jueves, 28 de septiembre de 2023

EL CASTILLO DE DÉNIA, TESTIGO DEL TIEMPO

El mar Mediterráneo es mucho más que una gran masa de agua salada. Desde la antigüedad fue el nexo de unión entre distintas culturas que utilizaban este mar como vía de comunicación. A través de él nos llegaron nuevos conocimientos, nuevas mercancías y también peligros que debían ser esquivados. Por ese motivo junto al mar Mediterráneo se han levantado castillos como el de Dénia.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para encontrar el origen del castillo de Dénia hay que hundirse en el tiempo hasta la época de los romanos. Después alzar la vista para llegar a la actualidad, cuando todavía podemos disfrutar de las ruinas de lo que fue uno de los centros más importantes a orillas del Mediterráneo.


LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL CASTILLO DE DÉNIA


Estamos en el s. I a. C. Los romanos, que ya empiezan a dominar con sus naves el mar Mediterráneo. Fundan una colonia como base naval en las Guerras Sertorianas. No hay que olvidar que la costa alicantina fue uno de los principales escenarios de estas guerras civiles que tuvieron como objetivo tomar el control de Roma y todos sus territorios.

Llamaran Dianium a la colonia y, ya que están, la utilizan para comerciar con otros núcleos de población cercanos. Algunos autores han afirmado que el nombre procede de la diosa Diana, incluso que levantaron una estatua dedicada a la diosa de la caza que se podía ver a varios kilómetros a la redonda. Pero ningún resto ha confirmado esta teoría.


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Esta localización es un importante enclave estratégico. Una ensenada ofrece la posibilidad de ser un puerto natural y mantener así resguardados los barcos. Con el paso de los siglos este puerto se fue colmatando y se fue alterando por lo que hoy en día ha desaparecido. Pero más importante es una colina que se levanta junto al antiguo puerto.

Esta posición es fundamental para garantizarles la seguridad y permitirles la vigilancia tanto terrestre como costera. Hacia el sur, en tierra, se alza el monte Montgó que también ejerce de barrera natural y hacia el norte una extensa llanura que alcanza hasta València. Además es el punto peninsular más cercano a las Islas Baleares, a Ibiza, la Ebusus romana.


TOMAMOS CONTACTO CON EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia toma gran importancia a partir de la época andalusí. Dentro del complejo entramado administrativo con el que se gobierna en aquella época Dénia será la capital de una de las taifas o pequeños reinos. Su importancia, por los mismos motivos que ya hemos explicado con los romanos, la convierten en una de las más importantes y prósperas del territorio. El castillo jugará un papel fundamental.

Para entrar a los restos que se conservan lo haremos a través de una de las puertas que se abrieron en la muralla en época islámica. Para llegar hay que callejear por algunas de las calles del casco antiguo de Dénia. Se puede tomar como punto de referencia el ayuntamiento y a partir de ahí seguir las indicaciones. Hay un poco de cuesta arriba pero es perfectamente accesible para todas las personas, aunque se puede acceder en coche bajo determinadas circunstancias.

El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Tras cruzar el arco de entrada nos encontramos con unas primeras estancias que tienen paneles explicativos. Seguiremos junto a la muralla y a los pocos metros encontraremos la taquilla. La recomendación es realizar la visita en sentido horario y subir por el camino que se abre hacia nuestra izquierda.

Muchas de las construcciones que se encontraban en esta parte del Castillo se encuentran arruinadas pero han sabido mantener algunos restos con carteles explicativos para que podamos comprenderlos. Anexas a la muralla que rodea todo el castillo hay varias torres que servían para vigilar. En este primer tramo las torres miran hacia el sur y/o suroeste teniendo una vista privilegiada del Montgó.


TO THE TOP


Seguiremos subiendo en paralelo a la muralla para encontrarnos con el baluarte, otro recinto amurallado que encierra la parte más alta del castillo de Dénia. Una puerta nos da acceso a lo que probablemente sea lo más esperada de este monumento. Como en todo castillo que se precie las estancias más nobles se situaban en la zona más alta, que son las más fáciles de proteger a priori.

Aquí nos encontraremos unas construcciones que son una mezcolanza de edificios de diversas culturas y siglos. Edificios de época andalusí junto a edificios de la conquista cristiana y otras construcciones del periodo borbónico. Algo que no es extraño ya que la historia se escribe página a página.

Como curiosidad en uno de los patios de armas se encuentra un bar-cafeteria que bien puede sernos útil para descansar un poco en nuestra visita al castillo de Dénia. Como ya hemos comentado, en esta parte las vistas alrededor son absolutamente espectaculares, llegando más de 50 km de distancia. Hacia el sudeste se ve la torre del Gerro, parte del sistema de torres vigías contra la piratería.


EN LA CASA DEL GOBERNADOR


El castillo de Dénia, testigo del tiempo

Para nosotros los dos elementos más destacados en el castillo de Denia son las murallas con sus torres defensivas y de vigilancia y la Casa del Gobernador que se encuentra en el punto más alto de la colina sobre la que se asienta el castillo. Efectivamente, esta fue la residencia del gobernador de Denia. 

Como ya hemos ido explicando a lo largo de todo el post la historia de Dénia fue pasando por diferentes etapas. Tras la llegada al trono de Felipe V y, por tanto, la instauración de la dinastía borbónica, se ejecutan cambios en la Administración del Estado. Dénia queda bajo el control de un marquesado del que es capital. El gobernador estaría bajo el mandato de estos marqueses. En este momento, gracias a sus explotaciones agrícolas y principalmente a su puerto, la ciudad es una importante potencia económica en su territorio.


Podemos distinguir dos partes que se conservan, entre comillas, en la Casa del Gobernador. El nivel inferior cuenta con varias estancias que se conservan y que actualmente alojan el Museo Arqueológico local. En la parte superior los edificios están prácticamente arruinados, solo se pueden ver las bóvedas que cubren las estancias que hemos nombrado hace un momento. Hay una terraza que no os podéis perder. Por las vistas, por esas vistas. La comunicación entre las dos partes se hace mediante una escalera que se ha sometido a un proceso de consolidación y rehabilitación y que nos hará sentir por un momento que hemos vuelto atrás un par de siglos en el tiempo.


HORARIOS DE VISITA, TARIFAS Y CONSEJOS PARA EL CASTILLO DE DÉNIA


El castillo de Dénia abre prácticamente todos los días del año. La excepción son el día de Navidad y Año Nuevo. La apertura siempre se realiza a las 10 de la mañana y el horario de cierre depende del momento del año. Generalmente el cierre es entre las 18:00 h y las 19:30 h, a excepción de los meses de verano que se alarga hasta la medianoche. Esa visita nocturna debe ser una experiencia muy interesante y sobre todo más cómoda, evitando el calor de las horas centrales del día.

