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jueves, 28 de septiembre de 2023

EL CASTILLO DE DÉNIA, TESTIGO DEL TIEMPO

El mar Mediterráneo es mucho más que una gran masa de agua salada. Desde la antigüedad fue el nexo de unión entre distintas culturas que utilizaban este mar como vía de comunicación. A través de él nos llegaron nuevos conocimientos, nuevas mercancías y también peligros que debían ser esquivados. Por ese motivo junto al mar Mediterráneo se han levantado castillos como el de Dénia.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para encontrar el origen del castillo de Dénia hay que hundirse en el tiempo hasta la época de los romanos. Después alzar la vista para llegar a la actualidad, cuando todavía podemos disfrutar de las ruinas de lo que fue uno de los centros más importantes a orillas del Mediterráneo.


LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL CASTILLO DE DÉNIA


Estamos en el s. I a. C. Los romanos, que ya empiezan a dominar con sus naves el mar Mediterráneo. Fundan una colonia como base naval en las Guerras Sertorianas. No hay que olvidar que la costa alicantina fue uno de los principales escenarios de estas guerras civiles que tuvieron como objetivo tomar el control de Roma y todos sus territorios.

Llamaran Dianium a la colonia y, ya que están, la utilizan para comerciar con otros núcleos de población cercanos. Algunos autores han afirmado que el nombre procede de la diosa Diana, incluso que levantaron una estatua dedicada a la diosa de la caza que se podía ver a varios kilómetros a la redonda. Pero ningún resto ha confirmado esta teoría.


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Esta localización es un importante enclave estratégico. Una ensenada ofrece la posibilidad de ser un puerto natural y mantener así resguardados los barcos. Con el paso de los siglos este puerto se fue colmatando y se fue alterando por lo que hoy en día ha desaparecido. Pero más importante es una colina que se levanta junto al antiguo puerto.

Esta posición es fundamental para garantizarles la seguridad y permitirles la vigilancia tanto terrestre como costera. Hacia el sur, en tierra, se alza el monte Montgó que también ejerce de barrera natural y hacia el norte una extensa llanura que alcanza hasta València. Además es el punto peninsular más cercano a las Islas Baleares, a Ibiza, la Ebusus romana.


TOMAMOS CONTACTO CON EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia toma gran importancia a partir de la época andalusí. Dentro del complejo entramado administrativo con el que se gobierna en aquella época Dénia será la capital de una de las taifas o pequeños reinos. Su importancia, por los mismos motivos que ya hemos explicado con los romanos, la convierten en una de las más importantes y prósperas del territorio. El castillo jugará un papel fundamental.

Para entrar a los restos que se conservan lo haremos a través de una de las puertas que se abrieron en la muralla en época islámica. Para llegar hay que callejear por algunas de las calles del casco antiguo de Dénia. Se puede tomar como punto de referencia el ayuntamiento y a partir de ahí seguir las indicaciones. Hay un poco de cuesta arriba pero es perfectamente accesible para todas las personas, aunque se puede acceder en coche bajo determinadas circunstancias.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Tras cruzar el arco de entrada nos encontramos con unas primeras estancias que tienen paneles explicativos. Seguiremos junto a la muralla y a los pocos metros encontraremos la taquilla. La recomendación es realizar la visita en sentido horario y subir por el camino que se abre hacia nuestra izquierda.

Muchas de las construcciones que se encontraban en esta parte del Castillo se encuentran arruinadas pero han sabido mantener algunos restos con carteles explicativos para que podamos comprenderlos. Anexas a la muralla que rodea todo el castillo hay varias torres que servían para vigilar. En este primer tramo las torres miran hacia el sur y/o suroeste teniendo una vista privilegiada del Montgó.


TO THE TOP


Seguiremos subiendo en paralelo a la muralla para encontrarnos con el baluarte, otro recinto amurallado que encierra la parte más alta del castillo de Dénia. Una puerta nos da acceso a lo que probablemente sea lo más esperada de este monumento. Como en todo castillo que se precie las estancias más nobles se situaban en la zona más alta, que son las más fáciles de proteger a priori.

Aquí nos encontraremos unas construcciones que son una mezcolanza de edificios de diversas culturas y siglos. Edificios de época andalusí junto a edificios de la conquista cristiana y otras construcciones del periodo borbónico. Algo que no es extraño ya que la historia se escribe página a página.

