sábado, 28 de enero de 2023

VIAJAR CON EL PALADAR: LA PIZZA CHICAGO

Una de las verdades universales es que la pizza le gusta a todo el mundo. O por lo menos a una parte muy importante de la humanidad. Uno de sus secretos es su versatilidad, ya que admite casi cualquier ingrediente. Pero, ¿hay algo mejor que una pizza? Sí, una pizza de dos pisos. Viajamos con el paladar gracias a la pizza Chicago


Viajar con el paladar: la pizza Chicago

Creemos que no es necesario decir que se denomina así en honor de la ciudad que la vio nacer: Chicago, Illinois, Estados Unidos. Conocida como la ciudad del viento, es famosa por sus rascacielos, el lago Michigan, su legado musical y haber sido el lugar de las andanzas de Al Capone. Y por una pizza con la masa gorda y los bordes elevados.

LA HISTORIA DE LA PIZZA CHICAGO 


La historia de la pizza de estilo Chicago se remonta a la primera mitad del s. XX. Vino, como no, de mano de los inmigrantes italianos que residían en Chicago. Bueno, para ser honestos, esto no está claro, y atribuyen su “invención” desde trabajadores de pizzería hasta deportistas retirados. Dice la leyenda que la intención era crear un plato que saciara más y se diferenciara de la pizza que se elaboraba en Nueva York, que empezaba a popularizarse entre la colonia italiana.

Mientras algunas fuentes fijan el nacimiento de este estilo de pizza en 1926, otras lo retrasan a 1943. También hay bastante controversia en cuanto al restaurante que la vendió por primera vez. Sea como sea, en la actualidad hay dos restaurantes que se discuten la corona. El primero es Pizzeria Uno, en el barrio de Lincoln Park, que asegura ser el lugar donde nació la pizza Chicago. El otro es Gino’s East, un restaurante tan icónico y reconocido como Uno. 

La pizza estilo Chicago se caracteriza, como ya hemos adelantado, por su masa espesa y su alto borde. Para cocinarla se suele emplear un molde profundo. En sus inicios este molde era un plato metálico. Por este motivo a la pizza Chicago-style también se la conoce como deep-dish, o plato hondo. 

Con el paso de los años la pizza Chicago ha derivado en una variante todavía más hardcore. Es la stuffed pizza, o pizza rellena. Este tipo de pizza lleva otra capa de masa en la parte superior, que cierra la pizza. Por si acaso os parecía poco el anterior tipo. También aquí hay lío y Nancy’s y Giordano’s se atribuyen su invención.

VAMOS A PREPARAR UNA PIZZA CHICAGO

Viajar con el paladar: la pizza Chicago

Como aquí somos así de tragaldabas, y porque somos una familia numerosa con hijos en edad de crecimiento, vamos a preparar una stuffed pizza. Sí, un atracón de campeonato (o casi) con una pizza rellena. 

Para empezar se necesitan los mismos ingredientes que cualquier otra pizza: harina, agua, sal y levadura, además de un poco de aceite. Aconsejamos el de girasol o el de oliva refinado, uno Virgen Extra es muy fuerte y mata otros sabores.

Vamos a usar 375 g. de harina de fuerza, 240 g. de agua, 8 g. de sal y 10 g. de levadura de panadería. Manías, a mi me gusta más la levadura fresca, le da un gusto especial. Para rellenar (aquí no hay topping, bueno, un poco) salsa de tomate, preferiblemente con tomate triturado y sin freir, queso que se funda, carne picada o embutido, y cebolla y pimiento verde. 

En esto del embutido tiene mucho predicamento el pepperoni. Pero tiene de italiano lo mismo que Joey, el personaje de la serie Friends (sí, aquí somos millenials orgullosos). Parece que lo sea, pero en verdad solo algún pariente el italiano. Aunque se puede encontrar en ese supermercaaaado, su-per-mer-ca-do, nosotros optamos por una versión más cañí, el chorizo de Pamplona.

Empezamos haciendo un prefermento. Para esto ponemos en un bol el agua (tibia), la levadura, una cucharada de azúcar (unos 15 g.), mezclamos y dejamos reposar una media hora. Pasado este tiempo mezclamos este prefermento con la harina, la sal y el aceite y amasamos. 