El precio de la entrada general es de 3 euros. Los jubilados, pensionistas y estudiantes pagan 2 €, la entrada para niños entre 8 y 16 años cuesta 1 € y los menor de 8 años tienen la entrada gratuita. No existe ningún descuento para familias numerosas. 

Para acceder, como ya hemos explicado al inicio del post, se hace a través de una entrada peatonal. Se puede solicitar el acceso a través de un vehículo únicamente a personas con discapacidad funcional. La solicitud se debe de hacer al Ayuntamiento de Dénia con cierta antelación.


El castillo de Dénia se ha convertido en una de las grandes atracciones de la ciudad. Algo absolutamente lógico para todas aquellas personas que lo hemos visitado. No os lo perdáis y, ya que estamos, no dejéis de dar un paseo por el resto de la ciudad. Estamos convencidos de que os va a encantar. Y por supuesto saboread la gastronomía dianense ya que Dénia es Ciudad Creativa de la gastronomía por la UNESCO.


lunes, 18 de septiembre de 2023

LA REFRESCANTE PLAYETA DE GESTALGAR

Los rigores del verano, cada vez más sofocantes, hace que tengamos que agudizar el ingenio para encontrar lugares donde refrescarnos y que al mismo tiempo no se encuentren masificados. Tenemos la suerte de tener muy cerca la playa, pero también suerte de tener playas fluviales en las que poder darnos un chapuzón. Este verano que el agua del mar ha alcanzado máximos estremecedores, lugares como la Playeta de  Gestalgar eran una gran alternativa.

Gestalgar es una localidad que se encuentra en el interior de la provincia de Valencia, en la comarca de Los Serranos. Está atravesada por el río Turia que discurre tranquilo junto a su casco urbano. Este es uno de los principales atractivos de este municipio que cada verano recibe un buen número de visitantes.

LLEGAMOS A LA PLAYETA DE GESTALGAR 


La refrescante Playeta de Gestalgar

La verdad es que llegamos a la Playeta de Gestalgar por casualidad. Habíamos planeado ir a la playeta de Chelva pero una vez en el coche decidimos cambiar los planes y buscar una nueva ubicación, esta vez en el río Turia, para bañarnos. Un 'pensat i fet' muy valenciano (pensado y hecho es una expresión muy común en la Comunidad Valenciana).

Primero acudimos a otra localidad pero había que andar bastante hasta llegar al río. La verdad es que en nuestro grupo había personas que no podían realizar este trayecto, así que recordamos que hace unos cuántos años habíamos visitado esta Gestalgar y al final fuimos a parar allí.

La verdad es que una vez en Gestalgar comprobamos que reúne unas condiciones muy cómodas para las familias y que es un lugar fantástico para pasar un día de lo más refrescante. En 2015 se reconoció la Playeta como playa continental. Esto supone, entre otras cosas, que el agua deba de pasar continuas analíticas y controles sanitarios para comprobar que es óptima para el baño.

La Playeta de Gestalgar se encuentra al final de un paseo que permite que lleguemos cómodamente. Para ubicaros, al principio del paseo se encuentra el antiguo lavadero, que se ha rehabilitado como atractivo turístico. Junto a la Playeta hay un barecito en el que se pueden adquirir bebidas y helados, y algo para picotear. 

En el margen del paseo muchas familias deciden apostar sus mesas de picnic, sus sillas, sus toallas. Están muy cerca del agua y de esta manera pueden vigilar a los más pequeños, ya que en cuanto entran en el agua es imposible hacerlos salir. 

DISFRUTAR EN LA PLAYETA DE GESTALGAR


La refrescante Playeta de Gestalgar

La Playeta de Gestalgar tiene una lámina de agua bastante grande. Está formada por una pequeña represa que retiene gran parte del agua, formando una balsa. Por la parte de superior de la represa, que hace funciones de puente, se puede cruzar a la otra orilla, donde suele haber sitio de sobra. No hay una excesiva profundidad en la mayoría de puntos, algo ideal para familias con niños.

Varias aberturas en la represa permiten que alivie agua para que el río Turia mantenga el caudal. Como el agua sale con una cierta fuerza, crea algo de corriente. Muchas personas aprovechan este punto para dejarse llevar con elementos hinchables, mini tablas de surf o bien directamente dejan ser arrastrados. Nosotros lo hicimos y nos lo pasamos muy bien. También acabamos agotados, todo hay que decirlo.

Junto a la Playeta de Gestalgar se conserva una pequeña construcción que era un molino. No es en absoluto descabellado suponer que utilizaba la corriente del río como fuerza motriz para mover la maquinaria. No sabemos por qué pero en algún lado creímos ver que había una pequeña central hidroeléctrica que proporcionaba electricidad, hace unas cuantas décadas, a la población de Gestalgar. Que igual se nos ha ido la olla...

Frente al molino hay un par de rocas que sobresalen varios metros del agua. Los jóvenes más valientes se encaramaban a lo alto y saltaban al agua. Nuestros hijos quisieron imitarlos pero, evidentemente, y sin saber la profundidad en ese punto no les permitimos saltar. Es bastante peligroso y se puede sufrir un accidente grave con consecuencias de por vida. 

LA PLAYETA Y SU PAISAJE


La refrescante Playeta de Gestalgar

Sí que nos llevamos nuestras gafas y máscaras para bucear y hacer snorkel. En ambos tramos del río,  pero especialmente en la lámina de agua embalsada, pudimos ver unos cuantos peces de un tamaño considerable. No os podemos decir si son carpas o si son madrijas como los que vimos en la Fuente de los Baños de Montanejos. Están tan acostumbrados a la presencia humana que aunque no se acercan, tampoco huyen despavoridos, lo justo que les dicta su instinto de supervivencia. De hecho había gente tirándoles pan para comer, algo que, por cierto, no es nada recomendable.

Otro de los encantos de la Playeta de Gestalgar es el paisaje. Se encuentra en un valle formado entre sierra. El río no corre encajonado como sucede en otros lugares, pero las montañas están a una distancia suficiente para poder disfrutarlas. Tal vez las lonas negras que hay en alguno de los márgenes afean un poco el paisaje, pero tienen una explicación. Gestalgar se encuentra dentro del Parque Natural del Turia y las lonas es un proyecto para eliminar la caña que, aunque no lo parezca, es una especie invasora. La caña ocupa mucho terreno, impidiendo la correcta visión del río y en caso de riada presenta un peligro de taponamiento al ser arrastradas. Además, consume una gran cantidad de nutrientes y oxígeno del agua. Las lonas son temporales, no os preocupéis, desaparecerán pronto.

