domingo, 8 de noviembre de 2020

LLEGAMOS A LO MÁS ALTO DE LA PROVINCIA DE ALICANTE: RUTA A LA CUMBRE DE AITANA

Una nueva ruta senderista. Y es que poco a poco vamos sumando cumbres importantes que, además, están cerca de casa. Después de casi un año haber subido a la cima del Puig Campana y haber hecho otras rutas como las de Serra Gelada o la del embalse de Guadalest. En esta ocasión subimos al punto más alto de la provincia de Alicante: a la cima de la sierra de Aitana


Como punto de inicio y final de nuestra ruta, que habrás comprobado que es circular, elegimos la conocida Font del Partegat, en el municipio de Benifato. Entre otras cosas, este lugar tiene un área recreativa y un parking bastante grande, lo que viene muy bien una vez has finalizado la ruta. No os damos muchos más detalles del área recreativa ya que hablaremos de ella en otro post con más detenimiento. 

Esta vez nuestro grupo aumentó de participantes, llegando a cinco personas y una perra. Entre el paisaje y la fila que formamos decidí que nos llamaramos "la Comunidad del Anillo", ya que parecíamos hobbits atravesando la Tierra Media. 


Para empezar vamos con los datos duros La Sierra de Aitana forma parte de las últimas elevaciones de la cordillera prebética, que serían las se extienden desde la Sierra de Cazorla hasta el Cabo de la Nao, en Jávea. Tiene una disposición E-O y separa de forma natural la parte costera de la comarca alicantina de la Marina Baixa del Alcoià y El Comtat, en el interior de la provincia. Para entendernos, Benidorm, Finestrat y La Vila Joiosa estaría al sur, y Alcoi y Cocentaina al norte de Aitana. En en extremo NE quedaría el Valle de Guadalest, que también forma parte de la Marina Baixa. Su punto más alto es el Alto de Aitana, a 1558 msnm, aunque es imposible subirse al vértice geodésico, ya que se encuentra en el interior de una base militar donde hay radares aéreos y antenas de telecomunicaciones. 

Evidentemente no existe una única senda para llegar a la cumbre. La más popular es la que hicimos nosotros, desde la Font de Partegat. Hay una ruta bastante más larga desde Sella, otra desde el puerto de Tudons, en Alcoleja, o también desde Confrides. En realidad son todas ramales de distintos senderos de pequeño recorrido, que acaban confluyendo. Concretamente recorrimos el PR-CV-21, desde nuestro punto de inicio, y conectamos con el PR-CV-20 para llegar a la cumbre de Aitana.


¿Qué tiene de especial Aitana? Mucho. ¡Muchísimo! Empezamos la ruta ascendiendo desde, como hemos dicho, la Font de Partegat. Algunos aprovechan para llenar de agua las botellas. Por desgracia veo que a pesar de las últimas lluvias la fuente tiene menos agua que en otras épocas. Al poco de empezar a subir hay un cartel que indica una bifurcación. Nosotros nos dirigimos hacia la derecha, siguiendo la indicación de "Sender botànic Passet de la rabosa" (Sendero botánico Pasito del zorro, en castellano). De hecho no dejaremos de seguir esta señalización durante un buen rato. 

La subida no tiene excesivas cuestas, pero poquito a poco se va alcanzando altura. El sendero está perfectamente marcado, por lo que perderse es bastante difícil. No os recomendamos que hagáis esta ruta en los meses de más calor porque sombra hay muy poquita por el camino. La vegetación está compuesta fundamentalmente por plantas arbustivas, y hay bastantes plantas espinosas, estratégicamente colocadas (modo ironía on, modo arañazos on). Algunos tejos y arces alegran la vista, sobre todo en estas fechas, con las típicas tonalidades marrones del otoño.


Los puntos más interesantes durante el ascenso son el pozo de nieve que encontraremos junto al camino y varias fuentes. Del pozo de nieve solo se conservan sus paredes, un enorme espacio cilíndrico, ya que el techo ha desaparecido por la falta de uso (y mantenimiento) de esta infraestructura. En estas zonas la producción de hielo era un negocio muy importante hasta la llegada de los frigoríficos eléctricos. En estas construcciones se iba almacenando capas de hielo, intercaladas con capas de paja para aislarlas térmicamente, y se cortaban barras para transportarlas a municipios cercanos.

