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martes, 19 de mayo de 2020

7 MUSEOS QUE NOS GUSTAN MUCHO PARA EL DÍA DE LOS MUSEOS

El 18 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de los Museos. Es un día especial donde estos centros se ponen sus mejores galas para sus visitantes. Este año, en algunos casos, sus mejores galas han sido abrir sus puertas de nuevo con todas las precauciones del mundo, por supuesto. 

Vamos a hacer un repaso por algunos de los museos que más nos han gustado para visitar con niños. Si nos seguís habitualmente ya sabréis que somos muy fans de ir a museos con nuestros hijos, y que además solemos recomendarlo. Podéis tomar toma de nuestras recomendaciones para cuando llegue ese momento que todos estamos esperando, el de poder viajar, aunque sea poquito y aquí al lado. La mayoría se encuentran en España, así que no hay excusa para no visitarlos cuando se pueda. 


¿Puede ser el Marq nuestro museo favorito? ¡Puede ser el Marq nuestro museo favorito! Lo visitamos al menos una vez al año, y aprovechamos para visitar sus exposiciones temporales, que son de una calidad extraordinaria. Este año no hemos podido visitar la exposición “Ídolos, miradas milenarias” por lo que os estáis imaginando, y estamos esperando su próxima exposición de los famosos guerreros de terracota de Xi’an. Pero su colección no es menos fascinante. Nos sumerge de lleno en la historia de la provincia de Alicante, que es una parte de la historia de España y de las civilizaciones del Mediterráneo. 



Nos apasionan los dinosaurios. Durante el confinamiento hemos visto varias veces las pelis de la saga de Jurassic Park y Jurassic World. Precisamente Juan Antonio visitó este museo mientras preparaba el rodaje de Jurassic World 2: El reino caído. Se encuentra dentro del parque temático Dinópolis y su visita es imprescindible. Las piezas, tanto las que se han encontrado en los yacimientos de la provincia de Teruel como las que pertenecen a dinos del resto del mundo, son impresionantes. Una recomendación que se extiende al resto del parque, que es tan didáctico como divertido. 



Con este nombre parece que vamos derechos a un petardo de exposición, y más teniendo en cuenta que se encuentra en Valencia. Pues no, este museo es de traca (vale, ya acabo con los chistes pirotécnicos). En primer lugar porque se encuentra en uno de los edificios más bonitos de Valencia, tanto por su espectacular fachada (una de las más fotografiadas de la ciudad) como por su interior. La colección no se limita a una colección de cerámicas, si no que abarca la historia del edificio, con salas que imitan, en miniatura, algunas estancias de Versalles. Es muy recomendable su colección de carruajes y el belén napolitano que instalan en Navidad. 



Tres motivos por los que visitar este museo: el artista, su obra y el entorno. La bahía de Portlligat, en Cadaqués (Girona) simplemente enamora. En ningún momento nos extraña que desde muy jovencito Salvador Dalí comprara aquí una casita de pescadores que con el tiempo fue ampliando. Siendo el hogar de Dalí y de Gala, esta casa es cualquier cosa excepto ordinaria. Además contiene el taller del pintor. Si pudiéramos nos quedaríamos aquí a vivir (bueno, igual hacía una pequña reforma, jeje). El complemento a esta visita es el Teatro-Museo de Figueres y el Castillo de Gala en Púbol. Y el cercano cabo de Creus, el lugar más al este de la Península Ibérica. 



El museo más visitado del mundo, con más de 10.000.000 de visitantes en 2018. Su virtud es su gran pecado, tanto que desde algo más de un año se han empezado a estudiar medidas para aliviar su saturación. El museo más famoso del planeta se encuentra en un inmenso y hermoso palacio donde se ubica mucho más que la archiconocida Gioconda de Leonardo da Vinci. Yo siento pasión por la sala del romanticismo francés, pero la colección de arte de Egipto y las antigüedades de Próximo Oriente (las procedentes de Irán en especial) son también una gozada. Armaos de paciencia cuando lo visitéis, y calzaos los zapatos más cómodos que tengáis. 



