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jueves, 18 de mayo de 2023

DENIA, UN MAR DE HISTORIA

Hay destinos que te acarician al llegar, te envuelven, te susurran al oído y no te apetece dejarlos. Destinos que tienen tantas cosas que conocer que es difícil acabarlos en una sola visita. De hecho conscientemente te dejas este o aquel edificio para sentirte en la obligación de volver. Vamos a intentar ilustraros una visita a Denia, e intentar transmitir estas sensaciones.

Denia, un mar de historia

Denia se encuentra al norte de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta, junto al mar Mediterráneo. Pero al mismo tiempo a los pies del Montgó, una montaña casi mágica que hace que la ciudad tenga ese carácter tan especial.

MAR Y MONTAÑA


Denia es un destino que asociamos casi automáticamente con el mar. No es para menos porque gran parte de su encanto proviene de su ubicación junto al mar Mediterráneo. No solo por sus playas y por sus calas, también por su puerto, el más cercano de la península a Ibiza. En ese puerto, entre otras muchos productos, se descargan unas maravillosas gambas rojas. Una delicia que es el símbolo de su cocina

Denia, un mar de historia

Pero Denia también es montaña y agricultura. Ya hemos citado su situación al lado del Montgó, un increíble paraje natural que fue declarado parque natural en el año 1987 y comparte con la vecina Xàbia y que mira de tú a tú al mar Mediterráneo. La huerta de Denia aporta una gran cantidad de productos frescos a su reconocida gastronomía, que no todo van a ser gambas. Esta variedad le ha servido para que desde 2015 Denia sea Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO.

Uno de los productos qué más han condicionado la vida de Denia durante siglos ha sido la pasa. No solo en cuanto a lo económico, también afectó a su urbanismo y a la tipología de sus casas típicas como conocidas como riu-rau y que se acondicionaron para permitir el secado de la uva para su conversión en pasas.

PASEANDO POR EL CENTRO 


El centro de Denia es una mezcla de esos distintos pasados que han configurado el actual. Para empezar os invitamos a recorrer la calle Marqués de Campo. Esta es, probablemente, la más característica de Denia. Conecta el mar con su centro histórico y ha sido testigo del ir y venir de la vida de la ciudad desde que se decidió su apertura en el s. XIX. 

Vais a encontrar tanto en esta calle como en las adyacentes varios edificios muy característicos y que no os podéis perder. Alrededor del Ayuntamiento encontraremos diversas construcciones que reflejan la intensa historia que ha vivido Denia a lo largo de los siglos. El mismo ayuntamiento es una prueba. Se levantó en el s. XVII pero su aspecto actual es resultado de una profunda reforma en el s. XIX. 

Denia, un mar de historia

También son muy interesantes los edificios religiosos que se pueden visitar en el centro de Denia, aunque sea únicamente en su exterior. Destacamos tres: la Iglesia de la Asunción, del s. XVIII y que se encuentra junto al Ayuntamiento; el convento e Iglesia del Loreto, también muy cerca del Ayuntamiento, y que fue inaugurado por el rey Felipe III, y el convento e iglesia de San Antonio, edificios construidos entre los siglos XVII y XVIII en una zona junto al tramo bajo de Marqués de Campo.


Si estamos por la zona de la iglesia de San Antonio podremos acercarnos al Museo del Juguete de Denia. Se ubica en la antigua estación del ferrocarril, en un paseo donde antiguamente circulaban las vías del tren, apenas a unos pasos del centro de la ciudad. No vamos a profundizar mucho ya que hace un tiempo os hablamos en otro post de este museo

EL PROTECTOR DE DENIA


Denia, un mar de historia

Si hay un edificio al que se le pueda atribuir el título de protector de Denia este es, sin duda, su castillo. Situado en una colina sobre la bahía de Denia su origen se hunde en la historia. Es unánime la atribución de su primera fundación a los romanos. Estos fundaron la colonia de Dianium en el s. I a. C., por su estratégica posición. No tuvieron mal ojo.

