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lunes, 29 de enero de 2024

SISTERNAS, APRENDIENDO DE UN TIEMPO QUE SE NOS VA

Constantemente estamos buscando cosas que hacer, lugares que ver y nuevas sensaciones que experimentar. Nosotros creemos firmemente que esto nos enriquece como personas y que forma parte del aprendizaje vital. Por eso cuando encontramos un lugar que nos permitió hacer un 3x1 nos pareció fantástico. Por ese motivo os recomendamos la visita al Caserío de Sisternas, en la comarca de Utiel-Requena

Sisternas, aprendiendo de un tiempo que se nos va

Con esta localización es fácil que os suene, ya que es una de las Denominaciones de Origen vinícolas que existen en la Comunidad Valenciana, y no es nueva, ¡reconocida desde 1923! Dentro de ese pack triple de actividades se incluye una cata de vinos de la zona, por supuesto. La visita se complementa con un escape room y una visita a un museo de la vida rural ¿Queréis saber más?

 

Un modo de vida que se está perdiendo


El caserío de Sisternas se encuentra entre las localidades de Venta del Moro y Requena. Se trata de una antigua casa de campo, una explotación agrícola que se podía autoabastecer. En otros lugares también se las conoce como alquerías o masías, con sus pequeñas diferencias dependiendo del territorio. La vida agrícola era muy dura y en algunas partes de España no era lo suficientemente productiva, por lo que era imprescindible realizar diferentes trabajos para subsistir.

Sisternas, aprendiendo de un tiempo que se nos va


Sisternas es un museo agrícola y etnológico reconocido por la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana. La visita está guiada por uno de los hijos del antiguo propietario, tercera generación de habitantes de este lugar. Esto le da un valor añadido, porque a la explicación se le une ese punto sentimental que mejora sensiblemente la visita.

Durante la visita recorreremos tanto las distintas estancias que se dedicaban a realizar los múltiples trabajos de cada día, como la parte de la vivienda. Nos enseñarán cómo era el trabajo y la vida cotidiana a través de herramientas, vehículos, accesorios para los animales y un sinfín de objetos domésticos, incluyendo una curiosa paridera. Es muy interesante la visita con niños puesto que esta es una forma de vida que se está perdiendo. Ojo, en muchos casos los adultos también desconocen algunos de los procesos que se realizaban para la obtención de alimentos.


Seguro que desde el inicio de la visita os dais cuenta de que las cartelas están realizadas a mano con cartulina y rotulador. Esto tiene una explicación, las realizó el padre del actual propietario que fue quien empezó a recoger los materiales que podemos ver. Poco a poco fue organizando este museo. Su hijo, por cariño a su padre, ha decidido no cambiarlas y mantenerlas, lo que nos parece un bonito detalle.


Colaborar para ganar


Sisternas, aprendiendo de un tiempo que se nos va

Ahora que ya hemos acabado la visita al museo de la vida rural, vamos a realizar la segunda actividad del día: el reto de un escape room. Ya os contamos en otro post de este blog qué significa este tipo de juegos que está volviendo loca a muchísima gente. En este caso, afortunadamente, fuimos un grupo bastante grande y eso permitió que desde un principio nos pudieran dividir, lo que enriquece el juego.

Nada más entrar ya tuvimos la primera sorpresa y el primer reto. No vamos a hacer spoiler, ni de los acertijos ni de lo que ocurre, que no hay que chafar la experiencia a nadie. Sólo os diremos que está tematizada entre finales de los 60 y principios de los 70 (del s. XX, claro). Los dos grupos tuvimos que tener coordinación extra para lograr salir de la casa, que es el objetivo final.

Este escape room nos pareció bastante divertido, aunque en algún momento nos quedamos un poco atascados. Pero con alguna pequeña ayuda, y más teniendo en cuenta que fuimos con niños, pudimos resolver los acertijos que se nos resistían. Nada más os contaremos que conseguimos salir antes de que acabara el tiempo.¡Reto superado! 

Aunque parezca mentira, ya habíamos agotado media tarde con la visita al museo de la vida rural y después jugando en el escape room. Así que ya era momento de realizar una actividad, digamos, un poco más dirigida a los adultos. 


Cata de vinos de la zona


Sisternas, aprendiendo de un tiempo que se nos va

Como acabamos de comentar, también a los adultos nos correspondía realizar alguna actividad. Y esta fue una cata de vinos de la zona. En la provincia de Valencia hay dos DO. Una es Requena-Utiel, como se ha indicado al inicio del post, y la otra es Valencia. En ambas zonas se sabe que se elaboraba vino desde que los íberos habitaban estos territorios. 

