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viernes, 8 de marzo de 2019

VAPOR VIVO DE TORRELLANO, PEQUEÑA GRAN DIVERSIÓN

Algo tienen los trenes que nos gustan a casi todos. Debe ser que no llevan a la idea romántica de viajar a un ritmo distinto (aunque con el AVE algunos viajes son más cortos que en avión), o porque todavía somos como esas vacas que se quedan mirando asombradas ese engendro metálico que pita y va a toda velocidad.


Después de un año volvimos a las instalaciones de la Asociación Alicantina de Amigos del Ferrocarril, junto a la estación de Torrellano, una pedanía de Elche. Nuestro anterior intento acabó en fracaso, ya que justo ese día celebraban su asamblea anual y no estaban disponibles. Craso error no consultar sus perfiles en redes sociales. Pero esta vez sí, esta vez pudimos disfrutar de una mañana diferente, una gran mañana rodeados de miniaturas.


El recinto de la asociación tiene dos partes diferenciadas, por una el circuito de vapor vivo donde podemos hacer un viaje en unos trenes en miniatura, y por otra el museo, una pequeña colección museográfica que exhibe muchos objetos recogidos por estos amantes de los trenes.


El Museo del Ferrocarril abre todos los sábados del año por la tarde (excepto el de su asamblea, claro) y los domingos por la mañana desde octubre hasta mayo. Además, un día al mes sacan las locomotoras de vapor. Bien, nosotros acudimos el domingo de la locomotora a vapor. La parte positiva es que es una maravilla ver estas locomotoras, la pega es que estaba hasta los topes, con cerca de una hora de cola para poder montar en los trenes.



El resto de jornadas "solo" sacan las locomotoras térmicas y eléctricas, pero como son las únicas que tiran de vagones, os recomendamos, por consejo de los miembros de la Asociación, acudir un sábado por la tarde ya que la afluencia de público es menor y se puede disfrutar más de las miniaturas. De hecho nos dijeron que suelen dar dos vueltas al circuito y aquella mañana, ante tal cantidad de personas, decidieron acortarlo a una sola vuelta.



No les falta detalle: las máquinas son réplicas de locomotoras de varias épocas: una Talgo de los años 70, locomotoras eléctricas de los 90, la Coco (técnicamente, Renfe 270), una más actual con el logo de Adif... El recorrido es un óvalo con un recorrido alternativo que recuerda a las maquetas de trenes. Tienen cambio de agujas, un puente, un túnel, talleres, cocheras y jefes de estación. La taquilla también está hecha a escala y te toca estar un poco agachado para adquirir los billetes, una réplica muy bonita de boletos antiguos.


El recinto muestra un par de locomotoras antiguas, una de 1928 que participaba en los trabajos que se realizaban en el puerto de Alicante; un vagón de madera (yo diría que de tranvía o de tren de "vía estrecha"), señales, cambios de aguja, barreras, traviesas... El escenario perfecto antes de entrar al museo ferroviario.



Ya he comentado que la colección museográfica es pequeña, pero completa. Sorprende un carro equipado con una bomba que usaban los bomberos para apagar incendios. Recrean un jefe de estación, con un maniquí vestido con su uniforme, en su puesto, rodeado de teléfonos y maquinaria de señales que a los niños les parece del pleistoceno, pero que se usaban hasta hace dos días. También se recrea a un mozo de estación transportando maletas. En un hueco representan la construcción de unas vías, con distintas traviesas y las herramientas que se usaban cuando el trabajo era bastante más manual. Billetes antiguos, mapas de las líneas ferroviarias españolas antes de imaginar siquiera la Alta Velocidad. Linternas, luces, e ingenios que advertían de diferentes peligros, como unos pequeños explosivos que se situaban en la vía si había un accidente y con el estallido advertían al maquinista de que debía detener el tren. Ni llamadas, ni sms, ni WhatsApps que valgan...



Llegar es muy fácil. Si no vais desde Elche lo más recomendable es seguir la A-70, coger la salida del aeropuerto Alicante-Elche, seguir las indicaciones hacia el Recinto Ferial y desde ahí hacia Torrellano y por último seguir las indicaciones del Museo del Ferrocarril. Os recomendamos que visitéis a Vapor Vivo, son unos románticos empedernidos. Y para otros románticos, eso es todo un reclamo...