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jueves, 5 de abril de 2018

DINÓPOLIS, UN PARQUE QUE NOS SORPRENDIÓ (PARA BIEN)

No podemos negar que a nuestra familia nos gusta los dinosaurios. Vale, nos encantan. Si seguís con cierta asiduidad este blog ya os habréis dado cuenta. De hecho tenemos un paleontólogo en ciernes (veremos si le dura la vocación) en casa. Así que aprovechamos la promoción de una marca de galletas y con nuestras invitaciones para los peques nos fuimos a Dinópolis, un lugar que ya hace tiempo queríamos visitar.


Muchos recordaréis (abstenerse millenials) aquel "Teruel existe", un grito de atención y auxilio lanzado por una provincia que se sentía en inferioridad frente a otras, y que las inversiones que nunca llegaban lastraban su futuro. Entre otras iniciativas la provincia decidió aprovechar el tirón de un turismo paleontologico que por entonces en España era muy incipiente, y a partir de los hallazgos encontrados en los yacimientos de la zona construir un parque temático con los "lagartos terribles" como protagonistas. Así nació Dinópolis, que en años sucesivos fue abriendo subsedes para conformar el que hoy en día se conoce como Territorio Dinópolis.

A decir verdad no iba con muchas expectativas, pero además de las entradas gratis para los niños conseguimos en nuestro alojamiento una promoción de 2x1 y entre los cinco solo pagamos una entrada de adulto, ese chollazo se tenía que aprovechar. Nuestra opinión sobre Dinópolis cambió durante la visita, tiene mucho que ofrecer a los visitantes, tanto mayores como pequeños, y la impresión que nos produjo fue muy positiva.

Se encuentra en la entrada de Teruel por la A-23 y seguir posteriormente por la N-234. Es fácil llegar, está en un polígono junto a un pabellón deportivo y un centro de Congresos. Es imposible perderse pues está muy bien indicado. El parking es gratuito (¡punto a favor!), aunque es común a todo el polígono y no está cerrado ni vigilado, por lo que puede que esté un poco lleno.


Una vez en la entrada nos recibe un edificio central en el que se encuentran las taquillas. Este edificio tiene dos alturas. En la planta baja encontramos el cine 3D y la atracción "Viaje en el tiempo", además de la tienda de recuerdos por la que se sale de Dinopolis. En la planta superior, se encuentra un restaurante y una zona de espectáculos junto a éste, de manera que podemos comer y mientras vemos los shows. Aquí ya podemos empezar a hacernos selfies con los relieves de dinosaurios que decoran las paredes o con la cabeza de un T-Rex que parece que atraviesa la pared.

VIAJE EN EL TIEMPO - Poco os podemos contar, ya que el día que estuvimos se encontraba cerrado por problemas técnicos. La película del cine 3D está bastante chula y cuenta la aventura de un pequeño dinosaurio. La tienes que ver con las gafas 3D famosas, y la verdad es que todos pasamos un buen rato.

ESPECTÁCULOS - Son bastante divertidos. Mis hijos se lo pasaron muy bien y además les da la oportunidad a los padres de poder sentarse y descansar un rato. Los hacen junto al restaurante 

MUSEO PALEONTOLÓGICO DE TERUEL - Sin lugar a dudas la gran joya del parque. Es un museo muy didáctico, con muchas piezas muy interesantes. Al principio pasas junto a los laboratorios y salas de investigación y vas atravesando unos pasillos donde se narra la vida del planeta y de los animales que han habitado en ella. También te explican, por ejemplo, de donde viene eso de que las aves evolucionaron de los dinosaurios (de algunos, claro) o que la explicación de la extinción por culpa del impacto de un gran meteorito es una de las posibles, pero hay más hipótesis.


De ahí se pasa a la parte donde se encuentran los esqueletos (y alguna reproducción) de los grandes dinosaurios que casi todos conocemos de pelis como Jurassic Park. Estos esqueletos hacen las delicias de pequeños y mayores, que aprovechamos para hacernos selfis a saco.

