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miércoles, 8 de julio de 2020

RECORREMOS LA RUTA CIRCULAR DEL EMBALSE DE GUADALEST

En este nuevo tiempo en el que estamos intentado recuperar ese tiempo en el que hemos estado confinados, una de las cosas que más nos apetecían era volver a la montaña a realizar esas rutas que periódicamente hacíamos. Por suerte vivimos en una localidad, Benidorm, que cerca dispone de bastantes lugares para practicar senderismo. Ya os hemos contado alguna salida, como la que hicimos por Serra Gelada, o en la que coronamos el Puig Campana.


Esta vez realizamos la ruta que rodea el pantano de Guadalest. Hace tiempo os hablamos del pueblo, que está en la asociación de los Pueblos más Bonitos de España, y ahora tocaba disfrutarlo de otra manera. Es una ruta muy facilita, de unos 10 kms de longitud. Tan fácil que pueden participar los niños sin ningún problema, siempre y cuando sean capaces de aguantar una caminata de ese recorrido (si no pues recortad y en paz). También muy importante, la ruta es circular (acaba donde empieza) con lo que la logística se reduce mucho al no necesitar dos coches, al menos no los necesitamos en nuestro caso.


Podemos dividir esta ruta en dos partes, una parte de unos 7 kms donde el camino está totalmente asfaltado, y otra de unos 3 kms donde la pista es de tierra. La división entre estas dos partes se produce llegando al casco urbano de Beniardà. Pero vayamos por partes.

La ruta la iniciaremos junto a la presa. Hay un parking para una veintena larga de coches, más los que caben a ambos lados de la carretera de acceso. Os recomendamos ir pronto, sobre todo en días de temporada alta o fines de semana. La mayoría de las personas que hacen esta ruta empiezan por la presa y siguen el camino en sentido antihorario. También se puede iniciar desde el pueblo de Castell de Guadalest, alargando la ruta casi 4 kms (2 kms de ida y otros 2 de vuelta).


Como hemos comentado anteriormente esta parte del camino está asfaltado. De vez en cuando pasa algún coche, moto o bicicleta, así que hay que tener un poco de precaución. Hay un par de pendientes pero en ningún caso son excesivas y se salvan sin ninguna dificultad. El camino atraviesa bosques de pinos y algún que otro campo de olivos (y algunas casas que nos sorprenderán). Siempre circulamos en paralelo al pantano, por lo que la vista es muy chula. Los alrededores son igualmente bonitos, ya que el valle de Guadalest está flanqueado al norte (de oeste a este) por las sierras de la Serrella, Aixortà y Bernia, y al sur por la sierra de Aitana. En esta dirección veremos a lo lejos, además de Beniardà, los pueblos de Confrides, Banifato o Benimantell.


Al cabo de unos 7 kilómetros llegaremos a Beniardà. Este es el pueblo que está a la cola del embalse. El río Beniardà, un pequeño cauce, es el principal aporte al pantano, además de otra rambla que nos encontraremos unos metros atrás. Precisamente en este punto, en un puente, hay que girar a la izquierda. Encontraremos una fuente a nuestra derecha y la piscina municipal a nuestra izquierda.


Teniendo en cuenta que casi llegamos al casco urbano de Beniardà, una de las opciones que tenemos es empezar la ruta desde este pueblo y hacerla en cualquiera de los dos sentidos posibles. Al finalizar podemos tomar algo en alguno de los bares del pueblo. Además de esta variante se puede hacer esta ruta desde la presa pero en sentido de las agujas del reloj.

No llegaremos a entrar al pueblo y antes de llegar hay un desvío hacia la izquierda. Si llegáis al poste con el cartel que anuncia de la entrada del pueblo, os habéis pasado. A partir de aquí empiezan los tres kilómetros de recorrido por pista de tierra. Nosotros encontramos un grupo de coches aparcados de un grupo de jóvenes acampados junto al embalse y de unos cuantos pescadores que pasaban allí la mañana.


Quizás este punto sea el único complicado de todo el trazado. La pista no está muy clara ya que hay bastante vegetación y tapan el camino. Hay que hacer un poquito de explorador, pero en ningún caso vamos a encontrar un nuevo continente ni nada por el estilo. Se cruza el río Beniardà, que para ser ya el mes de junio bien entrado llevaba bastante agua (después nos enteramos que unos días antes había caído una buena tormenta de primavera), y seguimos sin ningún problema. Para cruzar el río lo haremos saltando, no encontraréis ningún puente.


