jueves, 28 de septiembre de 2023

EL CASTILLO DE DÉNIA, TESTIGO DEL TIEMPO

El mar Mediterráneo es mucho más que una gran masa de agua salada. Desde la antigüedad fue el nexo de unión entre distintas culturas que utilizaban este mar como vía de comunicación. A través de él nos llegaron nuevos conocimientos, nuevas mercancías y también peligros que debían ser esquivados. Por ese motivo junto al mar Mediterráneo se han levantado castillos como el de Dénia.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para encontrar el origen del castillo de Dénia hay que hundirse en el tiempo hasta la época de los romanos. Después alzar la vista para llegar a la actualidad, cuando todavía podemos disfrutar de las ruinas de lo que fue uno de los centros más importantes a orillas del Mediterráneo.


LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL CASTILLO DE DÉNIA


Estamos en el s. I a. C. Los romanos, que ya empiezan a dominar con sus naves el mar Mediterráneo. Fundan una colonia como base naval en las Guerras Sertorianas. No hay que olvidar que la costa alicantina fue uno de los principales escenarios de estas guerras civiles que tuvieron como objetivo tomar el control de Roma y todos sus territorios.

Llamaran Dianium a la colonia y, ya que están, la utilizan para comerciar con otros núcleos de población cercanos. Algunos autores han afirmado que el nombre procede de la diosa Diana, incluso que levantaron una estatua dedicada a la diosa de la caza que se podía ver a varios kilómetros a la redonda. Pero ningún resto ha confirmado esta teoría.


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Esta localización es un importante enclave estratégico. Una ensenada ofrece la posibilidad de ser un puerto natural y mantener así resguardados los barcos. Con el paso de los siglos este puerto se fue colmatando y se fue alterando por lo que hoy en día ha desaparecido. Pero más importante es una colina que se levanta junto al antiguo puerto.

Esta posición es fundamental para garantizarles la seguridad y permitirles la vigilancia tanto terrestre como costera. Hacia el sur, en tierra, se alza el monte Montgó que también ejerce de barrera natural y hacia el norte una extensa llanura que alcanza hasta València. Además es el punto peninsular más cercano a las Islas Baleares, a Ibiza, la Ebusus romana.


TOMAMOS CONTACTO CON EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia toma gran importancia a partir de la época andalusí. Dentro del complejo entramado administrativo con el que se gobierna en aquella época Dénia será la capital de una de las taifas o pequeños reinos. Su importancia, por los mismos motivos que ya hemos explicado con los romanos, la convierten en una de las más importantes y prósperas del territorio. El castillo jugará un papel fundamental.

Para entrar a los restos que se conservan lo haremos a través de una de las puertas que se abrieron en la muralla en época islámica. Para llegar hay que callejear por algunas de las calles del casco antiguo de Dénia. Se puede tomar como punto de referencia el ayuntamiento y a partir de ahí seguir las indicaciones. Hay un poco de cuesta arriba pero es perfectamente accesible para todas las personas, aunque se puede acceder en coche bajo determinadas circunstancias.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Tras cruzar el arco de entrada nos encontramos con unas primeras estancias que tienen paneles explicativos. Seguiremos junto a la muralla y a los pocos metros encontraremos la taquilla. La recomendación es realizar la visita en sentido horario y subir por el camino que se abre hacia nuestra izquierda.

Muchas de las construcciones que se encontraban en esta parte del Castillo se encuentran arruinadas pero han sabido mantener algunos restos con carteles explicativos para que podamos comprenderlos. Anexas a la muralla que rodea todo el castillo hay varias torres que servían para vigilar. En este primer tramo las torres miran hacia el sur y/o suroeste teniendo una vista privilegiada del Montgó.


TO THE TOP


Seguiremos subiendo en paralelo a la muralla para encontrarnos con el baluarte, otro recinto amurallado que encierra la parte más alta del castillo de Dénia. Una puerta nos da acceso a lo que probablemente sea lo más esperada de este monumento. Como en todo castillo que se precie las estancias más nobles se situaban en la zona más alta, que son las más fáciles de proteger a priori.

Aquí nos encontraremos unas construcciones que son una mezcolanza de edificios de diversas culturas y siglos. Edificios de época andalusí junto a edificios de la conquista cristiana y otras construcciones del periodo borbónico. Algo que no es extraño ya que la historia se escribe página a página.

