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jueves, 29 de febrero de 2024

ATERRIZAMOS EN EL CAMPO DE AVIACIÓN DE VILAFAMÉS

Hay episodios de nuestra historia reciente que quizás no conocemos tan bien como lo pensábamos. Hay personas que creen que hay demasiadas películas y libros ambientados en la guerra civil española. Con todas hay momentos y lugares que desconocemos punto un ejemplo sería el aeródromo o Campo de Aviación de Vilafamés.


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

Generalmente se le presta una mayor atención aquellos momentos que fueron cruciales dentro del conflicto o los que se desarrollaron en las grandes ciudades coma y pero fuera de ese gran foco la guerra continuó en varios frentes. Frentes en los que muchas personas vivieron y, lamentablemente, murieron. Descubrir esas pequeñas historias es conocernos un poquito mejor.


La guerra en el cielo


Durante la Gran Guerra (lo que después hemos conocido como Primera Guerra Mundial) se vivieron las primeras batallas aéreas de la historia. Si durante siglos (¡o milenios!) se había combatido sobre tierra y en el mar, el inicio del s. XX vivió la conquista de un nuevo escenario de guerra: los cielos. 

La guerra aérea se divide en dos campos. En primer lugar los primeros bombardeos contra ciudades. Ya sabéis como va esto, se cargan bombas sobre los aviones y se lanzan sobre objetivos que deberían ser militares. En segundo lugar y, quizás lo más espectacular y épico, las batallas en las que un aviador se lanza a derribar a otro. Aquí forjaron su leyenda los primeros Ases del cielo (así, en mayúscula). El más conocido fue Manfred von Richthofen, más conocido por su apodo: El Barón Rojo. Pero hubo más héroes, como Roland Garrós, en cuyo honor se bautizó otro tipo de batalla mucho menos cruenta. 


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

Además del uso más ofensivo, la aviación proporcionó una herramienta táctica muy importante. La altura de los vuelos proporcionaron un punto de vista que anteriormente solo estaba al alcance de las aves. Los enemigos ofrecían menos secretos desde el aire y, además, podían ser fotografiados. La guerra había cambiado por completo. 

Aunque el mundo, principalmente los países europeos, se conjuraron para que jamás se repitiera un conflicto como el que se vivió entre 1914 y 1918, todos sabemos que finalmente tres décadas más tarde Europa se sumió en un nuevo conflicto total. La Guerra Civil Española fue el ensayo general. 


La aviación en la Guerra Civil


Entre 1936 y 1939 España vivió una contienda que marcaría el resto del siglo. No sólo en nuestro país, también en otras naciones cercanas. El apoyo que los nazis alemanes y los fascistas italianos le dieron a las tropas comandadas por Franco una ventaja fundamental frente a las tropas republicanas, que recibieron ayuda de la lejana Unión Soviética.

Basta recordar el bombardeo sobre la localidad vizcaína de Guernika por parte de la Legión Cóndor alemana para vislumbrar los estragos que podía ocasionar este tipo de ataques sobre objetivos militares y, especialmente cruento, sobre objetivos civiles que se protegían como buenamente podían.


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

Como curiosidad, el escritor André Malraux dirigió durante la Guerra Civil la película "Sierra de Teruel", un film en parte documental y en parte ficticia que se basa en la experiencia del propio Malraux como piloto de guerra. La película muestra combates aéreos reales que se produjeron durante la Guerra Civil y que rodó de una forma bastante temeraria. Después los negativos tenían que salir hacia Francia, donde se terminó de rodar.


La importancia del Campo de Aviación de Vilafamés


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

Localizar este aeródromo en Vilafamés no fue una tarea fácil. Aunque él GPS permitió llegar de una manera más o menos sencilla. Pero al finalizar la visita nos dimos cuenta que el navegador nos había llevado por un camino que no era por el que debía de hacerlo. Nuestra recomendación es que no vayáis por el camino más cercano a la CV-15.