Y seguimos nuestro recorrido, que hasta el final es completamente llano. Estaremos más cerca del agua y podremos ver mejor las carpas que viven aquí, y que son el reclamo de los pescadores. Al final, junto a la presa, pudimos ver un banco bastante más numeroso. Apenas a unos doscientos metros del final del recorrido encontraremos los restos de un embarcadero que hace unos años utilizaba un barco turístico solar que hacía un pequeño crucero por el embalse. 


Cuando lleguemos a la valla que se encuentra junto al aparcamiento habremos finalizado el recorrido. Como os decimos, una ruta fácil que se puede disfrutar en familia. Los diez kilómetros de la ruta en ningún caso se nos hicieron pesados. Tampoco la hicimos a un ritmo demasiado alto, fue un paseo. Almorzamos nuestro bocadillo y nos dispusimos a volver a casa, pensando por el camino cual sería nuestra próxima ruta.


PD: Junto a la presa encontramos bastantes cañas arrastradas y, lo que más nos dolió, un montón de botellas de plástico, algunas de lejía (con su característico color amarillo). No hace falta que os comentemos la indignación que nos produce que el ser humano sea tan guarro y que se contamine de esta manera el medio ambiente. Así nos cargamos el planeta, el único que tenemos.

viernes, 29 de mayo de 2020

UN DÍA NON STOP EN BENIDORM

Benidorm tiene el "honor" de cargar en sus hombros numerosos prejuicios. El más recurrente es que es un destino para jubilados. En parte es verdad, en temporada baja son muchos los hoteles que permanecen abiertos gracias al denominado "turismo senior", contribuyendo a que se mantengan miles de puestos de trabajo durante casi todo el año. Podéis imaginaros la catástrofe laboral que ha supuesto para muchas familias esta pandemia. Por eso os ofrecemos un plan de un día para venir a nuestra ciudad, la mejor para ir de vacaciones con la familia.


A lo largo de muchos años me he encontrado numerosos detractores de lo que se ha llamado "modelo Benidorm" pero la mayoría lo hacían desde el desconocimiento. Entiendo que haya gente a la que no le guste venir de vacaciones a Benidorm, puesto que en temporada alta hay una gran afluencia de gente (ojo, algo común a casi toda la costa española). Hay a quien no le gusta la construcción en altura (los rascacielos). No queremos extenderme mucho en esto, no es el tema de este blog ni de este artículo, y nosotros que vivimos aquí tenemos otra visión en muchos aspectos.

En honor a la verdad Benidorm es mucho más que abuelitos paseando y guiris achicharrándose al sol con las barrigas llenas de cerveza. Algo debe de tener cuando hace unos días el Gobierno anunció que en verano podríamos viajar, el destino más solicitado en Destinia fue Benidorm. Por eso hemos planificado un día a tope donde no va a haber (casi) tiempo para descansar, para que en cuanto podáis venir disfrutéis mucho de nuestra ciudad.


- Toque de diana, nos ponemos en pie. Duchados y vestidos, vamos a desayunar. Pero no un café con leche y un bollo, no. Vamos a coger fuerzas de verdad. Para eso lo mejor es un buen desayuno inglés. Ya sabéis, salchichas, bacon, huevos, judías con tomate, tostadas, tomates y una taza de té (o café si lo preferís). Hay varios lugares para degustarlo, pero nos decantamos por la "zona guiri", es decir, la zona en la playa de Levante más frecuentada por británicos. En la calle Gerona y la calle Londres tenéis varios locales (The Yorkshire Pride, John and Joseph's, The Drop Inn) muy recomendables.


- Como suponemos que no estáis acostumbrados a semejante atracón tan temprano, lo mejor será que lo bajemos. Para eso vamos a dar un paseo por el Parque Natural de Serra Gelada. Esta sierra se encuentra junto al mar, y es una de las culpables del microclima que disfruta Benidorm. Compartido por los municipios de Benidorm, Alfàs del Pi y Altea, aquí podemos observar fauna y flora típicamente mediterránea (ya os hablamos un poco en el post dedicado al Faro del Albir) . Nos dirigiremos junto a la Cala del Ti Ximo, una pequeña cala con una fantástica y tranquila playa de rocas. Desde este punto no se puede acceder con ningún vehículo a motor, a excepción de bicicletas, así que poneos calzado deportivo, y llevad agua. El paseo acaba en la Punta del Cavall (Punta del Caballo) donde hay una torre vigía que hace poco ha sido sometida a un proceso de consolidación. Disfrutad de las vistas de los acantilados, son espectaculares.  La visita la podemos completar subiendo (hay acceso en coche) a La Cruz, una de las cimas de Sierra Helada denominada así por la gran cruz que se instaló en 1961 (sustituida unos años más tarde) para expiar los pecados de la impía ciudad. Desde aquí se puede divisar una vista de toda la bahía.