Como curiosidad en uno de los patios de armas se encuentra un bar-cafeteria que bien puede sernos útil para descansar un poco en nuestra visita al castillo de Dénia. Como ya hemos comentado, en esta parte las vistas alrededor son absolutamente espectaculares, llegando más de 50 km de distancia. Hacia el sudeste se ve la torre del Gerro, parte del sistema de torres vigías contra la piratería.


EN LA CASA DEL GOBERNADOR


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para nosotros los dos elementos más destacados en el castillo de Denia son las murallas con sus torres defensivas y de vigilancia y la Casa del Gobernador que se encuentra en el punto más alto de la colina sobre la que se asienta el castillo. Efectivamente, esta fue la residencia del gobernador de Denia. 

Como ya hemos ido explicando a lo largo de todo el post la historia de Dénia fue pasando por diferentes etapas. Tras la llegada al trono de Felipe V y, por tanto, la instauración de la dinastía borbónica, se ejecutan cambios en la Administración del Estado. Dénia queda bajo el control de un marquesado del que es capital. El gobernador estaría bajo el mandato de estos marqueses. En este momento, gracias a sus explotaciones agrícolas y principalmente a su puerto, la ciudad es una importante potencia económica en su territorio.


Podemos distinguir dos partes que se conservan, entre comillas, en la Casa del Gobernador. El nivel inferior cuenta con varias estancias que se conservan y que actualmente alojan el Museo Arqueológico local. En la parte superior los edificios están prácticamente arruinados, solo se pueden ver las bóvedas que cubren las estancias que hemos nombrado hace un momento. Hay una terraza que no os podéis perder. Por las vistas, por esas vistas. La comunicación entre las dos partes se hace mediante una escalera que se ha sometido a un proceso de consolidación y rehabilitación y que nos hará sentir por un momento que hemos vuelto atrás un par de siglos en el tiempo.


HORARIOS DE VISITA, TARIFAS Y CONSEJOS PARA EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia abre prácticamente todos los días del año. La excepción son el día de Navidad y Año Nuevo. La apertura siempre se realiza a las 10 de la mañana y el horario de cierre depende del momento del año. Generalmente el cierre es entre las 18:00 h y las 19:30 h, a excepción de los meses de verano que se alarga hasta la medianoche. Esa visita nocturna debe ser una experiencia muy interesante y sobre todo más cómoda, evitando el calor de las horas centrales del día.

El precio de la entrada general es de 3 euros. Los jubilados, pensionistas y estudiantes pagan 2 €, la entrada para niños entre 8 y 16 años cuesta 1 € y los menor de 8 años tienen la entrada gratuita. No existe ningún descuento para familias numerosas. 

Para acceder, como ya hemos explicado al inicio del post, se hace a través de una entrada peatonal. Se puede solicitar el acceso a través de un vehículo únicamente a personas con discapacidad funcional. La solicitud se debe de hacer al Ayuntamiento de Dénia con cierta antelación.


El castillo de Dénia se ha convertido en una de las grandes atracciones de la ciudad. Algo absolutamente lógico para todas aquellas personas que lo hemos visitado. No os lo perdáis y, ya que estamos, no dejéis de dar un paseo por el resto de la ciudad. Estamos convencidos de que os va a encantar. Y por supuesto saboread la gastronomía dianense ya que Dénia es Ciudad Creativa de la gastronomía por la UNESCO.


lunes, 18 de septiembre de 2023

LA REFRESCANTE PLAYETA DE GESTALGAR

Los rigores del verano, cada vez más sofocantes, hace que tengamos que agudizar el ingenio para encontrar lugares donde refrescarnos y que al mismo tiempo no se encuentren masificados. Tenemos la suerte de tener muy cerca la playa, pero también suerte de tener playas fluviales en las que poder darnos un chapuzón. Este verano que el agua del mar ha alcanzado máximos estremecedores, lugares como la Playeta de  Gestalgar eran una gran alternativa.

Gestalgar es una localidad que se encuentra en el interior de la provincia de Valencia, en la comarca de Los Serranos. Está atravesada por el río Turia que discurre tranquilo junto a su casco urbano. Este es uno de los principales atractivos de este municipio que cada verano recibe un buen número de visitantes.