Antes hemos comentado que la Playeta de Gestalgar es muy cómoda. Pegada al casco urbano, se ha habilitado el antiguo campo de fútbol debido a la afluencia de visitantes, principalmente los fines de semana. Si podéis evitad sábados, domingos y festivos para no toparos con las aglomeraciones. El parking se paga pero, como nos sucedió en Chelva, la caseta estaba cerrada y nadie nos exigió nada.

APOVECHAMOS PARA VISITAR GESTALGAR


La refrescante Playeta de Gestalgar

Después del baño, si estáis lo suficientemente frescos, podéis aprovechar para dar un paseo por las calles de Gestalgar y consumir en sus bares o comprar algo en su horno o en los ultramarinos. Su urbanismo orgánico, que se adapta al terreno, culmina en el castillo de Los Murones, que vigila la población. Tiene su origen en el s. XII y actualmente está en proceso de rehabilitación.

Para llegar a Gestalgar, desde Valencia, se debe ir por la CV-35, después desviaros hacia Pedralba por la CV-376 y seguir las indicaciones por la CV-377.  Hay otra carretera por Cheste desde la A-3, la CV-379, pero desde el navegador nos dio la sensación de que tenía muchas más curvas. Ya sabéis que puede significar eso... 

Lo pasamos muy bien en la Playeta de Gestalgar. Fue un día realmente agradable y seguro que el verano que viene volveremos. Es una gran alternativa a otros lugares que suelen masificarse. No descartamos que también ocurra en Gestalgar, como hemos dicho, en los días punta. 

PD: Disculpad la calidad de imagen de algunas de las fotos que ilustran el post. Fue la prueba de nuestra cámara de acción low cost y no tenemos más material. 

sábado, 9 de septiembre de 2023

CONOCEMOS LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES, EL NUEVO GRAN MUSEO EN MADRID

Cinco siglos dan para mucho, para muchísimo. Cinco siglos para el centro del poder de un reino y todo un imperio dan para muchísimo, para muchisísimo. Bajo esta premisa, y tras casi ocho años de retrasos (pandemia de por medio incluida) el pasado 28 de junio se inauguró oficialmente en Madrid el último gran museo, la Galería de las Colecciones Reales.

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Este museo tiene como misión reunir en un mismo espacio obras artísticas que fueron realizadas bajo el mandato del monarca de turno. Es cierto que esta función la cumple parcialmente el Museo del Prado, cuya colección se nutrió principalmente de las obras que los monarcas fueron reuniendo a lo largo de los siglos, pero la Galería reúne y muestra más objetos. 


LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES PASO A PASO


Quizás para entender mejor el porqué de este museo hay que remontarse a la Segunda República, curiosamente. Manuel Azaña, Presidente del Gobierno, propuso la creación de un museo para los tapices y carruajes procedentes de las monarquías y que habían pasado a ser custodiados por el Estado. La Guerra Civil dio al traste con el proyecto. Con la vuelta de la democracia tras la dictadura y, sobre todo, con la creación en 1982 de Patrimonio Nacional, como organismo encargado de la custodia, gestión y administración de los bienes adscritos a la Corona, la idea se retomó. Y en pispás, casi cuarenta años después ha visto la luz esa idea, convenientemente reestructurada.

La Galería de las Colecciones Reales muestra obras de arte y otros objetos con carácter artístico que fueron encargo de la Corona. Se ponen en contexto con el monarca correspondiente y con el contexto histórico y social en el que se produjo. La colección, perteneciente en su totalidad a Patrimonio Nacional, se estructura en dos grandes salas. Cada sala está dedicada a una de las dinastías que ha reinado en España (en resumen). La sala A dedicada a los Austrias, y la sala B, a los Borbones.

El edificio está situado junto al Palacio Real, a espaldas de la Catedral de la Almudena, en el mirador que se levanta sobre los Jardines del Moro. Desde la entrada es casi muy discreto, prácticamente invisible. Solo se verá el exterior desde la Cuesta de la Vega y la C/ Segovia. Es muy sobrio. Pero es que lo mejor está dentro.

El museo se estructura hacia abajo, a través de una rampa que conecta cada piso. Cada una de las grandes salas, de unos 103 metros de largo por 16 de ancho, ocupa una de las plantas del edificio.


LA SALA DE LOS AUSTRIAS

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

La casa dinástica de los Austrias fue una casa que empezó con el reinado de Carlos I y acabó, dos siglos después, con Carlos II. De uno a otro la Corona vivió uno de los momentos de máximo esplendor, pero también la amargura de la decadencia.

Carlos I ( y V de Alemania) fue hijo de Felipe I (el Hermoso) y de Juana I de Castilla, hija de Fernando e Isabel, reyes de Aragón y Castilla respectivamente y apodados los Reyes Católicos. Por vía paterna heredará el trono del Sacro Imperio Romano que junto a las posesiones maternas, que incluían el nuevo continente descubierto en Oriente (que más tarde se supo que era América) hizo que fuera una de las personas más poderosas de la Historia. 

Esta sala es una muestra clara del increíble poder que atesoró esta casa. Se exhiben Tapices que representan cuadros de los mejores pintores del momento, maquetas de edificios tan únicos como el Monasterio de El Escorial, libros que relatan todo lo que se van encontrando en el Nuevo Mundo. Son reyes que han entrado en la Edad Moderna. Gutenberg ha inventado su imprenta de tipos móviles y el Renacimiento es un estilo artístico que desde Italia se está difundiendo por Europa. 

Pero todavía hay etapas del pasado por superar. Las armaduras, por ejemplo, siguen siendo símbolo de estatus y poderío. Parece que a Carlos I le gustaba especialmente una armadura en concreto. La habéis visto en algún libro de historia, ya que se retrató con ella en varias ocasiones, y la tendréis frente a vosotros. 

El gusto de los Austria por el fomento de las artes y los objetos únicos va en paralelo a la decadencia de un imperio que tras un siglo se enfrenta a múltiples guerras y a la pujanza de otros estados enemigos.


UNA VENTANA AL MÁS PASADO 


Que el lugar donde se encuentra las galerías de las colecciones reales sea donde también se asienta la Catedral de la Almudena y el Palacio Real y antiguamente el Alcázar real no es casual. Aquí se encontraban una serie de construcciones de origen andalusí que conformaron el germen de lo que posteriormente sería Madrid, la islámica Mayrit.

