viernes, 28 de diciembre de 2018

12 MESES, 12 EXCUSAS PARA VISITAR BENIDORM

Benidorm es una ciudad con atractivos para toda la familia. Además de las épocas de temporada alta, esto es Semana Santa y los meses de julio y agosto, durante todo el año hay motivos para visitarla. Vamos a hacer una recopilación por meses de actividades que pueden servirnos de excusa para hacer una escapada. Así que saca tu agenda y anota todas estas citas:


Enero: Como en todos los municipios españoles, la tarde del día 5 hay Cabalgata de Reyes. En realidad hay tres, pero no vamos a ponernos a divagar y vamos a lo que vamos. La cabalgata de Reyes de Benidorm recorre alguna de las calles más céntricas de la ciudad, saliendo del Parque de Elche hasta llegar al Ayuntamiento. La cabalgata tiene dos partes, en la primera desfilan personajes populares (Disney, Patrulla Canina, Pocoyo, etc.), mientras que la segunda es de carácter tradicional, con los séquitos de los tres magos de Oriente. Caramelos, ilusión y... Bueno, la magia os lleva los regalos dondequiera que estéis.


Febrero: Durante un fin de semana los habitantes de Benidorm se transforman. ¿En qué? En unicornios, caballeros, vaqueros, piratas, superhéroes y todo aquello que se os pase por la imaginación. Es Carnaval. Miles de benidormenses participan en los dos desfiles que se organizan, uno infantil y otro adulto, además de fiestas en los colegios y en decenas de establecimientos, desde parques temáticos a discotecas. Ya sabéis que no tiene fecha fija, ya que su celebración depende de la Semana Santa, y este año cae tarde y el día gordo será el sábado 1 de abril. Si os quedáis con ganas de más, el martes es el Entierro de la Sardina, ya sabéis, el sepelio más divertido.


Marzo: Benidorm es una de las muchas ciudades que celebran fallas fuera de Valencia y su área metropolitana. Tres comisiones plantan sus monumentos infantiles y mayores, Benidorm Centro, Els Tolls y Rincón de Loix, que corresponderían con una categoría 6ªC-7ªA (aproximadamente, se definen por presupuesto) de la capital. Si no conocéis las fiestas josefinas es una buena manera de conocerlas sin entrar en el maremágnum de Valencia. Celebran los actos principales, esto es, plantà, ofrenda, mascletá y cremà, con tanta ilusión como quien más. Ya sabéis, a partir del 15 de marzo tenéis una cita con el fuego.

Abril: Primer asalto del llenazo total de Benidorm. Durante unos días Benidorm se transforma en una urbe donde hay gente por todos lados, hasta en los lugares más insospechados. España en Semana Santa se divide en dos: aquellas que lo celebran desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección; y las que lo celebran del Jueves Santo al Lunes de Pascua, como ocurre en la Comunidad Valenciana. Si vuestros hijos tienen vacaciones en el segundo período de la Semana Santa, Benidorm es ideal porque baja bastante la ocupación ofreciendo unos servicios muy parecidos a plena temporada alta sin tanto agobio. Además bajan los precios de los alojamientos respecto a la semana anterior, lo que también es un importante aliciente para las familias.


Mayo: El 8 de mayo Benidorm celebra su cumpleaños. Ese día, pero en 1325, el almirante Bernat de Sarrià, uno de los principales hombres del ejército del rey aragonés Jaume II, concedió al municipio su Carta de Poblament (Carta Puebla) lo que le otorgaba sus derechos como una villa independiente. De esta manera nacía Benidorm como pueblo. Su situación era estratégica para la defensa de la costa y se estableció una fortaleza sobre la punta Canfali (al lugar todavía se le llama el Castillo/Castell) donde poder refugiarse de los distintos ataques por mar. El día 8 se celebra un Pleno Institucional (poco atractivo turísticamente, para que vamos a engañarnos) y durante el fin de semana más cercano se representa aquel momento histórico con una obra de teatro a cargo de un grupo amateur local y se instala un mercado medieval para trasladarnos al siglo XIV. Además de puestos hay animación con cuentacuentos, música y espectáculos callejeros. ¡Feliz cumpleaños!