El castillo de Denia posee numerosas virtudes para ser visitado, pero nos encanta destacar sus maravillosas vistas. Al este, el mar Mediterráneo. Al sur, el Montgó (y a lo lejos la torre del Gerro). Al oeste, los valles del interior de la comarca. Y al norte, la provincia de Valencia hasta Cullera que está, nada más y nada menos, que a unos 50 kilómetros. Simplemente espectacular.


Su historia se desliza por diversos momentos de la historia. Por eso es una combinación de murallas cristianas con portales andalusies. Mezcla de estancias para los soldados del rey de la Corona de Aragón y del palacio de los Marqueses de Denia. Casi todos los siglos han dejado su huella en el castillo de Denia. Tanto es así que en los restos del antiguo palacio de los Marqueses de Denia, que está en el punto más elevado, se encuentra el Museo Arqueológico dianense.

EL IMPORTANTE PUERTO DE DENIA

Denia, un mar de historia

Nos queda por visitar la fachada litoral. El puerto de Denia fue muy importante desde antiguo. En el XIX la exportación de pasas fue una revolución. Fundamentalmente tenían destino a las Islas Británicas. Para allá salieron miles de toneladas de este producto, tantas que las compañías británicas abrieron sus propios almacenes en Denia. Hoy algunos se han reconvertido en pubs. Y nos parece una evolución lógica.

Tanto al norte como al sur del puerto hay un par de barrios llenos de esencia marinera. El más típico es el de ”Baix la mar” (Bajo la mar), al norte. Sus casas bajas y sus coloridas fachadas se abren a recoletas plazas que huelen a sal. Al sur encontramos el barrio “Grupos de marineros”,  un barrio formado por dos conjuntos de casas que fueron habitadas por los marineros de Denia, que se agrupan alrededor de sendas plazas.

Entre ambos barrios se encuentra la explanada de Cervantes, con sus características palmeras. No es una calle más de las miles de las dedicadas al genio de Alcalá. La peculiaridad es que el propio Cervantes desembarcó en Denia en 1580 tras ser liberado del cautiverio que sufrió por parte de piratas berberiscos.


Y más o menos hemos finalizado nuestra visita a Denia. Nos hemos dejado muchas cosas. Sus playas y calas, por ejemplo. O las antiguas atarazanas y el Museo del Mar, ambos junto al Mediterráneo. O sus sendas, que recorren el Parque Natural del Montgó. O la ruta de los riu-raus. Tanto por hacer que estamos obligados a volver. Y no será contra nuestra voluntad. 

domingo, 18 de abril de 2021

EL CASTILLO DE BENISSANÓ, UN PASEO POR LA HISTORIA

En la provincia de Valencia, en la comarca del Camp del Túria se encuentra la población de Benissanó. En este municipio, de poco más de 2.000 habitantes, encontramos un monumento lleno de curiosidades históricas que hemos visitado recientemente: el Castillo de Benissanó.

Castillo de Benissanó

La historia de Benissanó se remonta a la época musulmana de la Península Ibérica ya que en este lugar se erige la alquería de Beni Sahnún o Benixanut, de donde deriva su actual nombre. Sobre los restos de esta alquería, tras la conquista cristiana, se construye en el siglo XV el castillo, que es el símbolo indiscutible de este municipio.

Entre otras cosas, el castillo de Benissanó es famoso por haber albergado en el siglo XVI a uno de los prisioneros más importantes de la historia de España. Este no es otro que el rey Francisco I de Francia, conocido, además de por su condición real, por ser el protector de Leonardo da Vinci en su última etapa de vida y quien ordenó transformar el castillo del Louvre en palacio. Pero, ¿cómo llega hasta aquí un rey francés? Vamos a hacer un poco contextualización.

