sábado, 8 de octubre de 2022
CONOCEMOS EL MUSEO DE HISTORIA DE VALENCIA
miércoles, 28 de septiembre de 2022
HAY OTRO BENIDORM Y ESTÁ EN LA CALA
La imagen que se suele vender de Benidorm es la de una ciudad bulliciosa y completamente abarrotada. Esto es una verdad a medias. Benidorm tiene la ventaja de que son muchos Benidorm, y que cada viajero que viene a disfrutar de esta ciudad puede encontrar un Benidorm a su medida. Para aquellos que buscan una zona más tranquila, más apacible, hay un lugar perfecto. Vamos a conocer La Cala de Benidorm.
La Cala de Benidorm (o simplemente La Cala) combina varias zonas residenciales con edificios dedicados casi en exclusiva a segundas residencias y alquiler vacacional, que se concentran en las primeras líneas de costa. Es un barrio con un montón de servicios para residentes. Gracias a esto tanto las personas que residen durante todo el año como los turistas disfrutan de una gran calidad de vida. Si lo unimos a la tranquilidad que se respira gran parte del año en la zona, entenderéis porque se ha convertido en uno de los lugares preferidos para un gran número de residentes y turistas.
Dónde se encuentra La Cala de Benidorm
Esta parte de Benidorm se encuentra en un extremo de la playa de Poniente, el contrario al centro. Los "límites" de este barrio serían la avenida del Murtal, a partir de la rotonda donde confluyen las avenidas de Juan Pablo II (acceso a la autopista AP-7) y Alcalde Vicente Pérez Devesa (Vía Parque) y el tramo de la avenida de Villajoyosa entre Murtal y la avenida de la Armada Española, donde se encuentra el retén de la sección de Playas de la Policía Local.
En el otro extremo limita con el término municipal de Finestrat. Aquí sucede una cosa curiosa, y es que Finestrat también tiene una Cala (sí, en mayúscula). Hace unos 25 años al decir La Cala se entendía que se hablaba de la Cala de Benidorm. Pero se empezó a construir en esta estrecha porción del término municipal de Finestrat. Por lo que se empezó a distinguir entre La Cala de Benidorm, y La Cala de Finestrat. Pero ya hemos dicho que es una franja muy estrecha de tierra, ya que por un tratado de hace unos cuantos siglos el pueblo de Finestrat debía tener salida al mar. Villajoyosa aprovechó el límite de su término municipal con Finestrat para construir. Por lo que ahora hay que distinguir entre La Cala de Benidorm, la de Finestrat y la de Villajoyosa. ¡No hay ni 500 metros de separación entre los tres términos municipales!
La Cala de Benidorm por todo lo alto
Vamos a empezar por todo lo alto. Esto es, por el Tossal de La Cala. Ya os hablamos un poco de este lugar en el post dedicado a los miradores de Benidorm. El Tossal es un peñón de 103 metros de altura. En su parte superior, a la que se puede acceder andando o en vehículo particular, hay un mirador desde el que divisar Benidorm y Finestrat. Además en este lugar se encuentra el primer asentamiento humano (que se sepa) en Benidorm. Ya os contamos en otro post que se ha puesto en valor este yacimiento arqueológico, que en las últimas campañas de excavación que se han realizado ha revelado que se trata de un "castellum", un fortín romano, cuando hasta hace pocos años se pensaba que era un poblado íbero con contacto con colonias griegas.
Es imposible hablar de La Cala de Benidorm sin nombrar el Gran Hotel Bali. Sería como ir al mar y no mojarse. Poco más podemos decir que no se haya dicho ya: es el hotel más alto de Europa y el segundo rascacielos más alto de la ciudad. Su tremendo volumen contrasta con los edificios de poca altura y los chalets que se encuentran en las primeras líneas de la playa de Poniente. Si deseamos más altos vuelos también en La Cala se encuentra el edificio Intempo, el residencial más alto de España, o de Europa, o...
No se vayan, aún hay más
Casi en el límite con el término municipal de Finestrat encontramos la Torre de Morales. Este monumento está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Aunque ahora la veamos exenta lo más seguro es que estuviera adosada a una casa de campo y que tuviera labores defensivas, los habitantes podrían divisar ataques de piratas y encerrarse en su propiedad y dar cuenta de este ataque a las casas vecinas. Esta tipología de torre es frecuente en la huerta alicantina. Según una inscripción que se encuentra en la propia torre, se construyó en 1777 por orden de un tal Soler. Es por esta razón que el historiador Francisco Amillo dice que debería llamarse torre de Soler y que la torre de Morales sería otra (hoy desaparecida). Según sus investigaciones la torre de Morales estuvo en el término de Finestrat.
