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viernes, 28 de febrero de 2020

DE VISITA AL INTERESANTE MUPA

Las últimas Navidades estuvimos pasando unos días en la provincia de Cuenca. Incluso con todo el trabajo previo de buscar sitios que ver y cosas que hacer, teníamos bastante claro que uno de los lugares que teníamos que visitar indudablemente era el flamante Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha, el MUPA.


Inaugurado en varias fases entre 2015 y 2019, en las que se fueron abriendo distintos espacios expositivos. Este edificio ofrece a sus visitantes una interesante perspectiva de la historia de la vida en nuestro planeta a partir de los restos fósiles que se han encontrado en los distintos yacimientos localizados en distintos puntos de la comunidad autónoma, fundamentalmente los de Las Hoyas y Lo Hueco, ambos en la provincia de Cuenca.


Lo primero que encontramos al llegar al MUPA fue un gran jardín con figuras de algunos de los dinosaurios que se muestran en el interior del espacio expositivo del museo (los restos, se entiende). No es un montón de figuras colocadas al tuntún, ya que forman escenas y se han añadido partes acuáticas para acentuar el realismo. Además la vista panorámica del centro de la ciudad de Cuenca también merece un montón la pena. 


La gran estrella del museo es el concavenator corcovatus, el "cazador de Cuenca jorobado", un depredador carnívoro descubierto en Las Hoyas que podría alcanzar los 6 metros de largo, los 2 de alto y los 500 kilos de peso, y que tenía una protuberancia (la joroba) bastante llamativa en el lomo, cuya finalidad todavía se está estudiando aunque se cree que serviría para regular su temperatura o espantar rivales. Su figura está omnipresente y es bastante curiosa la interpretación artística que han hecho numerosos creadores, aportando al museo otra mirada, un poco más creativa, sobre los dinosaurios. Dos datos curiosos: lo denominan cariñosamente “Pepito”, y apareció en Jurassic World 2: El reino caído.


La exposición se inicia con los fósiles más antiguos y va avanzando cronológicamente hasta que llega al homo sapiens. Evidentemente, si alcanza hasta este período, no sólo se muestran fósiles de dinosaurio, si no que también se incluyen otros animales, como mamíferos, que ya se han extinguido. Hay una recreación de una escena de caza y una instalación muy curiosa y chula, donde a través de una pantalla puedes crear tu propia pintura rupestre, una sorprendente unión de pasado y futuro.


Otra de las estrellas del MUPA es el Lohuecotitán, un titanosaurio, es decir, un enorme dinosaurio herbívoro emparentado con los brontosaurios. Tanto en el exterior como en el interior del museo existen reproducciones de este magnífico animal. En el interior, junto a la reproducción del Lohuecotitán hay un curioso panel donde se explica la historia de “El valle de Gwangi” una peli rodada en Cuenca (aunque ambientada en México, en fin) en la que un simpático dinosaurio aparece de un mundo perdido, bastante parecido a la Ciudad Encantada, y que muere ardiendo en el interior de la Catedral conquense.


El MUPA abre de martes a domingo de 10:00 a 14:00, y de martes a sábado, además, de 16:00 a 19:00. En cualquiera de los turnos tendréis tiempo suficiente para visitar el museo. La entrada general cuesta 5€, pero hay numerosos descuentos y gratuidades. Los titulares del Carnet Joven y los grupos de más de 10 personas que reserven, pagarán 2,50€ por ticket. Las familias numerosas, pensionistas y mayores de 65 años, menores de 16 años acompañados, personas con una discapacidad superior al 33%, desempleados, docentes y guías (siempre con acreditación) no pagarán por la entrada, además de ser gratuita todos los miércoles, el Día Internacional de los Museos (18 de mayo) y el Día de Castilla-La Mancha (31 de mayo). 


Llegar no es excesivamente complicado, a pesar de que a nosotros el Google Maps nos hizo un recorrido panorámico por los alrededores del museo. La línea 5 de los autobuses urbanos de Cuenca llega a este museo desde el centro de la ciudad.


Por si todo esto no fuera poco, el MUPA organiza charlas divulgativas, visitas guiadas, y dinopaseos. Vamos, que es imposible aburrirse. Y si necesitamos un descanso y deleitarnos mientras reponemos fuerzas, en el mismo museo se encuentran las instalaciones de Natura Escuela de Hostelería y Turismo de Cuenca y el Natura Restaurante Bistró.


Habíamos leído alguna mala crítica, pero con total sinceridad, el museo a nosotros nos gustó mucho. Una de las grandes ventajas es que es nuevo, y eso generalmente es una baza a su favor, pero la limpieza y conservación del edificio, la calidad de las piezas y la magnífica didáctica también ayudaron a nuestra buena impresión. Además el personal es muy atento y eso da gusto, que no siempre ocurre. Así que si estáis por Cuenca no lo dudéis, visitad este museo. A nosotros ya nos quedan pocos museos paleontológicos por visitar en España...