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sábado, 28 de octubre de 2023

INVESTIGAMOS UN CRIMEN EN LA BASTIDA DE LES ALCUSSES

Se ha cometido un crimen. Alguien ha cometido un asesinato. Lo sabemos porque nos acaba de avisar un investigador que en una placa de plomo ha encontrado un texto con un mensaje en clave. O algo parecido. ¿Qué ha pasado? Vamos a intentar descubrirlo en el yacimiento de la Bastida de les Alcusses.

Investigamos un crimen en la Bastidas de les Alcusses

Este es el punto de partida de una actividad muy chula. Se trata de las XVI Jornadas de la Bastida de les Alcusses, un yacimiento íbero que se encuentra en la población valenciana de Moixent, en el suroeste de la provincia. Organizadas por el Museo de Prehistoria de Valencia, se trató de una visita teatralizada con mucho misterio.

¡SALCUBAS!


Mediante esta visita vamos a conocer de una manera más distendida este yacimiento. No es una visita al uso. Es más, no vamos a conocer muchas cosas del yacimiento, pero nos explican muchas cosas acerca de la civilización y del grupo que habitó aquel poblado. Sus costumbres, su alimentación, las armas que usaban. Pero los elementos informativos y didácticos están ahí mismo y podemos leerlos para conocer algo más.

Pero lo primero es saludar, que la educación nunca está de más. Nos explican que el saludo íbero era salcubas, y que se utilizaba tanto para decir hola como adiós. Algo así como el ciao italiano.


Investigamos un crimen en la Bastidas de les Alcusses

Tras una pequeña introducción vamos recorriendo distintos lugares del yacimiento. Allí nos esperan distintos personajes. Cada uno o cada grupo nos hablarán de un tema distinto de la cultura y sociedad íbera. Y nos darán pistas porque, no lo olvidemos, aquí a lo que hemos venido es a resolver un crimen.

INVESTIGANDO EN LA BASTIDA DE LES ALCUSSES


Vamos a ver qué contamos sin hacer mucho spoiler. En primer lugar nos vamos a encontrar con un mercader que nos ofrece los productos que vende. Esto nos sirve para conocer una parte de los alimentos que consumían los íberos y que, como podéis suponer, se parecen y al mismo tiempo se diferencian de los nuestros. La dieta básica consistía en cereales y productos agrícolas, incluido el vino, al que se podía acompañar con alguna carne de granja, principalmente cabra, oveja, y pollo. Alguna vez caía algún sisón o un jabalí si se daba bien la caza.

Conocimos a la familia del principal sospechoso para saber como era la sociedad de aquel momento. También se da pie a conocer los distintos oficios que desempeñan los íberos, las herramientas que utilizaban y los materiales de las que estaban hechas. No sólo es importante por conocer a la sociedad sino también por los contactos comerciales que tuvieron con otros pueblos y civilizaciones, en este caso del Mediterráneo.


Investigamos un crimen en la Bastidas de les Alcusses

En otros de los lugares del yacimiento estuvimos una clase de lucha con las armas tanto ofensivas como defensivas (espadas, lanzas y escudos) que utilizaban los íberos. Como no, nos mostraron la reina de las armas: la falcata. Esta es la espada curva típica de este pueblo y que, tras la romanización, se perdió.

Al final de la visita “volvimos” a nuestra época y uno de los arqueólogos que se encarga de la excavación en la Bastida de les Alcusses nos dio una pequeña explicación acerca del yacimiento y su cronología. También sobre la importancia del trabajo arqueológico serio y riguroso, el que evita bulos, fake news y otras trolas que al final van en detrimento de toda la sociedad, porque nos resta conocimientos a todos.

EL YACIMIENTO DE LA BASTIDA DE LES ALCUSSES


El poblado íbero de la Bastida de les Alcusses es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes en la provincia de Valencia. Su excavación comenzó hace casi un siglo. Aunque ha habido altibajos en las campañas de excavación, en las últimas décadas se está investigando más en profundidad. En 1931 se encontró el conocido Guerrero de Moixent, una figurita de bronce de poco más de 7 cms, que podéis ver en el Museo de Prehistoria de Valencia.

