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sábado, 18 de mayo de 2019

MUCHAS GRACIAS MAESTRO MORRICONE

De vez en cuando conviene que los padres tengan un momento de tranquilidad, alguna escapada sin los hijos. Los queremos mucho, muchísimo, y desde que salimos por la puerta de casa los echamos de menos, pero hay oportunidades vestidas de excusa que no se pueden dejar escapar. Y en esta ocasión la excusa (u oportunidad) era la gira de despedida del maestro Ennio Morricone.


Para quien ande con un poco de despiste, Ennio Morricone es un músico, compositor y director de orquesta que ha creado más de 500 bandas sonoras para cine y televisión, entre las que destacan El bueno, el feo y el malo, La muerte tenía un precio, Por un puñado de dólares, Los Odiosos Ocho, Los Intocables de Elliot Ness, o Cinema Paradiso y La Misión, éstas últimas auténticas obras maestras del género. Ganador de dos Óscars, uno en 2016 por Los Odiosos Ocho, y otro honorífico por su carrera en 2006, además podemos atribuirle un trocito del Óscar a Mejor Película Extranjera en 1988 de Cinema Paradiso.

El antiguo Palacio de los Deportes de Madrid (actualmente Wizink Center) acogió una doble cita de la gira de despedida del maestro italiano que tiene nada menos que 90 años (nació el 10/11/28) y que le llevará por escenarios de todo el mundo hasta enero del 2020 en un último concierto en su Roma natal. Los números son asombrosos: un coro de cerca de cien miembros, una orquesta con cerca de cincuenta músicos, incluyendo una guitarra eléctrica y un bajo. Y todo vendido en los tres conciertos de nuestro país, uno en Bilbao y dos en Madrid.


Las dos pantallas instaladas a ambos lados del escenario no emitían imágenes de las películas cuya banda sonora interpretaban, si no que solo se veía a los músicos. En realidad eso era lo importante, la música. Aunque al final, como en todos los sitios, hay gente que tiene el respeto justo para acabar el día y a pesar de las advertencias continuamente sacaban fotos o vídeos, que bueno, eso lo puedo entender (a la vista está), pero que estuvieran whatsappeando...

El concierto comenzó con cerca de veinte minutos de retraso. Pero empezó vibrante, Morricone alzó su batuta desde la silla donde dirigió todo el concierto, para interpretar el tema principal de la banda sonora de Los Intocables de Elliot Ness. La estructura del concierto era unir varias piezas en un bloque. Se titulaban con nombres tan sugerentes como Epopeya histórica o La modernidad del mito en el cine de Sergio Leone, que parecía el título de una tesis, y ciertamente podían haber escrito solo el nombre del director italiano. Fue en este bloque, el tercero del concierto, en el que se vivió el primer éxtasis colectivo, precisamente con El éxtasis del oro de la banda sonora de El bueno, el feo y el malo, que Metallica ha convertido en un himno con el que inician sus actuaciones.


Con el público en pie aplaudiendo se llegó al intermedio. Había pasado algo más de una hora, pero pasó breve como un suspiro. Se retomó el concierto con el tema principal de Los odiosos ocho, una banda sonora muy Ennio Morricone, pero al mismo tiempo muy Quentin Tarantino. Y pasamos a uno de los platos fuertes, el bloque cine social con la aparición estelar de Dulce Pontes. La portuguesa sonó fantástica en un bloque que abrió con un tema de la española La luz prodigiosa (segundo guiño local tras la interpretación de la almodovariana ¡Àtame! en el segundo bloque del concierto) y que cerró con la vibrante Abolição.

El público empezó a consultar sus relojes, nerviosos, porque se echaba la hora encima y no habían sonado todavía las dos mayores joyas de Morricone. Entonces aparecieron en pantalla dos palabras mágicas: La misión. Ovación. Y el oboe de Gabriel hipnotizó a los presentes. Ni fuerzas tuve para sacar el móvil y grabar un vídeo. Solo quería disfrutar. La piel de gallina. 


Al acabar este bloque el maestro Morricone se levantó y encaró la salida del escenario. Como algo de práctica tenemos en esto de los conciertos, y al ver que no se levantaba ni un solo miembro de la orquesta, sabíamos que no era más que el teatrillo previo al bis. El primer bis fue para Cinema Paradiso, esa carta de amor al cine, y mi composición favorita de Morricone. El concierto acabó con una nueva interpretación de El éxtasis del oro y La luz prodigiosa.