Se sabía bien que en esta zona existían restos arqueológicos, Por ejemplo en el cercano aparcamiento bajo la plaza de Oriente también se puede ver parte de la antigua alcazaba. Parte del retraso en la finalización de la Galería de las Colecciones Reales procede del hallazgo de estas construcciones y del trabajo arqueológico que lleva aparejado. En la sala A hay un espacio anexo en el que se enseña un audiovisual que cuenta la historia de la evolución del antiguo Madrid. A su lado una enorme ventana muestra los restos recuperados. 


B DE BORBONES 


Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Tras la cruenta guerra de Sucesión que traerá consecuencias que cambiarán para siempre la historia de nuestro país, Felipe V se hace con el trono español inaugurando la dinastía de los Borbón, que llega a nuestros días con Felipe VI. Nieto de Luis XIV, pero también biznieto de Felipe III, Felipe V nació en Versailles y traerá un nuevo aire afrancesado que impregnará las artes del momento. 

Al inicio de la sala ya podemos apreciar que la sobriedad de los Austria ha sido reemplazada por las blancas pelucas y el colorido borbónico. Se puede apreciar en esta sala el cambio de época y de pensamiento. Si los Austrias quisieron fomentar las artes, los Borbones, al menos hasta Isabel II, persiguen dar un cambio en lo arquitectónico. Tras el fortuito incendio del Alcázar se levantó el actual Palacio Real; el Palacio de Aranjuez tiene unos jardines diseñados por jardineros europeos y las fuentes del palacio de la Granja recuerdan poderosamente a Versailles. 


En lo artístico esta sala no tiene tantas piezas de relumbrón como la de los Austrias, pero tiene cosas muy curiosas. Concretamente hay que avanzar hasta tiempos de Carlos IV. Aquí se pueden ver los tapices elaborados con arreglo a los cartones pintados por Francisco de Goya junto a los cartones. Otra pieza muy bonita es una casaca de seda maravillosa  También una de los primeros retratos fotográficos que se realizaron en España, concretamente a la reina Isabel II y sus hijos. Consideramos un poco decepcionante la falta de materiales que reflejen los reinados de Juan Carlos I y Felipe VI.


LA PLANTA BAJA

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Visita a la galería de las colecciones reales finaliza en el último nivel que tiene una salida directa a los jardines del Moro. En esta planta se encuentra el cubo. No es nada referido al servicio de mantenimiento del edificio, si no una habitación cúbica donde se proyectan imágenes envolventes de los palacios reales creando una experiencia inmersiva. 

En esta misma planta está la sala de exposiciones temporales. Para la primera muestra efímera de este museo han escogido una serie de carruajes y coches bajo el título ‘En movimiento’. Quizás por haber visto algunos carruajes y sillas de paseo no sorprende mucho, a excepción de los dos automóviles Mercedes que se exponen, adquiridos a la Alemania nazi por el dictador Franco y, al menos uno, regalo del mismo Adolf Hitler. Vaya. 


NUESTRA OPINIÓN DE LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES 


La Galería de las Colecciones Reales nos causó una impresión muy positiva. El edificio y su recorrido está muy bien resuelto. La rampa es cómoda para bajar, para subir no tanto, pero mucho mejor que escaleras. 

La visita a las salas es cómoda. Todavía no hay un agobio de público muy grande. En algunas webs cifran el tiempo de visita en unas dos horas y media. Si queréis ver todos los audiovisuales que proyectan y ver mínimamente bien todas las piezas, la visita se va a alargar una hora más como mínimo. Hay un pero generalizado, el texto de las cartelas es excesivamente pequeño y muchas personas deben acercarse para leerlas bien (alguno de nosotros, por ejemplo, pero no desvelaremos quien). 

Otra pega es que las consignas se sitúan junto a la entrada, en la parte superior del edificio. No podréis salir por la parte inferior, la salida que da directamente a los Jardines del Moro. Si queréis visitarlo es un poco rollo volver a subir y rodear toda la catedral de la Almudena teniendo esta entrada tan a mano.

Pero aún con estas pegas, muy menores, la sensación fue muy positiva. Es un museo que merece mucho la pena y va a dar mucho juego en los próximos años.


UNAS PINCELADAS DE INFORMACIÓN ÚTIL

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Si os hemos convencido para visitar la Galería de las Colecciones Reales, o ya veníais convencidos, debéis saber que la Tarifa general es de 14€, mientras que la reducida es de 7€. Se pueden acoger mayores de 65 años, menores entre 16 y 5 años y estudiantes hasta 25 años. Las familias numerosas nos beneficiamos de la entrada gratuita, entre otros colectivos como personas desempleadas, personas con discapacidad superior al 33% o docentes. Además de lunes a jueves el museo es gratuito de 18:00 a 20:00, pero nos avisaron que se llena. La entrada incluye la visita al Palacio Real, que como hemos dicho, está junto al museo. Spoiler: no nos dio tiempo, y hace unos años lo visitamos y ni fu ni fa.

Lo más cómodo y conveniente es acceder paseando tras acercarse en transporte público. Las estaciones más cercanas de metro son Ópera (líneas 2 y 5), Plaza de España (líneas 2, 3 y 10) y Príncipe Pío (líneas 6 y 10). Además Príncipe Pío tiene servicio de Cercanías. Si optáis por el bus, Callao y Príncipe Pío son las mejores referencias de paradas. Si vais en vuestro coche hay un parking subterráneo bajo la plaza de Oriente (cuidado con las restricciones de la Zona de Bajas Emisiones).


Aunque la apertura se retrasara varios años, la espera ha merecido la pena. Aunque no lo parezca es un patrimonio que nos pertenece a todos y está muy bien que podamos disfrutarlo. Solo han hecho falta cinco siglos. 

lunes, 28 de agosto de 2023

EL IVAM DE VALENCIA, VANGUARDIA DEL ARTE MODERNO

Años 80. Una época en la que está intentando asentarse en España la joven democracia. O las democracias, porque los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas están buscando su lugar y quieren dejar ya un legado. En Valencia surge la idea de crear una institución que ayude a difundir el arte de las últimas décadas. Surge el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el IVAM.

El IVAM de Valencia, vanguardia del arte moderno

El IVAM fue pionero y vanguardia. Nadie apostaba por un centro exclusivo para el arte moderno, y aún menos para el contemporáneo, cuando desde Valencia se dio el paso. No es ningún atrevimiento decir que sin el IVAM no se hubiera producido la ola de centros similares que se abrieron después en distintos puntos de España. Se adelantó a todos, al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid; o al Museo Patio Herreriano, en Valladolid, o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) con sede en la Cartuja de Sevilla, o el celebérrimo Museo Guggenheim en Bilbao.

