jueves, 28 de octubre de 2021

EL CASTILLO DE PEÑARROYA, PROTECTOR DE LAS LAGUNAS DE RUIDERA

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Seguro que habéis reconocido esta frase. Y es que el comienzo del Quijote es una de esas cosas que un montón de alumnos hemos aprendido casi por herencia. Argamasilla de Alba es uno de los epicentros cervantinos. Allí se encuentra, además, el castillo de Peñarroya.

Castillo de Peñarroya

Vigilando la última laguna del parque natural de las Lagunas de Ruidera, se encuentra el castillo de Peñarroya. Es habitual que en un valle como este, para posibilitar su defensa, hubiera un castillo en cada extremo. Más si cabe si tenemos en cuenta que en un lugar como este la defensa es muy sencilla, ya que basta con cerrar ambos extremos. En el otro lado se encuentra el castillo de Rochafrida, en el término municipal de Ossa de Montiel, del que solo se pueden visitar sus ruinas.


Por su parte el castillo de Peñarroya ha permanecido en pie durante todos estos siglos y en la actualidad se encuentra junto a la presa del mismo nombre, que posibilita el riego en los campos cercanos. También tiene una importante función hidrológica, ya qué es el nacimiento del denominado Guadiana Alto o Viejo, un cauce que unos kilómetros más adelante convergerá con el Guadiana que todos entendemos, el que surge de los Ojos del Guadiana.

El castillo de Peñarroya se encuentra en el término municipal de Argamasilla de Alba, a 12 km del casco urbano de esta localidad manchega. Supone una de las excursiones típicas de los visitantes que se adentran en el parque natural de las Lagunas de Ruidera ya que está a los pies de la última laguna, que hoy es un pantano.

Castillo de Peñarroya

Para llegar se puede hacer en coche a través de la carretera CM-3115. Hay un inmenso aparcamiento no asfaltado, pero perfecto para realizar la visita. Si preferimos hacer algo de ejercicio, hay una ruta senderista que parte de Ruidera, y que tras visitar la cascada del Hundimiento pasa por las lagunas bajas y el Canal de Villanueva, para acabar en este lugar. Preparaos porque son 21 kilómetros de trayecto.


La historia del castillo de Peñarroya se remonta a la época de la dominación musulmana. Esta fortaleza se construiría con una evidente función defensiva, como ya hemos comentado anteriormente. El año 1198 es conquistada por los cristianos y pasaría a manos de la Orden de San Juan a partir de 1215. Esta orden estableció aquí una encomienda que llegó a ser la más importante de la orden. Esto es decir mucho. Las órdenes militares como la de San Juan, Calatrava o los templarios (Orden del Temple), la más conocida de todas, atesoraron grandes riquezas que repartían entre los necesitados. También establecieron aquí la caja fuerte de la Orden, lo que demuestra la importancia que tuvo. Entre los siglos XIV y XVI este castillo sufrió diversas obras y modificaciones del edificio original, que configuró el aspecto que tiene actualmente. 

La visita al castillo es libre y se realiza bastante rápidamente, en media hora, más o menos. Se entra por una puerta situada junto al acantilado que también da nombre a este castillo. Tras la construcción de la presa esta peña ha quedada bastante desdibujada. Dentro podremos adentrarnos junto a la muralla que rodea la fortificación y que tiene un camino de ronda almenado por el que se puede pasear. La torre del homenaje es la parte más importante del conjunto. Aquí se supone que estaban las estancias tanto para residir como para el resto de actividades que realizaba la Orden de San Juan y sus posteriores habitantes.


Mirando hacia la actual posición de la presa, que antiguamente era únicamente una laguna, se abre una plaza de armas bastante grande. Aquí encontramos también otro de los elementos más característicos de esta fortaleza, la capilla dedicada a la Virgen de Peñarroya que dicen se apareció tras la conquista cristiana de este castillo. Esta Virgen tiene una gran veneración en la zona siendo la patrona tanto de Argamasilla de Alba como de la cercana localidad de La Solana.