Castillo de Benissanó

En 1525 tuvo lugar la batalla de Pavía, un municipio en la Lombardía italiana. En esta batalla se enfrentaron los ejércitos comandados por Francisco I de Francia, por una parte, y por la otra el ejército de Carlos I de España (y V de Alemania, como estudiamos en el cole). Esta fue una guerra que pretendía decidir quién sería el emperador del Sacro Imperio. Francisco I perdió la batalla y la guerra. Tal desesperación le entró al ver a sus tropas siendo derrotadas que se lanzó él mismo a atacar. Por muchas pelis que hayamos visto, esto nunca ocurría, no fuera que por alguna de esas alguien matara al rey. El caso es que fue derribado de su caballo por las tropas de Carlos I que, al reconocerlo, decidieron no matarlo y capturarlo para llevarlo ante el rey. Éste lo hizo su prisionero y ordenó que lo llevaran hasta Madrid. Este trayecto se hizo vía Génova desembarcando en Valencia. Y aquí comienza la parte más curiosa de la historia ya que el rey Carlos I había ordenado llevarlo a Xàtiva en cuyo Castillo se había habilitado una cárcel real. Pero el señor de Cavanilles-Villarrasa, dueño del Castillo de Benissanó decidió, no se sabe muy bien porqué, aunque probablemente fuera para que el rey le debiera algún favor que se cobraría posteriormente, llevárselo a su castillo. Aunque hay fuentes que afirman que fue el propio rey quien pidió que lo alojaran en Benissanó.

En el Castillo de Benissanó Francisco I estuvo alojado 18 días durante el mes de julio de 1525. Estas casi 3 semanas han dado pie para numerosas historias y también para alguna leyenda que veremos un poquito más adelante.

Castillo de Benissanó

A Benissanó se llega por la CV-35, que comunica la ciudad de Valencia con el interior de la provincia, tanto con la comarca del Camp del Túria como con la comarca de los Serranos. Benissanó tiene dos salidas y desde cualquiera de las dos está perfectamente indicado cómo llegar al castillo. Aunque no hay muchos problemas porque está un poco elevado y se ve perfectamente.

El Castillo está rodeado de una muralla que continuaba su curso para proteger la antigua Villa de Benissanó. De esta muralla se conservan tres puertas que permitían la comunicación con el exterior estas puertas, o portales, son: la del Pozo (el pou, en valenciano), la de Valencia y la de Bétera

Castillo de Benissanó

Podemos dividir la visita en tres partes. En primer lugar el exterior, donde recorreremos la muralla a través del paseo de ronda que utilizaban los soldados de la guarnición que protegía este castillo. También veremos el foso, el patio de armas con un pozo y un aljibe y otras estancias, como una torre, que han cambiado su uso a lo largo del tiempo. Nosotros comenzamos la visita por aquí, aunque si seguimos el orden que nos indica la audioguía debería ser lo último, pero de esta manera garantizamos la distancia de seguridad con el resto de visitantes que entraban al mismo tiempo que nosotros. Esta audioguía es totalmente gratuita y se puede acceder desde cualquier dispositivo conectado a internet mediante un código QR. Esta audioguía nos irá descubriendo la historia y los secretos de este monumento.

La visita al interior también podemos dividirla en dos partes diferenciadas. Una sería la planta baja del castillo junto a los sótanos. Todas estas estancias servían para las actividades administrativas y comunes del servicio del castillo aunque vamos a verlo ahora con un poco más de detalle. El primer piso es la planta noble del castillo, donde se encuentran las habitaciones más bonitas del conjunto. El edificio ha sufrido numerosos cambios y modificaciones a lo largo de su historia, adaptándose al uso que le daban los propietarios en cada momento. 

