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jueves, 18 de febrero de 2021

DE RUTA POR LAS PLAZAS DEL CENTRO HISTÓRICO DE VALENCIA

En este blog hemos publicado unos cuantos post sobre cosas que ver y hacer en Valencia. Visitar museos con niños, pasear por los mejores parques o cómo disfrutar de las fallas son algunos de los temas que hemos tratado en anteriores artículos. Pero todavía no habíamos hablado de una de las joyas de la ciudad de Valencia, su centro histórico. Así que vamos a empezar a solucionar esa carencia ahora mismo.

Porque el centro histórico de Valencia es uno de los más importantes de España y Europa. Ocupa una superficie de aproximadamente 1,5 km2. Está delimitado por un perímetro de cerca de 5 kilómetros formado por las calle Colón, Xàtiva, Guillem de Castro y las vías que circulan por el margen derecho del antiguo cauce del río Turia (Paseo de la Petxina, Conde de Trénor, Ciudadela...), que podéis recorrer con la línea C1 del autobús urbano (EMT Valencia). En este espacio (tres veces más grandes que la Ciudad del Vaticano, por ejemplo) conviven edificios religiosos, civiles y administrativos con museos y zonas de marcha y ocio.

En un solo artículo es imposible contar pormenorizadamente todo lo que podéis ver y hacer en el centro histórico de Valencia, así que este artículo será un resumen. Pero no vamos a dejarnos nada importante y todo lo que repasemos en este post es casi de obligada visita (y sin casi). Por eso vamos a ver esta zona de Valencia a través de sus plazas. Valencia, como vais a ver en todo el artículo, es una ciudad muy de plazas. 

Empezaremos esta ruta en una de las plazas más queridas de Valencia, la plaza de la Virgen. Esta plaza fue hasta bien entrado el s. XIX el centro del poder administrativo, civil y religioso. Era el centro de la vida de Valencia. Asumió el papel que siglos antes tenía la actual plaza de l'Almoina, lugar donde se cruzaban el cardo y el decúmano romanos. El centro del poder. En primer lugar encontramos la Catedral de Valencia, un edificio que contiene elementos románicos tardíos (la puerta de l'Almoina), góticos (casi todo), renacentistas (L'Obra Nova, la serliana que se ve rodeando el ábside y las pinturas del altar mayor), barrocos (la puerta de los Hierros, a los pies del templo) y neoclasistas (en la decoración interior). 

El campanario, el queridísimo Micalet (Miguelete en castellano) de planta octogonal es uno de los mejores miradores de Valencia, si aguantas la subida (y la bajada) de los 214 escalones de su escalera de caracol. Desde la plaza de la Reina, que se abre a los pies de la Catedral, se puede observar otra panorámica, incluyendo el exterior del aula capitular, una estancia en forma de cubo donde se guarda el Santo Cáliz que utilizó Jesucristo en la Última Cena. Es la tradición, y más vale que no llevéis la contraria a los valencianos en esto. La Catedral se puede visitar de 10:30 a 17:30 (18:30 de marzo a octubre). Las entradas generales cuestan 8 euros, 5,50 € las reducidas y existe un pack familiar (para familias no numerosas, vaya con la Iglesia) por 18 €. La visita incluye el museo catedralicio, el Micalet y la capilla del Santo Cáliz. De 7:30 a 10:00 y de 18:30 a 20:30 hay horario de visita libre. 

También en la Plaza de la Virgen, que durante las Fallas acoge el final del recorrido de la tradicional ofrenda de flores, se encuentra la Basílica de la Virgen de los Desamparados, la patrona de Valencia. No, la patrona de Valencia no se encuentra en la Catedral, si no en este curioso edificio barroco, cuya planta es un óvalo dentro de un rectángulo. Ni que decir tiene que el fervor pro la patrona es máximo. Para comprobarlo, nada mejor que darse una vueltecita, si cabéis, por la plaza de la Virgen la mañana del segundo domingo de mayo, día de su celebración. 

El tercer edificio importante que hay en la plaza de la Virgen es el Palacio de la Generalitat. Esta es la sede del Gobierno Valenciano. No confundir con el Palacio de Benicarló, situado en la calle Navellos, apenas a unos metros, donde se encuentra el Parlamento valenciano, les Corts Valencianes. El Palacio de la Generalitat es un palacio gótico. Contiene elementos ornamentales muy importantes. En este aspecto hay que destacar la Sala Dorada, una sala noble con un techo de artesonado de masera del s. XVI cubierto de pan de oro. El Palau solo se puede visitar solicitándolo a través de un correo electrónico. En algunas festividades destacadas como el 9 d'Octubre (Día de la Comunidad Valenciana) se puede visitar libremente. En su jardín se encontraba el antiguo Ayuntamiento de Valencia, la Casa de la Ciudad, edificio que hoy en día está desaparecido. 