El Museo del Robot de Madrid es un espacio no muy extenso en pleno centro de la capital de España. Un lugar donde se juntan pasado y futuro, ya que conviven robots de última generación, de esos que te reconocen, te contestan, interactúan contigo y, sí, dan muy mal rollo; con robots de hace cuarenta años. Una de las partes más chulas es la exposición de réplicas de robots que se han utilizado en películas y series, y la verdad es que son un montón. Como curiosidad, tienen la colección más grande que hay de perros Aibo, esa mascota cibernética creada por Sony que causa furor en Japón.



El último museo que pudimos visitar antes del confinamiento. Un hermoso homenaje a la niñez y al beneficioso juego. Un paseo por la nostalgia que empieza con las muñecas de barro y acaba con las los últimos diseños de moda. Entre medias recorremos cientos de modelos de muñecas cuyos nombres nos despierta recuerdos de tardes con bocatas de mortadela o nocilla y mentir un poco acerca de los deberes para jugar un poco más. También es un justo reconocimiento al trabajo por el que la villa de Onil es conocida en todo el mundo. Una labor llena de pasión y amor. 


Estas recomendaciones incluyen museos que hemos visitado con nuestros hijos. Faltan muchos que también nos han encantado, y faltan muchos que queremos visitar (o volver a hacerlo) con ellos.

sábado, 28 de diciembre de 2019

DESEOS VIAJEROS PARA 2020

Aunque Papa Noel, Santa Claus, San Nicolás o el Olentzero haya pasado, todavía nos queda la oportunidad de pedirle a los Reyes Magos lo que deseamos para el próximo año. Nuestra carta está llena de viajes por realizar. Tenemos varias peticiones, a ver si con suerte alguna se materializa durante este año nuevo que vamos a estrenar. Seremos realistas, al contrario que en el mayo del 68 no pediremos imposibles:


BURGOS: Un viaje que teníamos bastante adelantado para 2019, pero que al final no pudo ser. Tanto la capital como el resto de la provincia tienen numerosos atractivos que la convierten en un destino fantástico para toda la familia. Con la Catedral burgalesa como icono de la ciudad y de la arquitectura gótica. El Museo de la Evolución Humana como estandarte de un nuevo recurso que aprovecha las investigaciones que se realizan en el cercano yacimiento de Atapuerca, que también es visitable. 


CAMINO DE SANTIAGO: Sí, queremos hacer el primer road trip de la historia. Sí, con niños. Sí, nos han dicho que estamos locos. Efectivamente, lo más complicado es diseñar una logística que permita poder poner punto final a cada etapa en cualquier momento, porque con tres niños las probabilidades de que hayan quejas son numerosas. Salir de Sarria y llegar a Santiago de Compostela. En principio son 5 etapas, allí veremos.


EXTREMADURA: Mérida, Cáceres, los paisajes de las Hurdes, el valle del Jerte, la comarca de la Vera. Historia y gastronomía. Una enorme cantidad de posibilidades en esta comunidad autónoma. Aunque nos pilla un poco lejos eso no nos quita las ganas de visitarla y conocerla. La combinación de edificios de época de los romanos con espacios de naturaleza desbordante es un gran aliciente. Y si nos falta algo, Portugal está a la vuelta de la esquina.


ANDORRA: Otro de los viajes que teníamos bastante organizado para el 2019. Si os gusta esquiar es un destino perfecto, pero no sólo de invierno vive Andorra, y eso lo saben perfectamente. Los increíbles paisajes pirenaicos se complementan con los numerosos comercios del Principado, y sus promesas de ofertones y gangas, y uno de los complejos termolúdicos más conocidos de la Península Ibérica. Por si fuera poco, desde hace unos años las noches del mes de julio se amenizan con un espectáculo exclusivo y gratuito del Cirque du Soleil. 