Como curiosidad en uno de los patios de armas se encuentra un bar-cafeteria que bien puede sernos útil para descansar un poco en nuestra visita al castillo de Dénia. Como ya hemos comentado, en esta parte las vistas alrededor son absolutamente espectaculares, llegando más de 50 km de distancia. Hacia el sudeste se ve la torre del Gerro, parte del sistema de torres vigías contra la piratería.


EN LA CASA DEL GOBERNADOR


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para nosotros los dos elementos más destacados en el castillo de Denia son las murallas con sus torres defensivas y de vigilancia y la Casa del Gobernador que se encuentra en el punto más alto de la colina sobre la que se asienta el castillo. Efectivamente, esta fue la residencia del gobernador de Denia. 

Como ya hemos ido explicando a lo largo de todo el post la historia de Dénia fue pasando por diferentes etapas. Tras la llegada al trono de Felipe V y, por tanto, la instauración de la dinastía borbónica, se ejecutan cambios en la Administración del Estado. Dénia queda bajo el control de un marquesado del que es capital. El gobernador estaría bajo el mandato de estos marqueses. En este momento, gracias a sus explotaciones agrícolas y principalmente a su puerto, la ciudad es una importante potencia económica en su territorio.


Podemos distinguir dos partes que se conservan, entre comillas, en la Casa del Gobernador. El nivel inferior cuenta con varias estancias que se conservan y que actualmente alojan el Museo Arqueológico local. En la parte superior los edificios están prácticamente arruinados, solo se pueden ver las bóvedas que cubren las estancias que hemos nombrado hace un momento. Hay una terraza que no os podéis perder. Por las vistas, por esas vistas. La comunicación entre las dos partes se hace mediante una escalera que se ha sometido a un proceso de consolidación y rehabilitación y que nos hará sentir por un momento que hemos vuelto atrás un par de siglos en el tiempo.


HORARIOS DE VISITA, TARIFAS Y CONSEJOS PARA EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia abre prácticamente todos los días del año. La excepción son el día de Navidad y Año Nuevo. La apertura siempre se realiza a las 10 de la mañana y el horario de cierre depende del momento del año. Generalmente el cierre es entre las 18:00 h y las 19:30 h, a excepción de los meses de verano que se alarga hasta la medianoche. Esa visita nocturna debe ser una experiencia muy interesante y sobre todo más cómoda, evitando el calor de las horas centrales del día.

El precio de la entrada general es de 3 euros. Los jubilados, pensionistas y estudiantes pagan 2 €, la entrada para niños entre 8 y 16 años cuesta 1 € y los menor de 8 años tienen la entrada gratuita. No existe ningún descuento para familias numerosas. 

Para acceder, como ya hemos explicado al inicio del post, se hace a través de una entrada peatonal. Se puede solicitar el acceso a través de un vehículo únicamente a personas con discapacidad funcional. La solicitud se debe de hacer al Ayuntamiento de Dénia con cierta antelación.


El castillo de Dénia se ha convertido en una de las grandes atracciones de la ciudad. Algo absolutamente lógico para todas aquellas personas que lo hemos visitado. No os lo perdáis y, ya que estamos, no dejéis de dar un paseo por el resto de la ciudad. Estamos convencidos de que os va a encantar. Y por supuesto saboread la gastronomía dianense ya que Dénia es Ciudad Creativa de la gastronomía por la UNESCO.


jueves, 18 de mayo de 2023

DENIA, UN MAR DE HISTORIA

Hay destinos que te acarician al llegar, te envuelven, te susurran al oído y no te apetece dejarlos. Destinos que tienen tantas cosas que conocer que es difícil acabarlos en una sola visita. De hecho conscientemente te dejas este o aquel edificio para sentirte en la obligación de volver. Vamos a intentar ilustraros una visita a Denia, e intentar transmitir estas sensaciones.

Denia, un mar de historia

Denia se encuentra al norte de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta, junto al mar Mediterráneo. Pero al mismo tiempo a los pies del Montgó, una montaña casi mágica que hace que la ciudad tenga ese carácter tan especial.