- Nos hemos ganado el derecho a tomar algo, que no solo de vistas vive el ser humano. Si queréis tomar una cerveza, tenéis numerosas opciones. En el mismo Rincón de Loix os recomendamos El Capricho (Av. Ametlla del Mar), o más en el centro de la ciudad La Cofradía (C/ Gardenias) o Angelillo (Av. Jaime I). Benidorm cuenta con excelentes bares, muchos de ellos ya se han sumado al caña-tapa, con más o menos éxito.

- Ya es la hora de comer. Para ello nada mejor que un buen arroz. Nuestra opción favorita es el Restaurante Ulía, en la Avenida Vicente Llorca Alós, en La Cala. Además de comer un arroz excelente tiene unas vistas magníficas de la playa de Poniente desde primera línea. Podéis optar tanto por un arroz marinero (a banda, o del senyoret) como por una paella de carne.


- Un rato de relax en la playa. Ahora sí. Benidorm tiene cerca de 8 kilómetros de arenales para disfrutar. Si os gusta el gentío la playa de Levante es vuestro lugar. Si queréis un poco de calma acercaos a la playa de Poniente, en la zona de la Cala. Con los niños os recomendamos también la cala de Mal Pas, junto al puerto.


- Tras haber estado en la playa, nos hemos duchado y nos hemos puestos guapos, que viene la noche y hay que lucirse un poco. Daremos un paseo por la avenida del Mediterráneo. Esta es la arteria principal de Benidorm que une el centro con el Rincón de Loix. En sus casi 2 km. encontramos infinidad de bares y tiendas, incluso un casino. Si vais con niños os recomendamos parar un rato en la bolera o Festilandia, un pequeño parque de atracciones.


- ¿Os apetece ver la puesta de sol desde la Plaza del Castillo? Ésta se encuentra sobre el cabo Canfali que divide en dos la bahía de Benidorm. Por unas escaleras se accede al celebérrimo Mirador del Mediterráneo. Desde aquí podemos callejear por el casco histórico donde se encuentra, por ejemplo, la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, donde en una de las capillas se encuentra la Virgen del Sufragio, patrona de la ciudad.


- Hora de cenar. Os proponemos una "sena de picogteo" a base de pintxos y tapas en la calle Santo Domingo, o como se le conoce popularmente, la "de los vascos". En esta calle, y las contiguas, encontramos un buen numero de establecimientos que nos trasladarán al mismo País Vasco. En el mes de junio se suele celebrar el Concurso de Tapas y Pinchos, donde una veintena de establecimientos de toda la ciudad demuestra su talento e imaginación en estos pequeños bocados.


- Si vamos con niños probablemente será hora de volver a nuestro alojamiento para descansar (el día ha dado para mucho), pero también queda opción para que los padres vayan un poco de marcha. Si queréis un plan tranquilo en la calle Alameda (muy cerca de la calle Santo Domingo) hay varios locales especializados en preparar gin tonics premium. Si queremos algo más movido os recomendamos los disco-pubs que hay en la playa de Levante, y si queremos darlo todo recurriremos a las discotecas "guiris" donde podremos bailar hasta que salga el sol.

¿Un día completo? Pues ni siquiera hemos pisado los dos parques acuáticos (Aqualandia y Aqua Natura), los dos parques de animales (Terra Natura y Mundomar) y el parque temático Terra Mítica. Y si tenéis ganas de más los municipios de alrededor como Altea, La Vila Joiosa, Polop, Castell de Guadalest, os ofrecen una completa oferta complementaria.


El sociólogo Mario Gaviria comparaba a Benidorm con la Coca Cola. Dice que sería como una botella de dos litros del refresco. A todos les gusta, se puede combinar y es barata. A mi me gusta tomar esa comparación y decir que, además, tiene numerosos formatos adaptados a los gustos y necesidades de cada consumidor: botella, lata, un vaso.... Sea como sea, os esperamos.

martes, 18 de febrero de 2020

DE RUTA SENDERISTA POR SIERRA HELADA

Si os gusta la práctica del senderismo la provincia de Alicante tiene un montón de posibilidades, no en vano es, por extraño que parezca, una de las más montañosas de España. Uno de los lugares que os recomendamos, sobre todo si vais en familia, es el Parque Natural de Sierra Helada (Serra Gelada), cuya parte terrestre se encuentra a caballo entre los municipios de Benidorm y Alfaz del Pi. Estas rutas senderistas son espectaculares porque transcurren muy cerca del mar y tienen unas vistas sobrecogedoras de los acantilados que, cortados a cuchillos, caen hasta el agua. 