LYON: Sí, también es uno de los viajes que quedaron pendientes en 2019. Probablemente sea el viaje que con mayor seguridad realicemos, puesto que tenemos un familiar muy cercano que reside allí (cercano en consanguinidad, claro) y tenemos resuelto el alojamiento. Antigua capital de la provincia romana de la Galia, importante ciudad comercial en la Edad Media y centro industrial en la Edad Moderna, Lyon vió nacer a los Hermanos Lumière, Antoine de Saint-Exupéry o Paul Bocusse, además de los emperadores romanos Caracalla y Tiberio. Un destino que tenemos muchas ganas de visitar.


DISNEYLAND PARÍS: De parque temático en parque temático y tiro porque me toca. No os podéis ni imaginar la cantidad de blogs que hemos leído con recomendaciones acerca de este parque, la de veces que hemos mirado las ofertas, las alternativas que existen en cuanto a transporte y alojamiento… Quien no haya soñado alguna vez con visitar la filial europea del parque de atracciones del ratón más famoso del planeta no tiene corazón.


LONDRES: Quizás la ciudad europea que más ganas tenemos de conocer. De toda esta lista de deseos probablemente es el menos seguro de realizar en 2020, Brexit mediante. ¿Qué queremos ver en Londres? Pues desde sus fascinantes museos a sus famosos monumentos. Y sobre todo muchos lugares que tienen relación directa con nuestros cantantes y grupos de rock and roll favoritos. Una ciudad increíble que queremos descubrir.

¿Y vosotros? ¿Qué planes tenéis para 2020?

PD: Todas las imágenes utilizadas para este post tienen licencia Creative Commons para poder reutilizarse con modificaciones

domingo, 8 de septiembre de 2019

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS HOY

Si existe un viaje que ha excitado la imaginación de todo el mundo desde 1872 ese ha sido "La vuelta al mundo en 80 días". No hay viajero que se precie que no haya soñado con emular a Fogg. Y si en la década de los 80 fuisteis niños, son inolvidables las tardes de bocata de foie gras o nocilla recorriendo el mundo teniendo de compañeros de viaje a Picaporte y Tico. 


Supongo que conocéis la historia: Phileas Fogg es un caballero inglés que comentando en el Reform Club una noticia que afirma que se puede realizar un viaje alrededor del mundo en solo 80 días, se viene muy arriba y acepta una apuesta en la que se compromete a cumplir el viaje en ese plazo. 


Meditando acerca de este argumento, hace poco me pregunté: ¿sería posible hoy dar la vuelta al mundo en 80 días? La respuesta inmediata es sí. Y si me apuras diría que incluso se puede dar la vuelta al mundo en 80 horas. La pregunta correcta es si se podría dar la vuelta al mundo en 80 días emulando lo imaginado por Julio Verne.


Parte de este artículo surge del último curso, ya que en el colegio de nuestros hijos el tema global sobre el que han pivotado diversas actividades ha sido La vuelta la mundo en 80 días, y hemos tenido una buena dosis de Willy Fogg, fiestas, disfraces y trabajos escolares, como cuadernos de viaje, con la excusa de la novela de Verne.

Ahora vamos a ver si ganar la apuesta sería posible. Os adelanto que he buscado medios de transporte lo más parecido posible a los que usa Fogg, es decir, tren y barco en su mayoría, sin tocar un solo avión. Algún taxi o metro para trasladarnos de un puerto a una estación, como transporte más moderno. Tampoco usaremos elefante ni trineo, imaginamos que las líneas férreas que estaban construyendo a mitad del s. XIX ya las han finalizado. Para vuestra desazón, no rescataremos a ninguna princesa india. Y también os adelanto un dato muy importante: Fogg estaba podrido de dinero.



Saldremos de Londres el miércoles 2 de octubre (casualmente este año coincide  que el 2 de octubre es miércoles también). Para hacerlo lo más fielmente posible a la novela de Verne, la salida será a las 20:01, 44 minutos antes que Fogg, pero no hay otro horario. El billete nos costará 47,96 libras (unos 52€) y el tren tardará 2 h y 16 m en llegar a Gare du Nord de París desde Saint Pancras. Puesto que llegaríamos de noche, pernoctaremos en la capital parisina. 


