sábado, 9 de septiembre de 2023

CONOCEMOS LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES, EL NUEVO GRAN MUSEO EN MADRID

Cinco siglos dan para mucho, para muchísimo. Cinco siglos para el centro del poder de un reino y todo un imperio dan para muchísimo, para muchisísimo. Bajo esta premisa, y tras casi ocho años de retrasos (pandemia de por medio incluida) el pasado 28 de junio se inauguró oficialmente en Madrid el último gran museo, la Galería de las Colecciones Reales.

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Este museo tiene como misión reunir en un mismo espacio obras artísticas que fueron realizadas bajo el mandato del monarca de turno. Es cierto que esta función la cumple parcialmente el Museo del Prado, cuya colección se nutrió principalmente de las obras que los monarcas fueron reuniendo a lo largo de los siglos, pero la Galería reúne y muestra más objetos. 


LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES PASO A PASO


Quizás para entender mejor el porqué de este museo hay que remontarse a la Segunda República, curiosamente. Manuel Azaña, Presidente del Gobierno, propuso la creación de un museo para los tapices y carruajes procedentes de las monarquías y que habían pasado a ser custodiados por el Estado. La Guerra Civil dio al traste con el proyecto. Con la vuelta de la democracia tras la dictadura y, sobre todo, con la creación en 1982 de Patrimonio Nacional, como organismo encargado de la custodia, gestión y administración de los bienes adscritos a la Corona, la idea se retomó. Y en pispás, casi cuarenta años después ha visto la luz esa idea, convenientemente reestructurada.

La Galería de las Colecciones Reales muestra obras de arte y otros objetos con carácter artístico que fueron encargo de la Corona. Se ponen en contexto con el monarca correspondiente y con el contexto histórico y social en el que se produjo. La colección, perteneciente en su totalidad a Patrimonio Nacional, se estructura en dos grandes salas. Cada sala está dedicada a una de las dinastías que ha reinado en España (en resumen). La sala A dedicada a los Austrias, y la sala B, a los Borbones.

El edificio está situado junto al Palacio Real, a espaldas de la Catedral de la Almudena, en el mirador que se levanta sobre los Jardines del Moro. Desde la entrada es casi muy discreto, prácticamente invisible. Solo se verá el exterior desde la Cuesta de la Vega y la C/ Segovia. Es muy sobrio. Pero es que lo mejor está dentro.

El museo se estructura hacia abajo, a través de una rampa que conecta cada piso. Cada una de las grandes salas, de unos 103 metros de largo por 16 de ancho, ocupa una de las plantas del edificio.


LA SALA DE LOS AUSTRIAS

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

La casa dinástica de los Austrias fue una casa que empezó con el reinado de Carlos I y acabó, dos siglos después, con Carlos II. De uno a otro la Corona vivió uno de los momentos de máximo esplendor, pero también la amargura de la decadencia.

Carlos I ( y V de Alemania) fue hijo de Felipe I (el Hermoso) y de Juana I de Castilla, hija de Fernando e Isabel, reyes de Aragón y Castilla respectivamente y apodados los Reyes Católicos. Por vía paterna heredará el trono del Sacro Imperio Romano que junto a las posesiones maternas, que incluían el nuevo continente descubierto en Oriente (que más tarde se supo que era América) hizo que fuera una de las personas más poderosas de la Historia. 

Esta sala es una muestra clara del increíble poder que atesoró esta casa. Se exhiben Tapices que representan cuadros de los mejores pintores del momento, maquetas de edificios tan únicos como el Monasterio de El Escorial, libros que relatan todo lo que se van encontrando en el Nuevo Mundo. Son reyes que han entrado en la Edad Moderna. Gutenberg ha inventado su imprenta de tipos móviles y el Renacimiento es un estilo artístico que desde Italia se está difundiendo por Europa. 

Pero todavía hay etapas del pasado por superar. Las armaduras, por ejemplo, siguen siendo símbolo de estatus y poderío. Parece que a Carlos I le gustaba especialmente una armadura en concreto. La habéis visto en algún libro de historia, ya que se retrató con ella en varias ocasiones, y la tendréis frente a vosotros. 

El gusto de los Austria por el fomento de las artes y los objetos únicos va en paralelo a la decadencia de un imperio que tras un siglo se enfrenta a múltiples guerras y a la pujanza de otros estados enemigos.


UNA VENTANA AL MÁS PASADO 


Que el lugar donde se encuentra las galerías de las colecciones reales sea donde también se asienta la Catedral de la Almudena y el Palacio Real y antiguamente el Alcázar real no es casual. Aquí se encontraban una serie de construcciones de origen andalusí que conformaron el germen de lo que posteriormente sería Madrid, la islámica Mayrit.

Se sabía bien que en esta zona existían restos arqueológicos, Por ejemplo en el cercano aparcamiento bajo la plaza de Oriente también se puede ver parte de la antigua alcazaba. Parte del retraso en la finalización de la Galería de las Colecciones Reales procede del hallazgo de estas construcciones y del trabajo arqueológico que lleva aparejado. En la sala A hay un espacio anexo en el que se enseña un audiovisual que cuenta la historia de la evolución del antiguo Madrid. A su lado una enorme ventana muestra los restos recuperados. 