Fin. Sabíamos que habíamos asistido a un concierto histórico, al ser la última vez que se vería a Ennio Morricone dirigiendo una orquesta en nuestro país. Solo nos quedaba disfrutar de la noche madrileña por los alrededores del pabellón, calle Goya, Avenida de Felipe II, pero sin excesos, que había que volver a casa por la mañana.


Voy a finalizar con una reflexión. Vaya por delante que nadie nos pone una pistola en el pecho para ir a ningún concierto, ni otro evento, pero el precio, para una familia media, es absolutamente prohibitivo. O dicho de otra manera, solo vamos los padres y sacrificamos a lo hijos. Hubiéramos ido con nuestro hijo mayor, que está en el conservatorio y sería excelente ver a una orquesta de semejante nivel. Hace años vimos en un concierto de los Rolling Stones niños de corta edad (2-3 años) que sus padres nos confesaron que habían tenido que pagar una entrada completa, que costaba cerca de 80 euros. De esta manera no promocionamos la cultura.

jueves, 2 de agosto de 2018

LOW FESTIVAL EN BENIDORM, TAMBIÉN PARA FAMILIAS

El último fin de semana de julio se celebra en Benidorm el Low Festival. Durante tres días la Ciudad Deportiva Guillermo Amor se llena de música Indie, rock, pop y electrónica. Un festival con muy buen ambiente donde podemos ir con nuestros hijos. ¿Con niños a un festival? Sí, os lo contamos.


Vamos a aclarar, en primer lugar, que nosotros vivimos en Benidorm y eso facilita mucho las cosas para ir con nuestros hijos a un festival así, ya que cuando están cansados o consideramos que es tarde para ellos nos vamos a casa, o están los abuelos al quite para poder quedarse con ellos. Es cierto que a lo largo de los años hemos visto niños pequeños ya dormidos a horas de finalización de algunos conciertos. Suponemos que no tienen otra alternativa. Y si no es así tampoco pienso criticar a los padres, porque cada cual cría como quiere, como hacemos nosotros.


¿Por qué vamos con nuestros hijos a un festival de música? En primer lugar porque queremos estar con ellos, y que ellos estén con nosotros, lo que creemos que de por sí ya es un motivo lo suficientemente bueno. Por otra parte vamos con ellos porque también se merecen disfrutar de un festival donde pueden disfrutar de grandes grupos nacionales e internacionales. Además el Low es muy cómodo para ir con niños. Está muy bien que el recinto no esté abarrotado hasta los topes y que moverte entre un escenario y otro no sea luchar contra una marea de gente. Es digno de elogio que diariamente solo entren 25-30.000 personas cuando cabrían 10.000 más con suma facilidad (en 2003 los Rolling Stones reunieron a 30.000 espectadores solo en el Estadio Guillermo Amor). Por eso cada edición son más padres los que se atreven a ir con sus hijos, algo que este año fue especialmente visible el domingo por la tarde. También ayuda (y mucho) que los niños de hasta 11 años inclusive no paguen entrada, en otros conciertos pagan tengan la edad que tengan, y cueste lo que cueste.

Evidentemente al ser menores hay una serie de condiciones que cumplir para que accedan al recinto del festival. Hay que entregar en la entrada una autorización firmada por los padres (o tutor/a legal). Les ponen una pulsera donde consta el nombre del menor y un teléfono de contacto de la persona responsable. Aconsejan llevar tapones o protectores acústicos para evitar lesiones auditivas ya que el volumen en las actuaciones es alto.


Como os hemos dicho antes, el Low Festival se celebra en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor. Cuenta con un escenario principal en el estadio municipal Guillermo Amor, un escenario secundario en la pista de atletismo anexa, un escenario para bandas emergentes y un escenario para DJs junto al Estadio Municipal. En la pista de atletismo se encuentra un numeroso conjunto de food trucks con bastante variedad de comidas de todo el mundo, también vegana y apta para celíacos. En el exterior del estadio hay tiendas con merchadising de grupos, y de ropa y complementos. En la avenida que comunica todos los espacios del recinto, entre la pista de atletismo y el Estadio, hay algunos photocalls de patrocinadores del festival, como Movistar o Radio 3, donde inmortalizar la visita. Además hay barras repartidas por todo el recinto, en especial cerca de los dos escenarios principales. Hay que destacar que este año se haya instalado un "punto violeta" donde informarse acerca del acoso y las agresiones sexuales, y donde poder denunciar si presenciábamos un hecho delictivo de estas características. 