El aeródromo 442 fue durante algo más de un año la base más importante de la 4ª Región Aérea de la República Española. Estuvo operativo desde verano de 1937 hasta verano de 1938, con dos etapas. La primera fue, tras su construcción, por el ejército de la República. Desde aquí se dio apoyo aéreo al frente de Teruel. Al final de la primavera de 1938 el ejército franquista tomó Vilafamés y el aeródromo pasó a ser utilizado por la Legión Cóndor. El avance del frente hasta la cercana Batalla del Ebro hizo que se abandonara.  


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

En este año largo de funcionamiento pasaron varios tipos de aeronaves por sus instalaciones: un Hispano Nieuport 52, de fabricación española en la factoría de Hispano-Suiza en Guadalajara (pero diseño francés) y que fue usado por ambos bandos; Polikarpov I-16 “Moscas, de fabricación soviética; Tupolev SB-2 “Katiuskas", también de fabricación soviética, al igual que los Polikarpov I-15 “Chatos”; y, por último, los Messerschmitt BF 109 alemanes. 


442. Campo de Aviación de Vilafamés


En 2019 se inauguró la musealización de este campo de aviación, tras las gestiones conjuntas del ayuntamiento de Vilafamés y el . Las principales piezas que vamos a ver son un perfil a tamaño real en una plancha metálica de un avión Polikarpov I-15 "chato". También se ha reproducido, con una plancha metálica, un piloto de la Legión Cóndor. 

En este espacio se pueden observar varios elementos originales. En primer lugar una torre de telecomunicaciones que también era un transformador eléctrico. Otro elemento son las sinuosas trincheras, que tenían tierra amontonada a ambos lados y que tenían una función de protección en caso de ataque. El personal cercano a ellas podía lanzarse para evitar ser impactado por la metralla. Las trincheras son, quizás, el elemento más destacado del aeródromo, ya que a lo largo de todo el espacio que ocupaba este campo de aviación había una red de túneles que se han recuperado, aunque nosotros no los pudimos visitar.


Aterrizamos en el campo de aviación de Vilafamés

También se ha reconstruido la entrada de un búnker que estaba junto a la zona de aterrizaje y servía para protegerse de los ataques aéreos que pudieran producirse. Sobre éste un edificio del que solo se conservan los cimientos y parte del suelo, y que era uno de los edificios que servía de almacén y polvorín. Al fondo, se encontraban los barracones, hoy desaparecidos.

Por todo el campo de aviación de Vilafamés hay numerosos paneles que nos proporcionarán bastante información y que podrán poner contexto a lo que estamos viendo. No es informativa, pero cabe resaltar que también hay una placa que rinde homenaje a todas aquellas personas que, de un modo u otro, estuvieron relacionados con este campo de aviación. Es bueno tener memoria.


Un trozo de la historia de España


La visita al aeródromo de Vilafamés puede complementar una excursión que incluya el interesantísimo centro de esta localidad en la provincia de Castellón. Siempre es necesario refrescar nuestra memoria y aprender que hubo lugar muy cerca que fueron protagonistas de la historia y estuvieron olvidados.   

Este paseo por la historia está altamente recomendado. Es cierto que este espacio está muy transformado después de 80 años, sobre todo teniendo en cuenta que los terrenos se usaron para cultivar, y hoy están llenos de conejos. De vez en cuando se realizan actividades relacionadas en el aeródromo, en las que hay personas que recrean los uniformes que se utilizaban en la época. Una manera de vivir más intensamente la historia. 


sábado, 8 de julio de 2023

ALREDEDOR DEL EMBALSE DE CONTRERAS: UNA EXCURSIÓN MUY COMPLETA

No dejará de sorprendernos que podamos descubrir lugares fascinantes tan cerca de casa. En esta ocasión os vamos a hablar de un paraje que descubrimos casi por casualidad y que nos dejó realmente asombrados. Vamos a recorrer juntos los alrededores del embalse de Contreras.