MAR Y MONTAÑA


Denia es un destino que asociamos casi automáticamente con el mar. No es para menos porque gran parte de su encanto proviene de su ubicación junto al mar Mediterráneo. No solo por sus playas y por sus calas, también por su puerto, el más cercano de la península a Ibiza. En ese puerto, entre otras muchos productos, se descargan unas maravillosas gambas rojas. Una delicia que es el símbolo de su cocina

Denia, un mar de historia

Pero Denia también es montaña y agricultura. Ya hemos citado su situación al lado del Montgó, un increíble paraje natural que fue declarado parque natural en el año 1987 y comparte con la vecina Xàbia y que mira de tú a tú al mar Mediterráneo. La huerta de Denia aporta una gran cantidad de productos frescos a su reconocida gastronomía, que no todo van a ser gambas. Esta variedad le ha servido para que desde 2015 Denia sea Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO.

Uno de los productos qué más han condicionado la vida de Denia durante siglos ha sido la pasa. No solo en cuanto a lo económico, también afectó a su urbanismo y a la tipología de sus casas típicas como conocidas como riu-rau y que se acondicionaron para permitir el secado de la uva para su conversión en pasas.

PASEANDO POR EL CENTRO 


El centro de Denia es una mezcla de esos distintos pasados que han configurado el actual. Para empezar os invitamos a recorrer la calle Marqués de Campo. Esta es, probablemente, la más característica de Denia. Conecta el mar con su centro histórico y ha sido testigo del ir y venir de la vida de la ciudad desde que se decidió su apertura en el s. XIX. 

Vais a encontrar tanto en esta calle como en las adyacentes varios edificios muy característicos y que no os podéis perder. Alrededor del Ayuntamiento encontraremos diversas construcciones que reflejan la intensa historia que ha vivido Denia a lo largo de los siglos. El mismo ayuntamiento es una prueba. Se levantó en el s. XVII pero su aspecto actual es resultado de una profunda reforma en el s. XIX. 

Denia, un mar de historia

También son muy interesantes los edificios religiosos que se pueden visitar en el centro de Denia, aunque sea únicamente en su exterior. Destacamos tres: la Iglesia de la Asunción, del s. XVIII y que se encuentra junto al Ayuntamiento; el convento e Iglesia del Loreto, también muy cerca del Ayuntamiento, y que fue inaugurado por el rey Felipe III, y el convento e iglesia de San Antonio, edificios construidos entre los siglos XVII y XVIII en una zona junto al tramo bajo de Marqués de Campo.


Si estamos por la zona de la iglesia de San Antonio podremos acercarnos al Museo del Juguete de Denia. Se ubica en la antigua estación del ferrocarril, en un paseo donde antiguamente circulaban las vías del tren, apenas a unos pasos del centro de la ciudad. No vamos a profundizar mucho ya que hace un tiempo os hablamos en otro post de este museo

EL PROTECTOR DE DENIA


Denia, un mar de historia

Si hay un edificio al que se le pueda atribuir el título de protector de Denia este es, sin duda, su castillo. Situado en una colina sobre la bahía de Denia su origen se hunde en la historia. Es unánime la atribución de su primera fundación a los romanos. Estos fundaron la colonia de Dianium en el s. I a. C., por su estratégica posición. No tuvieron mal ojo.

El castillo de Denia posee numerosas virtudes para ser visitado, pero nos encanta destacar sus maravillosas vistas. Al este, el mar Mediterráneo. Al sur, el Montgó (y a lo lejos la torre del Gerro). Al oeste, los valles del interior de la comarca. Y al norte, la provincia de Valencia hasta Cullera que está, nada más y nada menos, que a unos 50 kilómetros. Simplemente espectacular.


Su historia se desliza por diversos momentos de la historia. Por eso es una combinación de murallas cristianas con portales andalusies. Mezcla de estancias para los soldados del rey de la Corona de Aragón y del palacio de los Marqueses de Denia. Casi todos los siglos han dejado su huella en el castillo de Denia. Tanto es así que en los restos del antiguo palacio de los Marqueses de Denia, que está en el punto más elevado, se encuentra el Museo Arqueológico dianense.

EL IMPORTANTE PUERTO DE DENIA

Denia, un mar de historia

Nos queda por visitar la fachada litoral. El puerto de Denia fue muy importante desde antiguo. En el XIX la exportación de pasas fue una revolución. Fundamentalmente tenían destino a las Islas Británicas. Para allá salieron miles de toneladas de este producto, tantas que las compañías británicas abrieron sus propios almacenes en Denia. Hoy algunos se han reconvertido en pubs. Y nos parece una evolución lógica.

