter, una silla de ruedas motorizada, vamos (si habéis estado en los últimos años en Benidorm sabréis de que hablo).


Nosotros los 3,400 km de recorrido (1700 m. de ida + la vuelta) los hicimos en cerca de 75 minutos. Un ritmo muy asequible marcado por nuestros tres hijos. Estoy convencido de que cualquier persona acostumbrada a caminar puede hacerlo en menos de una hora.

Podemos aparcar junto al inicio de la ruta. Para llegar hay que seguir las indicaciones de la Cala del Ti Ximo desde el final de la Avenida del Mediterráneo. Tanto el Ti Ximo como la cala de la Almadrava (en valenciano es con v) son dos pequeñas calas, recogidas, y que en verano son una alternativa perfecta a los grandes arenales de Benidorm.


A lo largo de la podréis divisar bastante vegetación mediterránea, fundamentalmente arbustos como enebros, y plantas con flor como el limonio (Limonium parvibracteatum) o la anteojeras (Biscutella montana). Respecto a la fauna, las gaviotas nos acompañarán durante todo el camino. Tuvimos suerte y vimos un par de lagartijas que habían salido al asfalto a tomar el sol. Al principio nos encontramos con un pescador que había capturado tres ejemplares de un tamaño considerable (cerca del metro). Aunque he buscado no encuentro la especie concreta (puede que congrios). Y es que el 80% de la superficie del Parque Natural de Serra Gelada es mar, y podemos practicar en estas aguas buceo y/o snorkel.


Pronto divisaremos donde finaliza la ruta, en la Torre de les Caletes. Ésta forma parte de la línea defensiva construida en tiempos de Felipe II para prevenir los ataques berberiscos a las costas. Esta torre se comunicaría con señales de fuego y humo con la Torre Bombarda, situada junto al faro del  Albir, y con el castillo de Benidorm y la torre del Aguiló, con las que tiene contacto visual. De la torre solo queda el cuerpo central, construido con piedras y mortero, y hace unos años fue sometida a un proceso de restauración debido a que amenazaba ruina.


Una vez lleguemos a la torre disfrutaremos de las impresionantes vistas de los acantilados de Serra Gelada y la Illa Mitjana (isla mediana) un pequeño islote. Además se llega a divisar una de las dunas fósiles de Serra Gelada. Aprovecharemos que hay que dar la vuelta para tomar un respiro, y tomar todas las fotos que estimemos conveniente. Y no serán pocas.


Esta ruta permite un bonus track, subir hasta el alto de La Cruz. Se conoce así porque en diciembre de 1961 una misión católica instaló una cruz para expiar a la ciudad, cuna del pecado que permitía a las mujeres bañarse en la playa en bikini. Es uno de los puntos más elevados de la ciudad (237 metros de altitud) y las vistas son simplemente espectaculares. Debido a que un temporal arrancó la cruz original de madera, ésta se sustituyó a mitad de la década de los 80 por una cruz metálica con iluminación nocturna, que permite que sea visible por la noche. La cruz se  ha convertido en un lugar de recuerdo de difuntos (vimos incluso una urna cineraria). Para compensar aquí muchas parejas se reparten amor, y hasta se han rodado películas porno.


Además de los valores medioambientales, paisajísticos e históricos que atesora esta ruta, si hay algo  que nos sorprende es que estando en Benidorm, una de las ciudades más bulliciosas del Mediterráneo español, parece que estemos en otro lugar. La tranquilidad es asombrosa. Podemos decir, sin lugar a dudas, que es un auténtico tesoro. ¿Lo esconderían los piratas?