Alrededor del embalse de Contreras: una excursión muy completa


Este embalse se encuentra a caballo entre las provincias de Cuenca y Valencia, o lo que es lo mismo, entre Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. La mayoría de la lámina de agua se encuentra en territorio castellano, y la presa, muy salomónicamente, está justo en el límite de ambas comunidades. Se alimenta de las aguas del río Cabriel, del que ya os hablamos no hace mucho, y del Guadazaón, un afluente del Cabriel.



Probablemente habréis cruzado el embalse de Contreras si habéis viajado de Valencia a Madrid (o al revés) tanto en coche como en tren de alta velocidad, ya que unos viaductos lo cruzan a decenas de metros de altura, ofreciendo unas vistas espectaculares. Pero esta vez vamos a verlo desde mucho más cerca.

LAS TRINCHERAS, HERIDAS DE GUERRA

Alrededor del embalse de Contreras: una excursión muy completa


La realidad de todo esto es que fuimos un poco a la aventura. Habíamos visto que por la zona habían unas antiguas trincheras que se habían utilizado en la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico y, más de un siglo después, reutilizadas en la Guerra Civil. La zona es idónea para emboscadas y pillar desprevenido al enemigo. Era una zona de paso, el antiguo Camino Real entre Madrid y Valencia. Haced la prueba, llevaos unos prismáticos (o un teleobjetivo) y observad lo fácil que es ver al enemigo a mucha distancia y preparar un ataque con mucho tiempo de antelación.

Las trincheras se han puesto en valor y habilitado para su visita. Los paneles explicativos nos ayudarán a entender el contexto, tanto histórico como físico. Las siluetas de soldados (o guerrilleros) hechas en acero nos situarán en plena batalla. Es interesante conocer esta historia ya que, por desgracia, en España se han vivido demasiadas guerras en los últimos siglos.



Para llegar, debéis de coger la autovía A-3 hasta llegar a Villargordo del Cabriel, coger la CV-4660 hacia las afueras y enseguida encontraréis las indicaciones que os llevaran hasta la zona de las trincheras. Allí mismo hay un aparcamiento de tierra. Es suficientemente grande para el público que acude. Pero no lleguéis muy tarde.

Una vez vimos las trincheras, que en verdad no lleva mucho tiempo, teníamos dos opciones: volver a casa o recorrer el sendero que seguía una vez pasadas las trincheras. Elegimos la puerta número 2. 

LOS CUCHILLOS, UN ESPECTÁCULO NATURAL

Alrededor del embalse de Contreras: una excursión muy completa


Continuamos por el camino que nos había llevado a las trincheras. Es de tierra y grava aplanada y tiene como final de trayecto un mirador (bueno, en realidad dos) que nos permitirá observar el paraje conocido como los Cuchillos del Cabriel. Son unas formaciones rocosas que, debido a la erosión, tienen unas formas puntiagudas, y de ahí su nombre popular. Forman parte del Parque Natural de las Hoces del Cabriel

El camino apenas tiene dificultad. El buen estado de su firme hace que se pueda recorrer con carros de bebé, y probablemente con silla de ruedas (no os fieis, no somos expertos). Son varios kilómetros de camino hasta llegar al primer mirador, el de Peñas Blancas, así que os recomendamos que os llevéis agua, gorra y crema solar, aunque el sol no “pique”, porque podéis acabar como un tomate maduro.



Llegamos al mirador de Peñas Blancas y la vista es… ¡oh! A nuestros pies el valle que el Cabriel ha ido excavando lentamente a lo largo de los siglos. Toda nuestra vista alcanza a ver un inmenso bosque mediterráneo de carrascas y pinos, fundamentalmente, como el que nos ha ido acompañando por el camino hasta ahora. Según los carteles explicativos se pueden avistar águilas y cabras montesas. Nosotros no vimos nada, excepto insectos, alguna lagartija que quería aprovechar el sol y "restos biológicos" de las cabras. 