Tiene una gran importancia para conocer más del mundo íbero, una fascinante civilización que dejó un gran legado pero de la que desconocemos muchísimas cosas, entre otros motivos, porque no se ha descubierto todavía como descifrar su escritura, no hay una piedra Rosetta.

Investigamos un crimen en la Bastidas de les Alcusses

El poblado se encontraba en un lugar excepcional, a lo largo de unos 150 metros en la meseta que se forma sobre una colina. Esta situación le ofrece unas magníficas vistas de los alrededores, clave para la defensa de estos poblados.

A lo largo del año, y no solo durante las Jornadas anuales, se realizan visitas al yacimiento para conocerlo un poco mejor. Entre otras cosas, se ha realizado la reconstrucción de una casa íbera a partir de los datos que han recopilado los arqueólogos a lo largo de los años, para poder entender mejor como eran las viviendas en aquel momento.

DISFRUTAMOS DE LOS ALREDEDORES 



Nosotros nos lo pasamos muy bien. La verdad es que el formato de estas visitas es muy recomendable para los niños. De hecho están pensadas para poder realizarlas en familia y los responsables intentan que parte de la interacción recaiga sobre ellos y que participen.

El yacimiento, como ya hemos comentado, lo gestiona el Museo de Prehistoria de Valencia, que depende de la Diputación Provincial. Además gestiona las visitas a otros yacimientos y ha creado la Ruta de los Íberos, para dar una coherencia a las visitas y actividades que realizan. En otro post os hablamos de Kelin, por ejemplo, otro de los yacimientos íberos en Valencia.

Investigamos un crimen en la Bastidas de les Alcusses

A esta zona le han puesto la etiqueta de la “Toscana valenciana” por su parecido con la región italiana. No nos gusta nada estas etiquetas, pero la zona es preciosa, por lo que podéis alargar la visita… hasta dónde queráis. La zona tiene una buena producción vinícola y muy buenas bodegas. Un par de vinos de Moixent están entre nuestros preferidos. Desde los íberos que se elabora vino en esta zona, así que tienen práctica.


Nuestro consejo es que estéis atentos a las redes sociales del Museo de Prehistoria de Valencia para poder reservar plaza en las Jornadas de la Bastida de les Alcusses, ya que suelen agotarse con mucha velocidad. Os lo recomendamos vivamente, porque tanto la actividad como el entorno merecen mucho la pena. ¡Salcubas!

martes, 18 de mayo de 2021

CONOCIENDO NUESTRO PASADO EN EL MUSEO DE PREHISTORIA DE VALENCIA

Si sois asiduos a este blog ya debéis de saber que Valencia es una ciudad que nos gusta especialmente. Además de porque estamos ligados sentimentalmente a la ciudad, nos gusta mucho por dos motivos fundamentales (y que son compartidos por muchísima gente). El primero es el tamaño, es una gran ciudad pero de un tamaño contenido donde puedes llegar más o menos rápido a cualquier parte. El segundo es que, gracias a ser una gran ciudad, tiene unos servicios e infraestructuras muy completos. Uno de los ejemplos son los museos. Tan recomendables como el Museo de Prehistoria.

Museo de Prehistoria de Valencia

Sí, somos muy poco originales y publicamos un artículo el 18 de mayo dedicado a un museo. Es que no concebimos otra manera de disfrutar del Día Internacional de los Museos que visitando un museo o, como es el caso, recomendándolo. 

No era la primera vez que visitábamos este museo, y la verdad es que han renovado varias salas y se nota. Este nuevo aire le ha venido muy bien. Estéticamente es un museo mucho más completo. Pero vamos poco a poco, que hay bastante de que hablar. 

Dónde se localiza el Museo de Prehistoria de Valencia

El Museo de Prehistoria de Valencia se encuentra en el Centro Cultural La Beneficencia. Compartiendo sede con el Museo Valenciano de Etnología. Aunque tiene la entrada en la calle Corona 36, es más fácil localizarlo desde la calle Guillem de Castro, donde también se encuentran las torres de Quart y el IVAM. Como podréis imaginar por el nombre, en este edificio se atendía a las personas más desfavorecidas. Se les proporcionaba socorro y formación para poder, como se diría ahora, proveerles de habilidades para su futuro laboral. Esto fue a partir de mediados del s. XIX, cuando se desamortizó el antiguo convento construido en el s. XV y que fue hogar de varias órdenes.