Tanto al norte como al sur del puerto hay un par de barrios llenos de esencia marinera. El más típico es el de ”Baix la mar” (Bajo la mar), al norte. Sus casas bajas y sus coloridas fachadas se abren a recoletas plazas que huelen a sal. Al sur encontramos el barrio “Grupos de marineros”,  un barrio formado por dos conjuntos de casas que fueron habitadas por los marineros de Denia, que se agrupan alrededor de sendas plazas.

Entre ambos barrios se encuentra la explanada de Cervantes, con sus características palmeras. No es una calle más de las miles de las dedicadas al genio de Alcalá. La peculiaridad es que el propio Cervantes desembarcó en Denia en 1580 tras ser liberado del cautiverio que sufrió por parte de piratas berberiscos.


Y más o menos hemos finalizado nuestra visita a Denia. Nos hemos dejado muchas cosas. Sus playas y calas, por ejemplo. O las antiguas atarazanas y el Museo del Mar, ambos junto al Mediterráneo. O sus sendas, que recorren el Parque Natural del Montgó. O la ruta de los riu-raus. Tanto por hacer que estamos obligados a volver. Y no será contra nuestra voluntad. 

domingo, 8 de enero de 2023

VISITAMOS EL MUSEO DE LOS JUGUETES DE DENIA

Hace no tantos años los juguetes eran casi un objeto de lujo puesto que los niños y niñas solo recibían regalos en su cumpleaños y el día de Reyes, y no siempre eran juguetes. Hoy en día esos juguetes son considerados verdaderos tesoros que forman parte de varios museos, como el Museo del Juguete de Dénia

Museo del Juguete de Dénia


Durante décadas, entre 1910 y 1960 aproximadamente, la ciudad de Dénia fue un importante centro de producción de juguetes. Eran tiempos en los que los productos se elaboraban localmente. Por productos nos referimos a cualquier objeto de consumo, incluyendo alimentos. Por localmente nos referimos a un ámbito de unos cuantos kilómetros. Se llegaban hasta donde lo permitían los transportes del momento, que no estaban tan desarrollados ni eran tan rápidos como en la actualidad. Además, en España coincidió la autarquía durante la posguerra, que aisló al país del resto del mundo y le obligó a ser autosuficiente. 

Precisamente el declive de Dénia como centro productor de juguetes viene a partir de la década de los 60, cuando en España empiezan a verse las medidas del gobierno tecnócrata franquista. El modelo económico cambia, con una mayor presencia de capital extranjero (la cara más visible será el turismo) y una mejora de los transportes y de las vías de comunicación. Para rematar, en unas décadas entrarán en el tablero otros fabricantes, como China, que en la actualidad produce el 66% de los juguetes en el mundo. 

Es curioso como en una misma provincia existieron dos centros de producción de juguetes que fueron referencia: Dénia y el Valle del Juguete, con Ibi y Onil a la cabeza. Y aunque resulta evidente que llegaron a rivalizar, cada lugar se especializó en un tipo distinto de juguete.  

LAS FÁBRICAS DE JUGUETES DE DÉNIA



Durante el s. XIX Dénia tenía su base económica en la exportación de pasas. Desde el puerto dianense llegaban pasas a Estados Unidos, Canadá, Francia y, sobre todo, Reino Unido. En las islas británicas se consumían por toneladas. Tanto que incluso se instalaron empresas británicas en Dénia para facilitar estas exportaciones.

En los primeros años del s. XX la plaga de la filoxera empezó a atacar a las viñas que facilitaban las uvas que se convertían en pasas. Este insecto provoca una infección que mata la planta. Si la planta muere no hay uvas. Sin uvas no hay pasas. Sin pasas no… bueno, ya lo habréis entendido. Este fue un fuerte golpe a la economía de Dénia y su zona de influencia. 

Museo del Juguete de Dénia


En 1904 se instaló en Dénia la primera fábrica de juguetes, la de los hermanos Ferchen, unos comerciantes alemanes que en principio se dedicaban al comercio de la pasa y que importaron modelos y máquinas desde su país de origen. Durante los siguientes años se empezaron a abrir otras fábricas de juguetes. Su minuciosidad y calidad convirtieron al juguete de Dénia en un producto de éxito muy valorado. 

Se llegaron a contar unas cuarenta fábricas jugueteras. No se abrieron todas al mismo tiempo, si no a través de los años. Una de las pocas que todavía perviven a día de hoy, juguetes Cayro, abrió en 1958. 



Aunque los primeros juguetes se hacían con hojalata, pronto  surgió la madera como principal material. Este material marcó la diferencia más destacada de la industria dianense. Esta característica permitió continuar la producción juguetera en la posguerra, ante la escasez de hojalata.