El sendero continúa unos pocos metros, alrededor de 200, hacia otro mirador. El camino está un poco disimulado por la vegetación pero no es difícil seguirlo. En este otro mirador, más o menos, seguiremos con una vista muy parecida. Quizás un poco más cercana a la presa de Contreras y los viaductos que antes hemos comentado. Estamos convencidos de que la visita ha merecido la pena y no queda otra que volver al coche, que sigue aparcado en el parking junto a las trincheras.

EL ANTIGUO POBLADO, VIAJAR EN EL TIEMPO

Alrededor del embalse de Contreras: una excursión muy completa


Una vez llegamos al coche descansamos unos minutos y pensamos en que hacemos a continuación. Decidimos que hemos venido a jugar, esto..., de excursión, y seguimos la carretera hacia el antiguo poblado que se construyó para los trabajadores de la presa de Contreras.

Llamar carretera a la vía es un poco por decirle algo porque tiene más de camino arreglado que de carretera al uso. No podemos ir a mucha velocidad porque puede saltar la grava y dañarnos el coche, y estamos en medio de ninguna parte. Por lo menos disfrutamos de las vistas. Al cabo de unos kilómetros un cartel nos prohíbe el paso excepto a vehículos autorizados. Pero el cartel está tan viejo y en tan mal estado que, oye, igual ya no está ni vigente.



Unos minutos más tarde llegamos al antiguo poblado. Sobreviven algunas casas frente a las que habían coches aparcados. Entendimos que son segundas residencias porque el sitio merece la pena pero hay una evidente falta de servicios. Estos poblados eran una solución habitual en la época franquista (la construcción del embalse se alargó entre 1948 y 1974) para alojar a los numerosos obreros y sus familias,  generalmente desplazados de otras zonas del país, y que así estuvieran cerca del lugar de trabajo. Al acabar la obra se abandonaban los poblados. Algunos se han recuperado para actividades turísticas.

A lo mejor porque es distinto a todo lo que estamos acostumbrados a ver nos sorprendió la antigua cementera que surtía de hormigón a la construcción de la presa. También hay un par de puntos que sirven de mirador hacia las Hoces y los Cuchillos del Cabriel. También vemos, a lo lejos, los mismos miradores en los que hace apenas un rato estábamos.

COMER EN EL SIGLO XVII

Alrededor del embalse de Contreras: una excursión muy completa


Ya no nos quedaba otro remedio que seguir la visita por la carretera. Ahora nuestro objetivo estaba en ver la presa de Contreras desde la base. Uno frente a otro nos encontraremos dos elementos por los que habrá merecido la pena nuestra excursión. Una es la propia presa, que nos observa con sus 129 metros de altura de puritito hormigón. El otro es un puente construido a mitad del siglo XIX, obra del arquitecto Lucio del Valle, que también dirigió las obras del Canal de Isabel II y la ampliación de la madrileña puerta del Sol.

Ya era la hora de comer y casi de forma milagrosa ante nosotros apareció un pequeño bar restaurante, ya en territorio castellano-manchego. Averiguamos que fue una antigua venta del siglo XVII que se dedicó a alimentar y dar posada a los antiguos viajeros. ¿Vamos a comer en un lugar con historia? ¡Adelante!

El interior es pequeño, pero tiene una amplia terraza. Al ser la hora de comer tuvimos que esperar un poco para que una mesa quedara libre. Nos sentamos en la terraza y la vista era espectacular, con la presa de Contreras y el puente de Lucio justo enfrente de nosotros. La brisa era muy agradable y… ¡todo lo que pedimos estaba buenísimo! Anexo hay un resort turístico en otras construcciones de la venta.



Y más o menos así acabó nuestra excursión. Al volver a casa, en vez de tomar directamente la A-3 recorrimos un tramo de la antigua N-III para aprovechar y pasar justo por encima de la presa. Fue un bonito día, que fue surgiendo sin mucha preparación. Os animamos a hacer esta excursión, os sumergiréis en la historia, en paisajes fantásticos y seguro que lo disfrutáis tanto como lo hicimos nosotros.