El edificio ha sido ampliado, restaurado y reconvertido en varias ocasiones. La primera en el s.XIX, para habilitarlo a su función benéfica. Aun ampliándolo se respeta algo su tipología conventual, conservando los claustros que se reconvierten en patios y se adaptan estancias a las teorías higienistas de la época. En 1944 se lleva a cabo otra rehabilitación para dedicar este espacio a colegio. La última intervención tiene lugar en 1995, donde se realizan obras para adaptar este espacio a los nuevos usos culturales. 

Museo de Prehistoria de Valencia

Respecto a los patios destaca el más grande, que encontramos junto a la entrada y salida del centro. Varios árboles enormes, entre ellos un ficus espectacular, proporcionan una agradable sombra y adornan este espacio, desde el que se accede a varias estancias, entre ellas la antigua capilla, reconvertida en salón de actos. Hace poco se ha instalado una escultura que rinde homenaje a La Muixeranga, el baile de castillos humanos declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

El origen y las salas

El Museo de Prehistoria tiene su origen en el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia, creado en 1927. De esta manera se unificó a una serie de investigadores que ya estaban excavando y que, en muchos casos, serán claves para el desarrollo de la arqueología en España durante todo el s. XX. Ese mismo año se crea el Museo de Prehistoria y su biblioteca, donde se da cabida a todos los descubrimientos que ya se hacen en numerosos yacimientos de la provincia como La Cova Negra de Xàtiva, la Cova del Parpalló de Gandia, la Bastida de les Alcusses en Moixent o el Tossal de San Miguel en Llíria

La colección permanente del Museo de Prehistoria de Valencia se divide en cuatro bloques de salas que están ubicadas en dos plantas. Cada una de estos espacios gira en torno a una época “histórica”. El entrecomillado viene de que las primeras salas muestran las piezas prehistóricas que, como su nombre indica, son anteriores a la historia tal y como la entendemos, es decir, desde que aparece la escritura. 

Prehistoria


Al principio de la sala se muestra el trabajo de esos primeros arqueólogos que dieron pie a la creación del museo y del trabajo en arqueología que se desarrolló después. A través de diferentes yacimientos y abrigos que se ubican por todo el territorio de la provincia de Valencia y el resto de la Comunidad Valenciana, se explica el proceso evolutivo de nuestros antepasados. Como pasan de ser una sociedad que obtiene sus alimentos de la caza y la recolección de frutos a una sociedad donde se utiliza la agricultura y la ganadería. Este cambio, además, crea una serie de profesiones especializadas para obtener otros bienes de consumo como tejidos, cerámica y alimentos procesados, por ejemplo.

Museo de Prehistoria de Valencia

En esta parte del museo el viaje por el tiempo viene a través de distintos objetos fabricados en hueso, piedra y metal o cerámicas. No sólo útiles para la caza o para la vida cotidiana, también empiezan a fabricar los primeros objetos simbólicos, como amuletos. Una de las vitrinas que más impresiona es la que muestra los cráneos trepanados. No se sabe a ciencia cierta porqué realizaban esto, pero creen que tendría un uso ritual y no quirúrgico. De hecho algunos cráneos demuestran que se hizo a personas vivas. 

Historia del dinero


También en la primera planta se encuentra una exposición permanente acerca de la historia del dinero. Es una colección numismática, pero hay más, muchos objetos como libros de cuentas, objetos utilizados para la acuñación de las monedas, etc. Además se explica el proceso que se seguía en el intercambio de bienes antes de la aparición del dinero. 

Mundo ibérico


Ya en la segunda planta se encuentra la sala que muestra los hallazgos de la cultura ibérica. Estas salas son muy completas, ya que en la provincia de Valencia existen numerosos yacimientos de esta época. La Bastida de les Alcusses en Moixent o el Tossal de San Miguel en Llíria (que ya hemos citado antes), Kelin en Caudete de las Fuentes son yacimientos esenciales para comprender el mundo pre-romano en nuestras tierras. Los restos encontrados son muy numerosos y variados. Son la fuente de conocimiento más cercana, ya que a pesar de dejar textos, no han podido ser descifrados. Siguen buscando una "piedra Rosetta".