Existen tres tipos de abono: el general, el VIP y el VIP POOL. Comprándolos con antelación, los precios de los abonos arrancan en unos 40, 100 y 150 euros respectivamente, subiendo progresivamente hasta que se agoten o llegue la fecha del festival. Os recomendamos esta opción, ya que los abonos son más económicos incluso que las entradas de día, que este año costaron anticipadas 40 euros para el viernes y domingo, y 60 para el sábado. Nosotros os recomendamos el abono VIP, ya que aunque es más caro, permite acceder a una zona exclusiva de gradas, y un espacio VIP con precios más económicos en consumiciones, food trucks exclusivos, wc con menos usuarios (importante en un festival) y, sobre todo, una zona de sofás y pufs donde descansar y poder ver los conciertos del escenario principal a través de una pantalla gigante. Nuestro hijo mayor se enamoró de los pufs el primer día y no había manera de sacarlo de allí. Por su parte el abono VIP POOL permite acceso a un recinto donde se encuentra la piscina olímpica, con DJs todo el día y barra libre de cerveza (solo para los mayores de edad, obviamente).


Este año se ha celebrado la décima edición del Low Festival, que nació en Alicante pero se trasladó a Benidorm para su segundo año, donde se trasladó a su actual ubicación tras una edición que se realizó en el Parque de l'Aiguera. El jueves 26 se celebró una fiesta pre-festival en la playa de Levante, para ir abriendo boca, con la presencia de Vive la Fête y Joe Crepusculo, y la animación de DJs.

El viernes, primer día de festival, las mujeres abrieron cartel, con Joana Serrat y Christina Rosenvinge. Iván Ferreiro con sus canciones intimistas y la potencia desbocada de León Benavente, precedieron a los franceses Phoenix. Vitalic llenó de música electrónica el escenario principal, en un preludio de lo que sería el plato fuerte del Low Festival de este año.


El día grande fue el sábado, que aguardaba la presencia de los Chemical Brothers, que ofrecieron un show apoteósico, con un setlist que recorría toda su carrera y un espectáculo audiovisual apabullante y muy cuidado (si no estuvisteis buscad el vídeo de los robots con láseres en los ojos). Antes actuaron unos magníficos Vintage Trouble, que fueron la gran sorpresa del festival, Los Planetas, los padres del indie nacional, y los cañeros Biffy Clyro. Carlos Sadness, Javiera Mena y Novedades Carminha completaron el cartel del día. 

El domingo, y para cerrar esta edición del Low, Woods abrieron la tarde. A continuación Santiago Auserón junto a los Sexy Sadie repasaron algunos de los mayores éxitos de Radio Futura. Perro dejó paso a Izal, con un muy buen directo (por cierto, Mikel Izal agradeció a los padres que habían llevado a sus hijos al Low, por acercarlos a la música en directo). Editors con su potente puesta en escena y los noruegos Kakkmaddafakka fueron las estrellas internacionales de la noche, que acompasaron sus actuaciones con Niños Mutantes y La M.O.D.A. 


En un par de semanas comenzara la venta de entradas para el Low Festival de 2019. Nosotros no nos perderemos la cita, y nuestros hijos tampoco. Al Low le pedimos, como anunció hace un tiempo, que habrían actividades para los más pequeños. Estaría muy bien que hubiera actividades exclusivas para ellos y que se sintieran también partícipes del festival. Esperaremos.

jueves, 8 de marzo de 2018

FALLAS DE VALENCIA: INSTRUCCIONES DE USO

Valencia tiene a la vuelta de la esquina sus fiestas más conocidas. Un evento que atrae miles de personas a una celebración medio religiosa medio pagana que es antesala de la primavera. Del 15 al 19 de marzo Valencia entra en un espiral que en ocasiones confunde a los que desconocen esta ciudad.
Os queremos dar unos cuantos consejos para aprovechar mejor vuestra visita a las Fallas, tanto si habéis estado ya, como si es la primera vez que vais.
VOCABULARIO: Antes que nada vamos a aclarar conceptos. Con el nombre genérico de "falla" se conoce tanto a la "Comisión", es decir, la agrupación de personas que se asocian para celebrar estas fiestas, como el monumento, o sea, la composición formada por varias escenas con muñecos hechos de distintos materiales como carton-piedra, poliestileno, etc. (ninots) que la noche del 19 al 20 de marzo arde en llamas. Otra cosa, las falleras (integrantes femeninas de las comisiones) se visten de valencianas, no se visten de fallera, ni mucho menos se disfrazan.