Antes de seguir con nuestra ruta no podemos pasar por alto la fuente que hay en la plaza de la Virgen y que representa al río Turia. Al igual que la escultura clásica del río Nilo y sus afluentes, el Turia se representa como un señor ya mayor reposando. Alrededor una serie de niñas con cántaros representan las distintas acequias que, partiendo del Turia, riegan (o regaban, más bien) la huerta valenciana. 

El Palacio de la Generalitat se encuentra en la Calle Caballeros. Esta calle toma su nombre de la cantidad de edificios de familias nobles que hay. Si no tenías una casa (bueno, casoplón) en esta calle no eras nadie. Podéis pasaros horas mirando escudos. A mitad de calle se abre la plaza del Tossal (mal llamada plaza del Carmen, que es otra plaza), epicentro de la marcha nocturna y de . Si seguimos la calle Caballeros hasta el final y siguiendo la calle Quart, llegamos a la plaza de Santa Úrsula. Lo verdaderamente importante es que nos encontramos a espaldas de las torres de Quart, una de las dos puertas que se conservan de la Valencia medieval.


En nuestro caso nos desviamos, desde la plaza del Tossal, por la calle Bolsería para alcanzar la plaza del Mercado. Aquí nos encontramos tres edificios que definen tres estilos arquitectónicos muy distintos. Para empezar tenemos la Lonja de la Seda, el único edificio de Valencia declarado Patrimonio de la Humanidad. Obra maestra del gótico, construida en el s. XV, en el Siglo de Oro valenciano. Su sala de las columnas, la estancia más amplia es una auténtica maravilla. Las columnas helicoidales se unen a los nervios de las bóvedas de crucería, simulando un bosque de palmeras. No os podéis perder es su Patio de los naranjos ni la torre con su escalera de caracol. 

Frente a la Lonja nos encontramos con la Iglesia de los Santos Juanes, una joya del barroco valenciano, que tras años de restauración puede volver a visitarse en su plenitud. La entrada la tiene por la plaza Ciudad de Brujas


El tercer edificio es el Mercado Central. Una maravilla de la arquitectura del hierro con elementos muy valencianos. Es obra de los arquitectos barceloneses Francesc Guàrdia i Vial y Alexandre Soler i March, discípulos del arquitecto Lluís Domènec i Montaner, de quien ya vimos obras suyas en el post sobre Reus. En el exterior, un elemento muy curioso, son las distintas veletas que coronan las cúpulas. En el interior destaca una gran bóveda central, que junto al acristalamiento de los laterales proporciona una gran luminosidad. Y como no, disfrutad con todos los sentidos: la vista, el oído, el tacto, pero sobre todo con el olfato y el gusto. Las frutas y verduras de la huerta de Valencia, las carnes, los pescados frescos... Es imposible resistirse a comprar. 

A menos de 500 metros encontramos la gran plaza de Valencia, la plaza del Ayuntamiento. Una plaza bastante grande y con una forma extraña, de trapecio rectángulo (aproximadamente), como si en realidad fueran dos plazas unidas. Evidentemente destaca la Casa Consitorial, pero no es ni mucho menos el único edificio importante en esta plaza. Este edificio comienza su historia en el S. XVIII como la Casa de la Enseñanza. Desde 1860, cuando asume las funciones de Casa Consistorial, sufre sucesivas modificaciones y añadidos. El último, de los años 20 del s. XX, añade la actual fachada, donde destaca el famoso balcón, desde donde se da la orden de inicio de las mascletaes que se disparan en la plaza durante el período fallero. 


El interior presenta una suntuosa decoración, que en ocasiones dificulta su funcionalidad como sede del gobierno de la ciudad. En los bajos se ubica el Museo Histórico Municipal (también existe el Museo de Historia de Valencia, junto al Parque de Cabecera), que guarda objetos de especial relevancia para la ciudad como la Real Senyera, el pendón que llevaban las tropas de Jaime I en la Conquista de Valencia, una copia de los antiguos Fueros o planos antiguos de la ciudad.

En el otro lado de la plaza se encuentra el edificio de Correos y Telégrafos. Inaugurado en 1923, tiene elementos de la fachada comunes al Ayuntamiento, como las columnas dobles o los cuerpos redondos coronados por una cúpula en las esquinas. El interior, además de funcional, tiene una bonita cúpula acristalada decorada con los escudos de las provincias españolas. Merece mucho la pena entrar para visitarlo, aunque sea un segundo. El edificio está rematado por una torre metálica a la que se accede por una escalera de caracol. 


