martes, 28 de julio de 2020

CONVIVIENDO CON LA NUEVA NORMALIDAD

Mascarilla higiénica, gel hidroalcohólico o distancia interpersonal son algunos de los términos que ya hemos convertido en comunes en nuestro día a día. No nos cabe duda de que ya sabéis de lo que estamos hablando y que no hace falta que expliquemos que significa cada uno. A éstos hay que añadir un último término un poco falsario: nueva normalidad.


La nueva normalidad no es normal. Puede que nueva sí, no sé, porque lo más parecido a esta situación sería lo que ocurrió con la epidemia de gripe en 1918 (la mal llamada gripe española) y evidentemente no estaba allí para saber lo que pasó. Pero desde luego llamar normalidad a esta situación pues, como que no.

Si atendemos a lo que dice la RAE en su Diccionario, "normal" es lo que se halla en su estado natural, lo habitual u ordinario o lo que se ajusta a ciertas normas, entre otras acepciones. Sin lugar a dudas las normas de higiene y protección frente al coronavirus van a ser habituales y ordinarias por un largo tiempo, así lo marcan las normas. Pero que duda cabe que para la mayoría de la población esta "normalidad" es una "no-normalidad".


La incertidumbre es el estado natural de esta no normalidad. Nunca ha sido más adecuado citar a Mario Benedetti: "cuando teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas". Porque ahora mismo tenemos muy pocas respuestas concretas y muchas preguntas. A ciencia cierta sabemos que el uso de mascarilla, el lavado constante de manos junto al uso de desinfectante, y la distancia entre personas que no conviven juntas, es el remedio más eficaz para evitar el contagio del Covid-19. Incluso algunas certezas, como el uso de guantes desechables, han ido decayendo. Porque sabemos muy poco de este coronavirus, algo lógico si tenemos en cuenta que hace muy poco tiempo que está entre nosotros.


El Covid y sus consecuencias es el tema estrella de cualquier conversación. La pregunta más habitual comienza por un "¿Podremos...?". Porque tenemos muchas ganas de hacer cosas, muchas ganas de ver cosas. En este tiempo de postconfinamiento (¡nosotros también acuñamos nuevos términos!) hemos hecho un par de escapadas, hemos visitado algún museo, hemos comido fuera. Tampoco es que seamos unos vivalavirgen, pero tras un confinamiento como el que hemos vivido, con tantos planes pospuestos, casi que lo necesitamos. Lo hacemos con un cierto agobio porque no tenemos la certeza de que el entorno sea 100% seguro. Siempre con mascarilla, siempre con el gel hidroalcohólico a cuestas, siempre respetando las distancias.

La nueva normalidad también es ir a un museo de ciencias y que no puedas utilizar los módulos interactivos (la inmensa mayoría, por cierto). La nueva normalidad es ir al autocine más en un mes que en los últimos 5 años. La nueva normalidad es entrar por una puerta para salir por otra. La nueva normalidad es sacar cita para ir a la playa. La nueva normalidad es ver ciudades a medio gas. Que no suene a queja, por favor. Podremos estar más o menos de acuerdo, aceptar las medidas con mayor o menor agrado, pero entendemos que estamos en un momento especialmente delicado. Un momento no normal.


Al principio muchas cosas nos parecían insólitas. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando. Que en los centros comerciales haya sentidos de circulación nos sorprendía. Más todavía que la gente lo respete (no siempre, que hay quien va a su bola). Que haya dispensadores de gel en cada esquina al principio nos parecía extraño, ahora vamos a buscarlos (¡y ojo si no hay!). Cuando estamos en una cola es raro que no miremos delante y detrás para ver si cumplimos y si cumplen. Pero todavía hay gente que sale del baño sin lavarse la manos. Si antes nos parecía una guarrada, ahora nos parece una guarrada y una temeridad. De todo lo que nos parecía marciano lo que más rápidamente ha cambiado es el uso de la mascarilla y la percepción general de que su uso es obligatorio.