SABOR, SABOR


Podemos ayudarnos de una amasadora eléctrica o un robot de cocina. Lo aconsejable sería amasar entre 10 y 15 minutos, dos o tres tandas de unos 4-5 minutos, dejando descansar un poco la masa entre tandas. La masa estará lista cuando no este pegajosa y se pueda estirar con facilidad. 

Dejaremos la masa formando una bola en un bol enharinado entre 30 minutos y una hora para que leve. Cuanto más tiempo mejor. Si hace algo de calor, mejor todavía. Os recomendamos taparlo con un paño de cocina limpio. Pasado ese tiempo dividimos la masa en dos partes. No es necesario, ni recomendable, que sean iguales. Trabajaremos la masa con un rodillo. Mientras, preparamos un molde con las paredes altas. Los moldes desmontables son ideales, si no pues cualquier otro. 

Viajar con el paladar: la pizza Chicago

Cubrimos el molde con la masa estirada. Mejor que sobre masa, ahora no nos preocuparemos. Esta pizza se rellena al revés, debajo ponemos el queso, sobre este la carne o embutido y los vegetales.  Sobre esto la salsa de tomate. Estiramos la otra masa que reservábamos y cubrimos la pizza. Cerramos herméticamente. Cubrimos con queso y más embutido, que no hay miseria. Hacemos unos cortes a la tapa para que se cueza mejor. Si sobra masa por los laterales, cortadlos y decorad la pizza.

Deberíamos haber precalentado el horno a 200° C, y metemos la pizza, a altura media con calor abajo, sin ventilador, bajando la temperatura a 185° C. El tiempo está entre 35 y 40 minutos, cuando la masa esté dorada. Y cuando esté lista… ¡CAÑA!

CHICAGO Y LA PIZZA


Olvidaos de la dieta durante un rato, que sabemos que habéis hecho propósitos de Año Nuevo. Disfrutad de esta auténtica bomba de sabor que os llevará directamente hasta los Estados Unidos.  

Esta receta ha conseguido poner a Chicago en el mapa gastronómico mundial. Una receta contundente y recia, como la propia Chicago. Para una ciudad que fue capaz de darle la vuelta a un río y levantar edificios 1,88 m., cocinar una pizza de masa espesa no era ningún reto. 

Ahora es nuestro turno. Como habréis visto no es una receta complicada. Respetad los tiempos para obtener un mejor resultado. Como siempre decimos en los posts de la serie “viajar con el paladar “, probad vuestras variaciones y utilizad vuestros ingredientes favoritos.

Viajar con el paladar: la pizza Chicago

Quien sabe, a lo mejor mientras la coméis os encontráis a Jake y Elwood, los Blues Brothers, mientras los persigue la policía a toda velocidad al ritmo de “Sweet home Chicago”.


miércoles, 18 de enero de 2023

EL PARLAMENTO EUROPEO EN BRUSELAS, LA CASA DE TODOS LOS CIUDADANOS

Bruselas tiene el título honorífico de ser la capital de la Unión Europea. Honorifico por que en ningún documento consta que haya una capitalidad al estilo que podemos entenderla en cualquiera de los estados miembros. Algo similar a Madrid en España o Lisboa en Portugal, por ejemplo. Pero este honor recae en Bruselas al ser la ciudad que aloja varias de las instituciones de gobierno en la Unión Europea. Una es el Parlamento Europeo.

El Parlamento Europeo en Bruselas

Vamos a intentar arrojar un poquito de luz por que la realidad es algo más compleja. En realidad hay dos parlamentos europeos, uno en Bruselas y otro en Estrasburgo. Podemos diferenciarlos, muy someramente, en que Bruselas se dedica a la actividad del día a día y en Estrasburgo se celebran los plenos, una vez al mes. Además, y para acabar de arreglarlo, también hay edificios del Parlamento Europeo en Luxemburgo. ¿Más lío? En nuestra visita nos explicaron que en realidad al cabo del año se celebran 14 plenos al año, 12 en Estrasburgo y el resto en Bruselas. Además en la capital belga se celebran algunos plenos extraordinarios para algún asunto puntual que haya que tratar.


En el viaje a Bruselas que realicé hace unos meses surgió la oportunidad de poder visitar el Parlamento Europeo y nos lo dudamos. Creo que es una buena idea conocer la institución más relevante en la vida de la ciudadanía europea. Esta no es una frase hecha para llenar de bombo y circunstancia este post, la realidad es que más de 2/3 de la legislación que se aplica en los estados de la Unión Europea procede de directivas aprobadas en el Parlamento Europeo y que son de obligado cumplimiento para los países miembros.

