jueves, 28 de abril de 2022
BOCAIRENT, ESENCIA MEDIEVAL
lunes, 18 de abril de 2022
EN HIDROPATIN POR LAS LAGUNAS DE RUIDERA: LA BELLEZA DE LAS PEQUEÑAS COSAS
Para quien siga este blog no será una sorpresa que compartamos pequeñas anécdotas de nuestros viajes. Al ser situaciones inesperadas y sin planificar es habitual que se conviertan en los mejores recuerdos de este o aquel lugar. No en vano ya lo decía Hank Scorpio: “las pequeñas cosas son las que hacen la vida”. En este post os vamos a contar cuando estuvimos navegando con un hidropatín en las Lagunas de Ruidera.
Hace tiempo dedicamos un artículo acerca de este Parque Natural. Se encuentra a caballo entre las provincias de Albacete y Ciudad Real y lo componen nueve lagunas de distinto tamaño, de no mucha profundidad. El valle que forma estaba defendido por dos castillos, uno de ellos en ruinas y otro todavía en pie y visitable, el castillo de Peñarroya.
Alrededor de las Lagunas de Ruidera se ha formado un destino turístico que tiene como centro neurálgico las láminas de agua. Campings, casas rurales, restaurantes y empresas de ocio activo componen la oferta complementaria alrededor de este Parque Natural. Ojo, las lagunas por si mismas tienen suficiente entidad como para no necesitar mucho más. Pero nunca está de más que haya una oferta de actividades para realizar.
Una de estas actividades de ocio es el alquiler de un hidropatín. Sí, un patín de esos que se pueden alquilar en cualquier playa. Esa embarcación que funciona con energía humana a través de unos pedales que mueven unas palas que impulsan el patín. Por ese motivo también se les llama hidropedal. De entre todas las opciones creímos que era la mejor para nosotros. En primer lugar porque podíamos montar todos juntos. También porque es seguro y podíamos turnarnos para pedalear. Bueno, eso era la teoría, porque en la práctica los relevos fueron tendentes a cero.
ACTIVIDADES NÁUTICAS EN LAS LAGUNAS DE RUIDERA
Debido a que es las Lagunas de Ruidera es un Parque Natural está prohibido el uso de motores. Otra de las opciones mayoritarias es el kayak, seguida por el paddle surf, es decir una tabla de surf que se impulsa con un remo. Por la zona hay varias empresas de turismo activo que se dedican a estas actividades. Organizan rutas y dan clases para aquellas personas que deciden iniciarse en ese mundo.
Otra de las ventajas de alquilar un hidropatín es que podemos acercarnos bastante a algunos elementos característicos de las lagunas y que habitualmente no se pueden ver. Hay restricciones porque se pueden llegar a dañar ciertas partes que han necesitado miles de años para formarse. Principalmente las barreras tobáceas, esos depósitos de carbonato cálcico que han formado las presas naturales que separan una laguna de otra. Pero también por la flora y la fauna de la zona, que puede verse alterada.
En nuestro caso el patín lo alquilamos en la laguna Santo Morcillo. La verdad es que lo elegimos casi al azar, hay un aparcamiento cerca y eso facilitaba bastante la movilidad. Si seguís la carretera que circula paralela a las lagunas veréis varios chiringuitos. Allí mismo, en los chiringuitos, podréis alquilar el hidropatín. En este punto (también en otros) hay una playa lacustre, por lo que antes y/o después podréis disfrutarla.
Por si tenéis dudas, la actividad es absolutamente segura. Para los menores que no saben nadar, o que no se sienten muy seguros, les ponen unos chalecos para asegurar su flotabilidad. La profundidad de la laguna no es mucha, pero nunca está de más ser precavido. Además las aguas de las lagunas a partir de una cierta distancia no permiten una buena visibilidad.
DÓNDE, CUÁNDO, CÓMO
El alquiler del patín es por un período de una hora. Al principio, como en tantas cosas, nos parecía que no nos iba a dar tiempo a hacer casi nada. Queríamos recorrer toda la laguna. Pero la verdad es que íbamos a un ritmo bastante bueno. Se lo tenemos que agradecer a nuestro “motor” que se esmeró bastante en la tarea de pedalear. Aunque al principio nos daba un poco de cosa, no tardamos en saltar al agua. Al principio la notábamos fresca, pero como el día era caluroso se agradecía bastante.