En esta ocasión hemos realizado la que se conoce como ruta amarilla, la que recorre Sierra Helada de parte a parte, desde El Albir hasta Benidorm. Anteriormente ya habíamos hecho la ruta roja, también conocida como la ruta del Faro del Albir, en el término municipal de L’Alfàs del Pi; y la ruta naranja, también conocida como la de la Torre de les Caletes o Punta del Cavall, ya en término de Benidorm. 


Esta ruta amarilla, al contrario que la otras dos, no está muy recomendada para niños pequeños, especialmente el tramo inicial, quizá sí a partir de los 12 años, aproximadamente. Los mayores no tendrán excesivos problemas para completarla, no sé requiere una gran forma física para realizarla, a excepción de varios desniveles que os indicaremos. 



Aunque se puede realizar indistintamente partiendo del Albir (Alfaz del Pi) o desde Benidorm, decidimos hacer la ruta “oficial”, es decir, desde El Albir hasta la Cruz de Benidorm. Para ello dejamos un coche en el parking del Faro del Albir y empezamos la ruta.


Justo cuando se pasa por el merendero del Faro aparece una señal que nos indica “Alto del Gobernador”, que es el punto más alto de Serra Gelada, y el inicio del sendero que tomamos. En apenas dos kilómetros de caminata ascenderemos de los 50 msnm, a los que se encuentra el inicio del camino, a los 430 msnm de la cima.



Esta es la parte más explosiva del recorrido. Además se realiza justo al iniciar la ruta lo que puede convertirse en un suplicio ya que las piernas todavía no están calientes, y si empezáis temprano como hicimos nosotros puede que no os hayáis despertado del todo todavía. Mi recomendación sería llegar hasta el túnel de la ruta del Faro, que alarga la ruta unos 2 kilómetros (ida y vuelta) pero te prepara para el ascenso.


La senda asciende por la umbría de Sierra Helada. Durante la primera parte de la ascensión pasaremos bordeando una antigua cantera, por lo que os recomendamos que no os salgáis de la senda marcada, y mucho menos saltar el vallado de madera que hay al borde. El ascenso tiene partes con bastante pendiente, y como todavía estamos fríos nos puede costar un poco más de lo habitual. Es curioso, pero parece que haya escalones en la roca, desconozco si es intencionado.



En este primer tramo hasta el Alto del Gobernador nos encontramos con varias perdices en la senda, alguna bastante "hermosa", por cierto. Durante el ascenso y hasta que no nos adentramos en el término municipal de Benidorm, pudimos oír constantemente su canto. Llegamos a pensar que eran señuelos de cazadores, ya que hay un coto de caza en este Parque Natural, pero no oímos ningún disparo.



Conforme se va ascendiendo el bosque mediterráneo se va haciendo más espeso, dificultando en ocasiones ver la continuidad de la senda entre pinos y arbustos. Como aquella mañana amaneció con niebla, no vimos la cima hasta que estuvimos bastante cerca. Esta carga de humedad nos dejó alguna estampa bastante chula con las gotas de agua condensadas en las agujas de los pinos, además de alguna roca un poco resbaladiza.



Y coronamos. La cima es apreciable desde lejos (sin niebla, claro) porque en su día se instalaron antenas repetidoras de radio y tv (y de telefonía móvil, imagino) y un radar. Junto al vallado se encuentra el vértice geodésico. La vista desde este punto nos ofrece, por una parte, una panorámica de varios municipios de la comarca de la Marina Baixa, como Benidorm, L'Alfàs, Altea o La Nucia; y por otra los magníficos acantilados.




Seguimos el camino, que durante unos cuantos metros se encuentra pavimentado. Una señal nos indica que debemos de salirnos de esta carreterita y seguir nuestro camino hacia Benidorm por las sendas marcadas. Tanto mejor, para que vamos a engañarnos. A partir de aquí nos quedan unos 6 kilómetros hasta llegar a la Cruz de Benidorm que son bastante asequibles, con una altura media de unos 300 metros, excepto un par de subidas que nos pondrán a prueba. 



Como a un kilómetro, en un claro, paramos para reponer fuerzas. Ante nosotros el Mediterráneo. Entre el mar y nosotros unos espectaculares acantilados, la fascinante duna fósil que se encuentra a los pies de los acantilados, y a lo lejos l'Illa Mitjana (la Isla Mediana) un islote que junto a la Isla de Benidorm y la Isla de L'Olla forman parte del territorio marítimo de Sierra Helada, y que estaba siendo rodeada por unas cuantas embarcaciones recreativas con pescadores aficionados a bordo. 