Castillo de Benissanó

Los primeros señores del castillo fueron la familia Cavanilles-Villarrasa. Fue esta familia la que construyó el castillo y configuró su aspecto principal (al menos el exterior) durante los siglos XVI y XVII. Veremos los escudos de esta familia en todo el castillo, y de ahí pasarían al propio escudo de Benissanó, en donde aparecen junto al castillo. Durante el s. XIX pasa a manos de la familia Escrivá de Romaní. Estos ejecutaron varias reformas para adaptar un edificio de tres siglos de antigüedad a las necesidades propias de una familia noble de su época. En el s. XX sufre un periodo de decadencia. Hasta que en 1987 lo adquiere un empresario que pretendía establecer aquí un museo de arte contemporáneo, aunque el proyecto no se ejecuta finalmente. Una entidad bancaria se lo embargó a su propietario por las deudas acumuladas. Finalmente en 1996 lo adquiere en Ayuntamiento de Benissanó con la colaboración de la Generalitat Valenciana.

En la planta baja se encuentra el vestíbulo de entrada al castillo y a mano izquierda una sala grande bastante diáfana. Aquí es dónde que habrían instalado en su momento las caballerizas aunque también podría ser el lugar destinado a Cuerpo de Guardia de los soldados de la guarnición que custodiaba el castillo. Una teoría dice que también fue escuela de ingenieros ya que se han encontrado numerosos grafitos en las paredes. Otras estancias en este nivel son la cocina medieval, los sótanos, que debieron ser un calabozo en su época y que después se emplearon como bodega, y varias habitaciones destinadas para el servicio y para el personal de administración del señorío.

Castillo de Benissanó

Un detalle curioso del vestíbulo de entrada es la columna salomónica encontraremos sosteniendo una viga y que probablemente fue comprada en Valencia para darle un aspecto más señorial a este castillo. Esta columna se situaba entre la puerta de entrada (que ahora ocupa una gran vidriera) y las escaleras que dan acceso al primer piso. 

La primera planta es la planta noble del castillo. Aquí se encuentran las habitaciones más interesantes de todo el edificio. Un recibidor, al que va a dar las escaleras, decorado a la manera de la época de la construcción del castillo, es la primera sala que vemos. Son muy interesantes las molduras, que también aparecen en algunas salas de la planta baja. Un consejo, en esta planta no dejéis de mirar los suelos ni los techos. Si unos son bonitos los otros no lo son menos.

Castillo de Benissanó

Del recibidor, que sería una especie de sala de espera pasaremos a las estancias nobles. Algunas pertenecen al ámbito privado de la familia, como dos comedores y la cocina. Ya hemos dicho que en la planta baja se encontraba la cocina medieval. Bien, aquí trasladaron la cocina “moderna”. Se conserva una cocina de hierro de principios del s.XX, que se alimentaría con leña o carbón. Me hizo gracia que se incluya para ambientar una batería de cazuelas esmaltadas granates, porque yo las he usado. Caramba, ¡no soy tan mayor!. En la cocina, además, hay una ventana que comunica con un comedor y que serviría para pasar los platos.

Otras estancias privadas son la capilla-oratorio, una estancia pequeña, con acceso desde varias salas, dedicada, evidentemente al culto religioso de la familia. Alrededor se encuentran los dormitorios. Las sucesivas reformas y modificaciones hace que se encuentre mobiliario del XIX en habitaciones que conservan su esencia medieval, en una mezcla un tanto curiosa. Además nosotros nos encontramos con una exposición/muestra de indumentaria tradicional valenciana, lo que añadía un punto más de lío en esa mezcla.

Castillo de Benissanó

Uno de estos dormitorios, el más grande de todos fue donde estuvo retenido el rey Francisco I. Este dormitorio tiene orientación norte, con vistas hacia la cercana localidad de Lliria. Se cuenta que no solo estaba en este cuarto por su tamaño, también porque era la más fresca y recordamos que estuvo aquí en el mes de julio. Ya hemos comentado que la estancia de Francisco I dio pie a varias leyendas. La más conocida es la que cuenta que el señor de Cavanilles-Villarrasa celebraba en honor del rey cautivo bailes y fiestas para agasajarlo. Que sería un prisionero, sí, pero seguía siendo rey. En una ocasión quiso que sus hijas bailaran con el rey (o el rey quiso bailar con ellas, depende de la fuente) y estas se negaron por ser un enemigo de su patria. El padre las sacó de allí de los pelos y les recriminó que la soberbia les mataría a todos.