Otro edificio que me gusta destacar en la plaza del Ayuntamiento es el antiguo Cine Rialto, sede actualmente de la Filmoteca Valenciana. Este edificio fue construido en 1939. Su fachada es racionalista, pero bebe del Art Decó, lo que lo convierte en un edificio bello y con personalidad, aunque quede un poco escondido al estar encajonado entre otros. 

Ni que decir tiene que la plaza del Ayuntamiento es uno de los puntos vitales de la ciudad. Uno de los lugares neurálgicos, como ya hemos comentado, de las fiestas falleras, y casi de cualquier celebración que se haga en la ciudad, ya sea deportiva, cultural o la Cabalgata de Reyes, por ejemplo. Actualmente se está peatonalizando para que se disfrute mejor sin peligro de los vehículos que circulan por ella. Un elemento muy destacado son las casetas de flores alrededor del centro de la plaza, muy queridos por los valencianos.

Un poco más lejos, siguiendo la calle de las Barcas, y muy cerca de la calle Poeta Querol, sinónimo de tiendas de lujo y donde está el Museo Nacional de Cerámica, se encuentra la Plaza del Patriarca. Este nombre se debe a San Juan de Ribera, conocido como el Patriarca, y que fundó el Real Colegio Seminario del Corpus Christi (colegio del Patriarca, para acortar). Este edificio se encuentra en esta plaza, y aunque noes de los más conocidos de Valencia guarda un tranquilo claustro renacentista, una hermosísima iglesia, o un magnífico museo que alberga pinturas de Juan de Juanes, El Greco, Ribalta, Pinazo, o un arca con un manuscrito de Tomás Moro que pudo ser rescatado. Pero si el Colegio del Patriarca guarda una curiosidad esta es el caimán disecado junto a la puerta, que fue un regalo del Virrey de Perú al Patriarca, y que dicen simboliza el silencio que se debía guardar.  


Justo enfrente del Colegio del Patriarca está el Edificio Histórico de la Universidad de Valencia. Conocido como La Nau (La Nave) ya que se entra por esta calle. Encontramos un bonito claustro, decorado con medallones de personajes relevantes de esta Universidad. Preside el claustro una estatua del humanista Juan Luís Vives, uno de los intelectuales más importantes de la Europa de su tiempo y que estudió en la Universidad de Valencia. En este edificio hay salas de exposiciones y un sala para teatro y actuaciones musicales. Si tenéis oportunidad de visitar la Biblioteca Histórica no lo desaprovechéis. 

Para acabar vamos a hablar brevemente de la plaza de Alfonso el Magnánimo, más conocida por los valencianos como el Parterre, ya que en el centro de la plaza hay un jardín del que toma el nombre. Es una plaza casi de transición, rodeada por edificios de viviendas, comercios, bares, supermercados, grandes almacenes y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. En el centro de la plaza (y el jardín) hay una estatua del rey... no, de Alfonso el Magnánimo no, si no de Jaime I, el rey cristiano que conquistó Valencia y la unió a la Corona de Aragón. Es un caso curioso, porque el titular de la plaza reinó dos siglos después y aunque fue rey de Aragón no pertenecía a la misma casa. A los pies de esta estatua finaliza la procesión cívica que con motivo de la festividad del 9 d'Octubre recorre las calles del centro de Valencia.

Como os decíamos al principio de este post, esto no es más que un resumen tomando como excusa las plazas. Nos quedaría hablar de calles tan emblemática como la de La Paz, que une el Parterre con la plaza de la Reina, con la torre de Santa Catalina siempre vigilante. O la calle Colón, una de las calles comerciales más codiciadas de Valencia. La calle de las Barcas, donde se encuentra el Teatro Principal y lo que hace años fue el centro del poder económico valenciano. O Guillem de Castro, un eje cultural de primer orden con el antiguo Hospital, el MUVIM, el Museo de Prehistoria o el IVAM. Pero para todo eso ya habrá tiempo.

lunes, 8 de febrero de 2021

COMPARATIVA: PORT AVENTURA VS. PARQUE WARNER

En España tenemos muchos y muy buenos parques temáticos. No solo parques de atracciones organizados alrededor de una o más líneas argumentales, que es lo primero que nos viene a la cabeza cuando hablamos de parques temáticos. En esta categoría podrían entrar también zoos de nueva generación, acuarios o parques acuáticos. 


Pero si hay dos parques temáticos que destacan sobre el resto estos son Port Aventura y el Parque Warner. Ambos son los más visitados de España y dos de los más visitados de Europa. En 2019 el parque catalán recibió 3,75 millones de visitantes, mientras que el madrileño, que ha ido progresando mucho en los últimos años, se quedó en 2,23 millones de visitantes.