La ruta no estaba muy frecuentada, pero es habitual encontrarte con personas en ambos sentidos de la marcha, algunos acompañados de sus perros, que en ningún caso llegan a molestar. Hasta que llegas a la Cruz, donde siempre hay muchísimas personas, y donde empieza a abundar la basura a unos 100 metros para llegar.



Desde la Cruz hay una carretera abierta al tráfico que suavemente desciende hasta el Rincón de Loix de Benidorm, donde acaba nuestra ruta. Aquí hemos aparcado nuestro segundo coche, dispuesto para recoger el otro vehículo. En total han sido 10 kilómetros en algo menos de 4 horas, por lo que a la hora de comer estaremos en casa. 



No dudéis en hacer esta ruta si estáis por la zona. El paisaje es espectacular, sobre todo en lo que se refiere a los acantilados. Probablemente un tramo desde la Cruz hacia el Albir sea más asequible si vais con niños, pero ya os hemos comentado que hay otras dos rutas totalmente recomendadas para ellos. Solo queda calzaros las botas y, ¡a andar!

martes, 8 de octubre de 2019

EN LA CIMA DEL PUIG CAMPANA

Hace un montón de años, más de veinte, se me metió en el cuerpo el gusanillo del senderismo. Cada cierto tiempo con un grupo de amigos nos íbamos a andar por la montaña. Por circunstancias de la vida durante estos años no lo he podido practicar tanto como me hubiese gustado, pero si seguís el blog veréis que poco a poco recupero algo junto a mis hijos, a ver si les contagio. En todo este tiempo siempre tuve un reto en mente, llegar a la cima del Puig Campana



El Puig Campana es una montaña mágica. Situada en el término municipal de Finestrat, sus 1.406 metros de altura son visibles desde Altea a, prácticamente, Alicante. Además su silueta ha dado pie a varias leyendas, que sitúan en su “tajo” el origen de la isla de Benidorm. (Spoiler: la isla de Benidorm es una prolongación subterránea de la Serra Gelada [Sierra Helada]) 



Así que cuando un amigo me propuso subir a la cima de este gigante no me lo pensé ni medio minuto. A las 8 de la mañana de un domingo estábamos en el parking que hay a los pies de esta montaña, en el paraje conocido como Font del Molí, en Finestrat, donde hay un área recreativa. Llegar es fácil, las indicaciones están claras desde la costa, ya sea Benidorm, la Cala de Finestrat o La Vila Joiosa




La ruta para ascender es la denominada “circular del Puig Campana” que tiene un desvío por la cara norte hacia la cima. Esta es la manera “fácil” de llegar. Y entrecomillo fácil porque no lo es en absoluto. Valiente de mí hubiera dicho que mi forma física era de 6-7 sobre 10. Si es de 3/10 me puedo dar con un canto entre los dientes. Pero hay quien asciende por el denominado “kilómetro vertical” un camino pedregoso (no en vano se le llama “la pedrera”), peligroso y con una pendiente sólo apta para deportistas muy, pero que muy preparados. 



Aunque la señalización es bastante buena puesto que se sigue el PR-CV 289, que se suele hacer en sentido de las agujas del reloj, no está de más que os descarguéis un track GPS. Yo os recomiendo el de Fran Mercader, del blog “Más allá de la ciudad”, ya que es bastante buena, y se acerca bastante a lo que hicimos, incluido el tiempo total, unas 6 horas.




El primer tramo sin ser muy duro sí que tiene un principio explosivo sin parar de ascender hasta que se llega al Volador. Primera parada para beber un poco de agua y admirar las vistas. Todavía está amaneciendo y la Sierra de Aitana, que la tenemos justo enfrente se tiñe de un tono rojizo. Aunque el día es claro hay nubes bajas y algún banco de niebla matinal. Hasta aquí el camino nos ha deparado una ruta preciosa entre una vegetación que ha estallado por las últimas lluvias y este otoño que está arrastrando el verano.


En este punto nos adentraremos en la umbría, la cara norte, por lo que la vegetación cambia llenándose de pinos en un magnífico bosque mediterráneo. El terreno no tiene una pendiente tan pronunciada y podemos admirar el paisaje. Tanto mi compañero como yo no paramos de exclamar ”¡qué pasada!”, “¡qué maravilla!”, ya que esta es la “cara oculta” del Puig Campana respecto a Benidorm. Pronto llegamos al refugio José Manuel Vera, una caseta hecha con chapas que en el interior tiene una mesa de picnic con sus bancos y unos camastros en litera, vamos, lo básico si te pilla la noche o una tormenta de repente. Se nota que está viejuno, pero nos lo temíamos muchísimo peor. Aquí aprovecharemos para hacer una parada técnica, almorzar y beber. Estamos a punto de encarar la subida.