Respecto a las fuentes, la sierra de Aitana cuenta con varios acuíferos. De hecho en varios puntos podremos ver los pantanos de Guadalest y del Amadorio, que beben de los ríos que nacen gracias a las aguas que surgen de Aitana y sierras colindantes. Durante la subida pudimos parar unos minutos junto a la fuente de Forata para refrescarnos. Su nombre deriva de forat (agujero, en valenciano) ya que si miráis hacia Aitana veréis una roca con un bonito agujero, como si alguien con un taladro gigante la hubiera atravesado. También se pueden encontrar en esta zona, además de la fuente de Partegat, la font del Noguer (junto a un nogal, que le da nombre) y la del Arbre, entre Forata y Tudons, y que además tiene un área recreativa a su alrededor.


Y de estas que llegamos al punto más complicado de esta ruta, el Pas de la Rabosa. Es una estrecha grieta en las rocas que nos separan de nuestra llegada a la cima. Además del punto más complicado es el más espectacular. Tendremos que subir trepando y con mucha precaución de no caer o lesionarnos. Vi que antes había algún tipo de enganche en la roca, pero ya se había retirado. Aitana se formó hace unos 70 millones de años, cuando las placas Euroasiática y Africana colisionaron. En Aitana podemos ver dos fallas (Aitana y Partegat) que forman unas simas que pueden medir decenas de metros. Una vez atravesamos este punto y nos alejamos unos cuantos metros, si miramos atrás tendremos una impresionante visión de estas simas. 

Passet de la Rabosa (desde el otro lado) y falla de Aitana

Ya estamos cerca de la cumbre. O mejor dicho cerca de cerca de la cumbre, ya os hemos contado que hay una base militar y no se puede acceder. Precisamente las antenas y los radares (las conocidas "bolas" de Aitana) nos ayudarán a guiarnos para llegar al punto más alto del recorrido. Parada para el bocata y reponer fuerzas, con café incluido (¡gracias Chema!). Aunque la subida no es especialmente complicada sí que notamos ya el esfuerzo constante y tras un rato parados cuesta arrancar de nuevo.


Desde lo más alto de Aitana la vista es simplemente espectacular. En un vistazo abarcamos gran parte de la provincia de Alicante. Al NE se puede ver la sierra de Bernia, el peñón de Ifach y el Montgó. Hacia el S la Vila Joiosa y el Puig Campana. Se hace un poco raro verlo del revés, en espejo, acostumbrado a verlo desde el otro lado, pero esto nos enseña que casi todo es relativo. Al SO, Campello y Alicante (con la Serra Grossa y el Benacantil) y un poco más allá Santa Pola. Y, finalmente, al NO se puede ver Cocentaina y Alcoi. ¡Guau!


Para volver al punto de inicio en vez de regresar sobre nuestros pasos por el Pas de la Rabosa, seguimos hacia la Peña Alta y el Alto de Tagarina para descender por una senda forestal. Durante unos centenares de metros caminaremos junto a la cresta, que presenta un cortado bastante vertical. Desde la Font de Partegat ya se puede ver una pared casi vertical. La curiosidad hace que nos asomemos, aunque no nos acabamos de fiar, a ver si llegamos abajo antes de tiempo. 


La primera parte de la bajada es bastante pedregosa lo que hace que las rodillas y los tobillos sufran un poco. Aquí las carrascas nos acompañan, tanto que a veces dificultan la visión del sendero. En el punto donde se cruza el PR-CV-10 que se conecta Sella con Benifato, la pista se vuelve de tierra, algo que agradece el cuerpo. Ya no queda nada. Unos 3 kilómetros cuesta abajo y con un terreno bastante cómodo. Anticipadamente nos podemos relajar. Cuando llegamos a ver los almendros el camino se bifurca. Es aquí donde al inicio de la ruta nos hemos desviado a la derecha. Si queréis hacer esta subida con niños, yo elegiría ir hasta Tagarina por donde hemos accedido y evitar el Pas de la Rabosa, por seguridad.

Enseguida divisamos el área recreativa de la Font de Partegat. El parking se ha llenado durante las algo más de tres horas que hemos estado de ruta. De hecho seguirán llegando coches mientras descansamos unos minutos en una mesa del área recreativa y nos cruzamos con coches por ese camino lleno de baches por donde abandonamos Aitana.