Nosotros hemos visitado ambos parques y vamos a realizar una pequeña comparativa. Este doble análisis va a ser completamente subjetivo. Si veis los post que en su día dedicamos a cada uno de los parques, tanto al Parque Warner, como a Port Aventura, ya podréis avanzar algo de nuestras conclusiones. También este análisis está un poco sesgado por varios motivos. Visitamos cada parque en año distintos, y con niños pequeños un año es un mundo. También hemos visitado más veces un parque que otro, por lo que al final la experiencia previa también es importante.

Vamos a hacer la comparativa por campos, para así poder desgranar lo que nos parece positivo, y lo que no nos gusta tanto de cada parque:

ATRACCIONES


En uno de los post dedicados a estos dos parques temáticos, ya comentamos que no somos mucho de atracciones espectaculares. No nos montamos en una montaña rusa con nosecuántos loopings ni de coña. Así que por esa parte nuestro análisis cojea. Pero eso no quiere decir que no disfrutemos en otras, como las de agua, y otras un poco menos emocionantes. Ambos parques (y otros muchos) tienen atracciones comunes, que no pueden faltar en ningún parque que se precie (como ciertas tiendas en los centros comerciales).

En este aspecto nos da la sensación que el Parque Warner está más enfocado hacia esos visitantes que buscan emociones fuertes, mientras que Port Aventura tiene un mayor abanico familiar. Eso no quiere decir que Port Aventura sea un muermo, ni mucho menos, como ejemplo el Dragon Khan, el símbolo del parque desde su apertura.

Tampoco interpretéis que si vais en familia vagareis por el Parque Warner sin nada que hacer, ya que tienen un montón de cosas que para que no nos aburramos ni un segundo.

ÁREA INFANTIL


Uno de los aspectos más importantes a la hora de decidirse por uno u otro. En este apartado quizás el Parque Warner esté un puntito por delante que Port Aventura. Influye que el Cartoon Village, el área dedicada a los más peques estuviera desde el principio de la apertura del parque, ya que está mejor integrada que SésamoAventura.

Respecto si nos gustan más los personajes de Barrio Sésamo (que "viven" en Port Aventura) o los Looney Tunes, pues es bastante difícil decidirse. Que se puedan visitar la madriguera de Bugs Bunny, el camerino del Pato Lucas, o la casa de la Abuelita y Piolín, y hacerse fotos con ellos, pues mola bastante. Porque en Port Aventura "solo" puedes visitar la casa del Pájaro Loco (Woody Woodpecker, según su pasaporte) que además está en el Far West.

Además de que hay más atracciones en Cartoon Village que en SésamoAventura, creemos también que están mejor distribuidas Eso sí, de las atracciones familiares de los dos parques nuestra favorita es "Street Mission", en Port Aventura.

ESPECTÁCULOS


Aquí, y sintiéndolo mucho, gana Port Aventura por goleada. Es posible pasarte el día entero de espectáculo en espectáculo. Aunque la estrella sigue siendo el espectáculo de especialistas en el Far West, los bailes de Polinesia o los espectáculos en el Gran Teatro Imperial de China son muy chulos. Este pasado año, por las medidas antiCovid, todos los espectáculos de Port Aventura estaban cancelados. Y se nota, porque tuvimos tiempo de sobra para montar en todas las atracciones que quisimos, ya que tampoco había cola.

Por su parte el espectáculo estrella en el Parque Warner es el de Loca Academia de Policía. Podríamos resumirlo como "especialistas, derrapes y humor". Es muy divertido y os lo recomendamos. Otro de los espectáculos que pudimos ver en el Parque Warner tenía de protagonistas a Batman, Robin y Joker. La lástima es que no tenía muy buena visibilidad si no acudías con bastante antelación. Eso sí, el meet and greet (encuentro para hacerse fotos) con los personajes DC, es decir, Batman, Wonder Woman, Superman, etc.) hizo que se nuestro espíritu friki se disparara.  

También destacar el espectáculo nocturno en el lago central de Port Aventura, que es una auténtica pasada. De hecho en el Parque Warner también han introducido un espectáculo similar en su lago. Eso sí ambos parques tienen desfile para cerrar la jornada, y ahí, también tenemos el corazón partido, pero el Batmóvil...

TEMATIZACIÓN


Premio ex aequo. Cada uno tiene sus propias áreas temáticas, aunque coincidan en el Far West. Una pasada las dos. Podrían servir, casi perfectamente, como escenario para rodajes. De hecho han servido para rodar anuncios, series y películas. Es fácil dejarte llevar a China, New York, Polynesia o Gotham City.