Apenas en unos minutos llegamos al Coll del Pouet. En este cruce una señal indica los caminos que podemos coger. Nuestro objetivo es la cima del Puig Campana. Empieza la fiesta. El sol ya calienta. Por primera vez nos ponemos las gafas de sol y la gorra. El camino pronto picará hacia arriba y se volverá pedregoso. Sin lugar a dudas esto es lo peor hasta que coronemos. La ascensión es dura, muy dura, y más de una vez te pasa por la cabeza dar media vuelta. Puede que mi error fuera no alimentarme bien, ya que tras comerme una de las barritas de cereales que llevo “por si acaso” y beber bastante agua, mi cuerpo responde con nuevas fuerzas.




En algún momento echamos de menos una señalización más clara, pero nos encontramos a bastante gente y enganchamos con un par de grupos que también suben. Nos ayuda un montón un matrimonio de unos sesenta años. Él sube ligero con su mastín (creo, no sé mucho de razas de perro) mientras nos cuenta que la semana pasada estuvo subiendo el Aneto. Ella lleva peor ritmo, así como yo. La verdad es que durante todo el día notamos un buen rollo estupendo entre todo el mundo que, como nosotros, quería disfrutar de la montaña.




Animándonos mutuamente alcanzamos el Bancal del Moro, algo así el cuello/pecho del gigante dormido del Puig Campana. Hemos ascendido unos 400 metros en apenas 1,5 kilómetros infernales. No queda mucho, la cima ya se ve a nuestra izquierda. Desde aquí vemos un mar de nubes que apenas se abre para que distingamos alguna parte de La Vila Joiosa o la costa de Benidorm. ¡Vaya vistas!



Seguimos ascendiendo y no tardamos mucho en llegar a la cima. Mi compañero y yo nos abrazamos. No es el Everest, pero no tenemos nada que envidiar a Edmund Hillary. Os podéis imaginar las vistas a 1400 metros sobre el nivel del mar, literalmente, porque al sur, y buena parte del este y oeste vemos el Mediterráneo. A nuestras espaldas Aitana, el Ponoig, Bernia, y al fondo el Peñón de Ifach y el Montgó. 




Respiramos, bebemos agua, admiramos el paisaje, nos hacemos selfis, bromeamos con la familia y amigos por el Whatsapp y nos comemos un buen bocata. He aprendido la lección subiendo y sin muchas ganas me como también un plátano, que necesito toda la energía del mundo para recuperarme. Veinte minutos después de coronar nos apeamos de la cima. Queda la bajada… y vaya bajada. A mi compañero le surge un problema en sus botas y un grupo que ha venido de Benifaió nos dan una buena idea y podemos medio remediarlo.



La bajada hasta el Coll del Pouet es dura y las rodillas se van resintiendo. Hay mucha piedra suelta y las prisas nos obsequian con algún que otro resbalón sin ninguna consecuencia más allá del susto instantáneo. Precaución en el primer tramo, es decir, de la cima hasta el Bancal del Moro, porque la señalización no es muy buena. Con el track recuperamos enseguida la senda, pero podéis tener un susto. 




Una vez alcanzamos el cruce que enlaza con la ruta circular tomamos el camino que completará el circuito alrededor de la montaña, aunque el recorrido es más largo que volver sobre nuestros pasos. Enseguida llegamos a la Font de la Solsida, que está seca a pesar de haber llovido torrencialmente hace apenas dos semanas. Nos impresiona la hiedra que se agarra a la roca y que forma una especie de corazón.



Durante unos dos kilómetros, hasta la Cova del Cremat, el camino es muy fácil, bastante llano. Disfrutamos de la vista de Altea, L’Alfàs del Pi, el Albir, Serra Gelada, La Nucia y Benidorm. A partir de la citada Cova del Cremat la bajada es más pronunciada y las rodillas ya se resienten un poco por todo el cansancio acumulado. Seguimos la marcha hasta que alcanzamos la “civilización”, divisamos coches y casas. Llegamos al punto de partida, que a se convierte en meta.




Padres y madres del mundo, esta ruta de ninguna manera se la recomendamos a un niño. No sólo por la exigencia física, si no por el peligro que entrañan algunos tramos. Si queréis hacer únicamente la circular tanto mi amigo, también padre, como yo estuvimos de acuerdo en que como mínimo deberían de tener 12 años. Si lo que se quiere es llegar a la cima también coincidimos en que como mínimo deberían tener 16 años, si no mayor de edad directamente. 