UN MUSEO DEL JUGUETE EN UNA ESTACIÓN 

Museo del Juguete de Dénia


Esta industria juguetera en Dénia fue muy importante y conquistó el corazón de muchos de sus habitantes. Tanto que muchas personas quisieron conservar esos juguetes como el tesoro que son. 

Mientras, el Ayuntamiento de Dénia habilitó la antigua estación de tren, que había quedado sin uso, para habilitar la colección de juguetes que poco a poco iba creciendo. Este edificio se encuentra entre la calle Calderón y la calle de la Vía (adivinad de dónde viene el nombre). Está en un lugar muy céntrico, cerca del puerto, de la oficina de turismo, del Castillo y de otros principales puntos de interés turístico. 



Gracias a las donaciones particulares, y a la colaboraciónde Associació d’Amics del Joguet” (Asociación de Amigos del Juguete) podemos disfrutar de este museo y esta colección, que repasa la historia del juguete de Denia, que es, en gran parte, la historia de nuestras infancias. 

La colección se dispone a lo largo de la mitad de la planta baja y la totalidad del primer piso de este edificio. La otra mitad de la planta baja se reserva para exposiciones temporales. 

Museo del Juguete de Dénia


En la planta baja se puede ver la colección de la Associació d’Amics del Joguet que podría ser un perfecto resumen de lo que después veremos en la planta superior. Además se proyecta un audiovisual que repasa la historia del juguete de Denia y sus fábricas. En la parte superior encontramos dos salas, una dedicada a las fábricas más importantes y otra que repasa la historia del juguete dianense. Además, dos vitrinas completan la muestra. 

EL REINO DE LA IMAGINACIÓN 



Los juguetes son el reino de la infancia, ese lugar al que podemos (o podíamos) viajar para transformarnos en pilotos de carreras, reposteros, o cualquier personaje de ficción. Y así pasar horas y horas. 

El Museo del Juguete de Dénia rinde homenaje a esas fábricas que fabricaron juguetes, pero sobre todo crearon sueños. Fábricas como I.A.U.C.C.A, Esteban Giner, Fernando Sauquillo y sus “Juguetes Sport”, Josman, Cayro, Llobell, Sánchez, SAYBA, Morand, Miralles, Francisco Navarro o Gaspar Femenía, entre otras muchas, no quedarán en el olvido.

Museo del Juguete de Dénia


Los juguetes más conocidos que salieron de las fábricas de Dénia fueron sus triciclos de madera, pintados de vivos colores; y los coches a pedales, que solo estaban al alcance de clases pudientes. Pero también se fabricaron casitas de muñecas y muebles, con gran cantidad de detalles. Como no, vehículos de todas clases, incluyendo embarcaciones como corresponde a una ciudad costera. Juguetes para la playa, juguetes de madera para desarrollar las habilidades psicomotrices (aunque no se les llamara todavía así) de los menores, muñecas y muñecos. Un catálogo tan extenso como variado. Y bonito, muy bonito.

El Museo del Juguete de Dénia abre de lunes a domingo de 10 a 13 h y por las tardes de 16 a 20 h, o de 17 a 21 de mayo a septiembre. La entrada es totalmente gratuita. Además el edificio es plenamente accesible, mediante rampas y un ascensor. 



Esta es una oportunidad para reencontrarnos con unos objetos muy especiales, ya que consiguen evocar momentos que seguramente fueron mucho más felices para todos. Al menos con menos preocupaciones. 

viernes, 28 de octubre de 2022

TODOS LOS ENCANTOS DE VALL DE GALLINERA

En el interior de la provincia de Alicante hay un pueblo que no es un pueblo, si no ocho. Una población que tiene origen morisco y que ha ido surcando los siglos escondido y a la vez abierto. En la comarca de la Marina Alta encontramos Vall de Gallinera.

Todos los encantos de Vall de Gallinera

Ya os hablamos de esta curiosa población en otro post que dedicamos a una celebración anual que nos chifla: la Fiesta de la Cereza. Basada en el producto que se ha convertido en su principal fuente de ingresos, que tienen Denominación de Origen Protegida Montaña de Alicante, Vall de Gallinera recibe cada vez más visitantes que deciden conocer sus calles, todavía atrapadas en otro tiempo, como suspendidas en un momento que se resisten a abandonar. Un pueblo que parece Peter Pan.