Este episodio se sabe que no es cierto porque el señor de Cavanilles-Villarrasa solo tuvo un hijo varón. ¿De donde surge esta historia fake? No se sabe, pero esta frase fue tomada para reproducirla en la principal habitación del castillo, la conocida como Sala Noble. Esta estancia puede que tuviera funciones tanto privadas como públicas. La suntuosa decoración nos reafirma la importancia de esta sala.

Un friso reproduce la frase con la que el señor de Cavanilles-Villarrasa recriminó a sus hijas, escrita en valenciano medieval: “la supervia de vos matará amos a dos”. En el fondo un vitral moderno reproduce los escudos nobiliarios de la familia y la escena, donde una mano coge a las chicas por el pelo. Sobre cada una de las tres puertas hay escudos y al fondo una gran chimenea, reproducción de la original renacentista. Mirad al techo y admirar el artesonado de madera, parcialmente rehabilitado.

Castillo de Benissanó

La visita al castillo de Benissanó dura alrededor de una hora y creemos que es bastante interesante. Hay apertura general durante los fines de semana y festivos. Los sábados (y creemos que festivos también) tiene horario de 17:00 a 21:00, mientras que los domingos es de 11:00 a 14:00. Las entradas cuestan 4€ para mayores de 10 años, 3€ para jubilados, pensionistas y poseedores de Carnet Jove y 2€ para niños entre 5 y 10 años. Los menores de 5 tienen entrada gratuita. Os recomendamos que reservéis, ya que suele estar bastante solicitado y el aforo está limitado. Se puede llamar o enviar un WhatsApp al número 654 603 163 o bien a través de la web, pero el WhatsApp es el método más inmediato. Entre semana se puede concertar una visita, pero se debe de realizar en un grupo de 15 personas mínimo.

Podéis aprovechar la visita a Benissanó para otras actividades. Si lo visitáis en febrero, y conmemorando la compra del castillo, se celebra una Semana Medieval, con actividades relacionadas, animación temática y una feria medieval. En cualquier época podéis dar una vuelta visitando los portales. A nosotros nos enviaron por WhatsApp (aunque también está disponible con un código QR en el castillo) una gynkana para que los niños los descubrieran, y es bastante entretenido. También podéis visitar la Iglesia de Parroquial de los Santos Reyes, que se encuentra a escasos metros del castillo, o bien el Pozo de la Salud, cuyas aguas están especialmente indicadas para dolencias hepáticas como la ictericia. Y como no, probar una de las mejores paellas de toda la Comunidad Valenciana, tanto en el restaurante Rioja como en el Levante. Por último indicar que también en el castillo se puede practicar un juego de misterio, al estilo de una Escape Room. No os asustéis por la silueta de la cocina... 

Castillo de Benissanó

Parte de nuestra familia procede de Benissanó, por lo que no era la primera vez que lo visitábamos. No así el castillo, que nos sorprendió para bien, francamente. El hecho de que tuviera un "huésped" tan honorable como el rey de Francia hace que la visita sea un poco más interesante, pero también es el gancho para conocer un monumento que escapa de las grandes guías. Porque la historia, además de grandes nombres y batallas épicas, está construida de momentos curiosos. 

jueves, 14 de diciembre de 2017

EGIPTO EN MADRID: EL TEMPLO DE DEBOD

Como cada mañana Najt se acercó a observar la orilla del río Nilo. Con alegría veía como la inundación bañaba las tierras que posteriormente, una vez las aguas ya se hubieran retirado, labraría y de la que obtendría una abundante cosecha gracias al limo que se había ido depositando. Se giró y vio el templo de Amón, entró y agradeció los dones que el dios disponía.
Esta escena pudo haber ocurrido hace unos 2400 años en Egipto. Pero hoy en día sería muy difícil que se repitiera: el Nilo desde la construcción de la presa Nasser ya no tiene inundaciones anuales y el templo que al que miraba Najt ya no se encuentra a orillas del río, sino en el centro de Madrid. Pero, ¿qué narices hace un templo egipcio en España? 