EL CONJUNTO DE EDIFICIOS DEL PARLAMENTO EUROPEO


El Parlamento Europeo en Bruselas

Hablar de Parlamento Europeo, así en singular, también se debe de apostillar. Porque en realidad, como se podría suponer, no es un edificio sino un conjunto de edificios comunicados entre sí. Vamos con un dato para empezar: en el Parlamento Europeo trabajan aproximadamente unas 5000 personas. Por lo tanto estamos hablando de un pueblo o un barrio grande de una ciudad. Primera sorpresa, dentro del Parlamento Europeo hay servicios para los trabajadores como bares y restaurantes, pero también supermercados o peluquerías para poder facilitarles un poco la vida.

En total, en Bruselas, hay 17 edificios con una superficie total de más de 650000 m2, unos 650 campos de fútbol en medidas estándar españolas. Están situados al este de las capital belga, en el denominado barrio europeo donde también se encuentran los edificios de otras instituciones europeas como la Comisión, el Consejo de la Unión, o el Consejo Europeo (confieso que no sabría distinguirlos al 100%).


Al conjunto de edificios que albergan los distintos espacios que precisa el Parlamento Europeo para realizar su función, se le conoce como Espace Léopold. Los edificios se empezaron a construir en 1987 y las sucesivas reformas y ampliaciones se han alargado hasta 2008. Son unos edificios muy contemporáneos, de estética high tech, cubiertos de cristal y metal. Un poco en la línea de edificios de Norman Foster, Richard Rogers, Renzo Piano o, de otra manera, Frank Gehry.

El Parlamento Europeo en Bruselas

Los dos edificios principales reciben los nombres de Paul-Henri Spaak y Altiero Spinelli, Dos destacados políticos uno belga y el otro italiano, que trabajaron intensamente por la integración europea y lo que ahora denominamos Unión Europea. Ambos edificios ocupan más de la mitad de la superficie de trabajo del Parlamento Europeo en Bruselas. Otros edificios contiguos se han denominado D4 y D5, aunque han recibido numerosas propuestas para que lleven el nombre de destacados europeístas.

EL INTERIOR DE LOS EDIFICIOS



Como no podía ser de otra manera el interior de los edificios del Parlamento Europeo en Bruselas son absolutamente espectaculares. Al principio nos encontramos con un típico control de seguridad unos accesos bastantes similares al de cualquier edificio de oficinas o incluso una estación o un aeropuerto. Pronto pasamos a edificios con interiores muy abiertos para contrarrestar los espacios cerrados de oficinas y despachos.

Los espacios de trabajo no solo se limitan a oficinas y despachos y al hemiciclo donde se realizan los debates. Sorprende la ubicación de varios sets para las televisiones junto a algunos de los pasillos que intercomunican varias de las zonas de estos edificios. Uno de estos sets es un estudio completo de televisión que puede ser utilizado por cualquier medio de comunicación acreditado, tanto de la Unión Europea como de países ajenos.

El Parlamento Europeo en Bruselas

Es curiosa la relación entre los espacios interiores y exteriores Al ser un conjunto de edificios que tienen que estar comunicados, esto requiere de una arquitectura bastante especial. Uno de los elementos más particulares es una pasarela en forma de Y que "sobrevuela" la gran plaza que se abre frente a la plaza de Luxemburgo. Esta pasarela, ademas de ser un lugar de paso, es una galería de arte con obras contemporáneas de artistas de todo el continente europeo.

Aunque la obra artística más peculiar que se puede encontrar está semi escondida en uno de los pasillos. Corresponde a la representación de Europa como una mujer. Todo su cuerpo son los diferentes países europeos, teniendo el corazón en Bohemia y la cabeza en la Península Ibérica.


Aunque sin lugar a dudas el elemento más representativo es el hemiciclo, que aunque no es el oficial. El Parlamento, recordad, está en Estrasburgo, pero este también tiene su importancia. Los diputados se sientan por grupos políticos de izquierda a derecha respecto a la presidencia en relación con su ideología (los de izquierdas a la izquierda, los de derechas a la derecha). Me resultó curioso ver las numerosas cabinas para los intérpretes en las distintas lenguas europeas. Pero es que son muchas lenguas distintas.