Nos lo pasamos de miedo. Durante un rato nos sentimos importantes, como si fuéramos propietarios de un yate y estuviéramos navegando por las aguas del Caribe o por algún destino remoto. Para que veáis que nosotros con poco nos conformamos. También nos olvidamos de nuestras preocupaciones durante una hora. Nos dedicamos a disfrutar, que es lo que hay que hacer en vacaciones, por otra parte.
Además del evidente aspecto lúdico, pudimos ver más de cerca algunos de los elementos que distinguen a las Lagunas de Ruidera, y concretamente la laguna de Santos Morcillo. Por ejemplo, nos acercamos a las barreras tobáceas. En la barrera que la separa de la laguna Salvadora se forma una cascada que es muy apreciada por los bañistas. Allí varias personas aprovechando la fuerza del agua al caer. Alguna persona se sobrepasaba, ya sabéis por lo de dañar un entorno que puede dañarse con facilidad, y los socorristas le apercibían. También nos pudimos acercar a uno de los surtidores por donde brota el agua que alimenta esta laguna, que se encuentra en otro de los puntos de la laguna.
NUESTRA CONCLUSIÓN
El personal se portó muy bien. Antes de empezar nos explicaron todas las normas, poniendo especial énfasis en aquellas zonas a las que no podíamos dirigirnos por las razones que ya hemos explicado en el post. También nos dieron sugerencias y recomendaciones, ya que al ser la primera vez que visitábamos las Lagunas de Ruidera íbamos un poco perdidos.
Por estas cosas de las vacaciones somos incapaces de alquilar un patín en nuestra ciudad, en Benidorm, pero lo hicimos en Ruidera. No nos arrepentimos. Pudimos conocer desde una perspectiva distinta un magnífico parque natural. Esto nos permite apreciar mucho mejor el entorno y sus peculiares características. Como os acabamos de contar, fue una experiencia fantástica para nuestra familia y recordamos aquel rato con mucho cariño. Si volvemos repetiremos, seguro.
viernes, 8 de abril de 2022
LA RUTA DE LOS RASCACIELOS DE BENIDORM
Hace un tiempo buscando alguna ruta senderista cerca de casa con una conocida aplicación, nos topamos con una muy sorprendente. La curiosidad es que es un paseo por la ciudad y transcurre entre algunos de los edificios más carismáticos de Benidorm. Por eso esta ruta es especial, porque nos permitirá descubrir los rascacielos más altos de la New York del Mediterráneo.
Para entender la “pasión” de Benidorm por los rascacielos hay que remontarse a 1968. En ese año se modifica (otra vez) el Plan General de Ordenación Urbana aprobado en 1955 y que fue el primero que se realizó en toda España. Acerca de esto hay mucha literatura y aún más mitología. El caso es que hay que entender la figura esencial de José Manuel Casanueva. Este arquitecto abogaba por la edificación libre en altura. Se cuenta que en las reuniones celebradas iba con tacos de madera y paquetes de tabaco para explicar que siendo el volumen igual de una edificación, si esta se realizaba en altura el espacio liberado se podría dedicar a jardines, piscinas, aparcamientos, etc.
Por este motivo la imagen de Benidorm no es tan densa como pudiera parecer a priori. Cada torre se construye en una parcela en la que la construcción solo ocupa un porcentaje de terreno. Esa característica es fundamental, ya que cuando se pasea por la ciudad no se tiene esa sensación de agobio, precisamente por la distancia entre edificio y edificio. Además se debe de guardar cierto espacio con el límite de la parcela, lo que acrecienta la distancia entre torres.
EMPEZAMOS LA RUTA
La ruta tiene un recorrido total de cerca de 10 kilómetros, y une los dos extremos de la ciudad, pasando por las zonas más céntricas. Es una ruta fácil, perfectísimamente pavimentada. A pesar de eso hay alguna cuesta, pero no es un imposible ni mucho menos.
La ruta arranca en el barrio conocido como La Cala. El punto de inicio está junto a la entrada del Gran Hotel Bali. Éste es uno de los edificios icónicos del skyline de Benidorm. El segundo edificio más alto de la ciudad es, a su vez, el hotel más alto de Europa. Con una altura total de 186 metros y 53 plantas, desde su terraza, a la que se puede llegar a través de un ascensor panorámico (ambas actividades son de pago), se tiene una vista privilegiada de la bahía de Benidorm.