Junio: Desde hace unos años Benidorm intenta hacerse un hueco en el cada vez más competido sector del turismo gastronómico. Para ello hay una serie de citas a lo largo del año. Quizás la más interesante es el Concurso de Tapas y Pinchos que en 2019 celebra su novena edición. Su interés radica en la participación de más de una veintena de establecimientos que compiten con pequeñas grandes creaciones. Además es la cita gastronómica más accesible, ya que por un par de euros puedes
acompañar la tapa de una bebida. Hay un premio del público elegido por votación de los comensales. Así que si siempre has querido dedicarte a la crítica gastronómica, es tu oportunidad.

Julio: Los amantes de la mejor música actual tienen una cita cada año, el último fin de semana de julio, con el Low Festival. Su undécima edición, que se volverá a celebrar en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor ya ha confirmado a los míticos New Order, Foals, Bastille y los madrileños Vetusta Morla. Un festival sin aglomeraciones, con amplios espacios, perfecto para que lo disfrute toda la familia, como ya os contamos como resumen de su última edición. Por méritos propios se ha colocado como uno de los festivales referentes en el verano. Las entradas ya están a la venta.


Agosto: En Terra Natura Benidorm vive Petita, una elefanta con una historia un poco particular. Fue apartada de su grupo ya que no encaja en los cánones de belleza de su especie, vamos que para otros elefantes es fea. Petita vivió sola un tiempo hasta que trasladaron a una vieja amiga con quien había convivido en otro zoo. Las dos amigas se reconocieron enseguida y ahora comparten hábitat. En agosto Terra Natura celebra el cumpleaños de Petita con una gran fiesta holi, es decir, lanzando polvos de colores y litros de agua, además de una tarta de frutas para Petita. El festival holi es bastante desparrame. Además de ganas de divertiros, llevaos una muda seca... completa.


Septiembre: Durante la primera quincena de septiembre se celebra el Benidorm Pride, el último festival LGTBIQ que se celebra en España y Europa. Durante casi diez días se celebra actividades se todo tipo, desde fiestas temáticas a exposiciones artísticas y charlas para visibilizar al colectivo y sus
reivindicaciones. El broche (casi) final es el gran desfile que recorre gran parte de la playa de Levante
para finalizar en el parque de l'Aigüera, en un ambiente festivo y lúdico, no exento de reivindicación.
Benidorm no es ajeno a la tolerancia hacia el colectivo LGTBI, ya que es la ciudad es uno de los
referentes nacionales de libertad, pluralidad y tolerancia.


Octubre: Antes que nada una aclaración, vamos a incluir el Iberia Festival en octubre ya que el año pasado se celebró en este mes, concretamente en el puente del Pilar/Hispanidad. Y es una pena porque un festival que ha apostado decididamente por el rock y pop nacional debería correr mejor suerte. En sus seis ediciones ha cambiado de fechas, siempre entre agosto y octubre, de ubicación y formato. Incluso tuvo una edición invernal en Valencia. Aún con todo el Iberia Festival es muy recomendable. Su última edición tuvo sobre el escenario a nombres como Tequila, Jaime Urrutia, OBK, Coque Maya, Danza Invisible, o Iván Ferreiro, que junto a Teo Cardalda y otros artistas invitados le hicieron un homenaje a Germán Coppini, el malogrado cantante de Golpes Bajos. Loquillo, Estopa, Dani Martín o M-Clan son otros de los artistas que han actuado en ediciones anteriores. Veremos si ya ha encontrado su hueco y repite cita durante el puente de octubre (el 9, además es festivo en la Comunidad Valenciana).