EL EDIFICIO DEL IVAM


El IVAM se encuentra en el número 118 de la calle Guillem de Castro, justo enfrente del Pont de les Arts, uno de los cuatro puentes obra de Santiago Calatrava que cruzan el antiguo cauce del río Turia. Su imagen todavía sorprende, un gran cubo, un cajón que contiene a los grandes creadores del arte moderno y contemporáneo.

Nada más entrar un gran hall ejerce de distribuidor. Frente a nosotros una escalera conecta las plantas superiores. A nuestra izquierda un par de salas. A la derecha la cafetería, la tienda y la biblioteca.

Después de bastante tiempo sin ir, nos sorprendió ver que en parte de este hall se ha habilitado un falso jardín, con plantas en macetas y asientos para que las personas que acudan al IVAM puedan descansar durante su visita. Confesamos que no estábamos muy seguros si era una instalación o realmente era para un lugar de descanso. Nunca se sabe con el arte contemporáneo.

En un nivel inferior se encuentra la Sala de la Muralla. Se dedica para exposiciones temporales, generalmente de obras de pequeño formato, como fotografía o grabado. Su nombre procede de que aquí se puede ver un tramo de la muralla medieval que guardaba la ciudad de Valencia.

LA COLECCIÓN PERMANENTE DEL IVAM


El IVAM de Valencia, vanguardia del arte moderno

La colección permanente del IVAM alberga obras de algunos de los artistas modernos y contemporáneos más importantes. Para poner en contexto, se considera arte moderno el que surge a partir del impresionismo. Estamos hablando de un movimiento artístico que surgió , más o menos, en la década de 1860. Por su parte el arte contemporáneo es el que surge a mitad del s. XX, tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Hay dos los artistas sobre los que pivota el grueso de la colección permanente del IVAM: Ignacio Pinazo y Julio González.

IGNACIO PINAZO


En orden de antigüedad, Ignacio Pinazo fue un pintor valenciano que nació a mediados del s. XIX. Probablemente el mejor pintor valenciano de su época, tras Joaquín Sorolla. Comenzó su carrera artística como pintor del romanticismo, lo que se llevaba en la época. Tras un viaje a Italia que se costeó él mismo (procedía de una familia humilde y tuvo que trabajar desde muy pronto) su estilo se ve influenciado por los machiaioli, un grupo de pintores que quiere romper con la tradición y utiliza una técnica similar a la de los impresionistas (resumiendo mucho).

Gran parte de la temática de Pinazo gira en torno a las costumbres y lo cotidiano. Pinta escenas que ve y las retrata con apenas unas pinceladas o trazos. Para ello utiliza todo tipo de soportes: lienzo, tabla, cartón, papel... Pinazo es casi un pintor compulsivo, y en el IVAM podemos ver muchos dibujos que casi podríamos considerar garabatos, pero que ejecutados por un gran artista tienen un hecho diferencial.

JULIO GONZÁLEZ


El IVAM de Valencia, vanguardia del arte moderno

Por su parte, Julio González fue un artista que influyó en la escultura de su época. Nacido en Barcelona en una familia de orfebres, se marchó a París para desarrollarse como artista. Allí consiguió trabajo como soldador en una fábrica de la automovilística Renault. Estos conocimientos técnicos y de materiales los incorporó a su obra artística. Además fue maestro de soldadura de otros artistas, como su amigo Pablo Ruiz Picasso.

Aunque la obra de Julio González se muestra en los museos de arte moderno y contemporáneo más importantes de Europa, el grueso de su colección se encuentra en el IVAM, ya que su familia decidió donarla a este museo. No en vano el IVAM tiene el "apellido" Centro Julio González, para destacar que es el centro de referencia de este artista.


Entre las obras más importantes que se pueden ver en el IVAM se encuentra Homme Cactus, una de sus obras cumbres dentro de su período de escultura cubista. También se muestran una serie de piezas relacionadas con la Montserrat. González creó este icono como representación de la mujer fuerte y resistente. Una Montserrat que fue una de las estrellas en el Pabellón Español en la Exposición Internacional de París en 1937. En este pabellón el gobierno republicano quiso internacionalizar la Guerra Civil para lograr adhesiones y colaboración, y por ese motivo encargó una obra a Picasso. Esta obra fue finalmente el Guernica, probablemente la obra artística española más importante del s. XX. 

EXPOSICIONES TEMPORALES EN EL IVAM


El IVAM de Valencia, vanguardia del arte moderno

Como todo buen museo que se precie, parte de su importancia se mide por la calidad de las exposiciones temporales que ofrece. Y estas tienen un gran nivel. Hemos visto exposiciones de Carmen Calvo, Juan Navarro Baldeweg, Alexander Calder o Roy Lichtenstein, figuras esenciales en España y el arte mundial.

Nosotros en nuestra última visita al IVAM vimos dos exposiciones temporales muy distintas. En primer lugar una retrospectiva de La Nave, un colectivo de diseñadores y artistas gráficos, que toman su nombre de la nave industrial que compartieron para trabajar (co-working antes de que se inventara el término). Revolucionaron la Valencia de los años 90 y sus diseños forman parte de la memoria sentimental de millones de valencianos. Algunos incluso se siguen utilizando hoy en día, casi 30 años después.

La otra exposición temporal que pudimos ver en nuestra visita al IVAM fue la del artista libanés Aref El Rayess. ¿Lo conocíamos? No ¿Conocemos algún artista libanés? Ni por casualidad. Pero precisamente estas visitas son muy enriquecedoras por estos encuentros inesperados. Así, de vez en cuando, podemos dejar de mirarnos nuestro ombligo artístico y comprender que siempre hay otras visiones igual de interesantes. 

IINFORMACIÓN DE SERVICIO


Como ya hemos indicado al inicio del artículo, el IVAM se encuentra en la calle Guillem de Castro, en el centro de Valencia. Esta calle es una auténtica milla de oro cultural. A escasa distancia se encuentra el Centro Cultural de la Beneficencia, que acoge el Museo de Prehistoria de Valencia y L’ETNO, Museo Valenciano de Etnología (que ha sido distinguido como Mejor Museo Europeo en 2023). En el otro extremo de la calle se encuentra el MUVIM, Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad. Justo al lado está la Biblioteca Provincial, antiguo Hospital. Más o menos a mitad de calle se encuentran las Torres de Quart, uno de los monumentos más imponentes de la capital del Turia. Y no muy lejos de la Beneficencia encontramos la escultura dedicada a Cervantes, obra del gran escultor Mariano Benlliure. No me lo superes, iguálalo.

