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jueves, 23 de agosto de 2018

CONSEJOS PARA VISITAR LA ALHAMBRA DE GRANADA CON NIÑOS

Nunca llegó a ocurrir, al menos no está documentado históricamente, pero ha pervivido hasta nuestros días la leyenda que cuenta que Aixa, madre de Boabdil, le espetó a su hijo ese “llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre” que tanta carga dramática tiene al abandonar la ciudad de Granada, y su residencia en La Alhambra, en 1492 camino de Las Alpujarras. Lo que parece, según las fuentes históricas, es que Boabdil pactó con Fernando de Aragón (el Católico, para entendernos) paz y libertad para él y su corte y evitar la destrucción de La Alhambra. Afortunadamente.


Soy de la opinión de que visitar La Alhambra, al menos una vez en la vida, debería ser obligatorio. Cada vez que lo he visitado he descubierto un nuevo rincón, algo en lo que no me había fijado, un detalle que hace que la visita haya merecido la pena. Si a los adultos nos asombra, imaginaos a los niños.

Vayamos por partes. Antes que nada contextualizar todo un poco: La Alhambra, en contra de la creencia popular, no es palacio o un castillo, si no una ciudad palatina formada por un conjunto de edificaciones tanto privadas como administrativas. Construida sobre una colina desde la que se domina toda Granada y rodeada por una muralla, grosso modo podemos dividir sus partes en La Alcazaba, los palacios nazaríes, el Palacio de Carlos V y el Generalife.

Como podréis imaginar no se construyó en dos días, si no que su historia “oficial” arranca en el s. XIII sobre unas antiguas construcciones en ruinas y se extiende hasta el s. XVI, a través de ampliaciones, nuevas construcciones y adaptaciones de lo que se había construido. La Alhambra de la que hoy podemos disfrutar es la evolución de todos esos edificios y de la suerte que corrió el conjunto hasta nuestros días, estando en peligro de desaparecer en varios momentos de la historia.


La Alcazaba era el recinto militar, formada por las estancias donde residía la guardia que custodiaba la ciudad palatina y las distintas dependencias necesarias para la actividad castrense (patio de armas, almacenes, cocinas, etc.) Son las edificaciones más antiguas y antes de la construcción de los palacios también servía de residencia real.

Los palacios nazaríes son la parte más conocida y espectacular de La Alhambra. Formada por los edificios que albergaban la residencia del rey nazarí, su familia y su corte, salas de protocolo, edificios administrativos, etc. Aunque ahora podemos recorrer todas las salas, en su momento estaban perfectamente diferenciadas, y separadas, las estancias de carácter público y las de carácter privado. Aquí se encuentran, entre otras, el patio de los Arrayanes, la sala de los Embajadores, la sala de los mocárabes, el patio de los leones, las torres, etc.


El Generalife era la residencia de descanso de la familia real, algo así como la casa de campo a la que se iban de vacaciones. Al igual que en los palacios nazaríes, los jardines y los elementos hidráulicos son muy importantes, quizás más en esta parte al tener ese carácter de espacio de retiro. Probablemente los jardines más bonitos de todo el conjunto se encuentren en esta parte. Además al estar elevado respecto a los palacios nazaríes, las vistas y las fotos son preciosas.

El Palacio de Carlos V (bueno ya sabéis, V en Alemania y I en España) fue construido en el s. XVI por el Emperador para tener una residencia fija, aunque quedó inacabado y su aspecto final corresponde al s. XX. Es uno de los edificios más importantes del Renacimiento Español, que aunque dejó grandes obras pasó un poco de puntillas por nuestro país. Estilísticamente es muy moderno, con una planta rectangular en la que se inscribe un patio central redondo. El almohadillado de las fachadas todavía me sorprende. Aquí está instalado el Museo de la Alhambra y la entrada es libre.