Jueves 3 de octubre: Salimos de París rumbo a Turín en tren, de la misma Gare du Nord. Si viajamos en 1ª el billete serán 69 €, si viajamos en 2ª nos costará 39 €. Salimos a las 10:37, que tampoco hay que pegarse un palizón. y tras 5h y 43 m, a las 16:20, llegamos a Porta Susa. Tendremos que esperar hasta las 18:05 para salir rumbo a Brindisi. Hay que hacer trasbordo en Milán y de allí viajaremos toda la noche hasta Brindisi en tren cama. Cada billete cuesta 92,35 €.


Viernes 4 de octubre (día 2). Son las 8:01 y acabamos de llegar a Brindisi. Nos dirigiremos al puerto. Y nos topamos con la primera dificultad y diferencia respecto a la novela de Verne. No existe una línea marítima que haga esta ruta, por lo que la haremos con un velero que hemos alquilado (unos 600 €/dia). El velero tiene 15 m de eslora por lo que la velocidad media está en algo más de 9 nudos. Tras 4 días y 7 horas llegamos a Port Said, en el extremo mediterráneo del Canal de Suez. Como son las 16:00, en un rato se va a poner el sol, y no podemos navegar por el Canal de noche, pernoctaremos aquí (bueno, en Port Fouad, en la otra ribera). 

Miércoles 9 de octubre (día 7): Amanece a eso de las 6:00 y tenemos la suerte de que seamos el primer yate en zarpar. Entorno a las 16:00 llegaremos a Suez, donde desembarcaremos para embarcar a la mañana siguiente en un crucero que nos llevará, tras 13 días de navegación hasta BombayEn esta parte del viaje utilizaremos un poco de fantasía, alguna licencia deberíamos de permitirnos, y tampoco creo que Verne fuera muy fidedigno al narrar las aventuras de Fogg. Si zarparamos de Port Said, siempre y cuando la naviera nos dejara realizar el crucero parcialmente, seguramente podríamos realizarlo. La mayoría hace la travesía inversa, de Bombay (Mumbai) hacia el Mediterráneo, además hacen escala en Dubai, lo que retrasa el viaje al menos 5 días más.



Miércoles 23 de octubre (día 21): Ya estamos en Bombay. Hay gente everywhere, ya lo dice Rajesh Koothrapali “¡Es como una convención de cómics en la que todo va disfrazado igual, de indio!” Para imitar a Fogg tomaremos un tren en dirección a Calcuta (Kolkata en inglés). Aunque hay varias opciones, tomaremos el Superfast que sale a las 21:30 de la estación Chhatrapati Shivaji, anteriormente conocida como Estación Victoria (en honor a la reina británica) y declarada Patrimonio de la Humanidad. Tras 38 horas y media de viaje (y 38,50 €) cruzando la India de oeste a este, llegaremos a la estación de Howrah, el complejo ferroviario más antiguo y más grande del país. Ya que viajamos, hagámoslo bien. Llegamos a las 12 del mediodía a Calcuta, bueno, en realidad estamos en Howrah, Calcuta está en la otra orilla del río Hugli. Tardaremos una hora y 7 minutos para llegar al puerto y proseguir nuestro viaje. 


Y aquí llega el gran problema de este viaje en la actualidad, la falta de enlace marítimo más o menos directo entre Calcuta y Hong Kong. Si echamos mano de la fantasía, una ruta podría ser ir en ferry desde Calcuta a Port Blair, una isla del archipiélago de Andamán, perteneciente a la India, al este del golfo de Bengala. Son 66 horas de travesía. De aquí deberíamos alcanzar Phuket, en Tailandia, en 2 días (en octubre este trayecto lo cubrirá el final de un crucero entre Ciudad del Cabo y Phuket; precio total del crucero: 4199 €). También se puede alquilar un yate entre los dos puertos. 