Llegar hasta el IVAM es muy sencillo. Mediante metro podéis llegar desde la parada Turia, en las líneas 1 y 2. También la línea 4 de tranvía tiene una parada no muy lejos, en Pont de Fusta. Si preferís el bus, la línea C1 de la EMT tiene parada en la misma puerta, y las líneas 28 y 95 tienen parada muy cerca. También podéis llegar paseando por el Jardín del Turia o atravesando el centro histórico de Valencia.  

Por último las tarifas del IVAM. La entrada general cuesta 5 €, mientras que los miércoles a partir de las 16:00 h. y los domingos la entrada es gratuita. 


El IVAM de Valencia, vanguardia del arte moderno

Es cierto que en ocasiones el arte moderno y contemporáneo no es muy sencillo para muchas personas. Precisamente por ese motivo es más recomendable la visita a los museos de arte contemporáneos, para que poco a poco, y con un cierto “entrenamiento” podamos ir entrando en este mundo. Creemos que son los niños quienes más lo disfrutarán, ya que suelen ser más libres y más abiertos a las vanguardias, y posteriormente suelen interpretarlas con sus propias vivencias. En resumen, no les tengáis miedo al IVAM y disfrutaréis la visita.  












viernes, 18 de agosto de 2023

VIAJAR CON EL PALADAR: EL CEVICHE PERUANO

La gastronomía mundial tiene una serie de recetas que han traspasado ampliamente los límites de los territorios que las crearon. Estos platos pasan a ser, por decirlo de alguna manera, de dominio público. En esta categoría encontramos la pizza o la paella, por ejemplo. Las recetas se adaptan a quienes las preparan y a quienes las degustan. En ocasiones se consigue llegar a una preparación purista. Otras, sin embargo, se cometen aberraciones que pueden conllevar pena de cárcel. Toda esta parrafada no es más que una disculpa preventiva por si en esta receta del ceviche peruano hemos cometido algún sacrilegio, del tipo de ponerle chorizo a la paella valenciana o piña a la pizza.

Viajar con el paladar: el ceviche peruano

Aunque el ceviche es un plato que se prepara en prácticamente toda Iberoamérica, desde la frontera mexico-estadounidense hasta Ushuaia, se le atribuye a Perú su condición de plato nacional. Una receta que atraviesa un continente de extremo a extremo y que vamos a preparar en nuestra propia casa, sin necesidad de atravesar el Atlántico


PREPAREMOS UN CEVICHE PERUANO

El ceviche es un plato doblemente fresco, ideal para los calores del verano. Se prepara en poco tiempo con ingredientes frescos, y necesita refrigerarse para mantener sus propiedades. Si no la conocéis, esta receta, resumiendo, se trata de pescado blanco marinado con limón o lima, y aderezado con ají, cebolla roja y cilantro.

Tradicionalmente el ceviche se prepara con corvina, un pescado blanco emparentado con las percas. Hay un montón de especies de corvina y se encuentran sobre todo en aguas templadas como el Mar Mediterráneo, o los océanos Pacífico y Atlántico, especialmente en el Mar Caribe

Nosotros compramos una corvina entera mediana, de unos 40 cms de largo y casi un kilo, suficiente para los cinco, aunque al final nos fundimos entre tres el ceviche. Pedid en la pescadería que limpien el pescado y os dejen los filetes. De esta manera elimináis la espina central (os la pueden guardar para preparar caldo) y solo os quedara alguna espina que hay a media altura de cada lomo.

Viajar con el paladar: el ceviche peruano

Contaremos los filetes en trozos pequeños, de unos 2x2 centímetros, y los añadiremos a una fuente. Seguimos el consejo de bañar previamente la fuente con zumo de limón o lima, así el pescado empieza a marinar inmediatamente. Salpimentamos. Acto seguido, en un recipiente aparte, mezclamos una cebolla morada picada, el zumo de dos limas o limones (por cada 300 gramos de pescado), cilantro picado (al gusto) y ají (o guindilla o chile) en rodajas finas sin pepitas. Nuestro sacrilegio, lo confesamos, fue usar un poco de pimentón picante porque no nos quedaban guindillas. Lo lamentamos.

Lo añadimos todo a la fuente con el pescado. Mezclamos muy bien. Tapamos con papel de aluminio, film transparente o tapa de silicona y metemos en la nevera de 20 a 30 minutos. Y listo.


HISTORIA DEL CEVICHE PERUANO 

El ceviche es un plato tradicional de la cocina peruana que ha ganado popularidad tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo. La historia del ceviche en Perú se remonta a la época precolombina, donde los incas ya preparaban un plato similar con pescado y frutas cítricas. Sin embargo, fue durante la época colonial cuando el ceviche se convirtió en el plato nacional de Perú.

Teniendo en cuenta la base tradicional e histórica de la receta, el ceviche peruano evoluciona con la introducción de tres ingredientes que los colonizadores europeos llevaron a América: el limón, la cebolla y el cilantro. Como ya hemos explicado antes, la corvina (una de sus especies) puede pescarse en el océano Pacífico. 

Al tratarse de un plato de una dimensión prácticamente continental, las variantes son múltiples. Una de esas variantes es el tiraditos, que es similar al ceviche, pero en lugar de trozos de pescado, se utilizan finas lonchas de pescado. El tiraditos se sirve con una salsa de lima, ají y cilantro.

El ceviche mixto es otra variante, que se prepara con una mezcla de diferentes tipos de mariscos, como gambas o camarones, pulpo y mejillones. El ceviche de camarones es otra variante popular, se prepara con camarones cocidos y marinados en jugo de limón y ají.


TRUCOS Y CONSEJOS PARA PREPARARLO

Viajar con el paladar: el ceviche peruano

Para esta preparación nosotros quisimos ceñirnos a la receta más tradicional. Por ese motivo utilizamos corvina. También es verdad que tuvimos la suerte de encontrar este pescado a muy buen precio. Pero cualquier pescado blanco os serviría. Si es fresco mucho mejor pero también vale si es pescado congelado. De hecho nosotros tuvimos que congelarlo 48 horas para prevenir el temido anisakis.

Las recetas que hemos encontrado hablan de limones o limas para el zumo que utiliza el ceviche. El uso de algún cítrico es absolutamente imprescindible ya que es la base del marinado que hace que el pescado se "cocine". En España esta preparación nos remite a los boquerones en vinagre (o "agritos" en Alicante). Parte indispensable del ceviche es lo que se conoce como leche de tigre, que ni es leche ni es de tigre. Es el jugo, generalmente de color blanco, formado por el zumo de los cítricos y los fluidos que desprende el propio pescado. Este leche de tigre sirve para aliñar el ceviche y otros platos de pescado.