Castillo de Peñarroya

La iconografía quijotesca está presente casi en cada rincón de esta zona. No obstante como ya comentamos en el post sobre las Lagunas de Ruidera, en esta zona Miguel de Cervantes situó algunas de las aventuras que viven Quijote y Sancho. Por ejemplo, bastante cerca se encuentran la cueva de Montesinos, y un poco más allá podréis encontrar molinos como protagonistas de la que es la escena más famosa de la novela de Cervantes.

Castillo de Peñarroya

Aunque no queremos, vamos a cortar un poco el rollo. El Quijote es un personaje de ficción. Esto parece obvio pero de vez en cuando hay carteles del tipo "El Quijote pasó por aquí" o "El Quijote comió aquí". Quijote y Sancho son personajes de ficción, tan de ficción como pudiera serlo Harry Potter, Darth Vader o Doraemon. Eso no quita para que, como acabamos de comentar, Cervantes se inspirara en estas tierras para situar las escenas de su novela, y que podamos disfrutar de estos paisajes imaginando al caballero andante y su escudero atravesando estas tierras.


Precisamente en Argamasilla de Alba se encuentra la Casa de Medrano. En este lugar ubican los estudiosos de Cervantes el lugar donde estuvo preso el escritor. También se contempla de manera muy extendida la tesis de que aquí escribió la primera parte del Quijote. Para ello los expertos se apoyan en las citas sobre el cautiverio que hace Miguel de Cervantes a lo largo de la novela y también de la descripción detallada de algunos lugares de Argamasilla de Alba y alrededores. Sea como fuere, cuando visitamos el Castillo de Peñarroya este lugar estaba cerrado por lo que tendremos que volver a visitarlo (toda excusa es buena).

Castillo de Peñarroya

El castillo de Peñarroya es bastante interesante pero si algo se destaca por encima del conjunto son sus vistas. El embalse de Peñarroya fue inaugurado en 1959. Además de su aprovechamiento hidráulico sirve para generar electricidad. Es un marco incomparable. Tanto como el paisaje que se extiende tras la presa.


Si estáis en esta zona no dejéis de visitar este castillo, un lugar que se ve bastante rápido y seguro que no os defrauda. Y es que esta zona de España tiene muchas sorpresas que descubrir, la mayor parte de ellas bastante desconocidas.

lunes, 18 de octubre de 2021

VISITAMOS "ETRUSCOS, EL AMANECER DE ROMA" LA NUEVA EXPOSICIÓN TEMPORAL EN EL MARQ ALICANTE

Los que, como nosotros (los papis) empezáis a tener ya cierta edad probablemente recordareis este glorioso diálogo de "El milagro de P. Tinto", la ópera prima de Javier Fesser:

"Habrás oído decir muchas veces que los romanos inventaron el pan, que los romanos trajeron el agua, que si los romanos esto, que si los romanos lo otro, que vivan los romanos... pues bien, para que te hagas una idea, los romanos... ¡¡¡una mierda al lado de los etruscos!!!"

Etruscos, el amanecer de Roma

Esta licencia la usamos para introducir este artículo dedicado a la nueva exposición temporal que puede verse en el Museo Arqueológico de Alicante, el MARQ, y que tiene de protagonista a la civilización etrusca. Un pueblo al que envuelve un aura de misterio. Por cierto, Luis Ciges, quien pronuncia ese imponente discurso, era un devoto de los etruscos y parece ser que tenía una biblioteca acerca de esta sociedad bastante bien surtida.

¿Quienes eran los etruscos?