Sea como fuere, este elemento patrimonial ha llegado a nuestros días en bastante buen estado. A pesar de todo se tuvo que tapiar ya que había desalmados que "jugaban" a introducir basura a través de sus ventanas.
Probablemente sea el tramo más tranquilo de la playa de Poniente, ni punto de comparación con la playa de Levante. Si queréis una referencia más exacta, entre el Gran Hotel Delfín y el Tossal es el mejor tramo de playa. Además de la tranquilidad tiene una anchura considerable. Esto también es posible porque no hay rascacielos en esta parte de la playa, solo bloques de apartamentos bajos y chalets. Como anécdota, este tramo es en el que se rodó (entre otras producciones) el capítulo de "Cuéntame cómo pasó" en el que la familia Alcántara se va por primera vez de vacaciones...a Benidorm, claro. ¡Me cago en la leche, Merche!
Dónde comer y beber en La Cala de Benidorm
Aunque sea una zona muy tranquila, no significa que La Cala tenga que ser un muermo total. De hecho vamos a encontrar propuestas muy interesantes.
Para comer os recomendamos varios restaurantes. Por una parte el Restaurante Ulía (avenida Vicente Llorca Alós, 15). Esta es una arrocería donde prima la calidad del producto, la elaboración tradicional y la calidad del servicio. Son varias generaciones de una misma familia las que se encargan de este restaurante, cuya matriarca fue Pepa Muñoz, galardonada por el Gobierno de España con la Medalla al Mérito en el Trabajo. Su situación en primera línea de playa es inmejorable.
También en primera línea de playa y muy cerca del anterior encontramos el Restaurante Barranco Playa (avenida Vicente Llorca Alós, 14). Buen producto y buen servicio. Su especialidad son los arroces y los pescados. El comedor está totalmente acristalado, por lo que las vistas mientras se come son excelentes.
Otras opciones para comer o cenar muy recomendables son el Restaurante Casa Guillermo y La Falúa, ambos situados en la calle Santander, 20, justo detrás del Gran Hotel Delfin. Casa Guillermo también forma parte de la familia de Pepa Muñoz, y los dos restaurantes tienen un muy buen servicio y una calidad de cocina excelente.
Si lo que queréis es tomaros una copa o una cerveza en un sitio un poco especial, la recomendación es Massai, en primera línea de playa, junto al Gran Hotel Delfín. Si por el contrario lo que os apetece es un helado, un granizado o una horchata, os sugerimos la Heladería Sirvent, junto al restaurante Barranco Playa. Esta heladería tiene varios establecimientos en todo Benidorm y elabora sus propios productos, un clásico del que ha disfrutado hasta Felipe VI.
Como veis, La Cala combina muchos elementos para convertirse en una de las zonas más queridas de Benidorm. El más apreciado es la tranquilidad. Porque si la tranquilidad es lo que más se busca en vuestros viajes y queréis añadirle un poco de aliciente, este es vuestro sitio.
lunes, 19 de septiembre de 2022
BATALLITAS EN EL LASER TAG
DISFRUTAR DEL LASER TAG EN FAMILIA
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jueves, 8 de septiembre de 2022
BIRDWATCHING EN LA ALBUFERA DE VALENCIA
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domingo, 28 de agosto de 2022
PORQUÉ DISFRUTAMOS TANTO DEL YACIMIENTO DE KELIN
La historia (y parte de la prehistoria) de la Humanidad es también la historia de las ciudades. Algunas llevan en pie y habitadas desde hace unos 7000 años. Este sería el caso de Byblos, en Líbano. Otras muchas se han perdido en las arenas del tiempo y de vez en cuando logramos encontrarlas. En esta categoría estaría Kelin, en el yacimiento arqueológico de los Villares, a las afueras de Caudete de las Fuentes (Valencia).