LLEGAMOS A LA PLAYETA DE GESTALGAR 


La refrescante Playeta de Gestalgar

La verdad es que llegamos a la Playeta de Gestalgar por casualidad. Habíamos planeado ir a la playeta de Chelva pero una vez en el coche decidimos cambiar los planes y buscar una nueva ubicación, esta vez en el río Turia, para bañarnos. Un 'pensat i fet' muy valenciano (pensado y hecho es una expresión muy común en la Comunidad Valenciana).

Primero acudimos a otra localidad pero había que andar bastante hasta llegar al río. La verdad es que en nuestro grupo había personas que no podían realizar este trayecto, así que recordamos que hace unos cuántos años habíamos visitado esta Gestalgar y al final fuimos a parar allí.

La verdad es que una vez en Gestalgar comprobamos que reúne unas condiciones muy cómodas para las familias y que es un lugar fantástico para pasar un día de lo más refrescante. En 2015 se reconoció la Playeta como playa continental. Esto supone, entre otras cosas, que el agua deba de pasar continuas analíticas y controles sanitarios para comprobar que es óptima para el baño.

La Playeta de Gestalgar se encuentra al final de un paseo que permite que lleguemos cómodamente. Para ubicaros, al principio del paseo se encuentra el antiguo lavadero, que se ha rehabilitado como atractivo turístico. Junto a la Playeta hay un barecito en el que se pueden adquirir bebidas y helados, y algo para picotear. 

En el margen del paseo muchas familias deciden apostar sus mesas de picnic, sus sillas, sus toallas. Están muy cerca del agua y de esta manera pueden vigilar a los más pequeños, ya que en cuanto entran en el agua es imposible hacerlos salir. 

DISFRUTAR EN LA PLAYETA DE GESTALGAR


La refrescante Playeta de Gestalgar

La Playeta de Gestalgar tiene una lámina de agua bastante grande. Está formada por una pequeña represa que retiene gran parte del agua, formando una balsa. Por la parte de superior de la represa, que hace funciones de puente, se puede cruzar a la otra orilla, donde suele haber sitio de sobra. No hay una excesiva profundidad en la mayoría de puntos, algo ideal para familias con niños.

Varias aberturas en la represa permiten que alivie agua para que el río Turia mantenga el caudal. Como el agua sale con una cierta fuerza, crea algo de corriente. Muchas personas aprovechan este punto para dejarse llevar con elementos hinchables, mini tablas de surf o bien directamente dejan ser arrastrados. Nosotros lo hicimos y nos lo pasamos muy bien. También acabamos agotados, todo hay que decirlo.

Junto a la Playeta de Gestalgar se conserva una pequeña construcción que era un molino. No es en absoluto descabellado suponer que utilizaba la corriente del río como fuerza motriz para mover la maquinaria. No sabemos por qué pero en algún lado creímos ver que había una pequeña central hidroeléctrica que proporcionaba electricidad, hace unas cuantas décadas, a la población de Gestalgar. Que igual se nos ha ido la olla...

Frente al molino hay un par de rocas que sobresalen varios metros del agua. Los jóvenes más valientes se encaramaban a lo alto y saltaban al agua. Nuestros hijos quisieron imitarlos pero, evidentemente, y sin saber la profundidad en ese punto no les permitimos saltar. Es bastante peligroso y se puede sufrir un accidente grave con consecuencias de por vida. 

LA PLAYETA Y SU PAISAJE


La refrescante Playeta de Gestalgar

Sí que nos llevamos nuestras gafas y máscaras para bucear y hacer snorkel. En ambos tramos del río,  pero especialmente en la lámina de agua embalsada, pudimos ver unos cuantos peces de un tamaño considerable. No os podemos decir si son carpas o si son madrijas como los que vimos en la Fuente de los Baños de Montanejos. Están tan acostumbrados a la presencia humana que aunque no se acercan, tampoco huyen despavoridos, lo justo que les dicta su instinto de supervivencia. De hecho había gente tirándoles pan para comer, algo que, por cierto, no es nada recomendable.