Vale, este rollaco para un adulto puede estar bien, pero si se lo suelto a un niño se va a aburrir como una ostra. ¿Cómo podemos hacer que los niños no se atormenten visitando La Alhambra? Pues como siempre que hemos visitado un museo: con imaginación e implicando a los niños en la visita. Con estos sencillos pasos haremos que los niños disfruten de una visita que debe ser maravillosa. Días antes de la visita podemos prepararlos apoyándonos con materiales didácticos que podemos encontrar en la web del Patronato de la Alhambra y que están muy bien hechos. Al poder descargar los archivos en PDF podremos llevarlos durante la visita en una tablet (o en un smartphone en su defecto).


A los niños les encanta descubrir cosas nuevas, y que se las expliquemos para comprenderlas. De esta manera podemos contarles que el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, prohíbe la representación de animales o personas, por eso las paredes están decoradas con motivos geométricos, vegetales y con textos del propio Corán. La mayoría de la decoración está realizada con yeso, un material “pobre” y barato, pero que los artistas que intervinieron en La Alhambra supieron aprovechar muy bien.

Un momento, si el Corán prohíbe representar animales, ¿por qué hay una fuente con 12 leones en el centro de un patio? Evidentemente es una rareza. Esta fuente se encontraba en uno de los palacios privados del rey, y bueno siendo su casa podía hacer lo que quisiera (¡que para eso era el rey!). Lo que sí que es cierto es que los escultores tenían muy poca práctica en representar animales, y se nota.


A nosotros nos ayudó descansar cada poco y no ir a piñón. Aprovechamos las sillas que hay durante la visita para hacerles fotos y hacerles sentir que eran los reyes de los palacios. A nosotros también nos suele ayudar darles un plano o mapa del lugar que estamos visitamos para que ellos se ubiquen en todo momento. De esta forma los niños estarán más entretenidos durante toda la visita y el temor a que se aburran irá disipándose.

Información práctica. Hablemos de tarifas: si optamos por la entrada general, la más habitual y que permite la visita a la Alcazaba, palacios nazaríes y Generalife, tiene un coste de 14,85 euros (incluyendo los gastos de gestión). No hay descuentos para familias numerosas, pero los  menores de 12 años tienen la entrada gratuita. Los menores entre 15 y 12 años pagan 8,48 euros y los poseedores del carnet joven 9,54 euros. A pesar de todo, vale la pena hasta el último céntimo del precio de la entrada.


Os recomendamos que reservéis las entradas con antelación. Podéis hacerlo hasta tres meses antes de la visita. En taquilla suele haber disponibilidad, pero no siempre es así. La última vez que estuvimos (la primera con nuestros hijos) no había entradas disponibles cuando llegamos. Hay un cupo de visitantes cada 30 minutos, y las primeras entradas disponibles no lo estaban hasta cuatro horas después. No nos apetecía dejar el coche en el parking tanto tiempo, así que compramos entradas para esa tarde y tuvimos que volver más tarde.

Una de las cosas que más nos sorprendió es que no dejan entrar carros en los palacios nazaríes. Tiene su lógica teniendo en cuenta que hay bastantes desniveles y los salvan con escaleras. En caso de que el niño todavía no ande, te prestan una mochila portabebés de manera completamente gratuita, un buen detalle.


Esperamos que todos estos consejos y trucos os sean de utilidad. Visitar La Alhambra es una experiencia inolvidable. No en vano es el segundo monumento más visitado de España, solo por detrás de la Sagrada Familia, con 2,7 millones de visitantes de todo el mundo. Los niños tienen una gran capacidad para asimilar conceptos, imaginar y sorprenderse, algo que seguro les pasará en el conjunto nazarí.

jueves, 15 de febrero de 2018

RECOMENDACIONES PARA VISITAR EN GRANADA

Si nos pedís que os recomendemos una ciudad española para visitar, sin lugar a dudas os diríamos que Granada. Ya lo dijo el poeta Francisco de Icaza en sus famosos versos: "Dale limosna, mujer,/ que no hay en la vida nada/ como la pena de ser/ ciego en Granada." Y desde luego que el poeta tiene razón, Granada es una ciudad preciosa donde hay mucho que ver.