Cansados y contentos a partes iguales volvemos a casa. En el camino de vuelta empezamos a hacer planes para la siguiente salida. Eso si la pandemia lo permite. Y si podemos cuadrar los compromisos pendientes, que la vida sigue. Mientras, la montaña nos espera.

miércoles, 28 de octubre de 2020

QUE SE PUEDE VER EN BARCELONA EN 2 DÍAS CON NIÑOS

¡Por fin! Eso es lo que decíamos en nuestro coche. Después de muchos meses podíamos hacer nuestra primera escapada. Nos cogimos como un clavo ardiendo a la excusa de que teníamos motivos familiares para ir a Barcelona, y ya que estábamos pues pasamos allí el fin de semana.

Qué ver en Barcelona en 2 días con niños
Vista panorámica de Barcelona
La verdad es que hacía bastante tiempo que teníamos ganas de ir a Barcelona. La última vez que estuvimos fue de pasada, un alto de camino hacia la Costa Brava. La verdad es que nos quedamos con la miel en los labios. Así que esta vez había que aprovechar para sacarnos esa espinita. Cogimos las maletas, metimos ropa, mascarillas, y unas cuantos envases de bolsillo de gel hidroalcohólico y para Barcelona.


Vamos a contar lo que hicimos durante dos días. No llevamos un plan férreo, más allá de unas cuantas cosas que queríamos ver. De hecho improvisamos bastante. Incorporamos algunas cosas sobre la marcha y tuvimos que desechar otras que teníamos muchas ganas de ver (el Park Güell, por ejemplo). Pero al final vimos, aunque fuera de pasada, bastantes cosas.


DÍA 1

Teníamos tantas tantas ganas de ver Barcelona que no sabíamos ni por donde empezar. Así que ante la duda de qué ver... lo vimos todo. Todo lo que pudimos desde el coche. Como el Bus Turístico, por las restricciones del coronavirus, no tenía servicio intentamos imitarlo nosotros. No fue difícil ya que había bastante menos tráfico del normal en Barcelona.


Las Torres Venecianas y al fondo Montjuic
De esta manera recorrimos las principales calles y avenidas de la capital catalana, recorriendo algunos de los principales monumentos. Nuestro alojamiento estaba a medio camino entre Plaza de España y Plaza de Catalunya, por lo que su ubicación era muy buena para movernos. Empezamos la ruta yendo, precisamente, hacia la Plaza de España, con esa vista de las Torres Venecianas y al fondo el Palau Nacional que alberga el MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya). Si la fuente de Montjuic hubiera funcionado, hubiera sido ya el acabose.


Qué ver en Barcelona en 2 días con niños
El Arco del Triunfo junto a los Jardines de la Ciudadela
Seguimos por Gran Vía de les Corts Catalanes doblando en la Plaza de Tetuán en sentido hacia el Parque de la Ciudadela. Tras ver el Arco del Triunfo volvimos sobre nuestros pasos para buscar el Paseo de Gràcia. Ahí buscábamos los dos edificios más famosos de la calle la Casa Batlló y la Casa Milá (La Pedrera). ¡Qué bonitos! ¡Qué ganas de visitarlos por dentro! Y qué bonitas las farolas de Paseo de Gràcia.


Detalle de la Casa Milá (o La Pedrera)
Nuestra ruta siguió por la Diagonal buscando, sí, el Camp Nou. A pesar de que nuestras filias futbolísticas no son culés, creo que al menos debíamos acercarnos a un estadio que es más que un estadio. Ya para finalizar nos dirigimos hacia el Parque de Joan Miró, coronado por la escultura "Dona i ocell" y de vuelta al alojamiento para comer.


Por la tarde visitamos Montjuic, donde estuvimos paseando por los alrededores del antiguo Estadio Olímpico Lluís Companys explicando a nuestros hijos que supusieron aquellos Juegos Olímpicos, y como de una forma mágica y espectacular se encendió el pebetero bajo el que nos encontrábamos en ese momento. Quisimos ir al MNAC, pero como quedaba poco tiempo para que cerraran, decidimos dejarlo para otra ocasión.