Los etruscos ocuparon una importante extensión de la Península Itálica. Hasta el año 750 a. C. (aproximadamente) ocupaban una franja junto al mar Tirreno, entre los ríos Arno (al norte) y Tíber (al sur). A partir de esa fecha comienzan una expansión que los lleva hacia el sur, ocupando las tierras que ahora son el Lazio y la Campania; y hacia el norte, remontando el valle del Po desde su desembocadura en el Adriático. Las invasiones de tribus del norte, y los conflictos con los cartagineses y los griegos empezaron a hacer decaer esta sociedad que al poco fue conquista y absorbida por los romanos.

Precisamente la romanización de los territorios ocupados por los etruscos fue la clave de que su recuerdo se haya ido diluyendo a lo largo de los siglos, aplastado por esa superpotencia que fue Roma. A pesar de eso son muchos los rasgos culturales que los etruscos aportaron a los romanos, y que han llegado hasta nuestros días. El hecho de que haya investigadores que se preocuparan en devolver a los etruscos a su lugar en la historia ha permitido que conozcamos muchas cosas interesantes de este pueblo.

La estructura de la exposición


Etruscos, el amanecer de Roma

Como en otras ocasiones, la exposición se ubica en las tres salas que el MARQ reserva para las exposiciones temporales. Cada una de las salas, como vamos a ver, aborda un tema distinto acerca de este pueblo, que en muchos aspectos es bastante desconocido para el gran público.

La exposición comienza justo antes de entrar a las salas expositivas. Junto al atrio que distribuye las salas de exposición se proyecta un vídeo introductorio. Este vídeo comienza a explicarnos algunas de las cosas que vamos a ver y hace que podamos comprender mucho mejor la exposición.


En el pasillo que conecta las tres salas en las que se ubica la exposición hay un primer mural en el que se contextualiza geográficamente a los etruscos y su expansión, tal como ya hemos contado en un párrafo anterior.

La escenografía en las tres salas es muy sobria, alejada de los montajes que hemos visto a lo largo de años anteriores, en exposiciones dedicadas a los vikingos, los mayas, Irán o al arte rupestre. Sobria no quiere decir sosa, porque las piezas cobran un mayor protagonismo con los fondos negros, en ocasiones adornados con reproducciones de los textos grabados. La escenografía también se apoya en la iluminación.

La primera sala de exposición


Etruscos, el amanecer de Roma

La primera sala realiza una introducción acerca de la sociedad etrusca. Contextualizan su origen (o lo que sabemos acerca de esto) y muestran algunas de las piezas más antiguas que se conocen. Es reseñable que hasta nosotros ha llegado el nombre que les dieron los romanos, y no el nombre por el que ellos mismos se conocían: rasenas (o rassenas o rasna). Para los griegos eran los tirrenos, nombre que se le da al mar que baña las costas del oeste italiano. 

Las piezas que vemos en esta sala recorren varios siglos, y muestran aspectos de la vida cotidiana, como vasijas decoradas, coladores o joyas. También elementos utilizados por los militares, como armas, protecciones o un carro en miniatura que creemos que podía ser un exvoto. Una de las piezas más importantes es una crátera de barniz negro del s. IV a. C., que se muestra al fondo de la sala. Pero si nos permitís, justo en la entrada, hay un sarcófago absolutamente maravilloso. Decorado con una de las escenas más famosas de la Odisea, cuando Ulises pide ser atado al mástil de su barco para evitar sucumbir a los cantos de las sirenas. Es imposible, a ojos inexpertos, distinguirlo de un sarcófago romano o griego.

La segunda sala



La segunda sala se adentra en los aspectos religiosos de los etruscos. Éstos practicaban una religión politeísta. Siempre hemos estudiado que la mitología romana se basa en la griega. Pues bien, el panteón etrusco también se basa en el griego, y es evidente que la traslación en Roma vino por ambas vías. Perviven también algunos dioses de origen itálico, como es el caso de Culsans, Selvans y Voltumna, que pasaron a la mitología romana como Ianus, Silvanus y Vertumno, respectivamente.