Museo de Prehistoria de Valencia

Uno de los puntos más interesantes es la recreación de una casa típica ibérica, que nos permite adentrarnos en su sociedad. También, en otra sala, se recrea una calle de una población ibérica. Aquí encontraremos una de las piezas estrellas de la arqueología valenciana: el Guerrero de Moixent. Fue extraído del yacimiento de la Bastida de les Alcusses y es una pequeña figura de bronce de unos 7 centímetros de altura, que representa un guerrero a caballo. 

Mundo romano y visigodo


La última sala del Museo de Prehistoria es la que se adentra en mundo romano y visigodo. No hace falta explicar mucho acerca de la romanización del Mediterráneo de la Península Ibérica. Hace poco hablamos del Centro Arqueológico de l'Almoina, donde se conoce la creación de la Valencia romana. Las distintas salas muestran piezas de diferentes aspectos de la vida de los romanos, como los tipos de vivienda y su decoración, las características generales de las ciudades, los rituales religiosos y funerarios, etc. 

La pieza más importante es el denominado "Apolo de Pinedo". Fue localizado en 1963 junto a la playa de Pinedo (al sur del Puerto de Valencia) por unos submarinistas. Realizada en torno al siglo I-II d.C. en bronce tiene un tamaño casi natural, pues mide 1,45 m. Representa a un dios Apolo joven, recostado y probablemente tuviera una lira en la mano derecha, pero se ha perdido. 

Museo de Prehistoria de Valencia

Info útil para visitar el Museo de Prehistoria de Valencia

Como ya hemos comentado antes, el Museo de Prehistoria de Valencia se encuentra en la calle Corona 36, junto a la calle Guillem de Castro (frente al nº 165, si queréis una referencia). Aparcar no es fácil, y hay zona azul y naranja (residentes). Si queréis ir en transporte público las líneas de EMT C1 y 28 os dejan casi en la puerta. 

Está abierto ininterrumpidamente de martes a domingo de 10:00 a 20:00. La entrada general cuesta 2 € y la reducida (para grupos y estudiantes) 1€. Pero hay entrada gratuita los sábados, domingos y festivos, y hoy, 18 de mayo Día Internacional de los Museos. También para familias numerosas, menores de 7 años, desempleados, jubilados, personas con necesidades especiales y profesores y grupos escolares, entre otros colectivos.


El Museo de Prehistoria no es el típico que se suela recomendar en las guías, pero os aseguramos que no os arrepentiréis al visitarlo. En este post hemos intentado demostrar que tiene muchas razones para ser visitado. Además se encuentra en un lugar estupendo para visitar el resto de la ciudad, junto al centro histórico y muy cerca del viejo cauce del Turia

viernes, 28 de febrero de 2020

DE VISITA AL INTERESANTE MUPA

Las últimas Navidades estuvimos pasando unos días en la provincia de Cuenca. Incluso con todo el trabajo previo de buscar sitios que ver y cosas que hacer, teníamos bastante claro que uno de los lugares que teníamos que visitar indudablemente era el flamante Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha, el MUPA.


Inaugurado en varias fases entre 2015 y 2019, en las que se fueron abriendo distintos espacios expositivos. Este edificio ofrece a sus visitantes una interesante perspectiva de la historia de la vida en nuestro planeta a partir de los restos fósiles que se han encontrado en los distintos yacimientos localizados en distintos puntos de la comunidad autónoma, fundamentalmente los de Las Hoyas y Lo Hueco, ambos en la provincia de Cuenca.


Lo primero que encontramos al llegar al MUPA fue un gran jardín con figuras de algunos de los dinosaurios que se muestran en el interior del espacio expositivo del museo (los restos, se entiende). No es un montón de figuras colocadas al tuntún, ya que forman escenas y se han añadido partes acuáticas para acentuar el realismo. Además la vista panorámica del centro de la ciudad de Cuenca también merece un montón la pena. 


La gran estrella del museo es el concavenator corcovatus, el "cazador de Cuenca jorobado", un depredador carnívoro descubierto en Las Hoyas que podría alcanzar los 6 metros de largo, los 2 de alto y los 500 kilos de peso, y que tenía una protuberancia (la joroba) bastante llamativa en el lomo, cuya finalidad todavía se está estudiando aunque se cree que serviría para regular su temperatura o espantar rivales. Su figura está omnipresente y es bastante curiosa la interpretación artística que han hecho numerosos creadores, aportando al museo otra mirada, un poco más creativa, sobre los dinosaurios. Dos datos curiosos: lo denominan cariñosamente “Pepito”, y apareció en Jurassic World 2: El reino caído.