Noviembre: El penúltimo mes del año es el más festivo del año, ya que Benidorm celebra sus Fiestas
Mayores Patronales, en honor de la Virgen del Sufragio y San Jaime. En realidad las fiestas deberían celebrarse en marzo, concretamente el 16, pero antaño los hombres de Benidorm solían estar
embarcados y hasta finales de octubre no regresaban a casa, por lo que las Fiestas se retrasaron hasta el segundo domingo de noviembre. Actualmente se mantiene esta fecha para determinar cuando serán las fiestas, pero se adelantan al viernes anterior, que hay que aprovechar. Durante seis días se despliega un amplio programa de actividades en el que se incluye ofrenda de flores, la escenificación del Hallazgo de la Virgen (que tiene leyenda y es Fiesta de Interés Turístico), procesiones, desfile del humor, mascletaes, conciertos, carrozas y un espectacular castillo de fuegos artificiales para poner el punto y final. Si os quedáis con ganas de más, el jueves siguiente se celebra la Fancy Dress Party, una fiesta de disfraces organizada por los pubs ingleses que en su última edición congregó a más de treinta mil personas, y eso que llovió. ¿Más fiesta? Porque queda la Festa de la Carfoxa (fiesta de la alcachofa) un vestigio del Benidorm tradicional y agrícola que ha pervivido hasta hoy.

Diciembre: Si hay una fiesta por antonomasia en el calendario es Nochevieja. Una cena de gala, vestidos elegantes, y bailoteo hasta que el cuerpo aguante. Antes de la medianoche no puede irse nadie a la cama porque hay que recibir al año nuevo con la docena de uvas al ritmo de las campanadas. Mientras hay lucir con la mayor dignidad posible un gorrito de cartón, unas gafas de plástico con nariz y el matasuegras. En una ciudad con 143 disco-pubs y 25 discotecas/salas de fiesta (datos del propio Ayuntamiento de Benidorm) podéis imaginar que la noche se puede alargar hasta que decidamos ponerle fin con un buen chocolate con churros. Eso sin tener en cuenta que numerosos hoteles ofrecen un pack en Nochevieja en el que incluyen orquesta y barra libre. Vamos que perfectamente podemos llegar a imitar aquel del chiste que felicitaba el Año Nuevo y ya estaban en junio.


¿Necesitáis más motivos para visitar Benidorm? De momento tenéis uno por mes, eventos de todo tipo para que toda la familia pueda pasarlo de maravilla. Y es que en contra de lo que mucha gente cree, y parafraseando a los Coen, Benidorm no es un destino para viejos. O no únicamente...

martes, 18 de diciembre de 2018

HAY QUE VISITAR ESTRASBURGO

Lo han vuelto a hacer. El terrorismo ha vuelto a actuar asesinando a cinco personas e hiriendo a otras once cuyo único delito era estar en el momento más inoportuno en el lugar más inoportuno. La sinrazón ha atacado Estrasburgo, una ciudad que simboliza los valores de más profundos de la Unión Europea. Y como a los terroristas les molesta mucho que la gente visite Estrasburgo, disfrute de sus mercadillos de Navidad y se divierta en sus calles, en este artículo vamos a desempolvar algunas fotos de hace años y os vamos a recomendar esta preciosa ciudad, única y exclusivamente porque le va a tocar las narices a los terroristas.


Estrasburgo está situada en el noreste de Francia, en la región de Alsacia. Este territorio, junto a Lorena, fueron disputados por Francia y Alemania durante dos siglos debido a la gran cantidad de recursos naturales que atesoraban, entre otros carbón y hierro. Este detalle nos hará entender porque sus casas típicas tienen un aspecto más cercano a unas construcciones que asociamos a Alemania (con sus características vigas de madera en las fachadas en blanco y negro) que a edificios más "franceses".