SAURIOPARK – Es un pequeño parque de atracciones, nada del otro mundo, como en la feria, pero a los niños les gusta mucho. Atracciones tipo “Scalextrix”, “saltamontes”, tiovivo… Lo mejor es que tiene bancos para descansar y sombra. Además hay figuras de dinos para hacerse fotos (y selfies, claro).

T-REX – Se encuentra junto al Sauriopark. Poco os contamos porque no lo pudimos ver. Nos cuentan que está muy bien, pero nuestro hijo mayor es bastante miedoso y entre los turnos para poder ver otras cosas y los horarios, al final nos lo perdimos. Queda pendiente.

EL ÚLTIMO MINUTO – El nombre procede de esa metáfora para explicar la historia de la Tierra que dice que si pudiéramos resumir todo lo que le ha sucedido al planeta en un solo día, el último minuto abarcaría desde la desaparición de los dinosaurios hasta la actualidad, nada menos que 65 millones de años. Tiene dos partes, en primer lugar una explicación acerca de la evolución humana desde los primeros homínidos hasta el homo sapiens actual, y la segunda parte es un viaje tranquilo en barca con animatronics representando varias escenas de la historia de la humanidad. Está bastante bien, es muy interesante.


TERRA COLOSSUS (SIMULADOR 4D) - Esta atracción es otra película 3D, que además cuenta con el movimiento de la plataforma sobre la que están los asientos. La película va de un coche perseguido por un T-Rex que se escapa de un parque muy parecido a Jurassic Park. No se puede entrar con niños pequeños.

PALEOSENDA – Una zona de juegos bastante grande para los niños con diferentes espacios; la sima misteriosa, una mina, zona de excavación, un castillo de madera, toboganes… Hay una pequeña cafetería. Parada obligatoria para que los niños jueguen (y los mayores tomen aire).

TIERRA MAGNA – Un espacio donde se exhiben reproducciones al aire libre de dinosaurios. El más impresionante es el Turiasaurius Riodevensis, el dinosaurio más grande que se ha encontrado en Europa, en un yacimiento de Riodeva, en la provincia de Teruel. Las reproducciones son muy chulas (y nos hicimos más selfies, obvio).

DINOTIENDA – La tienda de recuerdos que no puede faltar en ningún parque. Dinos everywhere. Está junto a la salida, así que no hay prisa para visitarla.


Nuestra impresión general de Dinópolis fue muy buena. La lástima es que llegamos un poco tarde, cerca de las 14 h. y a pesar de cerrar a las 20:00 h. nos perdimos la atracción del T-Rex. Las limitaciones de altura para dejar entrar a los niños hace que tengas que desdoblarte para intentar abarcarlo todo, y es un poco engorroso. Por lo demás os recomendamos Dinópolis vivamente. Nosotros si podemos volveremos este año.

jueves, 23 de noviembre de 2017

NUESTRO CENTRAL PARK: EL PARQUE DEL RETIRO DE MADRID


Voy a empezar corrigiendome e intentando superar ese complejo un poco catetillo de tener en consideración más un lugar de otro país antes que del nuestro, porque hablando con propiedad deberíamos decir que Central Park es el Retiro de Nueva York y no al revés, ya que el parque madrileño es algo más de dos siglos más antiguo que el jardín de Manhattan, eso sí, el americano triplica en tamaño al Buen Retiro.

Dejémonos ya de comparaciones y vayamos al tema. El parque del Retiro se encuentra en pleno centro de la capital de España. Flanqueado por las calles de Alcalá, O'Donnell, Poeta Esteban Villegas, Alfonso XII y la Avenida de Menéndez Pelayo, en sus aproximadamente 120 hectáreas encontramos no sólo elementos vegetales, como es habitual en un jardín (hay unos 19.000 árboles de más de 160 especies diferentes), si no también elementos artísticos y arquitectónicos, algunos de ellos muy destacables.