Hace unos 10000 años surge la agricultura en Oriente Próximo. Esta manera de producir alimentos es la revolución más importante que ha vivido la Humanidad. Ya no hay que trasladarse para encontrar comida, la comida está donde querían. Esto propicia otros muchos cambios. En primer lugar la creación de asentamientos estables: las aldeas y ciudades. Como no se precisa de toda la comunidad para encontrar alimento, algunos miembros se especializan en distintos oficios. Así hay quien empieza a especializarse en elaborar cerámica, o tejer telas, por ejemplo.
Pero, ¿qué es Kelin? Era una ciudad en el interior de la actual provincia de Valencia que podría asimilarse con la capital de su territorio. Un territorio que se asimilaría con la comarca de Utiel-Requena, o Tierra Bobal, que es su marca turística y de la que después hablaremos.
KELIN, AYER Y HOY
El yacimiento arqueológico de Los Villares oculta parcialmente la ciudad íbera de Kelin y se encuentra a las afueras de Caudete de las Fuentes. Es accesible casi directamente desde la autovía A3, que comunica Valencia con Madrid. Nuestro consejo (y el de los responsables de Kelin) es que no hagáis caso al GPS ni a Google Maps (sobre todo a Google Maps) . Entrad a Caudete para llegar mejor a Kelin y así evitaréis una pista de tierra.
Por las diversas catas que se han realizado, se estima que Kelin tenía una extensión de unas diez hectáreas. Se calcula que podrían vivir en su momento de máximo esplendor alrededor de 4000 personas. Como hemos comentado anteriormente, sería la capital de su territorio y administraría varias poblaciones a su alrededor. Se cree que se fundó allí por su posición estratégica. Está cerca del río Cabriel y en un cruce de caminos. Por un lado una vía que uniría la costa con el interior, y por otra parte, una vía que comunicaría Andalucía y Aragón por el interior. Estas rutas permitirían el comercio de múltiples materias: productos agrícolas (del interior) con pescado y objetos exóticos de origen fenicio (en la costa), y metales (Andalucía y Aragón).
La investigación ha determinado que Kelin tuvo una vida de unos 700 años, más o menos hasta el 75 o 72 a. C. cuando las guerras Sertorianas (una guerra civil por el control de Roma) aceleraron su declive y se abandonó definitivamente. Entre el siglo III o II a. C., durante la II guerra púnica, sufrió un importante incendio que destruyó bastantes edificios. Fue tan importante que incluso acuñó moneda. Por eso conocemos que esta ciudad se llamaba Kelin.
¿QUÉ HACÍAMOS EN KELIN?
Acudimos a Kelin con un triple propósito. Sí, triple. Una tarde más que completa. En primer lugar visitamos el propio yacimiento. El plato fuerte venía al anochecer, cuando se realizó una observación astronómica junto a la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA). Por último se hizo un taller de Light Painting. Pero vayamos por partes.
En el yacimiento de Los Villares se puede ver dos zonas donde se ha excavado y se ha puesto en valor las construcciones que se han encontrado. En la parte más alta del yacimiento, que tiene una pendiente hacia Caudete, se pueden ver varias viviendas, entre ellas las de unos comerciantes ricos. La arqueóloga responsable explicó que encontraron acopios de distintos materiales, lo que hace pensar que comerciaban con elementos cerámicos, entre otros. Además localizaron un molino, un taller metalúrgico y una bodega, elementos que no eran frecuentes en todas las casas. Lo que no se puede saber es si era comunal, pero no lo parece.
En la parte baja se encuentra el segundo espacio excavado y puesto en valor. Aquí fundamentalmente se pueden ver los restos de una casa agricola de unos 100m2. Esto demuestra una posición económica holgada, pero no eran tan ricos como en la casa de la que acabamos de hablar. Estaba en la esquina de dos calles, y colocaron una piedra para proteger la esquina exterior de conductores de carros poco mañosos. Se puede observar también una ampliación. Algunos muros se realizaron con ladrillos macizos de barro y enlucidos con cal. Probablemente tuvo una cubierta de vigas de madera, ya que localizaron restos. También se encontraron unos enterramientos infantiles. Se sabe poco acerca de las creencias de los íberos, pero sí que se conoce que enterraban a los primogénitos muertos en tinajas en la casa para que fueran sus protectores.
SESIÓN DE NOCHE
Mientras la noche iba cayendo, los asistentes aprovechamos para cenar. El atardecer fue muy bonita, con el sol poniéndose entre las montañas que rodean el yacimiento. De vez en cuando veíamos pasar el AVE, cuyas vías están también muy cerca del yacimiento de Los Villares.