RESTAURACIÓN


Este aspecto solo podemos juzgarlo parcialmente. Cuando visitamos el Parque Warner decidimos llevar un picnic y consumirlo en el parking. Es una opción válida, pero estamos convencidos de que en nuestra próxima visita no lo volveremos a hacer, ya que se pierde un tiempo precioso saliendo y volviendo a entrar en el parque. 

Respecto a Port Aventura sí que podemos recomendar el restaurante que nos recomendaron, que no es otro que Cactus Express, en México. Los menús se componen de burritos, bocadillos y perritos calientes, pero son bastante grandes y vienen acompañados de patatas fritas o nachos, y son suficientes para saciar el hambre de los más comilones. 100 % verídico.

MOVILIDAD


Victoria contundente de Port Aventura. Este parque cuenta con dos medios de transporte, que también son atracciones. Por una parte un tren que tiene parada en Mediterrània (en la entrada del parque), SésamoAventura y Far West. También podemos tomar el barco que conecta Mediterrània con China. 

Por desgracia el Parque Warner carece que cualquier tipo de transporte. Así que hay que recorrer todo el parque a patita. Puede parecer un rasgo de pereza o vaguería, pero un día entero en un parque temático es muy largo, y más si quieres apurarlo al máximo. Así que cualquier ayuda, por pequeña que sea, siempre es bienvenida.  

OTROS SERVICIOS


Uno de los aspectos a tener en cuenta es el parking. Aquí el Parque Warner tiene una pequeña ventaja al tener plazas cubiertas, especialmente útiles en verano, aunque también más caras. Respecto a Port Aventura, hay una opción de aparcar fuera del aparcamiento del parque. La avenida del alcalde Pere Molas tiene bastantes plazas de aparcamiento, algunas incluso más cerca de la entrada que las del propio parking de Port Aventura. Eso sí, debéis daros prisa para poder aparcar aquí.

Por otra parte, vamos a tratar las tarifas y los descuentos. La entrada general para un día cuesta 51 euros en Port Aventura, mientras que en el Parque Warner cuestan 44,90 euros. En Port Aventura las entradas reducidas cuestan 45 € (para menores entre 4 y 10 años y mayores de 60). A las familias numerosas se les aplica un descuento del 25% respecto al precio de cada entrada. 

El Parque Warner tiene entradas reducidas por 39,90 €. En esta categoría entran los niños entre 100 y 140 cm de altura, mayores de 60 años, personas con diversidad funcional y familias numerosas. Si se compran por la web, las entradas tienen un descuento añadido, por lo que todas las entradas (para 1 día) cuestan 29,90 €.

Siempre se pueden encontrar otras promociones para ambos parques, incluso 2x1, por lo que el precio se rebaja considerablemente. Es cuestión de buscar y esperar. 

Por último falta analizar el entorno de cada uno de estos parques temáticos. Port Aventura es un enorme resort en el que, además del primer parque, cuenta con Ferrari Land, el parque acuático Caribe Aquatic Park y hoteles temáticos. Se puede aprovechar la visita al parque (o al resort) para, además, disfrutar de las playas de la Costa Daurada, Tarragona, el delta del Ebro, Barcelona e incluso el norte de la provincia de Castellón. Por su parte el Parque Warner tiene a Madrid y todo lo que ofrece la capital de España y sus alrededores, como gran atractivo para realizar otras actividades. 

¿Nuestra conclusión? Ya hemos apuntado al principio que este es un análisis bastante subjetivo, en los que prevalecen nuestros gustos y preferencias. Por lo que, si tuviéramos que escoger uno de los dos parques este sería Port Aventura. Con todo, estamos convencidos que debemos de darle otra oportunidad al Parque Warner. Nuestra primera, y única visita, fue un poco precipitada y no la pudimos preparar demasiado bien. Por otra parte nuestros hijos son más mayores y estamos convencidos que disfrutarían más de este parque. Uno de los grandes obstáculos es que cada uno tenga una altura, por lo que las limitaciones en algunas atracciones hacen que puedas frustrarte, o tardar mucho tiempo dividiendo el grupo, guardando cola dos veces, etc.


¿Qué pensáis? ¿Opináis como nosotros? ¿Tenéis otro parque temático favorito? Podéis dejarnos un comentario, aquí abajo o en nuestros perfiles en redes sociales y que toda nuestra comunidad pueda beneficiarse de valiosos consejos. 

lunes, 28 de enero de 2019

MI PRIMERA VEZ EN FITUR

Un año más el sector turístico ha dado el pistoletazo de salida al año turístico con FITUR, la Feria Internacional de Turismo que se celebra cada enero en IFEMA, en Madrid. Este año tuve la oportunidad de acercarme un rato, por motivos laborales, y no dejé desaprovechar la ocasión de conocer esta feria.