Su historia se inicia en el s. XVII, durante el reinado de Felipe IV, cuando por orden del valido del monarca, el (celebérrimo) Conde-Duque de Olivares, se dispone que se ejecuten unos jardines para el Palacio del Buen Retiro (de ahí su nombre), un espacio para el descanso y el ocio de la Corona. De esta época se conserva el Casón del Buen Retiro, un edificio que nació como salón de baile, y que siendo subsede del Museo del Prado acogió el "Guernica" de Picasso en su retorno a España en 1981. 

En 1767 se autoriza su uso como parque urbano por orden de Carlos III y en 1868 pasa a titularidad del Ayuntamiento de Madrid. Aunque conserva elementos anteriores al s. XIX, la mayoría del parque es posterior, puesto que quedó muy dañado tras la Guerra de Independencia en 1808 contra el ejército napoleónico. 

El parque del (Buen) Retiro es un oasis en medio del bullicio de la capital y nos permite descansar y disfrutarlo a partes iguales. Podemos recorrerlo durante un rato, aunque si queremos descubrirlo en su totalidad podemos emplear un día entero sin ningún problema. La multitud de espacios hace que toda la familia tenga un lugar preferido. Como opción de visita es magnífica y, como no puede ser de otra manera, la entrada es gratuita.
Probablemente el elemento más conocido del parque del Retiro sea el Estanque Mayor. Cuenta con poco más de 33.000 m2 y fue construido en el s. XVII, es decir, es uno de los elementos más antiguos del parque aunque con el tiempo ha desaparecido la isla central con la que contaba. Es típica la imagen de las parejas de enamorados navegando a bordo de las barcas. A orillas de este estanque se encuentra el Monumento a Alfonso XII, un espacio monumental ya indesligable del estanque, con un destacable conjunto escultórico en el que sobresale la estatua ecuestre del monarca, obra de Mariano Benlliure.

Como ya hemos comentado el Parque del Retiro también cuenta con elementos arquitectónicos. Uno de los más destacables es el Palacio de Cristal un magnífico ejemplo de la arquitectura del hierro del siglo XIX en nuestro país, al estilo del Crystal Palace que estaba, curiosamente, en otro parque, el londinense Hyde Park. Fue construido como invernadero para albergar una colección de plantas originarias de Filipinas y, actualmente, es una sala de exposiciones, subsede del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía junto a otro edificio de El Retiro, el Palacio de Velázquez, un edificio un poco anterior al Palacio de Cristal, cuyas bóvedas también están inspiradas en el Crystal Palace de Londres, tomando su nombre de su arquitecto, Ricardo Velázquez, y no del genial pintor sevillano como podríamos creer.
Uno de los espacios que más les gusta a los niños es la antigua casa de fieras, que fue zoo de Madrid, y su continuación, los jardines de Cecilio Rodríguez. Estos toman el nombre de su creador, un jardinero que durante gran parte del s. XX trabajó en el Retiro, diseñando varios de los jardines que hoy podemos contemplar, y que llegó a ser director de los jardines de Madrid. Las fieras fueron trasladadas al actual zoo, pero a modo de recuerdo hay siluetas de los animales que habitaban los fosos o las jaulas. 

Por su parte los jardines tienen un aspecto romántico un poco arabizados, con setos recortados con formas geométricas y pérgolas con bancos para reposar. Pero si algo llama la atención de los niños esto es, sin lugar a dudas, la colonia de pavos reales que viven aquí en semilibertad. Es habitual que estas aves (o sus crías) se acerquen a los visitantes para picotear migas de pan o incluso patatas fritas. Es curioso ver como saltan por el exterior del pabellón de Cecilio Rodríguez, un edificio municipal contemporáneo de dos plantas, y como trepan por sus barandillas hasta alturas imposibles.
En el Parque del Retiro se encuentra una de las esculturas más sorprendentes que podemos encontrar, la del Ángel Caído una de las pocas representaciones en todo el mundo de un ángel expulsado de los cielos. Aunque se suele decir que es la única estatua con esta temática esta afirmación no es cierta. Obra del escultor madrileño Ricardo Bellver, y realizada en 1878, no ocupó su actual emplazamiento hasta 1885. Es tal su impronta que incluso da nombre a toda la glorieta que acoge el conjunto, que se completa con una peana y una fuente y que está situada en la intersección de dos de las avenidas más importantes que cruzan el parque. Como curiosidad, está situada a 666 msnm.