Al estar a caballo entre Alemania y Francia, la cultura alsaciana es una rica mezcla de tradiciones de ambos países. Además le valió para que la Unión Europea situara en Estrasburgo su Parlamento, que una vez al mes celebra sesión, revolucionando la vida de esta ciudad. Gracias a la Unión Europea se puede visitar Estrasburgo ya que tiene (o al menos tenía) un programa que subvenciona parte de los gastos de desplazamientos para que los ciudadanos de la U.E. puedan conocer sus instituciones.


¿Qué visitar en Estrasburgo? Vamos a empezar por su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988. Este centro histórico se halla en la conocida como Grande Île (Isla Grande), formada por el río Ill y otros afluentes, que tras atravesar el centro urbano desembocan en el Rihn (¿acaso hay un río más alemán?) formando frontera natural con Alemania. Durante siglos se han construido canales y presas que han regulado la navegación fluvial, convirtiendo a Estrasburgo en un importante nodo de transporte de mercancías desde la Edad Media. Hoy día es posible realizar un tour panorámico en barco, el conocido como Batorama, que os recomendamos encarecidamente. Dura alrededor de una hora y cuesta 13 € para adultos, 7,50€ para niños entre 12 y 4 años, y gratuito para menores de cuatro.


En la Grande Île encontramos la Catedral de Nuestra Señora de Estrasburgo (sí, hay más Notre Dame además de la parisina) probablemente el monumento estrasburgués más conocido. Construida en estilo gótico flamígero, destaca su única torre-campanario que con sus 142 metros de altura fue durante dos siglos la construcción más alta de Europa. En su amplio interior podemos encontrar su famoso reloj astrológico, una de las atracciones más celebradas de Estrasburgo. Debido a los intensos bombardeos que sufrió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, la Catedral se encuentra muy restaurada.


Un paseo por las calles que rodean la Catedral nos transportará por varios siglos, en una combinación de tradición y modernidad. Plazas como Kléber, la más característica de Estrasburgo, donde se encuentra su Ayuntamiento o Gutemberg, más recogida y punto de encuentro; calles como la Rue des Grandes Arcades, donde se ubican las tiendas más modernas y de grandes firmas, o la Rue des Orfrèvres o des Hallebardes, más estrechas, repletas de tiendas de lujo y de productos tradicionales como quesos, foie, embutidos, etc. También es muy interesante un recorrido por algunos de sus edificios históricos situados a ambos lados de la ribera del río Ill: la Antigua Aduana (ocupado en parte por un restaurante), el Museo Alsaciano, la Iglesia Protestante de Santo Tomás, el Palacio Rohan, los conocidos como Puentes Cubiertos, o cualquiera de los puentes históricos.


El mes de diciembre es un momento fantástico para visitar Estrasburgo ya que, como en otras ciudades europeas, sus mercadillos navideños inundan las calles y nos invitan a disfrutar de las fiestas que están por venir. Sin duda, y a pesar del intenso frío, es el mejor momento para visitar la ciudad. Aunque como ocurre con otros mercados "tradicionales", algunos puestos están estandarizados y encontramos varios iguales en diferentes zonas de la ciudad, no está de más patearlos para encontrar algunas cosas curiosas.


A las afueras de Estrasburgo se encuentran los edificios epicentro de la actividad de la Unión Europea. Aunque el más representativo es el del Parlamento Europeo, también se encuentran las sedes de otras instituciones importantes como la Corte Europea de los Derechos Humanos, el Comando Central del Eurocuerpo (el ejército multinacional europeo) y el Centro de Información de Europol (la policía europea). También tiene aquí su sede el canal cultural Arte. Evidentemente estos edificios son contemporáneos y tienen una arquitectura muy espectacular. Nosotros tuvimos la suerte de poder visitar el Parlamento Europeo, acudir a una de sus sesiones y ver como se organiza un órgano decisorio que nos parece muy lejano pero que es el más influyente en la vida de los ciudadanos europeos por su capacidad normativa.