Como los dos novatos que éramos en esta montaña, pagamos alguna novatada. Algo ya he contado: en primer lugar no comer adecuadamente. Por suerte llevaba en la mochila hidratos de carbono de absorción rápida, imprescindibles ante una bajada de glucosa o en caso de necesitar, como me ocurrió, un chute de energía de manera inmediata. A esa categoría pertenecen, por ejemplo, los frutos secos, alimentos con un alto contenido en azúcares o glucosa como chucherías, chocolate, etc., o la miel. En mi caso no me llevé ropa de cambio y una camiseta de repuesto me hubiera venido de perlas, ya que la que llevaba estaba empapada de sudor y estaba incómodo. La próxima vez no faltará un rollo de cinta americana, que nos pueden solventar algún imprevisto con el calzado o la ropa. Sin embargo sí que lo hicimos perfecto, o casi, con la hidratación, ya que llevábamos entre 2,5 y 3 litros de líquido, fundamentalmente agua, pero también refrescos y zumos envasados. Tampoco viene mal un bastón de trekking para ayudar en las zonas más complicadas.



Durante el ascenso una pregunta restallaba en mi cabeza: "¿Merece la pena?" La respuesta es sí. Pude cumplir un reto pendiente durante décadas, fui capaz de hacer un esfuerzo enorme y no me rendí. Vi paisajes increíbles que están a unos kilómetros de mi casa y desconocía por completo. ¿Volveremos? Sin lugar a dudas, pero esperad a que me olvide de estas agujetas. 

domingo, 18 de agosto de 2019

DIVERSIÓN EN EL AGUA: AQUA NATURA BENIDORM

En verano con los rigores del calor no nos apetece otra cosa más que estar a remojo hasta donde la fisiología nos permita, es decir, dejando por encima de la superficie apenas la cabeza para poder respirar. Si a esta opción le sumamos la necesidad de diversión en verano, tenemos claro que la mejor opción es ir a un parque acuático. Para las familias, en Benidorm, encontramos Aqua Natura.



Aqua Natura es el parque acuático que se encuentra anexo al zoológico parque Terra Natura Benidorm, en el área de influencia del parque temático Terra Mítica. Tiene una superficie de 40.000 m2 y fue inaugurado en el año 2005. Su tamaño y configuración hace que sea especialmente adecuado para las familias, ya que te permite tener controlados a los niños con bastante facilidad. En este aspecto es bastante más manejable que Aqualandia, el otro parque acuático que hay en Benidorm (sí, en Benidorm hay dos parques acuáticos), el decano de los parques acuáticos en España y uno de los más grandes de Europa con 150.000 metros cuadrados.



Una inmensa piscina preside el centro del parque. Sobre ella se alza un faro pintado en blanco y azul y símbolo del parque. Alrededor de esta piscina durante todo el día, para que no nos aburramos, hay una intensa animación: Aqua Gym, Mini disco, la patrulla Natura y, al final del día, aunque junto a los vestuarios, fiesta de la espuma. A un lado de esta piscina se ubica la Escuela de Sirenas y tritones, un espacio para los niños y niñas, que se paga aparte, donde les pintan la cara y se ponen una larga cola de sirena (o tritón). 



El parque cuenta con tres zonas infantiles en las que podréis encontrar toboganes y atracciones para niños de diferentes edades. En To Neró Kaló destaca un gran cubo de agua que vuelca cuando está lleno, convirtiéndolo en una de las grandes atracciones del parque por su espectacularidad. El puente, los toboganes y otras sorpresas les encantan a los niños. En Adventure Island, los niños hasta 12 años podrán recorrer sus toboganes sin descanso. Los más pequeñines tienen la piscina de las tortuguitas, donde pueden jugar sin peligro junto a una tortugas que lanzan agua. Además en El Ojo de las Cícladas, dos toboganes casi paralelos, los niños pueden disfrutar solos o con los padres.



Pero no creáis que toda la diversión es para los niños, también hay toboganes para adultos. Destaca La Cresta, un tobogán que combina una fuerte caída con una cuesta, como si fuera un pipe de skateboard. Para esta atracción se necesita una altura mínima de 1'20 m de altura, una norma general en el resto de toboganes, y pesar más de 50 kg de peso. El Kamikaze, el Black Hole o los zigzags son otros ejemplos de toboganes en el que los mayores pueden disfrutar, así como el Aqua Snake un tobogán que no es muy intenso y donde podéis subir también con los niños.



Respecto a la comida, hay varios restaurantes y kioscos donde podréis adquirir menús del día consistentes en hamburguesas, pizzas y platos variados, además de helados. La verdad es que hay zonas de picnic, aunque en los últimos años se han reducido, pero puedes llevarte tu comida y bebida, siempre y cuando cumpláis una serie de normas como que la nevera debe de medir 30 cm x 20 cm x 20 cm, y no entrar con cristales o latas, ya que está prohibido.