Etruscos, el amanecer de Roma

La representación de los dioses etruscos ocupa gran parte de la sala. También hay figuras votivas que representan templos, que eran lugares tanto de culto como de reunión. Las figuras que representan a las deidades etruscas tienen una fuerte influencia helénica, adoptando algunos la famosa curva praxiteliana. 


La figura “estrella" de la sala es una figura de bronce que se conoce como “la sombra de la tarde". Este nombre tan poético proviene de su aspecto extremadamente alargado, que recuerda a las sombras que se proyectan al atardecer. Es mi sorprendente por su aspecto tremendamente moderno. De hecho sirvió de inspiración para artistas de las vanguardias de principios del siglo XX. Uno fue el italiano Giacometti. Éste las vio en los años 20 del pasado siglo. Al igual que a otros artistas como Picasso, influyeron decisivamente en su obra.

La tercera y última sala 


Etruscos, el amanecer de Roma

La tercera y última sala se dedica a dos temas. En primer lugar a los ritos tras la muerte en el mundo etrusco. Como en otras culturas contemporáneas los etruscos creían en una vida después de la muerte. Esto hace que sus inhumaciones adquieran un carácter ritual. En la sala veremos diversos tipos de elementos empleados en enterramientos cómo sarcófagos y urnas cinerarias.

Por otra parte, la tercera sala también se dedica al estrecho contacto que tuvieron entre etruscos y romanos. Estos contactos fueron definitivos. Tanto que los etruscos fueron romanizados, poniendo punto y final a su civilización.

Nos queda por ver unas cuantas piezas. El MARQ siempre intenta vincular de alguna manera las exposiciones temporales con la provincia de Alicante. En esta ocasión se muestran varias piezas de carácter etrusco localizadas en yacimientos alicantinos y que forman parte de la colección del MARQ. Éstas se encuentran en una vitrina en la zona donde se proyecta el vídeo, junto a la entrada/salida del área expositiva.

Etruscos, el amanecer de Roma

Como siempre el MARQ ha realizado una gran exposición que deja un muy buen sabor de boca. 100% recomendada. Aprenderemos bastantes cosas, como que un etrusco es más que el balón con el que se disputó el Mundial de fútbol Italia'90 (veis como ya tenemos una edad...). 

viernes, 8 de octubre de 2021

MÁS QUE HISTORIA EN LA VISITA A SAN MIGUEL DE LOS REYES EN VALENCIA

En este post os vamos a hablar de un edificio que ha tenido una larga vida y, sobre todo, muchas vidas. Si ocurre con los seres humanos que apenas estamos por este mundo unos 80-90 años, imaginaos un lugar cuya historia se remonta al s. XIV. Vamos a conocer mejor y visitar el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes, en Valencia

San Miguel de los Reyes

Este antiguo monasterio se levanta a las afueras de Valencia, en el barrio de Orriols, en el distrito de Rascanya (pronunciado Rascaña), concretamente en el número 284 de la Avenida de la Constitución. Este edificio se encuentra entre la ronda norte, que circunvala Valencia, y el casco urbano de Tavernes Blanques. Este municipio prácticamente forma una conurbación con la ciudad de Valencia y otras localidades cercanas como Alboraya, la cuna de la horchata.


Antes que nada, y con afán didáctico, explicaremos la diferencia entre convento y monasterio, que es muy sencillita. Resumiendo, un convento se encuentra en la ciudad (en su casco urbano), mientras que un monasterio se encuentra fuera de la ciudad. Pensad en algunos monasterios famosos, todos se encuentran (o encontraban) fuera de núcleos habitados. Esta ubicación permitía que pudiera estar rodeados de campos de cultivo para el abastecimiento de alimentos. San Miguel de los Reyes no es una excepción. Aunque ahora se encuentre más o menos cerca de la ciudad de Valencia, en su época se encontraba fuera. Muy fuera. En el quinto pino.