BONUS TRACK: DOS VISITAS MUY INTERESANTES JUNTO AL PARLAMENTO EUROPEO


El Parlamento Europeo en Bruselas

Por si todo este conjunto de edificios no fuera suficiente, os recomendamos un par de visitas más que no se pueden desaprovechar una vez estamos en el Parlamento Europeo.

En primer lugar os aconsejamos encarecidamente que visitéis el Parc Léopold. Se encuentra inmediatamente anexo al conjunto del Espace Léopold. Toma su nombre del primer rey belga. Aunque lo dejaremos aquí, pero también arrastra una leyenda negra, que creemos merecida. El parque es precioso y tiene un lago central que complementa a la perfección con la frondosa vegetación y donde se bañan patos y ocas.

El otro edificio es la Casa de la Historia Europea, un museo que se encuentra en el mismo Parc Léopold. Aquí se repasa (y se resume) la extensa historia, con un punto de inflexión en las dos Guerras Mundiales que supusieron los momentos más trágicos y que llevaron a la idea de que era imprescindible la unión de los países para evitar nuevos conflictos tan sangrientos, especialmente tras la Segunda. La visita dura unos 90 minutos y la entrada es gratuita.

De esta manera se puede conocer la labor que se realiza en una institución vital para nuestras vidas. Es digno de alabar el trabajo de transparencia y difusión de la actividad del Parlamento Europeo que no siempre es conocido por los ciudadanos. La prueba somos nosotros, que todavía no sabemos muy bien diferenciar algunos aspectos. No hace falta ser un enchufado ni nada por el estilo para poder visitarlos, simplemente rellenar un formulario en su página web.


Aunque no nos lo pueda parecer en un principio, pero la visita a estos edificios es realmente interesante. Si además se complementa con el parque Leopoldo y la Casa de la Historia Europea podemos tener una mañana muy completa en una ciudad que tiene bastantes cosas que ver y hacer. No os lo perdáis.

domingo, 8 de enero de 2023

VISITAMOS EL MUSEO DE LOS JUGUETES DE DENIA

Hace no tantos años los juguetes eran casi un objeto de lujo puesto que los niños y niñas solo recibían regalos en su cumpleaños y el día de Reyes, y no siempre eran juguetes. Hoy en día esos juguetes son considerados verdaderos tesoros que forman parte de varios museos, como el Museo del Juguete de Dénia

Museo del Juguete de Dénia


Durante décadas, entre 1910 y 1960 aproximadamente, la ciudad de Dénia fue un importante centro de producción de juguetes. Eran tiempos en los que los productos se elaboraban localmente. Por productos nos referimos a cualquier objeto de consumo, incluyendo alimentos. Por localmente nos referimos a un ámbito de unos cuantos kilómetros. Se llegaban hasta donde lo permitían los transportes del momento, que no estaban tan desarrollados ni eran tan rápidos como en la actualidad. Además, en España coincidió la autarquía durante la posguerra, que aisló al país del resto del mundo y le obligó a ser autosuficiente. 

Precisamente el declive de Dénia como centro productor de juguetes viene a partir de la década de los 60, cuando en España empiezan a verse las medidas del gobierno tecnócrata franquista. El modelo económico cambia, con una mayor presencia de capital extranjero (la cara más visible será el turismo) y una mejora de los transportes y de las vías de comunicación. Para rematar, en unas décadas entrarán en el tablero otros fabricantes, como China, que en la actualidad produce el 66% de los juguetes en el mundo. 

Es curioso como en una misma provincia existieron dos centros de producción de juguetes que fueron referencia: Dénia y el Valle del Juguete, con Ibi y Onil a la cabeza. Y aunque resulta evidente que llegaron a rivalizar, cada lugar se especializó en un tipo distinto de juguete.  

LAS FÁBRICAS DE JUGUETES DE DÉNIA



Durante el s. XIX Dénia tenía su base económica en la exportación de pasas. Desde el puerto dianense llegaban pasas a Estados Unidos, Canadá, Francia y, sobre todo, Reino Unido. En las islas británicas se consumían por toneladas. Tanto que incluso se instalaron empresas británicas en Dénia para facilitar estas exportaciones.

En los primeros años del s. XX la plaga de la filoxera empezó a atacar a las viñas que facilitaban las uvas que se convertían en pasas. Este insecto provoca una infección que mata la planta. Si la planta muere no hay uvas. Sin uvas no hay pasas. Sin pasas no… bueno, ya lo habréis entendido. Este fue un fuerte golpe a la economía de Dénia y su zona de influencia. 