No me habían hablado muy bien de FITUR, que si es un peñazo, que si te cansas de ir de pabellón en pabellón, que si la moqueta, que si las colas, que si el postureo... En honor a la verdad, entre ir solo unas horas y quien acude toda la jornada durante cinco días a trabajar es una diferencia abismal, y puedo comprender quien reniega de FITUR.


Dicho esto, y a pesar de no participar de ninguna actividad programada para travelbloggers (no tuve mucho tiempo y la incertidumbre hasta última hora si iba o no mandaban), me lo pasé muy bien en FITUR y me sorprendió para bien. Quizá ayudó que no me hablaran demasiado bien y no tuviera muchas expectativas.


En primer lugar hay que felicitar a los diseñadores de los stands de las diferentes comunidades autónomas presentes en FITUR por el derroche de imaginación. A cada cual más bonito. Si la Comunidad Valenciana tenía como leitmotiv unos aparejos de cabos representando su cara más marinera, Andalucía daba la bienvenida con una inmensa portada con pantallas leds recordando las entradas a las ferias, Madrid simulaba una sala del Museo del Prado y Galicia se teñía de verde. Cada destino ofrecía lo mejor para intentar atraer visitantes y que se conviertan en posibles turistas o en suscriptores de los destinos.


Pero si los pabellones españoles eran espectaculares, los stands de los países de Latinoamérica no se quedaban atrás. Un pedacito de cada país estaba en su stand, destacando el colorido de países como Panamá, Honduras, México o Colombia. No hay mejor manera de poner los dientes largos y desear salir corriendo hacia el cercano aeropuerto Madrid-Barajas-Adolfo Suárez y coger el primer vuelo rumbo a cualquiera de estos países.


También estaba muy interesante el pabellón que albergaba a las empresas turísticas, que al tiempo alojaba todo lo relacionado con las estrategias de turismo inteligente, FiturTechY. La colaboración público-privada en este sector está llamada a convertirse en una de las actividades más productivas en el sector turístico en los próximos años, y ya son pocos los destinos que no luchen por integrarse en las distintas redes DTI.


Y llegó la hora de comer. Muchos stands agasajaban a sus visitantes con algo de comer y beber. Enseguida se notaba el expositor que tenía comida porque se arremolinaban numerosas personas ávidas de echarse algo a la boca. Hay escenas que provocan vergüenza ajena: el propio tumulto, o gente que comía a puñados, aunque fueran aceitunas negras con hueso. Y no lo digo por decir. También hay que decir que algunos stands ofrecían platos fantásticos como ensaladas de quinoa, jamón ibérico o queso curado, y es de agradecer. Y hay que ser agradecido, jeje.


Poco más. Se nos echó el tiempo encima y ya nos tuvimos que ir. Quedó pendiente visitar el pabellón donde se encontraban los stands de los países europeos, aunque quizás por ser más cercanos y conocidos no nos importó mucho. La misión de conocer Fitur estaba cumplida y otro año intentaré visitarlo durante más tiempo. A pesar de la moqueta.


Incluso realizando una visita profesional puedes salir cargado de bolsas y folletos, que una cosa no quita la otra, y también recogí información útil para las próximas vacaciones, que FITUR es el sitio ideal para eso y para recorrer el mundo entero en un rato.

jueves, 1 de febrero de 2018

PLEISTOCENO JUNTO AL TURIA: EL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES DE VALENCIA

En pleno corazón de los Jardines de Viveros, en el centro de Valencia, se encuentra el Museo de Ciencias Naturales de la capital del Turia. No es muy conocido, ya que queda un poco eclipsado al estar dentro de estos jardines monumentales, junto al Museo de Bellas Artes y muy próximo al viejo cauce del río Turia, pero es un espacio interesante y os invitamos a visitarlo.



La historia del Museo de Ciencias Naturales valenciano es la historia de los constantes traslados y la búsqueda de una casa definitiva que encontró en el año 1999 en el antiguo restaurante de Viveros. Anteriormente tuvo otras tres ubicaciones, siendo el Almudín (un edificio medieval destinado a almacenar trigo) su emplazamiento más duradero.

La iniciativa de crear un Museo de Ciencias Naturales en la capital valenciana nace a finales del s. XIX para ubicar la importante colección de fósiles que el ingeniero José Rodrigo Botet atesoró durante sus años de trabajo en Argentina. Una vez regresó a Valencia Botet donó su colección a su ciudad natal. Ésta ocupa la planta inferior del museo y consta de fósiles de mamíferos que vivieron en el Cuaternario en la actual Argentina. Destaca en el centro de la sala el esqueleto de un megaterio, un  mamífero gigante de la familia del perezoso (podían medir 6 metros y pesar 3 toneladas). Osos y armadillos gigantes, algo que a mi me sorprendió mucho, comparten sala. También se puede ver un esqueleto de un tigre "dientes de sable", que os sonará de la película Ice Age.