Como ya he comentado, el Nilo anualmente tenía una crecida que inundaba las riberas y depositaba un rico limo que era un excelente fertilizante para las cosechas de los agricultores. Estas crecidas, que se producían en verano, venían precedidas de unas lluvias monzónicas que descargaban en el centro del continente africano. Durante miles de años esto fue así hasta que en 1956 el presidente Nasser anunció la construcción de una macropresa que regularía las crecidas del Nilo (que cada año cambiaban y podían ser catastróficas) y proporcionaría electricidad a gran parte del país. 

La construcción de este embalse produciría la inundación de la antigua Nubia y, por lo tanto, la pérdida de numerosas construcciones antiguas, entre ellas el famoso templo de Abu Simbel. Varias naciones, entre ellas España, acudieron a la llamada de socorro que lanzó la ONU y, como agradecimiento, el gobierno egipcio le regaló a España este templo que fue trasladado a Madrid piedra a piedra y reconstruido como si de un Lego se tratara.
Disfrutar de un auténtico templo egipcio en el mismo centro de Madrid es una oportunidad que no podemos desaprovechar. Los niños disfrutan mucho la visita, que además es gratuita. Está situado junto al parque del Oeste, muy cerca de la plaza de España. De hecho podemos aprovechar para visitar la calle Princesa, incluso la Gran Vía. 

El Templo de Debod tiene dos plantas. En la planta baja se encuentran varias salas (o capillas). En el centro se encuentra una capilla decorada con relieves que representan escenas del rey Adijalamani junto a diversos dioses del panteón egipcio. Estos relieves estuvieron policromados, pero ya se ha perdido todo rastro de pintura. Al fondo se encuentra una capilla con una hornacina donde se veneraba a la Isis, Diosa Madre, deidad de la fecundidad. La posible estatuilla se ha sustituido con un láser que proyecta la imagen de la diosa. Su situación en esta sala no es casual, ya que la orientación del templo este-oeste (se ha conservado la orientación original) hace que los rayos del sol iluminen el fondo de la sala, justo donde está la figura.
Por su parte las capillas laterales se dedicaban para el culto de otras deidades, dependiendo de si estaban a nuestra izquierda o nuestra derecha. Junto a la entrada, en una capilla anexa, se exhibe el antiguo arquitrabe que estaba colocado en la antigua entrada, que con las actuaciones contemporáneas (nuevas puertas para impedir accesos "incontrolados") debió de ser trasladado. Es interesante porque podemos apreciar de cerca como trabajaban los artesanos egipcios la decoración de sus templos. Este arquitrabe contiene una inscripción en griego, puesto que los ptolomeos, la última dinastía de faraones cuya última integrante fue la celebérrima Cleopatra, eran de origen heleno. 

Si accedemos a la planta superior vamos a encontrar un pequeño museo, donde destaca una maqueta del templo y una  del río Nilo y la localización original del templo. Además unos audiovisuales completan la oferta de esta exposición. Los fines de semana y en algunos días especiales (vacaciones escolares) se realizan talleres didácticos en el Templo de Debod, que hacen que los niños puedan conocer mejor una cultura y una civilización que miles de años después nos sigue fascinando. 