Nosotros utilizamos una mezcla de lima y limón, con una mayor proporción de lima para que tuviera un sabor más ácido. La cantidad total de zumo va un poco al gusto, pero tened en cuenta que no debe de estar seco porque quedará crudo, pero tampoco debe de convertirse en una sopa.

El acompañamiento del ceviche varía dependiendo del país. Si nos ceñimos a Perú lo más usual es una guarnición de boniato (o batata o camote) y maíz choclo hervido. Nosotros utilizamos boniato junto a patata y aguacate. ¡Fusión iberoamericana!


LA COCINA PERUANA HOY

La receta del ceviche peruano no está escogida al azar para este viajar con el paladar. Vale que estemos en verano y case bien, pero es una excusa, otra más para hablar de otros temas relacionados, aunque sea brevemente. En este caso nos interesa el estado actual de la gastronomía peruana. 

Y goza de una salud excelente. Una nueva generación de chefs ha querido poner en valor la cocina nacional y el tremendo producto que tienen, aportando la visión de la alta cocina y de la innovación, y luchar por hacerse un hueco en el olimpo de la gastronomía mundial. Spoiler: lo han conseguido.

Central” el restaurante del chef Virgilio Martínez ha sido considerado el mejor restaurante del mundo, alzándose con la primera posición de la lista de los mejores restaurantes que elaboran desde 50 Best. No ha sido una sorpresa, ya que desde 2015 está en el top 10, y ya en 2022 se colocó en segunda posición. 

No cabe duda de que “Central” es la insignia de la gastronomía actual peruana, pero otros cuatro restaurantes, todos afincados en Lima, aparecen en la lista del 50 Best 2023, una cifra nada despreciable. ¿A qué se debe este éxito? A varios factores, en primer lugar a las condiciones naturales del país, que permiten tanto el cultivo de diversas especies vegetales como una surtida pesca al estar al borde del océano. También por las características demográficas, una mezcla de población de origen indígena, junto a descendientes europeos, y población migrante de diversos puntos del planeta, destacando otros países de Iberoamérica y Asia (el 10% procede de China o Japón). Al mismo tiempo el crecimiento económico del país ha permitido mejoras para la población en general, y mayores estándares de calidad de vida, aunque queda bastante camino que recorrer, sobre todo en zonas rurales.  


CONCLUSIÓN

Viajar con el paladar: el ceviche peruano

El ceviche es un plato muy importante en la cultura peruana y en Latinoamérica. Por ese motivo hemos intentado cuidar al máximo la preparación y que fuera lo más cercana posible a la receta tradicional. Las distancias, los usos y las costumbres ayudan a distorsionar recetas. Os recomendamos lanzaros a preparar un rico ceviche peruano, y como siempre decimos, disfrutarlo en compañía. ¡Buen provecho!


martes, 8 de agosto de 2023

SEGORBE, DONDE EL TIEMPO DEJÓ SU IMPRONTA

Es interesante visitar lugares que se sientan orgullosos de su historia, de su pasado y que lo conserven y protejan. También, que sepan honrar a aquellas personas que han llevado el nombre de su población lejos, más allá porque lo más común es que nadie sea profeta en su tierra. Por ese motivo nos gustó Segorbe, porque sabe mirar atrás en el tiempo y agradecer a quienes estuvieron aquí antes que nosotros.

Segorbe, donde el tiempo dejó su impronta

Segorbe se encuentra en el primer interior de la provincia de Castellón. Por autovía (A-23, Autovía Mudéjar) está apenas a menos de 40 kilómetros del mar. Las sierras de Espadán y Calderona escoltan el término municipal de Segorbe, mientras que el río Palancia atraviesa la población camino del mar Mediterráneo. Esta situación fue clave para que desde la antigüedad hubiera asentamientos humanos en este punto.


LA VISITA A SEGORBE



Iniciamos nuestra visita en la oficina de turismo, donde nos ofrecieron muy buena información. Sobre todo el consejo para descargar la app turística oficial de Segorbe, que está muy bien y nos ayudó un montón. Otra razón es que en el subsuelo hay un parking público que los fines de semana es gratuito, ¡y en pleno centro!

Teníamos intención de visitar alguno de los museos que hay en Segorbe pero ninguno, a excepción del Museo de la Entrada de Toros y Caballos que se encuentra en el mismo edificio de la oficina de turismo, estaba abierto. Cosas de las tardes de verano. 

Hay que detenerse un segundo en la Entrada de Toros y Caballos, ya que es el acto más importante de las fiestas de Segorbe, que se inician el último sábado de agosto y duran dos semanas. Las Entradas se celebran durante la segunda semana a las 2 de la tarde y está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. A pesar de todo, y aunque era el único museo abierto, el tema no nos interesaba demasiado, por lo que declinamos entrar.

La visita continuó por la plaza del Agua Limpia. Es un nombre curioso, más si tenemos en cuenta que es una de las más importante de la localidad, ya que aquí se encuentra el Ayuntamiento. El viene de que, antiguamente, a partir de este punto había talleres de curtidores de piel y de tinción textil, por lo que los vertidos de estos negocios ensuciaban el agua.


LOS MONUMENTOS DE SEGORBE


https://www.youtube.com/watch?v=2-Ote8eZ7OI

El primero de los monumentos que vimos en la visita fue el Ayuntamiento. El edificio fue construido en el s. XVI como residencia de los duques de Segorbe y Medinaceli (ojo con la casa). El municipio lo compró y reformó en el s. XIX. Fijaos, además, en las dos fuentes que hay en la plaza. Una justo enfrente de la entrada del Ayuntamiento y otra en un extremo de la plaza, tal vez más antigua.

Continuamos la visita a través de la calle de Julio Cervera, otro de los prohombres segorbinos, para llegar al cruce con la calle Colón. Esta es la vía en la que se ejecuta la Entrada de Toros y Caballos. Cruzando nos adentramos en lo que antiguamente era la parte intramuros de la ciudad. En este tramo de calle hay varios de los edificios más representativos de Segorbe: las criptas de la Catedral y el (antiguo) Seminario. Y es que Segorbe fue un importante centro religioso durante siglos.

Al final de la calle vemos la plaza de la Cueva Santa, que en unas semanas transformará su fisonomía debido a las fiestas. Durante el resto del año es centro neurálgico de celebraciones y el lugar donde semanalmente tiene lugar el mercadillo, que es otro ritual laico y social.


A media calle hemos visto el arco de la Verónica. Su aspecto lo delata como una de las antiguas puertas de la muralla, que permitía el acceso (y la salida) a la villa. Por el interior una recreación del paño de la Verónica con el rostro de Jesús da nombre a esta entrada. Atravesamos el arco de piedra e inmediatamente el urbanismo cambia. Son calles estrechas, retorcidas y serpenteantes, herederas del pasado andalusí de la villa. Hoy tienen un planeamiento racional más que el crecimiento natural que la localidad fue viviendo a lo largo de los siglos.