Si recuerdas el espectacular encendido del pebetero en los JJOO de Barcelona 92, no eres muy joven

Como todavía no había anochecido pensamos en apurar la tarde visitando el que es el monumento más famoso de Barcelona, y eso que todavía no lo han terminado. Como ya habrás imaginado estamos hablando de la Sagrada Familia. Mis hijos ya sabían lo que íbamos a ver gracias a los Lunnis de leyenda. Cuando llegamos ya estaba cerrado el templo a visitas, pero pudimos recorrer el exterior. Observamos las notables diferencias entre la fachada del Nacimiento (la más antigua) y la fachada de la Pasión (que se terminó en 2018). También las múltiples diferencias entre materiales, técnicas, estilos decorativos, etc. En definitiva, la prueba del paso del tiempo por este edificio, y las distintas manos y mentes que han trabajado en él, algo que ya aventuró Antoni Gaudí, y que seguirá sucediendo hasta que las obras se completen, previsiblemente en 2026.


Qué ver en Barcelona en 2 días con niños
La Sagrada Familia. Still working

La noche se nos echó encima, así que nos fuimos a dormir y descansar, que sabíamos que el siguiente día iba a ser bastante completo.



DÍA 2

Este día lo teníamos claro, íbamos a ir al Cosmocaixa. Este es un museo de las ciencias gestionado por la Obra Social La Caixa. Al ser clientes de esta entidad la entrada es gratuita. Si no lo sois, la entrada cuesta 6 euros para los mayores de 16 años acompañados de un adulto. Si son menores la entrada es gratuita. Con motivo de los protocolos de seguridad para evitar el contagio del Covid-19, era obligatorio el uso de mascarilla, el aforo se había reducido, había que mantener la distancia interpersonal, no se podía tocar los módulos interactivos y, lo más importante solo se podían visitar en dos horas cuatro espacios expositivos. Pero calma, que estos cuatro espacios expositivos son suficientes para este tiempo.


Uno de los muchos módulos de Consmocaixa

En primer lugar visitamos una exposición temporal muy interesante titulada "Sables y mastodontes". A continuación pasamos por el "Muro geológico", una muestra de diferentes estratos donde se muestran diferentes procesos geológicos de distintos lugares del planeta. La "Sala Universo" es el espacio expositivo más grande. Abarca desde el Big Bang hasta el uso de la robótica y de nuevos materiales con propiedades increíbles. Está llena de módulos interactivos que, como ya hemos comentado anteriormente, no se podían tocar. A cambio unos "mediadores", que eran superamables, los hacían funcionar y explicaban que significaban, que demostraban, etc. y daban las explicaciones que hiciera falta. De verdad, de 10. Por último se visita el "Bosque Inundado" un fascinante y sorprendente trocito de la selva amazónica con árboles y peces enormes.


Al salir de Cosmocaixa, y como no estamos excesivamente lejos, decidimos subir hasta la Torre de Collserola, donde hay un mirador desde el que se divisa toda la ciudad de Barcelona. Para eso hay buscar la carretera BV-1417 y desviarse en la BV-1418. Nuestro gozo en un pozo porque actualmente está cerrada. Así que empezamos a buscar alguna ubicación alternativa. Nos decidimos por el "Mirador de los Bomberos". Esta zona en realidad está restringida a vehículos autorizados, pero nos colamos (sí, lo confesamos, espero que no conlleve sanción alguna). El único castigo fue una mirada de desaprobación. Merece mucho la pena. La vista es espectacular. No os lo podéis perder. Otra alternativa menos outsider es el denominado "Mirador de Barcelona", que se encuentra al lado derecho en sentido Barcelona. Muy cerquita de la Torre de Collserola, que es una torre de telecomunicaciones llena de antenas, está el histórico parque de atracciones del Tibidabo, que en esta ocasión no llegamos a visitar.


Qué ver en Barcelona en 2 días con niños
¡¡¡Zoltar conoce tu futuro!!!
La pausa para comer la hicimos en un centro comercial que tiene una tienda de juguetes enorme (y restaurantes, claro). Super Drim es tan grande que dentro tiene una noria y una heladería, por si te sofocas ante tanto juguete. Lo que más nos gustó fue una máquina de ZOLTAR, un adivino que te entrega (por 1 € mediante) una tarjeta en la que te lee el destino. Un homenaje en toda regla a Big, esa fantástica película protagonizada por un joven Tom Hanks que tiene una de sus escenas más recordadas en una juguetería.

La Rambla, siempre La Rambla
Se nos acababa el tiempo en Barcelona, así que tras regresar a nuestro alojamiento para descansar un poco recargar batería, tanto metafórica como literalmente la de los móviles, emprendimos nuestro último paseo. La de cosas que vimos que mis hijos se quejaron nada más salir de que estaban cansados, pero con el truco de "¡Mira, mira! ¡Ahí está [introduzca aquí el edificio que desee]!" fuimos avanzando poco a poco.


