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jueves, 1 de marzo de 2018

UNA JOYA POR DESCUBRIR: SANT MATEU

En ocasiones un destino queda eclipsado por otro cercano que le supera en fama, pero que si estuviera situado a unos cuantos kilómetros sería un centro de atracción. Este es el caso de Sant Mateu, un lugar de paso en dirección a Morella, pero que tiene suficientes atractivos como para dedicarle una visita.



A medio camino entre Morella y la costa norte de la provincia de Castellón (Benicarló, Peñíscola, Vinarós) Sant Mateu conserva el sabor de sus moradores medievales. Una población donde convivían las tres principales religiones. Enclavada en el corazón de la comarca del Maestrat, junto a la cordillera del Maestrazgo que le da nombre, sus condiciones naturales realzan la belleza de su casco urbano.


La Plaza Mayor es el eje desde el que pivota la actividad en Sant Mateu. En el centro la fuente del Ángel domina el espacio, y en los laterales los soportales, sustentados por pilares de piedra, guardan tiendas y bares donde degustar un refrigerio y disfrutar de la gastronomía local, donde destacan los platos de carne y los guisos tradicionales. También destaca el aceite de oliva ya que los cercanos olivos milenarios le confieren una excelente calidad.



La iglesia arciprestal de San Mateo Apostol es ejemplo de las denominadas "iglesias de reconquista", construidas tras la conquista de estas tierras por parte del rey Jaime I de Aragón para cristianizar a los habitantes. Se caracterizan por sus tejados de madera a dos aguas sobre arcos diafragma. A esta estructura original del s. XIII, se le añadieron elementos góticos del s. XIV, XV y XVIII.



Pagando una entrada casi simbólica (1,5€ por persona) podremos acceder al interior. Podemos visitar una pequeña colección museográfica donde destacan las cruces de procesión finamente labradas y un cáliz que perteneció al papa Luna, Benedicto XIII, que como sabéis residía en la cercana Peñíscola. Esta entrada también nos permite subir al campanario, desde donde se ven unas espectaculares vistas de los alrededores. Un consejo, como el toque es automático no os recomendamos poneros debajo de una campana ya que si de repente toca, tendréis que estar una semana a base de paracetamol. Quizás exageramos un poco, pero os aseguramos que la experiencia no le gustó demasiado a mi hija.




Detrás de la iglesia arciprestal hay un cementerio donde se pueden ver varias estelas con cruces templarias. Los caballeros templarios acompañaron a Jaume I en su conquista, y éste les permitió establecerse en todo el territorio ocupado y construir sus edificaciones. Junto a este cementerio quedan restos de la muralla y muy cerca se encuentra el antiguo lavadero.



Atravesando de nuevo la Plaza Mayor llegaremos al Palacio de la Cort Nova, que actualmente es el Ayuntamiento, y junto a éste el Palacio Borrull, ambos edificios civiles góticos que han llegado a nuestros días en un magnífico estado de conservación. Muy cerca encontramos el conocido como el Carreró dels jueus (callejón de los judíos) un fragmento de calle de la antigua judería que fue restaurado para recuperar su aspecto original.



Un paseo nos revelará más edificios construidos entre los siglos XV y XVI, como el convento de las monjas clarisas y el cercano Palacio del Marqués de Villores. Ambos edificios constatan la importancia histórica que ha tenido Sant Mateu.


La provincia de Castellón tiene muchos lugares para descubrir, tanto en la costa, con playas de ensueño, como en el interior con pueblos y paisajes inolvidables. Vale mucho la pena deambular por las calles de Sant Mateu y disfrutarlo, en un entorno muy tranquilo para los niños. Descubriremos un municipio que, como decíamos al inicio, si estuviera ubicado en otro lugar sería un punto de parada obligada, pero al estar cerca de Morella queda un tanto relegada pero, como hemos visto tiene mucho que ofrecer.