Otro de los encantos de la Playeta de Gestalgar es el paisaje. Se encuentra en un valle formado entre sierra. El río no corre encajonado como sucede en otros lugares, pero las montañas están a una distancia suficiente para poder disfrutarlas. Tal vez las lonas negras que hay en alguno de los márgenes afean un poco el paisaje, pero tienen una explicación. Gestalgar se encuentra dentro del Parque Natural del Turia y las lonas es un proyecto para eliminar la caña que, aunque no lo parezca, es una especie invasora. La caña ocupa mucho terreno, impidiendo la correcta visión del río y en caso de riada presenta un peligro de taponamiento al ser arrastradas. Además, consume una gran cantidad de nutrientes y oxígeno del agua. Las lonas son temporales, no os preocupéis, desaparecerán pronto.

Antes hemos comentado que la Playeta de Gestalgar es muy cómoda. Pegada al casco urbano, se ha habilitado el antiguo campo de fútbol debido a la afluencia de visitantes, principalmente los fines de semana. Si podéis evitad sábados, domingos y festivos para no toparos con las aglomeraciones. El parking se paga pero, como nos sucedió en Chelva, la caseta estaba cerrada y nadie nos exigió nada.

APOVECHAMOS PARA VISITAR GESTALGAR


La refrescante Playeta de Gestalgar

Después del baño, si estáis lo suficientemente frescos, podéis aprovechar para dar un paseo por las calles de Gestalgar y consumir en sus bares o comprar algo en su horno o en los ultramarinos. Su urbanismo orgánico, que se adapta al terreno, culmina en el castillo de Los Murones, que vigila la población. Tiene su origen en el s. XII y actualmente está en proceso de rehabilitación.

Para llegar a Gestalgar, desde Valencia, se debe ir por la CV-35, después desviaros hacia Pedralba por la CV-376 y seguir las indicaciones por la CV-377.  Hay otra carretera por Cheste desde la A-3, la CV-379, pero desde el navegador nos dio la sensación de que tenía muchas más curvas. Ya sabéis que puede significar eso... 

Lo pasamos muy bien en la Playeta de Gestalgar. Fue un día realmente agradable y seguro que el verano que viene volveremos. Es una gran alternativa a otros lugares que suelen masificarse. No descartamos que también ocurra en Gestalgar, como hemos dicho, en los días punta. 

PD: Disculpad la calidad de imagen de algunas de las fotos que ilustran el post. Fue la prueba de nuestra cámara de acción low cost y no tenemos más material. 

sábado, 9 de septiembre de 2023

CONOCEMOS LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES, EL NUEVO GRAN MUSEO EN MADRID

Cinco siglos dan para mucho, para muchísimo. Cinco siglos para el centro del poder de un reino y todo un imperio dan para muchísimo, para muchisísimo. Bajo esta premisa, y tras casi ocho años de retrasos (pandemia de por medio incluida) el pasado 28 de junio se inauguró oficialmente en Madrid el último gran museo, la Galería de las Colecciones Reales.

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Este museo tiene como misión reunir en un mismo espacio obras artísticas que fueron realizadas bajo el mandato del monarca de turno. Es cierto que esta función la cumple parcialmente el Museo del Prado, cuya colección se nutrió principalmente de las obras que los monarcas fueron reuniendo a lo largo de los siglos, pero la Galería reúne y muestra más objetos. 


LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES PASO A PASO


Quizás para entender mejor el porqué de este museo hay que remontarse a la Segunda República, curiosamente. Manuel Azaña, Presidente del Gobierno, propuso la creación de un museo para los tapices y carruajes procedentes de las monarquías y que habían pasado a ser custodiados por el Estado. La Guerra Civil dio al traste con el proyecto. Con la vuelta de la democracia tras la dictadura y, sobre todo, con la creación en 1982 de Patrimonio Nacional, como organismo encargado de la custodia, gestión y administración de los bienes adscritos a la Corona, la idea se retomó. Y en pispás, casi cuarenta años después ha visto la luz esa idea, convenientemente reestructurada.

La Galería de las Colecciones Reales muestra obras de arte y otros objetos con carácter artístico que fueron encargo de la Corona. Se ponen en contexto con el monarca correspondiente y con el contexto histórico y social en el que se produjo. La colección, perteneciente en su totalidad a Patrimonio Nacional, se estructura en dos grandes salas. Cada sala está dedicada a una de las dinastías que ha reinado en España (en resumen). La sala A dedicada a los Austrias, y la sala B, a los Borbones.