Estos son algunos de los espacios más destacados que podemos visitar con los niños, pero no los únicos. La Rosaleda, diseñada por Cecilio Rodríguez, es un jardín donde encontramos especies de rosales de todo el mundo. La fuente de los Galápagos, construida con motivo del nacimiento de Isabel II, la fuente egipcia junto al Estanque Mayor, los paseos que atraviesan casi longitudinalmente el parque, como el de coche o el de las Estatuas, los árboles singulares, las rutas botánicas... Decenas de espacios para admirar y disfrutar.
Confieso que la última vez que fui al parque El Retiro lo hice un poco a regañadientes, pero he de admitir que merece no una, si no múltiples visitas. Un must para cualquier familia que haga escala en Madrid.

PD: Artículo editado a partir de una consulta realizada vía Twitter a la RAE: La denominación es «Parque del Retiro», a menudo abreviada como «el Retiro». Lo indicado es escribir el artículo en minúsculas, por lo que se realiza la contracción (http://ow.ly/Mnt830gMLRJ ).

jueves, 19 de octubre de 2017

TODOS SOMOS UNOS ENANOS: EL PARQUE GULLIVER DE VALÈNCIA


Si hay un must pero que muy must si visitamos Valencia con niños (incluso sin niños) este es sin lugar a dudas el Parque Gulliver, situado en el tramo XII del antiguo cauce del río Turia entre el puente del Ángel Custodio y el puente del Regne.
Fue encargado en 1990 por el Ayuntamiento de Valencia al arquitecto Rafael Rivera y al artista fallero Manolo Martín con un diseño de Sento Llobell. Fue inaugurado a finales del mismo año, concretamente el 29 de diciembre. Desde entonces miles de niños han pasado por las instalaciones.


Como su nombre indica, el parque Gulliver está inspirado en la figura del personaje de la obra de Jonathan Swift que llego al país de Liliput y fue capturado por sus habitantes. Los visitantes recorren la figura, que de pie mediría unos 67 metros, como si fueran los mismísimos liliputienses.

¿El secreto de su éxito? Sus divertidos toboganes que surgen de los pliegues de su ropa, de su cinturón, de sus cabellos, de su bota, etcétera. Es imposible aburrirse en el Parque Gulliver. Los niños que visitaban al gigante ahora son padres, y sus padres abuelos, y siguen deslizándose y corriendo por las instalaciones junto a los más pequeños.

Este mismo año han comenzado unas obras de adecuación y puesta a punto de esta infraestructura que tendrá continuidad los próximos años. Quieren recuperar el color original del parque, mejorar las condiciones de seguridad, renovar las zonas ajardinadas,y, esto me parece un gran acierto, recuperar la maqueta del centro de Valencia que había en las entrañas del gigante. Esta maqueta lograba un curioso juego, ya que en segundos pasabas de ser un enano a ser un gigante. Esto también se consigue junto al sombrero de Gulliver, que encierra una maqueta del parque.

Si todo esto no fuera suficiente acicate para visitar el parque, la entrada es totalmente gratuita. Abre sus puertas a las 10:00 de las mañana y el cierre está condicionado a la luz solar. Además en julio y agosto cierra a mediodía. 
Es recomendable llevar calzado cerrado y no llevar tacones, que por increíble que parezca, de todo se ha visto. Además desde su apertura es sabido que debes llevar vaqueros si no quieres sufrir un indecoroso accidente.