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miércoles, 8 de noviembre de 2023

LA MEMORIA DEL PARC MINER DEL MAESTRAT

Una de las experiencias más interesantes que podemos vivir con los niños es visitar lugares que recuperan oficios que han desaparecido o están cerca de desaparecer. No solo por ese romanticismo nostálgico de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, si no precisamente para mostrar que, con sus fallos y carencias, en la actualidad vivimos mucho mejor de lo que lo hacían en el pasado. Esa es una de las razones que convierten al Parc Miner del Maestrat en un lugar ideal que visitar con nuestros hijos.

La memoria del Parc Miner del Maestrat

Nos vamos a adentrar en el interior de la provincia de Castellón en una zona de duras condiciones, veranos calurosos e inviernos gélidos. La comarca del Maestrat, que es la parte en la Comunidad Valenciana del Maestrazgo, guarda mucha historia y sobre todo mucha memoria.

LLEGAMOS AL PARC MINER DEL MAESTRAT 


Para llegar al Parc Miner del Maestrat no hay más remedio que hacerlo con un vehículo privado, ya sea propio o de alquiler, ya que está en un lugar accesible pero bastante apartado de los dos pueblos más cercanos, Culla y La Torre D'En Besora.

Os recomendamos poner el GPS para qué os guíe por la carretera adecuad. Para llegar hay que circular por una carretera de montaña estrecha y revirada desde la que podréis ver los valles cercanos. A lo lejos, y durante el tramo final del camino, veréis la silueta del Peñagolosa. Esta es la montaña más alta de la Comunidad Valenciana, un gigante lleno de leyendas a su alrededor.

La memoria del Parc Miner del Maestrat

En el último tramo se indica la llegada al Parc Miner del Maestrat. Os aconsejamos tener cuidado porque por esa misma carretera por la que nos hemos desviado, y que es más bien un camino, circula el trenecito que nos llevará a visitar las minas.

A nosotros nos sorprendió los edificios que se encuentran en el Parc Miner y que reutilizan los que existían cuando la mina estaba en funcionamiento.  Ahora son un bar-restaurante, dependencias de servicio y la taquilla. Aquí adquirimos las entradas, que hemos reservado previamente en el email parcminerdelmaestrat@gmail.com. El precio de la entrada general es de 12 €, mientras que para menores entre 4 y 12 años es de 6,50 €. Las familias numerosas, además de poseedores del Carnet Joven, estudiantes de la UJI, pensionistas y personas con una discapacidad superior al 33%, se pueden beneficiar de un descuento del 20%.. También se conserva una capilla o ermita muy fotogénica. Para amenizar la espera hay un parque infantil para que jueguen y no se desesperen.

NOS ADENTRAMOS EN LA MINA 



El Parc Miner del Maestrat cuenta con dos minas visitables: la mina Esperanza y mina Victoria. La mina estuvo a un servicio entre los años 1940 y 1962. Extraían mineral de hierro que se llevaba con camiones a Sagunto, a los Altos Hornos, donde se transformaba y se distribuía hacía varias partes de España y Europa. La apertura de la mina fue un revulsivo económico para una comarca que en plena posguerra no contaba con actividad económica más allá de la agricultura y la ganadería, y ambas eran deficitarias.

Cuando la mina dejó de ser rentable se cerró. Hubo un periodo en el que se utilizaron para plantar champiñones, pero la rentabilidad de este negocio tampoco debía de ser muy alta y al final también cerró. Desde hace unos doce años se volvieron a abrir como recurso turístico a través del Parc Miner del Maestrat. De esta manera se ha podido aprovechar este lugar y se han creado puestos de trabajo, que era de lo que se trataba desde un principio.

La memoria del Parc Miner del Maestrat

La primera mina que se visita es mina Esperanza. Se bautizó así porque, como acabamos de contar, el descubrimiento del mineral trajo la esperanza a un territorio que lo estaba pasando muy mal en uno de los peores momentos de la historia reciente. El descubrimiento no fue casual, ya que los vecinos de la zona usaban la cueva natural que existía para extraer pigmentos. Ese fue el germen de la mina.