Si gracias a las cerezas es conocido, al llegar allí los visitantes descubren un montón de atractivos. Éstos solo consiguen una cosa, que quieras volver.

LA RUTA DE LOS 8 PUEBLOS DE VALL DE GALLINERA

La principal atracción de Vall de Gallinera, siempre con permiso de las cerezas, es la denominada Ruta de los 8 pueblos. Es un recorrido a pie que une las ocho poblaciones de este municipio. Tiene una longitud de unos 15 kilómetros. Mucho ojo porque es lineal y necesitaréis una cierta organización para no tener que hacerla doble. También podéis hacerla por etapas.

Antes os hemos dicho que son 8 pueblos, pero no todos son iguales. Son todos pequeños, eso sí, porque entre todos tienen unos 550 habitantes. La población está repartida irregularmente, un par (Alpatró y Benialí) superan los 150 habitantes, y otros apenas tienen una docena de habitantes regulares. Sus nombres no dejan mucho margen a la imaginación acerca de su origen: Benirrama, Benialí, Benisivá, Benitaia, La Carroja, Alpatró, Llombay y Benisili. Están en orden desde Pego hasta Planes, de sudeste a noroeste.

Todos los encantos de Vall de Gallinera

Benisivá y Benitaia están muy juntas, más o menos a mitad de ruta, y pueden ser el punto donde dividir la ruta en dos mitades. Ya sea en una etapa o en dos, recorreréis sus calles retorcidas, adaptadas al terreno y herederas del urbanismo andalusí, más orgánico y alejado del racionalismo cuadrangular al que estamos acostumbrados. Por el camino disfrutaréis de fuentes, lavaderos, iglesias, paisajes y paz, mucha paz. La vida a otro ritmo. 

VISITAR PINTURAS RUPESTRES

Vall de Gallinera también es conocida por tener una fascinante colección de pinturas rupestres. La zona tiene numerosos abrigos donde se han encontrado estos maravillosos vestigios de nuestros antepasados. Benialí y Benirrama son las dos poblaciones que tienen las pinturas más interesantes. Son especialmente curiosas las que se califican como arte rupestre macroesquemático, una tipología que solo se ha encontrado en esta zona. Cabe recordar que las pinturas rupestres del arco mediterráneo están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Para visitar los abrigos previamente hay que solicitar permiso al Ayuntamiento de Vall de Gallinera. En Benialí existe una ruta senderista que os llevará hasta el principal abrigo de pinturas rupestres. Es un complemento o una alternativa (depende de las ganas) a la ruta de los 8 pueblos. 

Todos los encantos de Vall de Gallinera

Pero no están todas. Un fatídico episodio que ocurrió en 1993 puso en alerta la fragilidad de este patrimonio. En uno de los abrigos de Benirrama unos expoliadores serraron con una radial una de las escenas, que contenía varias pinturas que representaban unos hombres. Esta pérdida, muy probablemente irrecuperable, hizo que se tomara conciencia de la necesidad de proteger los abrigos que albergan estas pinturas.  

OTROS ATRACTIVOS EN VALL DE GALLINERA

Si queréis tener una visión panorámica de todo Vall de Gallinera os recomendamos subir al mirador del Xap. Éste se encuentra en la sierra de la Foradà, una de las dos que acunan Vall de Gallinera (la otra es la Sierra del Almirant, que la separa de la provincia de Valencia). Hay una senda que sale de Benialí y Benitaia. Pero si las piernas ya no dan para más, es posible llegar a través de carretera y andar apenas un centenar de metros. Tomad la carretera CV-712, rodeáis todo Vall de Gallinera, pero es mejor que las sendas (asfaltadas) que hemos comentado anteriormente. 

Todos los encantos de Vall de Gallinera

Foradà es la forma popular de pronunciar "foradada", es decir, agujereada en valenciano. Si miramos desde Benirrama, Benitaia y Benialí podréis ver un agujero en la sierra. Un forat, en valenciano. Es decir, que la sierra esta agujereada, foradada. Ese hueco o agujero es protagonista de un fenómeno conocido como "alineación solar" que se produce cuando el sol al ponerse atraviesa este agujero, los días 10 y 11 de marzo y 4 y 5 de octubre, festividad de San Francisco, como muchos sabréis. El mejor punto para verlo es el antiguo convento de San Francisco en Benitaia, precisamente. Todo está inventado… 

UN ANNUS HORRIBILIS EN VALL DE GALLINERA



Este año no ha sido un buen año para Vall de Gallinera. En primer lugar han sufrido una merma bastante grande en la cosecha de cerezas debido a unas lluvias torrenciales, y los precios, por si fuera poco, no han acompañado. Esto ha hecho que los agricultores valleros hayan tenido que buscar alguna salida imaginativa a su situación. Por un lado han comenzado a vender la producción del año que viene. De esta manera los agricultores tienen seguro ingresar, aunque sea por adelantado, parte del dinero que percibirían en 2023. Así intentar paliar su situación.