DENTRO DE LAS MURALLAS


https://www.vacacionesnumerosas.com/2018/06/morella-recomendaciones-para-toda-familia.html

Tras atravesar el arco de la Verónica giramos a la izquierda y sus calles nos llevan a rodear la Catedral. Sí, Catedral, porque Segorbe fue la sede de la diócesis durante siglos. De ahí su importancia religiosa y que a muy poca distancia encontremos un Seminario.

Vamos siguiendo los muros de la Seo hasta llegar a su fachada. Ésta se abre en lo que suponíamos un lateral, frente a una pequeña plaza. Es una fachada muy sencilla, con muy pequeños elementos decorativos. Las cercanas murallas no permitieron mucho más espacio para construir y sus arquitectos tuvieron que trabajar con el espacio que había. Llama la atención el campanario que tiene una planta irregular. También nos sorprende ese pasillo en voladizo sobre un arco que ejerce de puerta y que conecta la Catedral con los edificios en la otra parte de la plaza. Frente al arco unas escaleras cuyos escalones se suben de dos en dos pasos.


Volvemos atrás sobre nuestros pasos para seguir por el casco histórico de Segorbe. Pasamos junto al Museo de Personajes Ilustres Segorbinos. Estaba cerrado. Ya hemos comentado al principio que nos gustó que homenajeen a aquellas personas nacidas en Segorbe y que destacaron en sus campos. Nuestra siguiente parada está a la vuelta de la esquina. 

Se trata de la torre de la Cárcel. Junto a la torre del Botxí (del verdugo), testigos de la antigua muralla de Segorbe. Es una torre de planta circular, que por su parte trasera nos recordó a las Torres de Serranos de Valencia. Se sitúa junto al portal de Teruel, y servía para proteger esta entrada a la villa. Hace siglos albergó celdas, de ahí su nombre.


FUERA DE LAS MURALLAS DE SEGORBE


Segorbe, donde el tiempo dejó su impronta

Remontamos los últimos metros de la calle Colón para llegar a otro de los monumentos más representativos de Segorbe. Se trata de su acueducto. Sus arcos ojivales (apuntados) nos recuerda a otros ejemplos de acueductos más o menos contemporáneos a éste. En primer lugar pensamos en Morella, localidad que se encuentra en el norte de la provincia de Castellón, y el acueducto que se levanta a las afueras. También nos viene a la memoria la localidad valenciana de Alpuente, que visitamos hace algún tiempo. Por último, no podemos dejar de recordar el acueducto de los Arcos que se encuentra en Teruel, que se conecta con Segorbe a través de la Autovía Mudéjar. 

Nos llama poderosamente que falte un arco, pero entendemos que son cosas del “progreso”, que la necesidad de abrir la carretera nacional hizo que se tuviera que derribar. Un canal de hierro permitió que el agua siguiera llegando a los barrios de Segorbe. A los pies de un arco se ve un tramo original de ese canal. También a pie de acueducto está el museo de Arqueología y Etnología de Segorbe, que en su fachada tiene una inscripción conmemorativa a Carlos IV. Este punto también es el lugar donde se colocan los corrales para los toros que esperan antes de la entrada.

Seguimos los arcos del acueducto y dejamos atrás la torre del Verdugo, para, siguiendo la muralla, tomar el paseo (no es peatonal, cuidado con los coches) que nos permite una primera vista de los paisajes que rodean Segorbe. Vamos a encontrar un fantástico mirador junto a los arcos de Argen, que son los posibles restos de un espacio defensivo de origen andalusí.


ENTRE LA LUNA Y LA ESTRELLA



Volvemos a adentrarnos en la antigua ciudadela de Segorbe. Tras atravesar la plaza de la Judería, y camino del Castillo de la Estrella, que corona la población, encontramos la plaza de las Monjas. Aquí encontramos la iglesia de San Martín, un magnífico edificio. La plaza es fresca, y como el día es bastante caluroso nos sentamos un rato a descansar en uno de los bancos antes de que afrontemos la última parte de la visita. 

Nos acompaña en nuestro descanso el busto de María de Luna, que fue señora de Segorbe y reina de Aragón tras su matrimonio con Martín I de Aragón. Perteneció a una familia ya emparentada con la realeza, aunque los Luna fueron una casa destacada. El miembro más conocido fue Benedicto XIII, más conocido como el Papa Luna, que coincidió en su papado con el reinado de María.  

Por si nos quedaba alguna duda, las calles vuelven a ser estrechas y se adaptan al terreno con constantes cuestas, tanto de subida como de bajada. Dejamos de lado el Museo del Aceite, una antigua almazara, para tomar la plaza del Ángel en dirección al castillo de la Estrella. En esta plaza la banda municipal (o una de las bandas) está ofreciendo un concierto. Al cabo de un rato, bajando del castillo de la Estrella volveremos a pasar por aquí, en el preciso momento que interpreten el tema principal de la banda sonora de "El viaje de Chihiro". ¡Qué maravilla!


FINAL DE TRAYECTO


Segorbe, donde el tiempo dejó su impronta

Menos mal que hemos descansado un poco, pensamos, porque el castillo de la Estrella se levanta sobre el empinado cerro de Sopeña que domina todo Segorbe. Las rampas nos indican donde está la entrada a esta fortaleza. Su importancia estratégica no casa con su historia, ya que desde el s. XV fue progresivamente abandonado. De su interior apenas se conservan restos, ya que se utilizó como “almacén” de material de construcción. El muro exterior y las torres que protegían los vértices se reforman para las II Guerras Carlistas. Su nombre, probablemente, proceda de esa forma tan característica de bastión con ángulos adelantados para mejorar la defensa.

Los pinos nos dan algo de sombra y la brisa nos ayuda a minimizar la sensación de calor. En varias de las torres corroboramos, una vez más, que es imposible creernos los más listos del universo, que hace siglos ya sabían hacer muy bien las cosas. La pena es que desde aquí no se ve el mar, pero que le vamos a hacer, hay imposibles a los que nos debemos enfrentar.


Y de esta manera hemos acabado, prácticamente, nuestra visita a Segorbe. Creíamos que nos quedaba una largo paseo callejeando por el casco histórico hasta llegar al coche, y en unos minutos ya hemos llegado a la calle Colón. Volviendo al coche comentamos que es una pena que los museos estuvieran cerrados. Pero es una excusa perfecta para volver a Segorbe. Y lo haremos.