Desde Phuket enlazaríamos Yokohama con un crucero que conecta ambas ciudades partiendo desde Dubai, y tarda 17 días. Se fondea en Hong Kong, así que en puridad estaríamos cumpliendo con el recorrido de Fogg. Otras alternativas serían salir de Singapur a Yokohama, con escalas en Hong Kong y Shangai como en la obra de Verne tardando y en 14 días. Para salvar la distancia entre Phuket y Singapur hay un barco que completa el recorrido en 9 días. También hay un crucero que une Singapur y Hong Kong en 13 días, por 4269 € cada pasaje. De Hong kong a Yokohama necesitaríamos otros 8 días de navegación, desde 3000 euros. El total de días invertidos harían inviable completar la vuelta al mundo en 80 días, y eso teniendo en cuenta que deberían de ser todo transbordos directos. 


Desde Yokohama a San Francisco existe un crucero que tarda 28 días en completar el recorrido porque va caboteando por toda la costa oeste desde Alaska, pasando por Canadá, hasta California. El pasaje cuenta 3589 €, y lo más importante, perderíamos la apuesta. Una alternativa es alcanzar Seattle desde Yokohama (tarda 14 días) y desde Seattle llegar a San Francisco. En barco son 5 días, en tren 23 horas y media.

En la novela de Verne, Phileas Fogg tomaba un tren desde San Francisco hasta Chicago y de ahí a Nueva York, con la pega que en Nebraska le sorprende una nevada y debe salvar los 300 kilómetros que separa Kearny de Omaha en un trineo tirado por perros. Es bastante complicado eso suceda en la actualidad (a menos que sea una autovía española, claro) así que viajaremos de costa a costa de Estados Unidos tal y como lo hizo Fogg. La ruta es muy sencilla, ya que Amtrak, la principal operadora ferroviaria estadounidense une San Francisco (Emeryville) con Chicago con un tren diario en la ruta denominada California Zephyr que tarda 51 y 20 minutos. Saliendo a las 9:10 h. y llegando a las 14:50 dos días después (ambas en horario local). A las 21:30 saldremos de Chicago rumbo a New York, en el Lake Shore Limited. En 19 horas llegaremos a NY, a las 18:35 (hora local). En cuatro días hemos atravesado todo Estados Unidos. 


Estamos en la recta final del viaje. De Nueva York viajaremos en barco hasta Southampton. Pero no un barco cualquiera, si no en el Queen Mary 2, uno de los transatlánticos más grandes y lujosos del mundo. 8 días de travesía, si no nos topamos con ningún iceberg por el camino, por unos 1.400 €. Llegaremos a las 6:30 al puerto y en unos 12 minutos, en taxi, llegaremos a la estación de tren. El próximo convoy tardará cerca de hora y media en llegar a la estación londinense de Waterloo (el billete cuesta 44,80 libras, unos 49 €). De ahí solo nos queda ir al Reform Club... y cobrar la apuesta.


En el mejor de los casos hemos tardado:


- De Londres a Suez por el Monte Cenis y Brindisi, ferrocarril y vapores: 6 días (frente a 7 en la novela) 
- De Suez a Bombay, vapores: 14 días (18 en la novela) 
- De Bombay a Calcuta, ferrocarril: 2 días (8 en la novela) 
- De Calcula a Yokomaha por Phuket, Singapur, Hong Kong y Shangai, en barco: 22 días (en la novela son dos etapas, por una parte de Calcuta a Hong Kong (China), en vapores durante 13 días; y de Hong Kong a Yokohama (Japón), en vapor: otros 6 días; 19 en total)
- De Yokohama a San Francisco, vapor: 19 días (22 en la novela) 
- De San Francisco a Nueva York, ferrocarril: 4 días (7 en la novela) 
- De Nueva York a Londres, vapor y ferrocarril: 8 días (9 en la novela)
TOTAL: 75 días