B DE BORBONES 


Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Tras la cruenta guerra de Sucesión que traerá consecuencias que cambiarán para siempre la historia de nuestro país, Felipe V se hace con el trono español inaugurando la dinastía de los Borbón, que llega a nuestros días con Felipe VI. Nieto de Luis XIV, pero también biznieto de Felipe III, Felipe V nació en Versailles y traerá un nuevo aire afrancesado que impregnará las artes del momento. 

Al inicio de la sala ya podemos apreciar que la sobriedad de los Austria ha sido reemplazada por las blancas pelucas y el colorido borbónico. Se puede apreciar en esta sala el cambio de época y de pensamiento. Si los Austrias quisieron fomentar las artes, los Borbones, al menos hasta Isabel II, persiguen dar un cambio en lo arquitectónico. Tras el fortuito incendio del Alcázar se levantó el actual Palacio Real; el Palacio de Aranjuez tiene unos jardines diseñados por jardineros europeos y las fuentes del palacio de la Granja recuerdan poderosamente a Versailles. 


En lo artístico esta sala no tiene tantas piezas de relumbrón como la de los Austrias, pero tiene cosas muy curiosas. Concretamente hay que avanzar hasta tiempos de Carlos IV. Aquí se pueden ver los tapices elaborados con arreglo a los cartones pintados por Francisco de Goya junto a los cartones. Otra pieza muy bonita es una casaca de seda maravillosa  También una de los primeros retratos fotográficos que se realizaron en España, concretamente a la reina Isabel II y sus hijos. Consideramos un poco decepcionante la falta de materiales que reflejen los reinados de Juan Carlos I y Felipe VI.


LA PLANTA BAJA

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Visita a la galería de las colecciones reales finaliza en el último nivel que tiene una salida directa a los jardines del Moro. En esta planta se encuentra el cubo. No es nada referido al servicio de mantenimiento del edificio, si no una habitación cúbica donde se proyectan imágenes envolventes de los palacios reales creando una experiencia inmersiva. 

En esta misma planta está la sala de exposiciones temporales. Para la primera muestra efímera de este museo han escogido una serie de carruajes y coches bajo el título ‘En movimiento’. Quizás por haber visto algunos carruajes y sillas de paseo no sorprende mucho, a excepción de los dos automóviles Mercedes que se exponen, adquiridos a la Alemania nazi por el dictador Franco y, al menos uno, regalo del mismo Adolf Hitler. Vaya. 


NUESTRA OPINIÓN DE LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES 


La Galería de las Colecciones Reales nos causó una impresión muy positiva. El edificio y su recorrido está muy bien resuelto. La rampa es cómoda para bajar, para subir no tanto, pero mucho mejor que escaleras. 

La visita a las salas es cómoda. Todavía no hay un agobio de público muy grande. En algunas webs cifran el tiempo de visita en unas dos horas y media. Si queréis ver todos los audiovisuales que proyectan y ver mínimamente bien todas las piezas, la visita se va a alargar una hora más como mínimo. Hay un pero generalizado, el texto de las cartelas es excesivamente pequeño y muchas personas deben acercarse para leerlas bien (alguno de nosotros, por ejemplo, pero no desvelaremos quien). 

Otra pega es que las consignas se sitúan junto a la entrada, en la parte superior del edificio. No podréis salir por la parte inferior, la salida que da directamente a los Jardines del Moro. Si queréis visitarlo es un poco rollo volver a subir y rodear toda la catedral de la Almudena teniendo esta entrada tan a mano.

Pero aún con estas pegas, muy menores, la sensación fue muy positiva. Es un museo que merece mucho la pena y va a dar mucho juego en los próximos años.


UNAS PINCELADAS DE INFORMACIÓN ÚTIL

Conocemos la Galería de las Colecciones Reales, el nuevo gran museo en Madrid

Si os hemos convencido para visitar la Galería de las Colecciones Reales, o ya veníais convencidos, debéis saber que la Tarifa general es de 14€, mientras que la reducida es de 7€. Se pueden acoger mayores de 65 años, menores entre 16 y 5 años y estudiantes hasta 25 años. Las familias numerosas nos beneficiamos de la entrada gratuita, entre otros colectivos como personas desempleadas, personas con discapacidad superior al 33% o docentes. Además de lunes a jueves el museo es gratuito de 18:00 a 20:00, pero nos avisaron que se llena. La entrada incluye la visita al Palacio Real, que como hemos dicho, está junto al museo. Spoiler: no nos dio tiempo, y hace unos años lo visitamos y ni fu ni fa.

Lo más cómodo y conveniente es acceder paseando tras acercarse en transporte público. Las estaciones más cercanas de metro son Ópera (líneas 2 y 5), Plaza de España (líneas 2, 3 y 10) y Príncipe Pío (líneas 6 y 10). Además Príncipe Pío tiene servicio de Cercanías. Si optáis por el bus, Callao y Príncipe Pío son las mejores referencias de paradas. Si vais en vuestro coche hay un parking subterráneo bajo la plaza de Oriente (cuidado con las restricciones de la Zona de Bajas Emisiones).


Aunque la apertura se retrasara varios años, la espera ha merecido la pena. Aunque no lo parezca es un patrimonio que nos pertenece a todos y está muy bien que podamos disfrutarlo. Solo han hecho falta cinco siglos. 

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