VER FALLAS: El mérito artístico de los monumentos es indudable. Ir a visitarlos es una obligación. Existen diferentes categorías (secciones) en función del presupuesto del monumento. La categoría más alta es la Sección Especial, que en el monumento "grande" superan los 80.000€ de coste, y en Infantil los 17.000€. Son las más espectaculares y las que concitan un mayor número de visitas. Todos los monumentos están realizados con el mismo cariño y el mismo esfuerzo por parte de la Comisión, tenga el coste que tenga. Todos compiten en sus respectivas secciones, a excepción de los monumentos municipales, que son los que se plantan en la Plaza del Ayuntamiento y están fuera de concurso.
Os aconsejamos que os hagáis con una guía para seleccionar mejor aquello que queréis ver, o comprender mejor la crítica y sátira de los monumentos. La más prestigiosa es El Turista Fallero, que sigue la actualidad fallera durante todo el año y ofrece unos consejos muy acertados. Los principales diarios valencianos (Levante y Las Provincias) publican especiales los días previos a la Plantà (el momento en el que se montan, se plantan, los monumentos), y se pueden consultar online. También es aconsejable descargarse la app oficial de las Fallas.
La mejor hora para ver fallas es la madrugada, puesto que la mayoría de la gente está a otros menesteres. Como con los niños esas horas son prohibitivas, intentad madrugar y aprovechad las horas de la comida puesto que hay menor afluencia de gente. Cuanto más se acerque el día de San José (19 de marzo) mayor cantidad de público se concentra en las calles.
Algunas comisiones, fundamentalmente los de Sección Especial, cobran para ver el monumento de cerca. El precio no es muy alto, entre 1 y 2 euros.
Cada año hay mayor número de comisiones que planta fallas experimentales, dejan de lado aquellas propuestas tradicionales (ninots, escenas, sátira) para ofrecer obras de arte contemporáneo efímeras. La más conocida es Mossen Sorell-Corona, que incluso ha contado con artistas reconocidos para la creación de su monumento.
PÓLVORA: Es un elemento indispensable. No se conciben las fiestas falleras sin las despertaes, mascletaes, castillos de fuegos artificiales...y sin los niños porcu... que no paran de tirar petarditos (aunque algunos mayores, por su capacidad de fuego, son mucho peores y más peligrosos). Vayamos por partes:
- Mascletà (en pl. mascletaes): Plaza del Ayuntamiento. 14:00 h. Senyor pirotécnic, pot començar la mascletà. Del 1 al 19 de marzo, ambos inclusive, esta tradicional y esperada frase enciende la mecha de una sucesión de explosiones a distinto ritmo y altura, a los que se ha incorporado en los últimos años elementos de color. Disculpad si no soy capaz de definirlo con mayor precisión, es algo que se debe de vivir. Para los profanos es ruido. Para los valencianos una sinfonía de 5-6 minutos de duración. Si os va la marcha situaos en algún lugar con un edificio a vuestras espaldas para que rebote el sonido. Si preferís menos intensidad poneos junto a una calle abierta. La sabiduría popular marca que si os tapáis los oidos debéis tener la boca abierta.
- Castillo de fuegos artificiales: todas las noches del 15 al 18 de marzo a partir de medianoche desde el viejo cauce del río Turia, se dispara un castillo. La noche del 18 al 19 ese castillo se convierte en la Nit del Foc (noche del fuego), un espectacular castillo que congrega a miles de personas.
- Petardos everywhere: no los váis a esquivar, por más que lo intentéis es imposible. Aunque hay zonas acotadas (valladas y señalizadas) lo más común es que no se respete. Paciencia.

MÚSICA: El tercer elemento de la Santísima Trinidad fallera junto al fuego y la pólvora. La encontrarás en todas partes, ya sea en bandas de música por pasacalles que recorren toda la ciudad, en verbenas nocturnas, o en los conciertos (gratuitos pero para los que se requiere invitación).