Por otra parte han lanzado una campaña para apadrinar cerezos. Esto dará derecho a una parte de la próxima cosecha, además de tener geolocalizado el cerezo en cuestión, que tendrá un cartel identificativo. También colgarán fotos en redes sociales y web. Este apadrinamiento puede prolongarse hasta por tres años. 

Pero la mala cosecha de cerezas no ha sido la única desgracia a la que se ha enfrentado Vall de Galllinera. Este verano se vio afectado por el incendio forestal que se originó en Vall d’Ebo (un municipio vecino) tras la caída de un rayo y que acabó quemando más de 11.000 hectáreas y provocando el desalojo más de 1500 personas de varios municipios. Este incendió precisó de una semana para ser controlado y de otra más para que se diera por extinguido.

El fuego calcinó, además de cerezos, almendros y bosques mediterráneos de pinos y carrascas de un importante valor medioambiental y paisajístico. Por este motivo, ahora más que nunca, hay que visitar Vall de Gallinera y echar una mano a sus habitantes. Deben de poder rehacer sus vidas, y está en nuestra mano ayudarles.

Todos los encantos de Vall de Gallinera

Puede que la primavera sea una época especialmente bonita para visitar Vall de Gallinera, con el magnífico espectáculo natural de los cerezos en flor. Pero os hemos dado motivos para ir y repetir en Vall de Galllinera. ¿Os vais a resistir?

miércoles, 19 de enero de 2022

VIAJE AL CENTRO DE LA CUEVA DE LAS CALAVERAS

En 1864 Julio Verne publicó una de sus obras más conocidas: Viaje al centro de la Tierra. En la novela un grupo de exploradores inicia una expedición por el interior de nuestro planeta, descubriendo lugares fantásticos. Ya sabemos que la imaginación de Verne era poderosa y que, contrariamente a la novela (que no deja de ser una obra de ficción) en el centro de la Tierra no habitan dinosaurios. Si como ocurre con otras obras de Verne os entra el gusanillo de intentar replicar lo que cuenta, como nos ha ocurrido a todos con La vuelta al mundo en 80 días, lo mejor es visitar una cueva como la Cueva de las Calaveras, en Benidoleig (Alicante).

La Cueva de las Calaveras

Esta localidad se encuentra al norte de la provincia, en la comarca conocida como la Marina Alta. Por si acaso no la ubicáis, está cerca de Denia y de Jávea, pero hacia el interior. Encontrar esta cueva es extremadamente fácil, ya que tiene numerosa publicidad e indicaciones desde muchos puntos tanto de la provincia de Alicante como en las zonas limítrofes de la provincia de Valencia

La Cueva de las Calaveras es la segunda cueva que visitamos en los últimos meses. Anteriormente estuvimos de visita en las Cuevas de Canelobre, en Busot, también en la provincia de Alicante, pero más cerca de la capital.

SOBRE LAS CUEVAS


La Cueva de las Calaveras

El interés que nos suscita estos lugares suele estar en que son espacios con unas formas muy sugerentes. Además suelen combinar estalactitas y estalagmitas, que componen caprichosas formas que nuestra imaginación pone cara (o animal). Nos sorprende este trabajo geológico que la naturaleza ha realizado de manera concienzuda durante miles o millones de años y que podemos disfrutar en cualquier momento. Como las cuevas regulan de manera natural la temperatura y permanece estable entre los 15 y los 20ºC, quizás sea el verano la mejor época, aunque tampoco es descartable visitarlas en invierno.

Haciendo un poco de repaso de la asignatura Conocimiento del Medio (Naturales si sois de EGB), las estalactitas son las estructuras que se forman desde el techo de las cuevas hacia el suelo. Por su parte, las estalagmitas son las que se forman en sentido contrario, del suelo hacia el techo. Su origen procede de la disolución de algunos minerales (principalmente carbonato cálcico) en el agua, que se filtra y gotea depositándose lentamente a lo largo de miles de años. 