En la planta superior se puede visitar una réplica del laboratorio del premio Nobel D. Santiago Ramón y Cajal, que durante cinco años años dió clase en la cercana Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, junto a un microscopio óptico y otro electrónico, el primero que se instaló en Valencia, y que quiere dejar patente que los avances tecnológicos y científicos van de la mano en la evolución humana.

A continuación encontramos lo más destacado del museo, una amplia colección de fósiles, donde se incluye la colección Botet y una completa selección de restos localizados en yacimientos de la Comunidad Valenciana, una zona paleontológica muy rica. Precisamente fueron los fósiles de dinosaurios lo que nos atrajo a visitar el museo, el esqueleto de un Allosaurus y los restos del Losillasaurus (un gran dinosaurio de la familia de los brontosaurios) no defraudan.



La visita prosigue por la colección conquiliológica que el Dr. Eduardo Roselló Bru donó en 1926 a la ciudad de Valencia, compuesta por conchas de moluscos de todo el mundo. Sin duda las más espectaculares son las más grandes, pero también hay especies con irisados muy bonitos. Además de la muestra de las conchas podemos observar una reproducción del estudio del Dr. Roselló.

Por último una última muestra dedicada a los ecosistemas valencianos, con especial atención al Parque Natural de la Albufera y a las especies que viven en la ciudad de Valencia, similar a otras que viven en distintas ciudades españolas y europeas, a cuya presencia nos hemos acostumbrado y que en nuestro día a día no reparamos de su importancia.



También existe una sala donde se realizan exposiciones temporales y que estaba ocupada cuando visitamos el museo por una muestra de fotografía científica (con imágenes muy chulas) y una exposición acerca de la producción del café. Ni que decir tiene que casi lloro al ver plantas de café, elemento que en casa cada mañana veneramos.

El Museo de Ciencias Naturales de Valencia es muy didáctico. Los niños se sorprenden de muchas cosas que descubren aquí. Abre todos los días, incluso los festivos, de 10:00 h. a 19:00 h., a excepción de los lunes que permanece cerrado. La entrada general cuesta 2 euros. Existe una entrada reducida a 1 euro, y los sábados, domingos y festivos a partir de las 15:00 h. la entrada es gratuita.



Tanto por su entorno, como por los contenidos del museo, la visita es muy recomendable. Y si vuestros niños son fans de los dinosaurios como nosotros, saldrán encantados. 


jueves, 7 de diciembre de 2017

X-MAS IS COMING: LA FERIA DE NAVIDAD DE XIXONA

Diciembre es prácticamente sinónimo de Navidad. Calendarios de Adviento, publicidad machacona en televisión, villancicos en todos los hilos musicales, iluminación de calles, cenas de empresa, papeletas que no tocan, belenes en los escaparates de las tiendas, árboles decorados con espumillón y ferias de Navidad.

Del 6 al 10 de diciembre se celebra en Xixona (Alicante) su IX Feria de Navidad, instalada en la Avenida de la Constitución, en pleno centro de la localidad. Este evento tiene en el turrón su producto estrella. No en vano a Xixona se la conoce como la cuna del turrón, ya que en esta localidad se produce la inmensa mayoría de este dulce que se consume principalmente en Navidad. Elaborado con almendras y miel como ingredientes principales, el turrón de Xixona tiene Denominación de Origen con Indicación Geográfica Protegida Turrón de Jijona y Turrón de Alicante. En 2015 produjeron 5.000 toneladas, de las que el 89% se destinaron al mercado interior y el 11% al resto del mundo, especialmente la Unión Europea.
En esta feria, que espera 50.000 visitantes, vamos a encontrar puestos de las marcas de turrón más conocidas, que tienen su fábrica aquí, y también de marcas más familiares, de producción más pequeña, pero cuya historia puede remontarse más de 150 años, hasta mediados del s. XIX. Además de las tradicionales variedades de turrón de Jijona (el blando) y Alicante (el duro), encontrar turrón de chocolate, de frutas y otros sabores más modernos. 

Me llamó la atención que hay un intento por modernizar un producto que tiene un profundo componente tradicional. Aunque en España consumimos principalmente la tableta, había turrón al corte y diversos formatos algunos cercanos al tamaño de una chocolatina. También hay un empeño en modernizar los embalajes, con diseños muy cuidados y bastante llamativos, alejándose de la típica caja de cartón y el plástico del envase al vacío.
Pero no sólo de turrón vive la Feria de Navidad de Xixona. También podemos encontrar mazapanes artesanales, licores, juguetes, incluso paquetes de actividades de ocio activo en Xixona. Además se celebran actividades paralelas, como degustaciones de turrón y licores, charlas sobre maridaje de turrón y whisky, exhibiciones culinarias, animación infantil, cuentacuentos... 