La ruta nos invita a rodear el Gran Hotel Bali para cruzar la Avenida de Villajoyosa y seguir por la Avenida Alcalde Vicente Pérez Devesa, más conocida como la Vía Parque. Aquí veremos, en primer lugar, el edificio Intempo. Este es, sí, el edificio más alto de la ciudad y el residencial más alto de Europa. Oficialmente tiene 198 metros de altura y 49 plantas. Llama poderosamente la atención el cono que corona su parte central y el cerramiento dorado que brilla al atardecer. Un color que no es del gusto de todos.
MÁS ALLÁ DE LOS GRANDES RASCACIELOS
Un poco más adelante, en esta misma vía, hay un grupo de edificios. Prácticamente todas las torres superan los 100 metros de altura. Esto tiene su importancia ya que es esta la altura que define un rascacielos. En realidad no hay una definición acerca de lo que es y lo que no un rascacielos. La RAE lo define simplemente como un "edificio de gran altura y muchos pisos". Tal cual. En Benidorm hay, a día de hoy, 26 edificios que superan los 100 metros de altura. Aunque 10 corresponden a 5 pares de torres gemelas, en minúscula.
Sigamos con la ruta hacia el centro de la ciudad. Caminaremos junto al Parque de Foietes para desembocar en la avenida de Jaume I. Ahora toca un poco de cuesta arriba, buscando la Plaza de Toros. Aunque no es ningún rascacielos, obviamente, el coso benidormer vivió grandes tardes con algunos de los mejores diestros del país. Ahora vive una lenta decadencia a la espera de una reforma que lo convierta en un espacio multiusos. Ya estamos a mitad de recorrido y vamos a buscar la Avenida del Municipi. En esta vía localizaremos dos edificios que se encuentran en el top de altura de Benidorm. Son el edificio Kronos (5º más alto con 140 metros) con sus características cristaleras azules y el edificio Neguri Gane con 148 metros y unas formas que recuerdan poderosamente a las Torres Blancas de Sáenz de Oiza.
La ruta sigue en dirección a la Avenida de Europa, una de las principales vías de la ciudad. Por esta zona encontramos las Torres d'Oboe (uno de esos pares de torres gemelas) y las torres Gemelos 26 (adivinad, sí, dos torres gemelas), todos con 140 metros de altura. Buscaremos el barranco del Derramador para llegar a la playa de Levante.
EN PRIMERA LÍNEA
Aunque "solo" mide 89 metros, la Torre Santa Margarita nos recibe en primera línea. Su localización lo convierten en otro de los edificios icónicos de Benidorm. Muy cerca y, con su inconfundible exterior de hormigón blanco, se localiza la Torre Levante, que durante 17 años fue el edificio más alto de la ciudad (el trono se lo arrebató el Gran Hotel Bali). Su figura esbelta realza más si cabe sus 120 metros de altura.
Nuestro paseo se dirige ahora hacia la avenida Ametlla de Mar, por la que iremos al encuentro del último gran gigante de nuestra ruta. Se trata de la Torre Lúgano. Sus 158 metros de altura lo sitúan en tercera posición de los rascacielos de Benidorm, pero su posición elevada en la falda de Serra Gelada, lo erige en el techo de la ciudad.
FUTURO Y PASADO DE LOS RASCACIELOS DE BENIDORM
Una ruta que probablemente deberá de ampliarse por que los rascacielos en Benidorm no son una moda pasajera. La zona de Poniente está viviendo una fiebre constructiva y serán varios los rascacielos (edificios de más de 100 metros) que verán la luz en los próximos años. Algunos ya están en construcción y hay un proyecto para la construcción de al menos dos torres que superarán los 200 metros de altura.
Para acabar podemos volver tranquilamente por el paseo marítimo que discurre por la playa de Levante, o bien por la paralela Avenida del Mediterráneo. En esta vía, concretamente en el número 1 se encuentra el edificio Front al Mar. Puede que sus 14 plantas no os sorprendan, pero este fue en 1960 el primer "rascacielos" de la ciudad, en un momento en que todavía se construían bloques de apartamentos de 5 o 6 alturas. Hoy parece encogerse al lado de grandes colosos, pero fue el primero, el pionero.