Con esto se pueden extraer varias conclusiones: 

- La novela de Verne es ficción. ¿Era posible dar la vuelta al mundo en 80 días en 1872? Puede que sí, pero parece más una idea teórica que lo que suponía hacerlo en realidad. 
- Dar la vuelta al mundo tal y como hace Fogg saliendo de repente de casa es imposible. En momentos puntuales, como por ejemplo con los trenes, es posible comprar un billete sobre la marcha ya que las reservas online hacen milagros respecto a la compra de billetes hace apenas unos años. Pero en lo concerniente a los barcos es absolutamente imposible, máxime con nuestra licencia de coger un crucero a mitad de recorrido, los permisos necesarios y sus plazos lo hacen inviable sin contar con cierta antelación. 
- Si nos propusiéramos hacer la vuelta al mundo en 80 días (o menos) por la ruta de Fogg deberíamos hacer un tremendo desembolso económico, además que de en ningún momento viajaríamos al sur del ecuador.
- Mientras que los trenes sí que han experimentado una notable mejora en el último siglo y medio, al menos en la velocidad de ciertas líneas, los tiempos de navegación no han experimentado una mejora similar. Evidentemente la alternativa a la navegación es el avión.
- De hecho sólo mejoramos en 5 días el tiempo de viaje en 1872. El motivo es el "atasco" en Asia, entre Calcuta y Hong Kong/Yokohama.
- El recorrido atraviesa regiones del mundo donde hay una tremenda inestabilidad política y social. En el sudeste asiático se practica la piratería, en el mar Rojo hay bastante tensión a cuenta del petróleo y en Hong Kong hay manifestaciones más o menos pacíficas, por ejemplo. En 1872, Fogg viaja por buena parte del Imperio Británico.
- Tras toda la investigación que he realizado para escribir este artículo aún tengo más ganas locas de emular a Fogg.

jueves, 30 de noviembre de 2017

S'IL VOUS PLAIT: 10 CONSEJOS PARA VIAJAR A PARÍS

París es siempre una ciudad top para visitar. Hayamos ido o sea la primera vez, para una escapada de fin de semana o unas vacaciones más largas, en cualquier época del año, París siempre es una magnífica opción. Por si habéis pensado en viajar a París, o no lo tenéis en mente pero os entra el gusanillo, aquí os dejamos una decena de consejos para viajar a la capital francesa y aportar nuestro granito de arena para que el viaje vaya un poco mejor.


Aeropuerto: Desde España generalmente vamos a viajar en avión, puesto que es la manera más rápida de llegar. Otras opciones son llegar por carretera (los paisajes franceses son espectaculares) o por tren, ya RENFE opera conjuntamente con SNCF trenes de alta velocidad a París desde Madrid y Barcelona. Si optáis por finalmente por el avión os recomendamos que desechéis en este caso Ryanair, ya que sus vuelos a París llegan al aeropuerto de Beauvais, a unos 80 km al norte de París. La mayoría de compañías vuelan a Orly, tan solo 14 km al sur de la capital, siendo esta nuestra opción preferida.

Paciencia: Hay que armarse de paciencia. Por desgracia los malos han golpeado varias veces a Francia y a París en concreto. El terrorismo es una amenaza cierta, no hay que negarlo. Los controles de seguridad son frecuentes y en ocasiones pueden producir retrasos para acceder a algún lugar, incluso encontrarlo cerrado (o en el peor de los casos que nos tengan que evacuar por una amenaza más o menos cierta). La amenaza se traduce en militares patrullando por lugares concurridos o papeleras que apenas son un aro metálico y un soporte al suelo que sostienen bolsas de basura transparentes.

Transporte público: El metro es el medio de transporte más rápido para trasladarnos de un punto a otro de París. Todos los grandes monumentos tienen su estación de metro, pero es tremendamente inaccesible para carros, sillas y en general para toda aquella persona que no acceda por su propio pie. Ni un solo ascensor encontramos. Escaleras y más escaleras. Si viajamos con alguna sillita deberemos optar por los autobuses públicos, más accesibles pero más lentos gracias al tráfico parisino. Por contra nos regalan vistas de la ciudad de la luz, cosa que el metro no puede ofrecer.