El edificio está situado junto al Palacio Real, a espaldas de la Catedral de la Almudena, en el mirador que se levanta sobre los Jardines del Moro. Desde la entrada es casi muy discreto, prácticamente invisible. Solo se verá el exterior desde la Cuesta de la Vega y la C/ Segovia. Es muy sobrio. Pero es que lo mejor está dentro.

El museo se estructura hacia abajo, a través de una rampa que conecta cada piso. Cada una de las grandes salas, de unos 103 metros de largo por 16 de ancho, ocupa una de las plantas del edificio.


LA SALA DE LOS AUSTRIAS

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

La casa dinástica de los Austrias fue una casa que empezó con el reinado de Carlos I y acabó, dos siglos después, con Carlos II. De uno a otro la Corona vivió uno de los momentos de máximo esplendor, pero también la amargura de la decadencia.

Carlos I ( y V de Alemania) fue hijo de Felipe I (el Hermoso) y de Juana I de Castilla, hija de Fernando e Isabel, reyes de Aragón y Castilla respectivamente y apodados los Reyes Católicos. Por vía paterna heredará el trono del Sacro Imperio Romano que junto a las posesiones maternas, que incluían el nuevo continente descubierto en Oriente (que más tarde se supo que era América) hizo que fuera una de las personas más poderosas de la Historia. 

Esta sala es una muestra clara del increíble poder que atesoró esta casa. Se exhiben Tapices que representan cuadros de los mejores pintores del momento, maquetas de edificios tan únicos como el Monasterio de El Escorial, libros que relatan todo lo que se van encontrando en el Nuevo Mundo. Son reyes que han entrado en la Edad Moderna. Gutenberg ha inventado su imprenta de tipos móviles y el Renacimiento es un estilo artístico que desde Italia se está difundiendo por Europa. 

Pero todavía hay etapas del pasado por superar. Las armaduras, por ejemplo, siguen siendo símbolo de estatus y poderío. Parece que a Carlos I le gustaba especialmente una armadura en concreto. La habéis visto en algún libro de historia, ya que se retrató con ella en varias ocasiones, y la tendréis frente a vosotros. 

El gusto de los Austria por el fomento de las artes y los objetos únicos va en paralelo a la decadencia de un imperio que tras un siglo se enfrenta a múltiples guerras y a la pujanza de otros estados enemigos.


UNA VENTANA AL MÁS PASADO 


Que el lugar donde se encuentra las galerías de las colecciones reales sea donde también se asienta la Catedral de la Almudena y el Palacio Real y antiguamente el Alcázar real no es casual. Aquí se encontraban una serie de construcciones de origen andalusí que conformaron el germen de lo que posteriormente sería Madrid, la islámica Mayrit.

Se sabía bien que en esta zona existían restos arqueológicos, Por ejemplo en el cercano aparcamiento bajo la plaza de Oriente también se puede ver parte de la antigua alcazaba. Parte del retraso en la finalización de la Galería de las Colecciones Reales procede del hallazgo de estas construcciones y del trabajo arqueológico que lleva aparejado. En la sala A hay un espacio anexo en el que se enseña un audiovisual que cuenta la historia de la evolución del antiguo Madrid. A su lado una enorme ventana muestra los restos recuperados. 


B DE BORBONES 


Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Tras la cruenta guerra de Sucesión que traerá consecuencias que cambiarán para siempre la historia de nuestro país, Felipe V se hace con el trono español inaugurando la dinastía de los Borbón, que llega a nuestros días con Felipe VI. Nieto de Luis XIV, pero también biznieto de Felipe III, Felipe V nació en Versailles y traerá un nuevo aire afrancesado que impregnará las artes del momento. 

Al inicio de la sala ya podemos apreciar que la sobriedad de los Austria ha sido reemplazada por las blancas pelucas y el colorido borbónico. Se puede apreciar en esta sala el cambio de época y de pensamiento. Si los Austrias quisieron fomentar las artes, los Borbones, al menos hasta Isabel II, persiguen dar un cambio en lo arquitectónico. Tras el fortuito incendio del Alcázar se levantó el actual Palacio Real; el Palacio de Aranjuez tiene unos jardines diseñados por jardineros europeos y las fuentes del palacio de la Granja recuerdan poderosamente a Versailles. 