La exposición se inicia con los fósiles más antiguos y va avanzando cronológicamente hasta que llega al homo sapiens. Evidentemente, si alcanza hasta este período, no sólo se muestran fósiles de dinosaurio, si no que también se incluyen otros animales, como mamíferos, que ya se han extinguido. Hay una recreación de una escena de caza y una instalación muy curiosa y chula, donde a través de una pantalla puedes crear tu propia pintura rupestre, una sorprendente unión de pasado y futuro.


Otra de las estrellas del MUPA es el Lohuecotitán, un titanosaurio, es decir, un enorme dinosaurio herbívoro emparentado con los brontosaurios. Tanto en el exterior como en el interior del museo existen reproducciones de este magnífico animal. En el interior, junto a la reproducción del Lohuecotitán hay un curioso panel donde se explica la historia de “El valle de Gwangi” una peli rodada en Cuenca (aunque ambientada en México, en fin) en la que un simpático dinosaurio aparece de un mundo perdido, bastante parecido a la Ciudad Encantada, y que muere ardiendo en el interior de la Catedral conquense.


El MUPA abre de martes a domingo de 10:00 a 14:00, y de martes a sábado, además, de 16:00 a 19:00. En cualquiera de los turnos tendréis tiempo suficiente para visitar el museo. La entrada general cuesta 5€, pero hay numerosos descuentos y gratuidades. Los titulares del Carnet Joven y los grupos de más de 10 personas que reserven, pagarán 2,50€ por ticket. Las familias numerosas, pensionistas y mayores de 65 años, menores de 16 años acompañados, personas con una discapacidad superior al 33%, desempleados, docentes y guías (siempre con acreditación) no pagarán por la entrada, además de ser gratuita todos los miércoles, el Día Internacional de los Museos (18 de mayo) y el Día de Castilla-La Mancha (31 de mayo). 


Llegar no es excesivamente complicado, a pesar de que a nosotros el Google Maps nos hizo un recorrido panorámico por los alrededores del museo. La línea 5 de los autobuses urbanos de Cuenca llega a este museo desde el centro de la ciudad.


Por si todo esto no fuera poco, el MUPA organiza charlas divulgativas, visitas guiadas, y dinopaseos. Vamos, que es imposible aburrirse. Y si necesitamos un descanso y deleitarnos mientras reponemos fuerzas, en el mismo museo se encuentran las instalaciones de Natura Escuela de Hostelería y Turismo de Cuenca y el Natura Restaurante Bistró.


Habíamos leído alguna mala crítica, pero con total sinceridad, el museo a nosotros nos gustó mucho. Una de las grandes ventajas es que es nuevo, y eso generalmente es una baza a su favor, pero la limpieza y conservación del edificio, la calidad de las piezas y la magnífica didáctica también ayudaron a nuestra buena impresión. Además el personal es muy atento y eso da gusto, que no siempre ocurre. Así que si estáis por Cuenca no lo dudéis, visitad este museo. A nosotros ya nos quedan pocos museos paleontológicos por visitar en España...

jueves, 3 de mayo de 2018

VIAJANDO 7.000 AÑOS AL PASADO EN LA SARGA

En el término municipal de Jijona, en el interior de la provincia de Alicante, a los pies de la Sierra de La Carrasqueta, en la pedanía de La Sarga, se encuentra un magnífico conjunto de pinturas rupestres que datan de hace unos 7.000 años. 



En 1951 se descubrieron las pinturas de La Sarga en unos abrigos rocosos. Como bien puntualizó el guía, en ese año se descubrieron "científicamente" aunque es probable que se conocieran con anterioridad ya que en uno de los abrigos hay restos de hogueras que habrían hecho pastores que se resguardaban en la zona. El conjunto está incluido entre las pinturas rupestres del arco mediterráneo de la Península Ibérica (que abarcan desde Andalucía hasta Cataluña, pasando por Murcia, la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Aragón) que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

Aprovechamos una de las jornadas de puertas abiertas que realizan para conocer estas pinturas rupestres, ya que aunque hace tiempo que habíamos pensado en visitarlas, un tuit nos puso en la pista y no nos lo pensamos. Estas jornadas de puertas abiertas se realizan el primer y tercer domingo de cada mes a las 10:30, 11:30 y 12:30. No es preciso inscribirse previamente, son gratuitas y las realiza un guía.