La historia de San Miguel de los Reyes


San Miguel de los Reyes

Aunque antes hemos comentado que la historia de San Miguel de los Reyes comienza en el siglo XIV, esta se remonta algunos siglos atrás. En este lugar se estableció una alquería musulmana. Sus habitantes se dedicaban a tareas agrícolas. Un siglo después de la conquista de Valencia, y del resto del Reino de Valencia, por parte del rey Jaume I de Aragón, en el siglo XIV, se compra el terreno donde se ubicaba esta alquería con la decisión de construir un monasterio: San Bernardo (Sant Bernat) de Rascanya. La orden que se estableció aquí fue la cisterciense, el Císter, famosos por su modestia. Al principio fue un lugar bastante humilde, comparado con la actualidad, con un claustro sobre el que giraba la vida monástica. Las celdas, el refectorio, la capilla y demás estancias para la vida de los monjes estaban dispuestas alrededor de este claustro.

Pero la historia de este edificio cambia con la muerte de la reina Germana de Foix a mitad del s. XVI. Esta reina estuvo casada con Fernando II de Aragón, y V de Castilla, conocido universalmente como Fernando el Católico, esposo de Isabel I de Castilla. Supongo que os sonará. Germana de Foix se casó con Fernando después de fallecer Isabel, pero tras enviudar se casó con un tal Juan de Brandeburgo-Ansbach, del séquito de Carlos I (y V de Alemania), que era su nietastro (o algo así). Pero  Germana volvió a enviudar pronto. Al poco tiempo se casó (por tercera vez) con otro Fernando, también de Aragón, pero más conocido como el Duque de Calabria, para evitar confusiones. Entre otros cargos también fue Virrey de Valencia junto a Germana de Foix. ¡Toma culebrón del bueno!

De San Bernardo a San Miguel



El caso es que Germana de Foix fallece en 1536, y mandó que la enterraran en el monasterio del Císter de San Bernardo de Rascanya. Como al Duque de Calabria aquel monasterio medio en ruinas le pareció poca cosa comenzó las gestiones para construir en su lugar uno digno de su esposa. En 1545 el papa Pablo III desaloja a los pocos monjes del Císter que quedaban y aloja aquí a la Orden de los Jerónimos, que llegan un año después. También cambia el nombre por San Miguel de los Reyes. Esta orden también debía orar por la salvación del alma del Duque de Calabria. Se cuenta que tenían bastante trabajo sólo con esta misión espiritual.

El Duque de Calabria contrata a Alonso de Covarrubias, uno de los arquitectos más importantes del Renacimiento español, que realiza las trazas y comienza a construir el claustro sur. Este claustro se sitúa anexo a las antiguas dependencias de San Bernardo de Rascanya. Entre las muertes del Duque de Calabria, la de Covarrubias y la falta de fondos, la construcción se empieza a demorar. Además los monjes deciden cambiar el programa constructivo, acercándolo más a otros monasterios jerónimos como los de El Escorial, Guadalupe o Yuste.

San Miguel de los Reyes

Para llegar al aspecto con el que cuenta actualmente, se derribó el antiguo claustro de San Bernardo de Rascanya para realizar uno nuevo y nuevas dependencias. Pero estas obras nunca se acabaron y el claustro norte nunca se llegó a construir.

El movidito s. XIX


El s. XIX revitalizó el monasterio de San Miguel de los Reyes, aunque no sé si es el verbo más correcto. El siglo comienza con la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico. La batalla en Valencia no sólo se salda con el derribo del Palacio Real, donde se ubican actualmente los Jardines de Viveros, sino que también roban parte de la inmensa (y valiosa) biblioteca que el Duque de Calabria había donado.


Pero el s. XIX no acaba aquí. Tras la desamortización de Mendizábal, San Miguel de los Reyes pasa a manos privadas. Su propietario intenta derribarlo, pero el Ayuntamiento de Valencia y la Academia de Bellas Artes de San Carlos lo paralizan. Pasa a manos del Estado que sitúa aquí un asilo de pobres y una prisión. Primero será de mujeres, pero años después albergará también presos masculinos. Para ello se construyen dos galerías alrededor de lo que iba a ser el claustro norte. En este patio, una excavación arqueológica ha dejado a la vista algunos restos del primitivo San Bernardo de Rascanya.