La marca turística de esta zona del interior valenciano, Tierra Bobal, está plenamente asociada al vino. La bobal es la uva más característica de esta zona. Es una variedad de uva que proporciona unos vinos tintos, con un color menos intenso que otras como el tempranillo, syrah o cabernet sauvignon, por ejemplo, pero de un sabor propio, algo más ácido que otras uvas y que recuerda a la fruta madura. Pero los vinos tienen bastante carácter y entran bien. 

Durante la cata probamos varios vinos. Evidentemente empezamos con un tinto bobal. Los vinos que probamos fueron un blanco, un tinto reserva y, para acabar, un cava. Todos producidos en bodegas de la zona. Sí, también el cava, con DO. Los cavas producidos en Requena-Utiel van ganando popularidad año tras año. Nosotros nos hemos aficionado a los vinos valencianos (también a los de la DO Alicante) y nos gustan bastante. 

La cata estuvo acompañada por una degustación de embutidos y quesos, también de la zona. Todo buenísimo. Todo muy kilómetro cero. De esta manera se consiguen dos objetivos. El primero, aprender a maridar los vinos. El segundo, si no comiéramos algo durante la cata el que debería hacer kilómetro cero es el coche. 


Entre viñas


Sisternas, aprendiendo de un tiempo que se nos va

La finca donde se ubica Sisternas está rodeada de viñedos. De esta manera es mucho más fácil ponerse en situación. Cuando estuvimos las cepas todavía estaban desnudas. En algunas empezaban a brotar unas tímidas hojas primerizas. Nos dijeron que pronto los viñedos estarían cubiertos de verde y empezarían a crecer las uvas de la próxima campaña. A finales del verano cayó una terrible granizada que arruinó gran parte de la cosecha. Viendo las noticias nos invadió una sensación de tristeza. 

Pero no caigamos en el desánimo. Es lo contrario de lo que se pretende en lugares tan especiales como Sisternas, que procuran felicidad por triplicado. Como los antiguos formularios. Modos de vida que están condenados a desaparecer y que debemos conocer y transmitir.


martes, 18 de junio de 2019

JUGANDO EN FAMILIA A SER ESPÍAS EN UNA ESCAPE ROOM

ACTUALIZACIÓN: ESTE ESTABLECIMIENTO HA CERRADO

Hace tiempo que queríamos probar una escape room. Así que aprovechando la excusa de un cumpleaños nos regalamos una sesión en una escape room, concretamente en Lockdown, en Benidorm. Quisimos empezar por esta en concreto ya que está en nuestro municipio, pero hay un montón por todo el territorio.


Aunque suponemos que sabéis que es una escape room, por si acaso, vamos a explicarlo brevemente. Es un lugar donde, a través de una serie de acertijos, juegos de ingenio y otras pruebas que exprimirán nuestra perspicacia y la coordinación entre todos los participantes, deberemos de resolver una clave o contraseña para escapar de una situación. Cada escape room es distinta y tienen una historia que, a través de un hilo conductor, nos hace avanzar. Sería cercano a los juegos de rol en vivo, incluyendo acertijos.

Lockdown Benidorm tiene tres salas, una que trata sobre escapar de un ataque de zombies, otra sobre escapar de un orfanato, y, por último, otra sobre espías en la Guerra Fría. Nos decidimos por Guerra Fría, principalmente por nuestro hijo mayor, ya que es bastante miedoso, y lo preferimos a zombies y niños de orfanato.


Como ya hemos comentado, la historia trata sobre un espía en la Guerra Fría, Nick Drake. Este agente ha sido capturado por los soviéticos, y debemos tratar de desactivar una bomba y localizar unos planos para poder salir de su despacho, en el que nos hemos quedado encerrados. Y como decía Mayra Gómez Kemp en el Un, dos, tres...hasta aquí podemos leer.

Nuestras sensaciones tras salir de la escape room es que era difícil, como mínimo se necesitarían cuatro personas. Nosotros éramos tres, y uno un niño de nueve años, que aunque es muy listo... Por otra parte, la experiencia ha sido fantástica, nos hemos divertido mucho, aunque al final los nervios aumentan conforme se acerca el fin del tiempo (75 minutos) y ya la cabeza se descentra. La ambientación está de 10, lo que hace que te situes rápido en la historia.


Nos ha gustado tanto que ya hemos mirado otras escape room. Hay de todo tipo, desde historias futuristas, escape rooms ambientadas en el espacio, en el mundo de Harry Potter... Nuestra intención es buscar alguna para todos los públicos, y así podremos ir todos excepto el peque de la familia, que sólo tiene tres añitos.


Lockdown Escape Room Benidorm se encuentra en la calle Ibiza n°6, frente al Centro Cultural de la eterna construcción. Pueden jugar a la vez hasta seis personas, dependiendo del juego. Es una experiencia diferente de la que se puede disfrutar en familia y/o con amigos. Os recomendamos que hagáis la reserva previamente en la página web para aseguraros que el día y hora que elegís está libre ne la la sala escogida. Es una experiencia 100 % recomendada.