Otra de las actividades que no podéis dejar pasar es probar la gastronomía local, representada especialmente por las flambeés, una especie de pizza con crema de leche, queso, cebolla y trozos de bacon. El mejor acompañamiento es una buena cerveza, y no es difícil encontrarlas en Estrasburgo. Os recomendamos visitar una brasserie donde podéis encontrar buenos menús, incluso algunos donde comer y beber tanto como podáis (o puedan servir los camareros) durante un tiempo determinado, normalmente una hora u hora y media. Au brasseur es uno de los más recomendados, muy frecuentado por estudiantes Erasmus, donde elaboran su propia cerveza. 


Por todo esto y mucho más, Estrasburgo bien se merece una visita. Corazón de la Unión Europea, ejemplo de reconciliación y convivencia. Perfecta mezcla de la tradición medieval y de la arquitectura más vanguardista. Disfrutaremos de un paseo cruzando los puentes sobre el Ill, o de una cerveza en uno de sus múltiples bares. Una ciudad perfecta para celebrar la Navidad, algo que sin lugar a dudas les encantará a los niños. Y porqué no, es una celebración de la vida, de nuestra libertad. Viajad, y si podéis ir a Estrasburgo, mejor. 

sábado, 8 de diciembre de 2018

DE VUELTA A DINÓPOLIS TERUEL

Sí, no lo pudimos evitar, hemos vuelto a Dinópolis. Ya os contábamos en un artículo en este blog nuestra experiencia como primerizos en el parque de Teruel. Pagamos la novatada de ir un poco a lo loco, tras haber recogido el camping, cargado equipaje y de camino a casa. Esta vez quisimos ver todo y lo preparamos todo para disfrutar a tope del día. 


El primer objetivo se cumplió: vimos todo el parque. Para ello nos hicieron falta unas 8 horas. Quizá haya quien pueda hacerlo más rápido, pero teniendo en cuenta que esta vez el grupo éramos nueve personas, entre los 2 y más de sesenta años (si desvelo la edad igual me cae alguna) bastante bien lo hicimos, en mi humilde opinión.

Para empezar fuimos pronto, recién desayunados y duchados. Además no escogimos el día de vuelta, lo que suponía que no perdíamos tiempo y que no podíamos cansarnos en exceso para no comprometer la seguridad en el viaje. Como ya os comentamos en el anterior artículo el parking es gratis, y llegando tan pronto no hubo problema ninguno. Eso sí, las sombras son escasas, pegas de la gratuidad. 




En taquilla hicimos un poco de cola (¡lo sentimos!) ya que hubo que ajustar un poco los descuentos para todos los que éramos. Descuentos individuales, familia numerosa, niño, senior… Un poco de lío, pero el personal de cajas fue muy amable y procuró que pagáramos lo menos posible, lo que siempre es un aliciente para el visitante, que ve que no intentan hacer negocio por el negocio. 


Al entrar intentamos organizarnos un poco, porque te puede un poco el ansia viva y quieres verlo todo de golpe. Lo recomendable sería tomarte un rato para decidir qué ver primero y no ir a salto de mata. Pero no, estaba a punto de empezar el cine 3D. Los nueve corriendo para la sala. Menos mal que está junto a la entrada. 



Después de la peli, los cinco que ya eramos veteranos aprovechamos la primera parada en boxes para organizar un poco la visita. De esta forma decidimos que iríamos a ver primero Tierra Magna, el teatro, El Último Minuto y el simulador 4D. Después parar a comer, ver los espectáculos, y por la tarde ver el museo paleontológico y el T-Rex, que se nos quedó pendiente en nuestra anterior visita. Y con algún ligero cambio, cumplimos bastante bien el plan. 