Llegar es bastante fácil. Recomendamos ir por la A-7 y tomar la salida 452 (si vamos en dirección Alicante) o 453 (si vamos dirección Alcoi / Valencia), coger la CV-800 dirección Jijona y desviarnos en la indicación La Sarga. Con el coche podremos acceder hasta unos 300 metros de los abrigos. El resto del camino hay que hacerlo andando. IMPORTANTE: Es una senda en la montaña, es imprescindible llevar calzado adecuado (botas de trekking o zapatillas deportivas) y ropa cómoda. No está de más llevar un bastón de apoyo porque el terreno es bastante escarpado.

La visita guiada es muy didáctica y amena, y el guía que la realizó, Rubén, hizo una contextualización magnífica del Neolítico, de las condiciones de vida del momento y de lo que pudo suponer La Sarga para aquellos habitantes. Nuestro hijo mayor (8 años) no perdió detalle, nuestra hija (6 años) se llegó a aburrir un poco, y el peque (2 años), bueno, a su bola. Se visitan dos abrigos, que contienen diferentes escenas, realizadas en diferentes momentos (se sabe porque hay pinturas superpuestas) y en diferentes estilos. Se cree que La Sarga era un santuario donde acudían pueblos neolíticos que habitaban los valles cercanos (este lugar se encuentra a medio camino entre los valles de los ríos Serpis y Vinalopó) para realizar rituales, ofrendas, actos religiosos, ritos de iniciación en la vida adulta, etc.


Como ya hemos mencionado anteriormente, las pinturas se encuentran en abrigos, es decir, en oquedades de la roca y no en cuevas como en el caso de Altamira. Esto supone que son más vulnerables a la acción de los elementos y de los humanos. Esto refuerza la teoría de que sería un santuario, ya que no es un lugar donde residiría un pueblo (además, no hay espacio físico para vivir).

Encontramos tres tipos de estilos: Arte Levantino (el más antiguo), arte esquemático y macroesquemático. Las escenas representan escenas de caza con arqueros abatiendo ciervos, escenas de recolección con árboles de los que caen fruto, o a los que se está vareando para que caigan, escenas de la vida cotidiana (es muy curiosa la escena de los/as dos infantes que escuchan sentados a un adulto, a mis hijos fue la escena que más les gustó, tanto que se fotografiaron junto a las figuras), o los orantes y figuras serpentiformes que definen el macroesquemático.


Ver estas pinturas es muy emocionante, nos conecta con esos seres humanos que vivieron hace miles de años. El guía insistió en la idea de que los miembros de aquella sociedad no eran ni más tontos ni menos inteligentes que nosotros, vivían en una época muy distinta a la nuestra. Tras 7.000 años nuestras sociedades, a pesar de los adelantos tecnológicos, no difieren tanto. Tuve esa misma sensación en Pompeya, la historia te pone en tu sitio demostrando que no somos tan geniales como creemos.

Para los niños esta visita es muy chula y después en casa pueden imitar la técnica pictórica. Las pinturas (en general) tienen dos componentes, los pigmentos, es decir, los componentes que le dan el color y un aglutinante, una sustancia donde se adhieren los colores y que hace posible el empleo de la pintura. En este caso los pigmentos se obtienen de distintos tipos de tierra (todos los tonos de ocres y marrones), óxido (tonos rojizos) y carbón (negro), mezclándolos con grasa animal o vegetal. Para pintar empleaban los dedos o pelos de animales (como los pinceles actuales) para los trazos más finos. En casa tenemos una piedra plana pintada por mis hijos con tierra y agua en un taller que dos años después mantiene el dibujo.


Por si fuera poco el entorno natural ofrece la oportunidad de avistar aves rapaces y con suerte algún venado o cabra montesa. De estos animales vimos algunos restos. Además la vía verde que parte de Alcoy llega muy cerca de La Sarga, con lo que podremos disfrutar de un día muy completo.