Indudablemente vamos a empezar recomendando una visita al conjunto de La Alhambra. Si todavía no lo conoces no sé a qué estás esperando, para mí es el mejor y más bonito conjunto monumental que existe. No es sólo un palacio (por eso se le llama conjunto), ya que consta de infraestructuras para la Corte, los palacios nazaríes, el Generalife, el Palacio de Carlos V y los jardines. Todo estaba rodeado de una muralla, por lo que era un ciudad (exactamente una ciudadela) dentro de la ciudad de Granada. 



Os aconsejamos que reservéis las entradas previamente a la visita, ya que se pueden conseguir directamente en taquilla pero al haber un cupo de visitantes por hora puede que no haya disponibilidad. Además es aconsejable llegar con antelación porque suele haber cola, incluso con reserva. Actualmente la entrada general cuesta 14 euros. No existe descuento para familias numerosas, aunque los menores de 11 años no pagan y para los menores entre 12 y 15 años cuesta 8 euros. También hay descuentos con el Carnet Joven, para mayores de 65 y discapacitados.



Si hay un lugar de Granada que ofrece unas vistas inmejorables de La Alhambra este es el Mirador de San Nicolás, enclavado en lo alto del barrio del Albaicín, justo enfrente de la colina en la que se asienta el conjunto palaciego. Al atardecer decenas de personas se reúnen para contemplar cómo se pone el sol, dándole una pátina rojiza a la piedra de La Alhambra (de ahí su nombre). Si no tenéis prisa podéis esperar al encendido de la iluminación nocturna, un auténtico espectáculo. Además suele haber gente tocando flamenco, algún cantaor aficionado, etc.



Para llegar al Albaicín lo mejor es ir paseando por la ribera del Darro y continuar por el Paseo de los Tristes para, al final de éste, iniciar el ascenso. Sí, es un buen tramo cuesta arriba. Si no os veis con fuerzas, o no veis al resto del grupo con ganas ( en especial los niños) podéis coger el autobús que tiene parada junto al mirador. 



Otra de las visitas recomendadas en Granada se encuentra en el centro histórico, destacando la Catedral y la Capilla Real, una edificación anexa donde se encuentran los sepulcros de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y de sus sucesores, Felipe (el hermoso) y Juana (la loca). Los sarcófagos están finamente esculpidos y merece la pena. También podemos aprovechar para pasear por las laberínticas calles de la Alcaicería, herencia directa del antiguo zoco. 



Granada es universalmente conocida por su tapeo. Dos calles se llevan la fama, la calle Elvira y la calle Navas. Ambas tienen muy buen ambiente sobre todo a la hora de cenar. Si bien en Elvira hay locales que destacan por la generosidad de las tapas, en Navas se encuentra el celebérrimo El Diamante, toda una institución, y encontraréis un ambiente más "serio". Si optáis por la calle Elvira no dejéis de visitar la puerta monumental del mismo nombre al inicio de esta vía. Otra opción es cenar en los restaurantes que se encuentran en los bajos de la plaza de toros, con propuestas muy interesantes.


Otras visitas menos habituales que también os recomendamos son:


- El Corral del Carbón, situado entre la Alcaicería y la Calle Navas. Es un antiguo almacén de carbón que data del s. XI. Su visita es rápida (unos 10 minutos) y gratuita. 



- La huerta de San Vicente. En el parque Federico García Lorca se encuentra la huerta de San Vicente, la casa de veraneo de la familia del poeta. Convertida en Casa-Museo, contiene objetos originales que pertenecieron a la familia. Actualmente se encuentra cerrada por obras de restauración. 



- La Cartuja de Granada, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca en España. Al no estar situado en el centro de la ciudad es un monumento menos conocido, pero no por ello menor.



Por último una recomendación, Granada es una ciudad muy musical. Tanto que ha creado la ruta Ciudad del Rock (GRX R&R), que combina salas de conciertos, bares, restaurantes, tiendas de discos o librerías especilizadas. Para una completa inmersión os propongo una banda sonora compuesta por artistas como Miguel Ríos, Enrique Morente (y sus hijas Estrella y Soleá); los indies Los Planetas, Lagartija Nick, Supersubmarina o Lori Meyers; y The Clash, ya que Joe Strummer, el líder de la banda británica, vivió una temporada en Granada y tiene una escultura en su honor en una placeta un poco escondida del barrio del Realejo.