MOVERSE POR VALENCIA: Sí o sí en transporte público y andando. El centro, donde se concentra la mayor parte de los monumentos, se cierra al tráfico y no se puede acceder con el coche particular. Si váis con niños pequeños que vayan en carro podéis tener algún problema de movilidad, sobre todo en mogollones. A mí una vez, con mi hijo mayor en silla de paseo, un señor me echó una pequeña bronca porque le molestaba el carro. Le invité a marcharse a su casa, con educación. Si optáis por el carro tened cuidado y paciencia en las aglomeraciones. Acordaos de la capota de plástico, ya que por las noches todavía refresca y estarán protegidos ante un petardo perdido.
Hay autobuses que recorren los principales monumentos, una buena opción para aprovechar el tiempo al máximo.

COMER: ¿Paella? Hay más días y mucho que ver. A menos que os sobre tiempo, algo complicado en fallas, os recomendamos que os alimentéis a base de bocadillos. El bocadillo en Valencia es una auténtica institución y la variedad es muy grande. Más allá del bocata de jamón con tomate, existen proezas culinarias como el chivito o el Almussafes.
Para desayunar o para coger fuerzas nada mejor que unos buñuelos recién hechos con chocolate. Tanta tradición existe en Valencia con este dulce que las distinciones que entrega la Junta Central Fallera son buñuelos. Encontraréis puestos en prácticamente cada calle, pero nosotros somos muy fans de los que hacen en la Horchatería Fabián, en la Calle Ciscar 4. A pesar de las colas, vale mucho la pena.

CALLES ILUMINADAS: Desde que se pone el sol arcos de luces iluminan los barrios. Millones de bombillas que incluso realizan espectáculos audiovisuales. Las más espectaculares se encuentran principalmente en el barrio de Ruzafa, L'Eixample y en Convento Jerusalén, junto a la estación del Norte. A mí hay algunas que me parecen excesivas.
OFRENDA: El acto más querido por el colectivo fallero. A mi personalmente me parece muy pesado ver desfilar a una comisión tras otras mientras le llevan flores a la patrona, la Virgen de los Desamparados (la Geperudeta, como se le conoce cariñosamente). Solemos esperar a la noche del 18, o durante el día 19, para dar una vuelta por la plaza de la Virgen y ver el resultado final, con el manto completamente cubierto de flores y esa inundación vegetal que hace que desaparezca cualquier elemento de la plaza.

CREMÀ: La noche del 19 al 20 de marzo Valencia se convierte en una inmensa pira. Las fiestas josefinas llegan a su fin y los monumentos son pasto de las llamas. Primero las infantiles. A partir de las 22:00 empiezan a quemar las primeras (en valenciano quemar e cremar, de ahi lo de crema), a las 22:30 la ganadora del primer premio de Sección Especial y a las 23:00 la falla municipal. A partir de la medianoche empiezan los monumentos grandes a arder, media hora más tarde la ganadora de Sección Especial, y en torno a la 1:00 la falla municipal. Un castillo de fuegos artificiales antecede al fuego. A partir de ahí lágrimas, pena, cenizas y... el inicio de las fallas del próximo año.
Una de las cremàs más espectacular es la de la Falla del Pilar, ya que se planta en una minúscula plaza, y es un milagro obrado por los Bomberos que las llamas no se extiendan a las viviendas que se encuentran a muy pocos metros del monumento.
¡¡¡ATENCIÓN!!! El fuego quema. Aunque parezca de Perogrullo, hay gente que empuja por situarse en primera fila durante la cremà, y corre con las primeras llamas debido al intenso calor.
Y hasta aquí estas breves instrucciones sobre las Fallas. Son unas de nuestras fiestas favoritas. Os invitamos a vivirlas y disfrutarlas. Es cierto que ocasionan muchísimas molestias a muchos vecinos que huyen de Valencia, ya que se cometen algunos excesos casi imperdonables, tanto por parte de las comisiones como de los visitantes. Es cierto que la urbanidad y el civismo nunca sobran.
Si tenéis dudas dejarnos un comentario o directamente contactar a través de nuestros perfiles en Facebook, Twitter e Instagram. Nosotros encantados de ayudaros a disfrutar... I que visquen les falles!