Qué ver en Barcelona en 2 días con niños
Ayuntamiento de Barcelona en Plaça Sant Jaume

Andando por la Gran Vía llegamos a la Plaza de la Universidad, de aquí a Plaza Catalunya y bajamos por la Rambla. Aunque había bastante gente no llegaba a ser esa multitud que estábamos acostumbrados a ver por esta calle. Nos imaginamos entrando al Liceo, comprando en el mercado de La Boquería, y nos sorprende esa mezcla ecléctica de tradición y contemporaneidad, de iglesias y franquicias de comida rápida. Llegamos hasta el final, hasta el monumento a Colón, y remontamos para meternos de lleno en el Barrio Gótico buscando la Catedral. Callejeando recorrimos el barrio hasta dar con la Plaza de Sant Jaume. De ahí fuimos a buscar la Plaça Nova, desde donde pudimos observar la magnificencia de la fachada de este bello templo gótico. De ahí a Vía Laietana a buscar el metro. Se lo habían ganado.


La Catedral de Barcelona, protagonista de tantas historias...
Ya sé que nos vais a decir que nos quedaron muchas cosas por ver. ¡Claro! Nos sacamos una espinita, pero se coló el gusanillo por ver mucho más de Barcelona. Y es que en realidad Barcelona son muchas Barcelonas: la de Gaudí, la gótica, la Olímpica... Pudimos ver algo de cada una, pero nos encantaría ver más. A pesar de que el coronavirus ha alterado la vida de esta gran metrópoli, sigue latiendo, a menos velocidad que de costumbre, pero sin perder el pulso. Y es que, como diría el gran Peret, ¡Barcelona tiene poder! 

domingo, 18 de octubre de 2020

SI OS GUSTA EL ARTE URBANO TENÉIS QUE VISITAR FANZARA

En los últimos años se ha puesto de moda el arte urbano. Parece que han quedado atrás aquellos tiempos en los que se asociaba realizar un grafiti con ser un gamberro y un vándalos (que haberlos, haylos). Seguramente sin el trabajo de artistas como Jean Michel Basquiat o Keith Haring, que a finales de los 80 (del s. XX) consiguieron que los grafitis pasaran de las paredes callejeras a las galerías de arte y los museos de arte contemporáneo. El espaldarazo definitivo puede que provenga del enigmático Banksy, cuyo reivindicativo arte urbano se ha hecho famoso en todo el mundo.


Evidentemente también ayuda que las firmas "marranas" hayan pasado a ser murales que decoran y embellecen, aún con una fuerte carga de mensaje social, lugares que hasta el momento se encontraban degradados. De esta moda también han empezado a participar las administraciones públicas. Aquí se abre un interesante debate, porque no deja de ser curioso. Al mismo tiempo es importante apoyar a artistas que pretenden ennoblecer un tipo de expresión cultural que hasta hace poco era perseguida. Tanto es así que mientras señalan quien y donde (incluso que) tienen que pintar, borran muros con arte "no oficial".

La falla municipal de Valencia, la que se planta en la plaza del Ayuntamiento, sería un buen ejemplo de esta legitimación y de la  moda del arte urbano. En los tres últimos años los artistas urbanos Escif, Pichi&Avo y Okuda, que está de actualidad por su intervención en el cántabro faro de Ajo, han colaborado con los artistas falleros en la creación de los monumentos, aportando su visión.  


Toda esta introducción sobre el arte urbano no es más que para justificar porqué hemos visitado Fanzara. Este es un pequeño pueblo en la provincia de Castellón qué se ha hecho precisamente famoso gracias al arte urbano. Después de ver un montón de reportajes y posts en blog, y decenas de fotos en redes sociales son picaba el gusanillo y en cuanto tuvimos la oportunidad fuimos a visitarlo.

Fanzara se encuentra en el "primer" interior de la provincia de Castellón. Muy cerca del Parque Natural de la Sierra de Espadán y bañado por el río Mijares, desde la carretera por la que se accede a Fanzara se puede ver el mar (de ahí lo de "primer interior"). Ya os advertimos que solo por sus características naturales ya merece la pena visitar este municipio que no llega a los 300 habitantes. 