Si entramos en materia con la Cueva de las Calaveras, comentar que tiene una longitud total de 900 metros, de los que solo unos 450 metros son visitables. Eso sí, se encuentra perfectamente acondicionada para su visita, con una pasarela de madera que salva los desniveles. No sé si por las miles de visitas que pisan las tablas de la pasarela, por las dinámicas del terreno o lo que sea, pero algunos tornillos que la aferran al suelo están un poco hacia afuera y provocan algún tropezón, sobre todo con los niños. 

VISITANDO LA CUEVA DE LAS CALAVERAS


La Cueva de las Calaveras

Durante el recorrido podremos observar numerosas estalactitas y estalagmitas con formas muy curiosas. La iluminación realza algunas de estas figuras. También el curioso colorido que tienen algunas de las paredes. No solo los tonos típicos de las rocas, que van de los ocres a los marrones, pasando por algunos tonos rojizos. También tonos verdosos, azulados o turquesas, fruto de la humedad. 

Destacan especialmente dos puntos en el recorrido. En primer lugar la llamada sala del clot blau (hoyo azul). Se denomina así porque hace mucho tiempo había aquí una especie de charca, que por el color del agua que se almacenaba daba la impresión de que era azul. Este espacio se desecó para aprovechar estas aguas para su uso por parte de la población.

El otro lugar que llama poderosamente la atención es la que se conoce como sala de la campana. En el centro se sitúa una enorme estalactita que queda a poca distancia del suelo. Del suelo surge una estalagmita que se unirá en unos miles de años. Sí, los tiempos geológicos no esperan a los humanos. Dicen que si se golpea la estalactita tiene un sonido metálico, pero no nos atrevimos a probar, por si las moscas.

Al final del recorrido una verja nos separa de la zona inundada. Esta parte no se puede visitar. A pesar de eso hace varios siglos se excavó un canal desde el interior de la cueva para el aprovechamiento de estas aguas subterráneas. Se oye perfectamente el rumor del agua en este punto y se ve con una claridad inaudita, pero la verja que hay para garantizar la seguridad hace que sea imposible hacer una foto.

UN LUGAR PARA VISITAR Y APRENDER

La Cueva de las Calaveras

El nombre de la Cueva de las Calaveras procede del hallazgo de doce cráneos (con sus respectivos cuerpos) en el interior de esta cueva en una expedición científica llevada a cabo en el s. XVII. Los hallazgos arqueológicos que se han hecho demuestran que esta cavidad estuvo habitada hace, al menos, 50.000 años. Además de restos humanos como las calaveras o útiles de piedra, se localizaron huesos de animales como dientes de rinoceronte, que en aquella época vivían en la Península Ibérica. La mayor parte de este material se encuentra en el Museo Arqueológico Provincial, el MARQ.

Los lugares donde se encontraron los esqueletos y los restos arqueológicos y paleontológicos como los útiles de piedra, o pequeños fósiles, están señalizados. También se pueden ver, sobre todo en el caso de los fósiles, algunos puntos donde todavía se encuentran incrustados en la roca. 

En la entrada de la cueva hay varios paneles informativos que ayudan en la visita. No solo explican las condiciones de la cueva, su recorrido, su historia, etc., si no que hacen un repaso por la historia geológica de nuestro planeta. Son muy didácticos, y si los niños aguantan un poco, muy útiles. 

INFORMACIÓN ÚTIL


La Cueva de las Calaveras

El horario de apertura es de 9:00 a 18:00 en los meses de otoño e invierno. Durante los meses de primavera y verano se alarga la jornada hasta las 20:30. El precio de las entradas es de 3,90 € para adultos y de 2 € para niños.

Os aconsejamos llegar con vuestro propio vehículo, ya que es una zona donde el transporte público no tiene demasiadas buenas combinaciones. Hay dos aparcamientos gratuitos, uno más pequeño a pie de la cueva, y otro con bastante capacidad cruzando la carretera de acceso. La oferta en la cueva de las calaveras la completan una tienda de souvenirs junto al acceso y un bar restaurante con una terraza con juegos infantiles. 

La Cueva de las Calaveras nos proporcionó una excursión bastante entretenida. Hablamos mucho de la sorpresa que se llevan los niños, pero los adultos también nos dejamos llevar. Aunque sea por unos centenares de metros, pero estuvimos un poquito más cerca del centro de la Tierra.