Llegamos subidos en el trenecito que hemos aludido anteriormente. Andamos apenas unos pasos y llegamos a la boca de la mina. Anteriormente ya nos hemos pertrechado con cascos. Creednos, van a ser mucho más útiles de lo que podríamos haber imaginado en el momento en el que los repartieron. Nos sentamos frente a una pantalla nos disponemos a ver un video que recupera la memoria de aquellas personas que hace décadas trabajaron en la mina a través de sus recuerdos.

UN VISTAZO A UN TRABAJO DURÍSIMO 




La visita a la primera mina nos revela lo que acabamos de ver en el vídeo. El trabajo era duro, muy duro. Además era peligroso, muy peligroso. Afortunadamente durante los años de actividad no se registró ningún muerto, aunque sí que se produjeron accidentes.

Durante el recorrido veremos la maquinaria que se utilizaba y que fue variando con los años. En los primeros años el trabajo era casi exclusivamente manual, a base de picos y barrenos. Poco a poco se añadieron máquinas a motor, pero no por ello fue menos duro. También vemos otros útiles como las linternas de carburo. Nos cuentan que los niños también trabajaban en la mina. Algunos realizaban funciones de aguador, suministrando agua a los hombres que picaban. Nuestros hijos se sorprendieron mucho, les parece inconcebible que niños con su edad realizaran tareas tan duras en vez de ir al colegio.

La memoria del Parc Miner del Maestrat


También conoceremos que en esta mina de la necesidad se hizo virtud. Las galerías se iban excavando siguiendo las vetas del mineral y, para asegurar las zonas, se realizaban muros de piedra en seco, típicos de la zona. Muy seguros no eran, pero a la falta de madera se sumaba el aprovechamiento de las rocas que extraían para no tenerlas que acarrear, ya que en esta mina solo tenían carretillas en unos puntos determinados.

Precisamente la visita a la mina Esperanza finaliza siguiendo la antigua vía por donde se sacaban las carretillas que desechaban el material sobrante. Un espacio extraño, ya que la mina modificó el paisaje y la tierra que pisamos no existía hace unas décadas.

DE VUELTA A MINA VICTORIA 



Regresamos con el trenecito al inicio de nuestro trayecto para visitar la mina Victoria. En su interior esta mina no es demasiado distinta de la mina Esperanza. La principal diferencia es la altura, superior a la otra mina, y que desde el principio vemos unas vías por las que transportaban las carretillas. Quizás la diferencia más notoria es que desde un principio utilizó más tecnología, aunque fueran carretillas, que en la mina Esperanza. En un principio las carretillas carecían de volquete y había que vaciarlas a mano. Existe una especie de hall, más amplio que por su acústica, se utiliza para realizar conciertos de pequeño formato. 

Volvemos a ver vetas de material, que se quedaron sin extraer porque, lo más seguro, es que fueran escasas y no rentara. En ambas minas se extraían limonita, hematita y goethita, minerales que contienen hierro en bruto, que necesita ser transformado para su uso. 

Como curiosidad, y tal y como afirma el Dr. Ian Malcom, la vida se abre paso. En algunas galerías ha crecido musgo y su presencia está asociada a los focos que alumbran las minas. Esto también se debe a la elevada humedad interior y a las filtraciones de agua, que han empezado a forman estalactitas.  

ACABAMOS LA VISITA AL PARC MINER DEL MAESTRAT 


La memoria del Parc Miner del Maestrat

Os vamos a contar un secreto. Primero por avatares de la vida y después por las condiciones meteorológicas, tuvimos que posponer dos veces la visita al Parc Miner del Maestrat. Ahora que ya lo hemos visitado no nos arrepentimos en absoluto. Puede que la espera también haya logrado que tuviéramos aún más ganas de conocer este lugar.

Esta visita nos ha enseñado la dureza algunos oficios que se realizaban no hace tanto tiempo. Evidentemente siguen existiendo explotaciones mineras donde los trabajadores cada día, a pesar de haber mejorado muchísimo las condiciones de seguridad en el trabajo, se siguen jugando el pellejo a diario. También hemos realizado un ejercicio de memoria a través de los propios mineros que trabajaron aquí y que recuerdan un tiempo que fue duro.
 


Para acabar nos quedamos en la terraza de la cafetería del Parc Miner del Maestrat tomándonos un refresco y admirando un paisaje del interior de Castellón que adivinamos infernal en verano y gélido en invierno. Pero nos gusta.