La observación astronómica se dividió en tres partes. En primer lugar explicaron en qué iba a consistir. Inmediatamente, y para que nos fuéramos acostumbrando a la oscuridad (cuanto más oscuro, mejor) hicieron un pequeño juego. Éste consistía en intentar adivinar la distancia (a escala) que separa la Tierra de la Luna. Después el mismo juego pero con los satélites o las estaciones espaciales que orbitan nuestro planeta. Esto nos permite estimar lo que suponen las distancias siderales. Y que somos menos que una mota de polvo para el universo.
La segunda parte de la observación fue una explicación de las constelaciones. Se ponían en contexto las características de cada una, como por ejemplo si eran estrellas son dobles (¡como en Tatooine!), si hay un cúmulo (algunos con millones de estrellas) o la distancia media a la Tierra. También contaban la historia mitológica alrededor de la constelación. Una gozada. Apuntaban con un láser verde, uno de esos que algunas personas con pocas luces utilizan para molestar a aviones en vuelo.
La última parte correspondía con la observación a través de los telescopios que llevaron los y las miembros de la AVA. Así vimos más de cerca algunas de las estrellas dobles o cúmulos de los que nos habían hablado. Uno de los momentos más chulos fue cuando vimos Saturno, y por supuesto sus anillos. Empezó a verse al anochecer y antes de la medianoche estuvo a una altura suficiente para observarlo.
DISFRUTANDO DEL CIELO NOCTURNO
Disfrutamos un montón porque, por fortuna, no había una sola nube. Además aprendimos varias cosas acerca de las observaciones. Ahí van algunos consejos. En primer lugar hay que alejarse de las ciudades, la contaminación lumínica nos impide ver objetos en el cielo nocturno. A simple vista vimos distintos satélites o la estela de un bólido entrando en la atmósfera. Utilizad luz roja (nosotros cubrimos unas linternas con celofán rojo) solo cuando sea imprescindible y siempre dirigida hacia el suelo. Si no habrá que volver a acostumbrarse a la oscuridad. No hace falta un equipo muy caro, unos prismáticos medianamente buenos pueden bastar para disfrutar del cielo. Claro, cuanto mejor sea el equipo más elementos podremos ver. Eso sí, generalmente serán en blanco y negro, los colores que se aprecian en las fotos astronómicas o bien son artificiales, o precisan de unos tiempos de exposición muy grandes.
Al mismo tiempo que observábamos el cielo se realizó un taller sobre Light Painting. Esta es una técnica fotográfica en la que se abre el diafragma de la cámara durante un tiempo bastante elevado. Mientras, con distintos elementos luminosos, se puede realizar dibujos. De ahí el nombre. Es una técnica muy chula y muy curiosa. No es fácil, pero con un equipo adecuado, tampoco el muy complicado.
SE QUEDÓ BUENA NOCHE EN KELIN
Pudimos disfrutar de todas estas actividades de manera gratuita gracias a Tierra Bobal, que es la marca turística de la Mancomunidad del Interior Tierra del Vino, una entidad que agrupa los municipios de la comarca de Utiel-Requena. Tienen una web llena de planes para toda la familia. El nombre proviene de la uva autóctona de la zona, la bobal, y que ha sido fuente de riqueza desde hace siglos. Ya habéis visto que en Kelin elaboraban vino. Además este vino tiene Denominación de Origen Protegida, y la verdad es que está muy rico.
Sus cielos tienen la certificación Starlight, es decir, que una entidad ha certificado que sus cielos reúnen las condiciones necesarias para poder realizar observaciones astronómicas de calidad. Es decir, cielos con poca contaminación lumínica, nitidez y suficientes horas de ausencia de nubes al cabo del año para asegurar buenas observaciones astronómicas. Esta certificación la disfrutan en varios puntos de España, y es sinónimo de cielos de calidad.
En resumen, fue una tarde-noche que nos permitió viajar lejos, tanto en el tiempo como en el espacio. En el tiempo porque nos trasladamos a una ciudad que hace siglos que dejó de existir, y que se ha rescatado. Además fue un viaje en el espacio, en el sentido más amplio de la palabra. Nos acercamos a estrellas que están a 30.000 años/luz de nosotros. Es decir, esa luz se emitió cuando el ser humano no conocía todavía ni la agricultura ni la ganadería.