Museo del Juguete de Dénia


En 1904 se instaló en Dénia la primera fábrica de juguetes, la de los hermanos Ferchen, unos comerciantes alemanes que en principio se dedicaban al comercio de la pasa y que importaron modelos y máquinas desde su país de origen. Durante los siguientes años se empezaron a abrir otras fábricas de juguetes. Su minuciosidad y calidad convirtieron al juguete de Dénia en un producto de éxito muy valorado. 

Se llegaron a contar unas cuarenta fábricas jugueteras. No se abrieron todas al mismo tiempo, si no a través de los años. Una de las pocas que todavía perviven a día de hoy, juguetes Cayro, abrió en 1958. 



Aunque los primeros juguetes se hacían con hojalata, pronto  surgió la madera como principal material. Este material marcó la diferencia más destacada de la industria dianense. Esta característica permitió continuar la producción juguetera en la posguerra, ante la escasez de hojalata.

UN MUSEO DEL JUGUETE EN UNA ESTACIÓN 

Museo del Juguete de Dénia


Esta industria juguetera en Dénia fue muy importante y conquistó el corazón de muchos de sus habitantes. Tanto que muchas personas quisieron conservar esos juguetes como el tesoro que son. 

Mientras, el Ayuntamiento de Dénia habilitó la antigua estación de tren, que había quedado sin uso, para habilitar la colección de juguetes que poco a poco iba creciendo. Este edificio se encuentra entre la calle Calderón y la calle de la Vía (adivinad de dónde viene el nombre). Está en un lugar muy céntrico, cerca del puerto, de la oficina de turismo, del Castillo y de otros principales puntos de interés turístico. 



Gracias a las donaciones particulares, y a la colaboraciónde Associació d’Amics del Joguet” (Asociación de Amigos del Juguete) podemos disfrutar de este museo y esta colección, que repasa la historia del juguete de Denia, que es, en gran parte, la historia de nuestras infancias. 

La colección se dispone a lo largo de la mitad de la planta baja y la totalidad del primer piso de este edificio. La otra mitad de la planta baja se reserva para exposiciones temporales. 

Museo del Juguete de Dénia


En la planta baja se puede ver la colección de la Associació d’Amics del Joguet que podría ser un perfecto resumen de lo que después veremos en la planta superior. Además se proyecta un audiovisual que repasa la historia del juguete de Denia y sus fábricas. En la parte superior encontramos dos salas, una dedicada a las fábricas más importantes y otra que repasa la historia del juguete dianense. Además, dos vitrinas completan la muestra. 

EL REINO DE LA IMAGINACIÓN 



Los juguetes son el reino de la infancia, ese lugar al que podemos (o podíamos) viajar para transformarnos en pilotos de carreras, reposteros, o cualquier personaje de ficción. Y así pasar horas y horas. 

El Museo del Juguete de Dénia rinde homenaje a esas fábricas que fabricaron juguetes, pero sobre todo crearon sueños. Fábricas como I.A.U.C.C.A, Esteban Giner, Fernando Sauquillo y sus “Juguetes Sport”, Josman, Cayro, Llobell, Sánchez, SAYBA, Morand, Miralles, Francisco Navarro o Gaspar Femenía, entre otras muchas, no quedarán en el olvido.

Museo del Juguete de Dénia


Los juguetes más conocidos que salieron de las fábricas de Dénia fueron sus triciclos de madera, pintados de vivos colores; y los coches a pedales, que solo estaban al alcance de clases pudientes. Pero también se fabricaron casitas de muñecas y muebles, con gran cantidad de detalles. Como no, vehículos de todas clases, incluyendo embarcaciones como corresponde a una ciudad costera. Juguetes para la playa, juguetes de madera para desarrollar las habilidades psicomotrices (aunque no se les llamara todavía así) de los menores, muñecas y muñecos. Un catálogo tan extenso como variado. Y bonito, muy bonito.

El Museo del Juguete de Dénia abre de lunes a domingo de 10 a 13 h y por las tardes de 16 a 20 h, o de 17 a 21 de mayo a septiembre. La entrada es totalmente gratuita. Además el edificio es plenamente accesible, mediante rampas y un ascensor. 



Esta es una oportunidad para reencontrarnos con unos objetos muy especiales, ya que consiguen evocar momentos que seguramente fueron mucho más felices para todos. Al menos con menos preocupaciones.