Bon jour, merci: La mayoría de franceses, y más los parisinos, son extremadamente correctos y educados. No está de más corresponderles. Hay compatriotas que se niegan a ello, pero memorizar algo en francés puede ayudarnos en ocasiones. Aunque hay mucha inmigración hispanohablante, un bon jour, un merci, au revoir, si'l vous plait, o simplemente je ne pas parle français, si la cosa se acelera, nunca está de más.

Comer en la calle: sí, los restaurantes en París suelen ser caros. Lo que no significa que no tengamos otras opciones para comer fuera, aunque nuestro presupuesto sea ajustado. Es muy común comer en la calle, en puestos que están en las calles o en bares que venden sus productos para llevar. Un buen lugar está en el barrio de la Sorbona, cruzando el Sena muy cerca de Notre Dame. Además hay opciones de muchos países, por lo que tenemos para escoger entre un amplio abanico. En Navidad muchos mercadillos tienen puestos donde venden sopas o cremas para entrar en calor (imprescindible en París).

Boulangerie: la pastelería francesa es estupenda y deliciosa. Los franceses están tremendamente orgullosos de ello. Croissants, brioches, petits pains au chocolat... No estará de más hacer una visita a una boulangerie, un obrador donde los confeccionan artesanalmente. Recalco lo de artesanal, porque también hay producto congelado, y no es lo mismo. Utilizan profusamente la mantequilla (cada francés consume de media 8 kg al año), pero si el médico no nos lo ha prohibido taxativamente bien podemos concedernos un capricho.


Carro de bebé, cola que te ahorras: Picaresca española, ven a mi. Esto lo descubrimos por casualidad, pero bendita casualidad. Visitamos el Museo del Louvre un domingo por la mañana, gratuidad mediante. Podéis imaginar la cola, unas dos horas según un cartelito estratégicamente colocado. Nuestro hijo mayor iba en la silla de paseo porque tenía todavía cuatro años y nos esperaba una jornada maratoniana por delante. Y en estas que se acerca un chico con un chaleco fosforito y nos indica que le acompañemos. Entrada preferente a la pirámide y acceso por el ascensor. Así que ya sabéis, si podéis carro (o silla) en ristre, jeje.

Paraguas siempre: o un chubasquero, un poncho del bazar de bajo de casa, etc. Siempre es siempre, sin excepción. He visto como las nubes en apenas unos minutos cubrían un cielo despejado, dejaban  caer un chaparrón y desaparecían para que luciera el sol de nuevo. No mola visitar París si estás empapado.

Tiovivos: en francés los denominan carousel, les encanta y en París hay varios. Algunos son bastante antiguos, y suelen ser muy bonitos. No tengáis vergüenza en acercaros porque en ocasiones especiales (como en Navidad) son gratuitos o solo te piden la voluntad. En Navidad se multiplican y puedes encontrarlos casi en cualquier lugar. Nuestro favorito es el que está frente al Hôtel de Ville (el Ayuntamiento), que tiene dos pisos y es una pasada. El entorno ayuda, claro. Los mayores podéis subiros también, pero no os inventéis excusas malas, por favor.


Disneyland París: Es indudable que uno de los grandes atractivos para los niños (de 2 a 99 años, jeje) es el resort (no es soló un parque, son varios y los hoteles temáticos) de la compañía del ratón. Nuestra recomendación es que no lo contemplemos como una atracción más de París si no como un destino propio, es decir, si visitamos Disneyland SOLO visitamos Disneyland. Hay suficientes cosas que ver en estos parques temáticos que combinar la visita con la ciudad de la luz (que también tiene un porrón de cosas para ver) puede ser locura. Otra cosa es que dediquemos un día, o varios, a Disneyland y otro día (o días) a París.