Si queréis un mayor realismo podéis, como hicimos nosotros en nuestra primera visita, acudir en pleno verano madrileño, ya que las temperaturas no distan mucho de las que se pueden "disfrutar" en Egipto, jeje. Por último recomendar una visita a última hora de la tarde, ya que los atardeceres madrileños desde este punto son muy chulos.

jueves, 2 de noviembre de 2017

UN MUSEO CON MUCHA HISTORIA: EL MAHE DE ELCHE

Ilici, Colonia Iulia Illici Augusta, Vila Murada, Elche, Elx, una ciudad con más de 25 siglos a sus espaldas, y un museo que recoge todo este legado, el Museo Arqueológico y de Historia de Elche, el MAHE.
El MAHE se encuentra en pleno centro de Elche, junto al Vinalopó y muy cerca de la basílica de Santa María, donde cada mes de agosto se escenifica el Misteri d'Elx, el drama sacro declarado Patrimonio de la Humanidad.
Abierto al público en 2006 tras la remodelación del antiguo Museo Arqueológico, se divide en dos partes diferenciadas. La primera abarca desde la prehistoria hasta el fin del Imperio Romano, incluyendo un "epílogo" que explica el trabajo de campo de los arqueólogos. 
En esta parte destaca, en primer lugar, una gran fotografía aérea del Campo de Elche (que los niños aprovechan para pisar) donde sitúan los yacimientos donde se encontraron las piezas que se exponen, siendo el más conocido el de l'Alcúdia, primer núcleo poblacional de Elche y lugar donde hallaron la Dama de Elche.
A través de diferentes espacios conformados por la disposición del mobiliario, puesto que la sala es un gran espacio diáfano, se explica no sólo la historia de Elche, si no que se emplea como ejemplo de la vida en las diferentes épocas de la antigüedad y de sus diferentes aspectos (agricultura, pesca, construcción, vida familiar, religión, etc.), a través de numerosas piezas encontradas en los yacimientos de Elche y sus alrededores. Hay de todo, desde pequeñas piezas hasta estelas funerarias de gran tamaño.
La segunda parte narra desde la dominación musulmana hasta nuestros días. Esta segunda parte se encuentra en el Palacio de Altamira, sede del antiguo Museo Arqueológico, un edificio histórico de Elche. La separación en estos dos espacios tiene una explicación lógica, puesto que los musulmanes se establecen en un nuevo núcleo, lo que denominaron Vila Murada, el actual centro histórico de Elche. Al comienzo de la visita en este segundo espacio un audiovisual nos explica la historia de Elche a través de su urbanismo y la evolución de la ciudad a través de los sucesivos siglos.
Entre ambos espacios encontraremos un lienzo de la antigua muralla islámica que rodeaba la ciudadela, y una de las puertas monumentales de entrada a la ciudad, además de parte de sistema de irrigación que transportaba agua a la ciudad y sus campos.
El MAHE es un museo muy entretenido y muy didáctico, cuenta con gran cantidad de recursos audiovisuales interactivos para explicar muchas piezas y muchos momentos históricos que han configurado la actual ciudad de Elche, y por extensión de la humanidad, algo que sirve para despertar la curiosidad de los más pequeños de casa, que no pararán de preguntar.
Pero el MAHE no solo debe visitarse por las piezas expuestas, sino que también Es muy recomendable subir hasta lo más alto de la Torre del Homenaje y dar una vuelta por el camino de ronda. Desde aquí las vistas son formidables y es un lugar privilegiado para observar el Palmeral de Elche, el otro Patrimonio de la Humanidad con el que cuenta Elche. Sólo se puede acceder por escaleras, así que cuidado con los niños y mayores.
La entrada general del MAHE cuesta 3€, pero existe descuentos para familias numerosas,  poseedores del Carnet Jove y jubilados, que pagan 1,50€, y para estudiantes, que solo abonan 1€. Además la entrada es gratuita todos los domingos, y todos los días para menores de 6 años, personas con diversidad funcional y con movilidad reducida. El museo, por cierto, es accesible casi al 100%, exceptuando el camino de ronda por donde, como hemos comentado, sólo se accede a través de escaleras.
Como se encuentra en pleno centro de Elche, aparcar no es tarea fácil, pero bajo el MAHE hay un parking público. También tiene cafetería, por si necesitamos coger fuerzas. No dudéis visitar este museo si os encontráis por Elche, tanto el propio espacio como el entorno no os defraudará.