En lo artístico esta sala no tiene tantas piezas de relumbrón como la de los Austrias, pero tiene cosas muy curiosas. Concretamente hay que avanzar hasta tiempos de Carlos IV. Aquí se pueden ver los tapices elaborados con arreglo a los cartones pintados por Francisco de Goya junto a los cartones. Otra pieza muy bonita es una casaca de seda maravillosa  También una de los primeros retratos fotográficos que se realizaron en España, concretamente a la reina Isabel II y sus hijos. Consideramos un poco decepcionante la falta de materiales que reflejen los reinados de Juan Carlos I y Felipe VI.


LA PLANTA BAJA

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Visita a la galería de las colecciones reales finaliza en el último nivel que tiene una salida directa a los jardines del Moro. En esta planta se encuentra el cubo. No es nada referido al servicio de mantenimiento del edificio, si no una habitación cúbica donde se proyectan imágenes envolventes de los palacios reales creando una experiencia inmersiva. 

En esta misma planta está la sala de exposiciones temporales. Para la primera muestra efímera de este museo han escogido una serie de carruajes y coches bajo el título ‘En movimiento’. Quizás por haber visto algunos carruajes y sillas de paseo no sorprende mucho, a excepción de los dos automóviles Mercedes que se exponen, adquiridos a la Alemania nazi por el dictador Franco y, al menos uno, regalo del mismo Adolf Hitler. Vaya. 


NUESTRA OPINIÓN DE LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES 


La Galería de las Colecciones Reales nos causó una impresión muy positiva. El edificio y su recorrido está muy bien resuelto. La rampa es cómoda para bajar, para subir no tanto, pero mucho mejor que escaleras. 

La visita a las salas es cómoda. Todavía no hay un agobio de público muy grande. En algunas webs cifran el tiempo de visita en unas dos horas y media. Si queréis ver todos los audiovisuales que proyectan y ver mínimamente bien todas las piezas, la visita se va a alargar una hora más como mínimo. Hay un pero generalizado, el texto de las cartelas es excesivamente pequeño y muchas personas deben acercarse para leerlas bien (alguno de nosotros, por ejemplo, pero no desvelaremos quien). 

Otra pega es que las consignas se sitúan junto a la entrada, en la parte superior del edificio. No podréis salir por la parte inferior, la salida que da directamente a los Jardines del Moro. Si queréis visitarlo es un poco rollo volver a subir y rodear toda la catedral de la Almudena teniendo esta entrada tan a mano.

Pero aún con estas pegas, muy menores, la sensación fue muy positiva. Es un museo que merece mucho la pena y va a dar mucho juego en los próximos años.


UNAS PINCELADAS DE INFORMACIÓN ÚTIL

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Si os hemos convencido para visitar la Galería de las Colecciones Reales, o ya veníais convencidos, debéis saber que la Tarifa general es de 14€, mientras que la reducida es de 7€. Se pueden acoger mayores de 65 años, menores entre 16 y 5 años y estudiantes hasta 25 años. Las familias numerosas nos beneficiamos de la entrada gratuita, entre otros colectivos como personas desempleadas, personas con discapacidad superior al 33% o docentes. Además de lunes a jueves el museo es gratuito de 18:00 a 20:00, pero nos avisaron que se llena. La entrada incluye la visita al Palacio Real, que como hemos dicho, está junto al museo. Spoiler: no nos dio tiempo, y hace unos años lo visitamos y ni fu ni fa.

Lo más cómodo y conveniente es acceder paseando tras acercarse en transporte público. Las estaciones más cercanas de metro son Ópera (líneas 2 y 5), Plaza de España (líneas 2, 3 y 10) y Príncipe Pío (líneas 6 y 10). Además Príncipe Pío tiene servicio de Cercanías. Si optáis por el bus, Callao y Príncipe Pío son las mejores referencias de paradas. Si vais en vuestro coche hay un parking subterráneo bajo la plaza de Oriente (cuidado con las restricciones de la Zona de Bajas Emisiones).


Aunque la apertura se retrasara varios años, la espera ha merecido la pena. Aunque no lo parezca es un patrimonio que nos pertenece a todos y está muy bien que podamos disfrutarlo. Solo han hecho falta cinco siglos.