En
1998, en la XXII sesión del Comité Patrimonio de la Humanidad,
celebrada del 30 de noviembre al 5 de diciembre en la ciudad japonesa
de Kioto, se decidió declarar Patrimonio de la Humanidad al conjunto
del arte rupestre del arco mediterráneo de la península Ibérica.
Al cumplirse el vigésimo aniversario de esta declaración, el MARQ,el Museo Arqueologíco de Alicante, ha inaugurado su gran exposición
anual.
Tomando este aniversario como excusa, y el arte rupestre como hilo conductor, Rupestre. Los primeros santuarios repasa la vida de los habitantes de los territorios de Alicante (y otros cercanos) durante la prehistoria. En la provincia de Alicante se encuentran varios de los abrigos con pinturas rupestres más importantes del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad, como Pla de Petracos en Castell de Castells, Barranc de L'Infern en Vall de Laguar, las pinturas de Benirrama, o La Sarga entre Alcoi y Jijona, un conjunto del que ya os hablamos.
Como
es habitual en las exposiciones temporales del MARQ, la muestra ocupa
las tres salas dedicadas a este tipo de exposiciones, con paneles
explicativos en el pasillo que comunica las salas. Estos paneles
contextualizan tanto el arte rupestre, la importancia de la
declaración como Patrimonio de la Humanidad, o rinden homenaje a los
profesionales que descubrieron, estudiaron y siguen investigando el
arte rupestre e intentan poner luz a unas manifestaciones de las que
sabemos poco acerca de porqué las realizaron o que significan, ya
que la falta de pruebas escritas hace muy difícil su interpretación
real, y debemos de ceñirnos a las hipótesis que plantean los
historiadores.
Técnicamente la
exposición vuelve a ser una maravilla, estéticamente espectacular.
En la línea de anteriores exposiciones
como Mayas. El enigma de las ciudades perdidas, o
Vikingos. Guerreros del Norte. Gigantes del mar,
donde
la escenografía nos permite una experiencia más inmersiva, te hace
sentir como un investigador al entrar por primera vez en una cueva o
ver por primera vez una pintura, y cada sala se individualiza para
que el tema tratada sea mucho más comprensible. Un 10 al diseño.
La primera sala imita el interior de una cueva.
Aquí tratan acerca del arte paleolítico, sobre todo a través de
piezas y pinturas que se han hallado en el centro o el norte de
España. De esta época son los famosos bisontes de la cueva de
Altamira, por ejemplo. En el tiempo es anterior al arte rupestre
levantino. A través del arte se recorren diversos aspectos de la
vida en el Paleolítico, desde la caza hasta los ritos funerarios, ya
que se empleaban muchos objetos decorados. La
procedencia de las piezas hace que se pueda comparar
las recreaciones que se realizaban en el mismo periodo en distintos
puntos, con culturas distintas.
Al final de la sala se recrea un fragmento de la Cova Fosca, ubicada
en la localidad alicantina de la Vall d'Ebo, donde se hallaron
escenas de caza y animales grabados en la roca, que
no pintados.
En
la sala 2 ya se centran en las pinturas rupestres localizadas en
distintos abrigos que se han encontrado en la provincia de Alicante,
y en su estilo más característico: el arte macroesquemático,
presente en los abrigos del norte de Alicante y sur de Valencia.
Precisamente la sala recrea uno de estos abrigos. En la entrada de la
sala se muestra un audiovisual en el que se recrea la fabricación de
un vaso de cerámica con decoración cardial, es decir, decorado con
una serie de dibujos, generalmente geométricos, realizados con la
concha de los berberechos. Uno de estos vasos se decoró con un
orante, una figura que también aparece en las pinturas rupestres de
abrigos como Pla de Petracos. Sorprenden la muestra de calcos, es
decir, hojas de papel vegetal o de plástico transparente donde los
investigadores realizaban una copia exacta de las imágenes sin tener
que extraerlas ni aplicarles cualquier otra técnica invasiva.
La
tercera y última sala aborda el arte esquemático. Visualmente es
impactante, ya que rompe con la línea de las anteriores salas,
siendo como una especie de hojas de papel gigante que cuelgan del
techo, en clara referencia a los papeles utilizados por los
investigadores. Vemos nuevos calcos, el primero y que abre la sala el
del yacimiento de La Sarga. Se hace referencia a un momento clave, el
robo de una escena en Benirrama (Vall de Gallinera) donde unos
expoliadores arrancaron la pintura con ¡¡¡una radial!!! Estremece
ver la foto donde se ve el hueco que dejaron en la roca. Esta sala
les gustó mucho a mis hijos. Entre otras cosas porque se exponen los
pigmentos base, y redescubrieron que con carbón, tierra o minerales
como ocre y un poco de agua pueden pintar.
Al
final de la sala se muestran un par de audiovisuales, uno
protagonizado por el artista mallorquín Miquel Barceló y otro que
explora la creación de una de las obras de Pablo Picasso, visualizando la
relación entre el arte contemporáneo y el arte prehistórico, ya
que éste, curiosamente, es fuente de inspiración para muchos
artistas de vanguardia.
Si
leísteis nuestro artículo sobre la exposición de los Mayas
recordaréis que hablábamos de las piezas tiflológicas, es decir,
esas que permiten mediante manipulación que los invidentes “vean”
la exposición. Esta vez no se limitan a copiar piezas, si no que
representan en relieve las imágenes de las escenas pintadas en las
paredes o hacen un negativo de placas grabadas, de esta manera se
pueden tocar las marcas incisas. Ni que decir tiene que mis hijos no
se dejaron un solo relieve sin tocar.
La
exposición se inauguró el pasado 5 de julio y permanecerá abierta
hasta principios de enero de 2019. No, no vamos a hacer tarde, que
nos conocemos y al final todo son prisas (ya sabéis lo que pasa en
Navidad con los regalos…). Es más, estamos seguros de que
volveremos. Además te entra el gusanillo por visitar (o seguir
visitando) los yacimientos donde se encuentran las pinturas
rupestres.
Ya
sabéis que la entrada general cuesta 3 euros, reducida a 1,50 para
familias numerosas, además de estudiantes , poseedores de Carnet
Joven y jubilados, pensionista o mayores de 65. Además entrada
gratuita para los menores de 16 años si van acompañados de sus
padres. El MARQ abre sus puertas de martes a domingo a partir de las
10:00, variando la hora de cierre dependiendo de la época del año,
no dudéis de consultar su web.
Bola
extra: en el hall de entrada del MARQ se expone hasta septiembre,
dentro de la muestra “Los pilares del reino”, un capitel gótico de muy bella factura
que encontraron en las excavaciones que realizan en la pobla medieval
de Ifac (Calpe).