La Feria de Navidad es una buena excusa para acercarnos a Xixona durante este largo puente para conocer algo más acerca del turrón, su elaboración y que hay empresas familiares que intentan modernizar este producto. Y probar turrones, claro.

jueves, 2 de noviembre de 2017

UN MUSEO CON MUCHA HISTORIA: EL MAHE DE ELCHE

Ilici, Colonia Iulia Illici Augusta, Vila Murada, Elche, Elx, una ciudad con más de 25 siglos a sus espaldas, y un museo que recoge todo este legado, el Museo Arqueológico y de Historia de Elche, el MAHE.
El MAHE se encuentra en pleno centro de Elche, junto al Vinalopó y muy cerca de la basílica de Santa María, donde cada mes de agosto se escenifica el Misteri d'Elx, el drama sacro declarado Patrimonio de la Humanidad.
Abierto al público en 2006 tras la remodelación del antiguo Museo Arqueológico, se divide en dos partes diferenciadas. La primera abarca desde la prehistoria hasta el fin del Imperio Romano, incluyendo un "epílogo" que explica el trabajo de campo de los arqueólogos. 
En esta parte destaca, en primer lugar, una gran fotografía aérea del Campo de Elche (que los niños aprovechan para pisar) donde sitúan los yacimientos donde se encontraron las piezas que se exponen, siendo el más conocido el de l'Alcúdia, primer núcleo poblacional de Elche y lugar donde hallaron la Dama de Elche.
A través de diferentes espacios conformados por la disposición del mobiliario, puesto que la sala es un gran espacio diáfano, se explica no sólo la historia de Elche, si no que se emplea como ejemplo de la vida en las diferentes épocas de la antigüedad y de sus diferentes aspectos (agricultura, pesca, construcción, vida familiar, religión, etc.), a través de numerosas piezas encontradas en los yacimientos de Elche y sus alrededores. Hay de todo, desde pequeñas piezas hasta estelas funerarias de gran tamaño.
La segunda parte narra desde la dominación musulmana hasta nuestros días. Esta segunda parte se encuentra en el Palacio de Altamira, sede del antiguo Museo Arqueológico, un edificio histórico de Elche. La separación en estos dos espacios tiene una explicación lógica, puesto que los musulmanes se establecen en un nuevo núcleo, lo que denominaron Vila Murada, el actual centro histórico de Elche. Al comienzo de la visita en este segundo espacio un audiovisual nos explica la historia de Elche a través de su urbanismo y la evolución de la ciudad a través de los sucesivos siglos.
Entre ambos espacios encontraremos un lienzo de la antigua muralla islámica que rodeaba la ciudadela, y una de las puertas monumentales de entrada a la ciudad, además de parte de sistema de irrigación que transportaba agua a la ciudad y sus campos.
El MAHE es un museo muy entretenido y muy didáctico, cuenta con gran cantidad de recursos audiovisuales interactivos para explicar muchas piezas y muchos momentos históricos que han configurado la actual ciudad de Elche, y por extensión de la humanidad, algo que sirve para despertar la curiosidad de los más pequeños de casa, que no pararán de preguntar.
Pero el MAHE no solo debe visitarse por las piezas expuestas, sino que también Es muy recomendable subir hasta lo más alto de la Torre del Homenaje y dar una vuelta por el camino de ronda. Desde aquí las vistas son formidables y es un lugar privilegiado para observar el Palmeral de Elche, el otro Patrimonio de la Humanidad con el que cuenta Elche. Sólo se puede acceder por escaleras, así que cuidado con los niños y mayores.
La entrada general del MAHE cuesta 3€, pero existe descuentos para familias numerosas,  poseedores del Carnet Jove y jubilados, que pagan 1,50€, y para estudiantes, que solo abonan 1€. Además la entrada es gratuita todos los domingos, y todos los días para menores de 6 años, personas con diversidad funcional y con movilidad reducida. El museo, por cierto, es accesible casi al 100%, exceptuando el camino de ronda por donde, como hemos comentado, sólo se accede a través de escaleras.
Como se encuentra en pleno centro de Elche, aparcar no es tarea fácil, pero bajo el MAHE hay un parking público. También tiene cafetería, por si necesitamos coger fuerzas. No dudéis visitar este museo si os encontráis por Elche, tanto el propio espacio como el entorno no os defraudará.