Tras la Guerra Civil se convierte en cárcel del régimen franquista, albergando a numerosos presos políticos bajo unas condiciones penosas. La cárcel cuya capacidad era de 200 presos llegó a albergar a 6.000 personas y los presos se hacinaban en las celdas. En 1962 el Ayuntamiento de Valencia y la Diputación Provincial compraron el edificio, clausurando la cárcel en 1966.

Sede de la Biblioteca Valenciana



Durante los años 70 y 80 San Miguel de los Reyes alojó una escuela pública. En esta época ya comienza a estudiarse el proyecto de su uso actual, sede de la Biblioteca Valenciana. Esta institución cultural no es una biblioteca al uso, de intercambio de libros, sino “la cabecera del Sistema Bibliotecario Valenciano, centro superior bibliotecario de la Generalitat y depósito bibliográfico básico de la Comunidad Valenciana” como dice la Ley sobre el Sistema Bibliotecario Valenciano. Es un lugar de depósito, guarda, salvaguarda y estudio de los fondos bibliográficos valencianos. Para entendernos, es a la Comunidad Valenciana lo que es la Biblioteca Nacional para España.

Y todo este rollazo, ¿para qué? Pues para qué visitéis este edificio que está abierto a la ciudadanía. Además realizan unas más que interesantes visitas guiadas donde os contarán la historia de este edificio. También conoceréis sus funciones y os llevarán a conocer espacios como el claustro y varias salas, incluido el lugar donde están enterrados Germana de Foix y el Duque de Calabria, o los pasillos donde están los depósitos de documentos, un área que normalmente solo es accesible para trabajadores. También para conocer curiosidades, como que en la fachada están representados los reyes más famosos del mundo. Sí, Melchor, Gaspar y Baltasar.

Capítulo aparte merece la iglesia del antiguo monasterio, y que hoy está secularizada y no realiza oficios religiosos. La zona más interesante es la del altar, ya que tiene decoración realizada con insertos de mármoles de diferentes colores. Además de símbolos religiosos, y decoración geométrica, presenta los escudos familiares del Duque de Calabria y de Germana de Foix, que al fin y al cabo costearon las obras. También es muy interesante un reloj que, evidentemente, es posterior. 

Visitas guiadas a San Miguel de los Reyes 


San Miguel de los Reyes

Las visitas guiadas para visitantes individuales y familias se realizan los sábados y domingos y algunos festivos destacados. Hay dos pases, uno a las 12:00 en valenciano y otro a las 13:00 en castellano. De momento, y mientras duren las restricciones por la pandemia del Covid-19 hay que reservar vía telefónica en el número 96 387 40 02 de lunes a viernes, en horario de oficina. Para los grupos grandes las visitas se realizan los martes en horario de mañana, y también hay que reservar. También se realiza una jornada de puertas abiertas el día de San Miguel (28 de septiembre), que además de ser la festividad del santo de la advocación del monasterio, se puede presenciar un evento muy curioso, pero no os lo cuento y os lleváis la sorpresa. Todas estas visitas son gratuitas.

Por último, la actividad cultural en San Miguel de los Reyes también abarca exposiciones de arte (en la actualidad hay una de la artista valenciana Carmen Calvo), representaciones teatrales, conciertos de música, presentación de libros... Una agenda muy completa y muy interesante.


La visita es más que recomendable. El edificio es muy bonito y la historia que alberga, tanto la buena como la mala, es imprescindible conocerla. También para saber la función de esta institución y la tarea que desempeña. En definitiva, una visita muy completa a un edificio que, por su situación, no siempre entra en las guías o en las listas de must de la ciudad de Valencia.