Por último hablar de los leones marinos. Hace unos años realizaban un show con ellos, pero actualmente se ha convertido en unas demostraciones educativas en las que hablan de las características y hábitos de estos animales y realizan una pequeña exhibición. Bajo el faro hay una entrada a una galería submarina donde podremos ver a estos animales nadando a sus anchas.



Al ser un parque acuático solo abre en temporada estival, que suele ser entre finales de mayo y mitad de septiembre. La entrada de adultos cuesta 32 € y 26 € la de niño. Hay una entrada reducida de tarde, para las tres últimas horas. Las familias numerosas tenemos descuento, quedándose en 19,50 € la entrada de adultos y 16 € la de niños. También existe la posibilidad de comprar una entrada conjunta para visitar también Terra Natura, en un día o dos consecutivos, o un bono que incluye menú y bebidas y completar el día, desde 43 € las de adulto. Para llegar podéis coger un autobús desde el centro de Benidorm que os dejará en la puerta o, si vais con vuestro vehículo, seguid las indicaciones hacia la zona del parque temático. Si tenéis autocaravana, el parque cuenta con una zona camper donde podréis pernoctar. 



Nosotros tenemos el pase de temporada y la verdad es que en verano lo amortizamos de sobra. Para los niños es un espacio fantástico, donde nuestros hijos se lo pasan de miedo. Eso sí, cuidado con el sol, usad una buena protección, no seríais los primeros que salís rojos como un tomate y después pasáis una noche toledana.

martes, 18 de junio de 2019

JUGANDO EN FAMILIA A SER ESPÍAS EN UNA ESCAPE ROOM

ACTUALIZACIÓN: ESTE ESTABLECIMIENTO HA CERRADO

Hace tiempo que queríamos probar una escape room. Así que aprovechando la excusa de un cumpleaños nos regalamos una sesión en una escape room, concretamente en Lockdown, en Benidorm. Quisimos empezar por esta en concreto ya que está en nuestro municipio, pero hay un montón por todo el territorio.


Aunque suponemos que sabéis que es una escape room, por si acaso, vamos a explicarlo brevemente. Es un lugar donde, a través de una serie de acertijos, juegos de ingenio y otras pruebas que exprimirán nuestra perspicacia y la coordinación entre todos los participantes, deberemos de resolver una clave o contraseña para escapar de una situación. Cada escape room es distinta y tienen una historia que, a través de un hilo conductor, nos hace avanzar. Sería cercano a los juegos de rol en vivo, incluyendo acertijos.

Lockdown Benidorm tiene tres salas, una que trata sobre escapar de un ataque de zombies, otra sobre escapar de un orfanato, y, por último, otra sobre espías en la Guerra Fría. Nos decidimos por Guerra Fría, principalmente por nuestro hijo mayor, ya que es bastante miedoso, y lo preferimos a zombies y niños de orfanato.


Como ya hemos comentado, la historia trata sobre un espía en la Guerra Fría, Nick Drake. Este agente ha sido capturado por los soviéticos, y debemos tratar de desactivar una bomba y localizar unos planos para poder salir de su despacho, en el que nos hemos quedado encerrados. Y como decía Mayra Gómez Kemp en el Un, dos, tres...hasta aquí podemos leer.

Nuestras sensaciones tras salir de la escape room es que era difícil, como mínimo se necesitarían cuatro personas. Nosotros éramos tres, y uno un niño de nueve años, que aunque es muy listo... Por otra parte, la experiencia ha sido fantástica, nos hemos divertido mucho, aunque al final los nervios aumentan conforme se acerca el fin del tiempo (75 minutos) y ya la cabeza se descentra. La ambientación está de 10, lo que hace que te situes rápido en la historia.


Nos ha gustado tanto que ya hemos mirado otras escape room. Hay de todo tipo, desde historias futuristas, escape rooms ambientadas en el espacio, en el mundo de Harry Potter... Nuestra intención es buscar alguna para todos los públicos, y así podremos ir todos excepto el peque de la familia, que sólo tiene tres añitos.


Lockdown Escape Room Benidorm se encuentra en la calle Ibiza n°6, frente al Centro Cultural de la eterna construcción. Pueden jugar a la vez hasta seis personas, dependiendo del juego. Es una experiencia diferente de la que se puede disfrutar en familia y/o con amigos. Os recomendamos que hagáis la reserva previamente en la página web para aseguraros que el día y hora que elegís está libre ne la la sala escogida. Es una experiencia 100 % recomendada.