En Tierra Magna, que visitamos lo primero para no perecer achicharrados bajo el sol del agosto de Teruel, encontramos alguna novedad, ya que hay nuevas escenas de dinosaurios y alguna “cría” con la que los peques se podían hacer una foto. Esto siempre está chulo porque nuestros hijos, empezando por el más pequeño, son muy fans de los dinosaurios y siempre pueden utilizar esas fotos para darle envidia a sus amigos. 




Respecto a la comida, decir que nos sorprendió gratamente. Los mayores comimos mayoritariamente los menús de bocata y los niños el menú infantil. Empecemos por los últimos: el menú consta de hamburguesa o nuggets, patatas fritas, agua, yogur y un regalo, y cuesta 8,25 €. La hamburguesa estaba sabrosa y era bastante más grande que cualquiera de un menú de las grandes cadenas de burgers. El regalo era una maqueta pequeña de un dinosaurio (¡obvio!) de cartón, que es bastante maja, aunque a estas alturas ya no sé ni donde están la mitad de las piedras. Conclusión: menú bastante aceptable. Los mayores optamos por bocadillos, triunfando especialmente el de Ternasco de Aragón con pimientos. Ya que estábamos allí no íbamos a coger un bacon-queso o uno vegetal… Este menú cuesta 8,95 €, y se acompaña de patatas y bebida (agua, refresco o cerveza), y por dos euros más podías coger una bebida grande y un helado de postre. El precio, aunque más caro que en establecimientos de la calle, no era especialmente exagerado. 


Como en nuestra anterior visita no vimos la atracción del T-Rex, y nos habían hablado bastante bien, nos apetecía mucho verla. La verdad es que el Tiranosaurio protagonista es bastante real y la historia que cuenta es divertida y el tiempo pasa volando. Nos habían dicho que había un susto inicial, pero nada de nada, y no será porque seamos especialmente valientes, os lo aseguro. 




Tras dos visitas ya hemos podido testar algunas cosas, y os dejamos algunos consejos que consideramos útiles y os ayudarán en vuestra visita: 


- Tomaos tiempo para que los niños se lo pasen bien. Al fin y al cabo vamos a Dinópolis por ellos, ¿verdad? Podemos tomar un café mientras ellos ven los espectáculos de Turol Jones y el Club de los Paleontólogos, debemos encontrar un rato para corran por la paleosenda... 

- Si vais con un grupo mediano siempre habrá flexibilidad por si alguien no quiere entrar a alguna atracción y que de esta manera no se quede solo. 

- En verano beberéis agua como si no hubiera un mañana. Es cara, pero sabréis encontrar grifos. 

- Las atracciones al aire libre en verano, mejor a primera hora o a última. 

- Sentaos cinco minutos al entrar para planificar, así os ahorraréis muchas idas y venidas. 

- No os perdáis el museo paleontológico, es una auténtica joya 



Al día siguiente completamos la visita en Mar Nummus, la sede de Dinópolis en Albarracín. Este es uno de los siete centros que junto al parque principal forman el denominado Territorio Dinópolis. Se centra en los descubrimientos de fósiles en los alrededores de la sierra de Albarracín, que hace 150 millones de años era el Mar de Thetys, que dio paso al actual Mediterráneo. 


Durante la visita se pueden ver fundamentalmente fósiles de animales marinos, como ammonites, cocodrilos y el liopleurodon, el mayor depredador que ha existido, tan grande que se “sale” de Mar Nummus, y que vivió por la zona. Es bastante más pequeño que Dinopolis, únicamente una gran sala, pero los niños se lo pasaron muy bien con la visita guiada, no perdieron detalle a las explicaciones. 



No nos cansamos de recomendar Dinópolis. Si tenéis hijos les encantará. En nuestra segunda visita los abuelos salieron contentos, y eso es para tener muy en cuenta. Tras dos años supongo que el próximo descansaremos, pero siempre nos quedará Territorio Dinópolis. Que le vamos a hacer, nos encantan los dinosaurios.