Para llegar a Fanzara os recomendamos que desde la A7, que cruza la Comunidad Valenciana de norte a sur, salgáis en la CV-20 hacia Onda y sigáis por esta carretera tras salir de Onda hasta la salida de Fanzara por la CV-194. No es nada complicado, quizás el tramo desde Onda sea un poco más revirado, pero nada especialmente difícil. Además está cerca de muchas ciudades como Valencia, desde donde se llega en una hora y en apenas 30 minutos desde Castellón. Si viajamos desde Alicante o Tarragona se tarda algo más de dos horas.

¿Por qué un pueblo que no llega a los 300 habitantes es conocido por el arte urbano? En 2014 se tiene la idea y se contacta con el artista madrileño Pincho. Éste lo ve viable y así se celebró la primera edición del Festival MIAU, que corresponde con las siglas de Museo Inacabado de Arte Urbano. Tras seis ediciones (en 2020 no se ha celebrado por la pandemia del Covid-19) han participado 73 artistas que han dejado en Fanzara más de 150 obras. El MIAU tiene una doble función. En primer lugar intentar cerrar una herida que se abrió cuando el Ayuntamiento de Fanzara solicitó que se instalará en su término municipal una planta de residuos tóxicos. Esto dividió a los habitantes entre detractores y partidarios. Los que estaban de acuerdo alegaban que era beneficioso por el empleo que generaría. Como en muchísimos otros pueblos los jóvenes se van por la falta de oportunidades, sobre todo porque en municipios cercanos hay una industria azulejera muy potente. Por otra parte había vecinos contrarios a esta instalación por lo que suponía para el medio ambiente. Finalmente esta planta no se instaló en Fanzara, pero la confrontación siguió existiendo.


En segundo lugar el MIAU pretende revitalizar un entorno rural que poco a poco se apaga. Esto lo ha conseguido parcialmente, ya que si bien es cierto que la fama de Fanzara ha traspasado fronteras y miles de personas han visitado el pueblo, esto no se traduce en más dotaciones hosteleras, principalmente alojamientos, ni en un aumento de la población. Con todas, el día que estuvimos había bastante gente paseando por sus calles y las terrazas de los bares estaban llenas, coronavirus y mascarillas mediante.

Por último, otro objetivo del MIAU es fomentar el intercambio de experiencias entre personas de distintas generaciones (los habitantes de Fanzara son mayoritariamente mayores) y crear nuevos vínculos, relaciones y colaboraciones. De hecho los artistas se alojan en casas de vecinos. Este objetivo está plenamente conseguido, ya que aunque al inicio hubo reticencias (ya sabéis que los grafitis es cosa de gamberros) al final se ha demostrado que ha sido beneficioso para el pueblo.


Nosotros fuimos con la idea de que Fanzara nos iba a gustar. Ya os hemos contado que habíamos visto anteriormente en redes sociales o por reportajes en televisión y otros medios como blogs, lo que encontraríamos en Fanzara. Pero lo que ocurrió es que nos encantó. Paseando por sus calles vas de sorpresa en sorpresa. La frase más repetida es "¡mira, mira, mira este de aquí!. Si un mural os sorprende, el siguiente lo hará más. También muchas os arrancarán una sonrisa. Porque el arte también puede ser divertido.

Sí, Fanzara está llena de obras de arte urbano. Las hay de todos los tamaños. Desde mural que ocupan toda la pared de un edificio de varias plantas, a otras que cabrían en un folio. Junto a algunas hay panees con códigos QR que os llevarán a una web donde podréis "acumular" las obras vistas. Y no todo es pintura, también escultura. Y durante la celebración del festival, en el mes de julio, se ofrecen charlas, conciertos, performances, danza, proyecciones...  


Os recomendamos vivamente acudir a Fanzara. No importa la edad para disfrutar de esta maravilla de pueblo. Lo decimos con conocimiento de causa, nuestro grupo lo formaban personas entre los 5 y los 70 años. Tampoco importa la época del año. Lo importante es tener ganas de disfrutar. Nosotros volveremos para poder participar en alguna de las visitas guiadas que ofrecen y en los talleres que organizan para niños. 

Poco podían imaginar en Fanzara que pasarían de discutir si en su pequeño pueblo debía albergar una planta de residuos peligrosos a recibir artistas de todo el mundo y aparecer en las páginas de The Guardian o The New York Times, además de la mayoría de medios españoles. Aunque solo sea por este ejemplo, ¡viva el arte urbano!

(A continuación tenéis una galería de imágenes del MIAU. ¡Imposible quedarse solo con unas cuantas!)