Esa pregunta machacona que tantas veces oímos durante el confinamiento de que si esta situación nos iba a cambiar (para mejor) se ha respondido casi sola. No hemos cambiado, los pesimistas teníamos razón. Pero nos han cambiado, a la fuerza. Y deberían de seguir cambiándonos. A las pruebas nos remitimos. No hace falta más que ver las noticias. Muchos de los brotes surgen por la relajación de las tres reglas básicas. No puedo juzgar a nadie, a ver quien es el valiente que tira la primera piedra porque está libre de pecado. Pero sí que hay que ser tan riguroso como podamos en esta situación y no hacer el cafre. Si no es por solidaridad, que sea por egoísmo. 

La incertidumbre va a continuar. La vacuna no es una realidad ni va a serlo de inmediato. Me aventuro a pronosticar que no será ni solución, porque la campaña de vacunación debe de ser prácticamente universal para lograr efectividad. Y ahí están los enemigos de Bill Gates, los microchips y el 5G. Que también lo son de las vacunas, claro. Están en su derecho de opinar lo que sea, pero nunca de poner en riesgo la salud comunitaria por una idea magufa.


¿Nos vamos a ir de vacaciones? Evidentemente queremos irnos. Los planes no pueden ser a unos meses vista, como mucho a semanas. Los casos positivos se multiplican, las noticias acongojan y las dudas aumentan. ¿Estaremos haciendo bien? El equilibrio es el quid de la cuestión. Si podemos, saldremos. Si vemos la situación muy complicada pues nos quedaremos en casita, por responsabilidad. Sea como sea os lo contaremos. Y vosotros que lo leáis.  

sábado, 18 de julio de 2020

5 LUGARES IMPRESCINDIBLES EN VALENCIA PARA VISITAR CON NIÑOS

La ciudad de Valencia es estupenda para visitarla con niños. Tiene una cantidad enorme de recursos para que los peques de la casa se lo pasen en grande. En este blog tenemos un montón de sugerencias, sin ir más lejos.

Así que nos pusimos el reto de hacer un ranking con los cinco lugares que debéis visitar con niños, sí o sí, cuando estéis en Valencia. Pensábamos que iba a ser fácil. Ilusos… nos ha costado un montón dejar sitios fuera de este ranking. También nos ha costado mucho ordenarlos. A nosotros Valencia nos encanta y deseamos que este post os ayude a disfrutarla tanto como lo hacemos nosotros.

5- PLAZA DE L'ALMOINA


Empezamos en pleno centro histórico de Valencia. Este es uno de los lugares que más nos ha costado decidir. Hay tantos lugares en Ciutat Vella para elegir que siempre parece que se ha sido injusto al escoger uno frente otro.

En este caso nos hemos inclinado por esta plaza por varios motivos. El principal es porque es el punto central de la antigua colonia Valentia Edetanorum, la Valencia romana. Aquí se situaba el foro y alrededor los edificios más importantes. Bajo la actual plaza de la Almoina se encuentra un yacimiento arqueológico que recorre la historia de la ciudad. Está justo detrás de la Basílica de la Mare de Deu y de la cabecera de la Catedral, que anteriormente fue la mezquita principal de Balansiya (la Valencia musulmana) y un lugar destacado tras la conquista cristiana a manos del rey Jaume I.


Otro motivo para escoger esta plaza es su tranquilidad y su privilegiada situación para comenzar una visita al centro histórico de Valencia. Ya hemos dicho que está junto a la Catedral y la Basílica. También está a escasos metros del Almudín, el antiguo granero de la ciudad; del palacio de Benicarló, sede de las Cortes Valencianas; de las Torres de Serranos; de la emblemática plaza de la Reina; y como no, de la Plaza de la Virgen, del Palau de la Generalitat y de la calle Caballeros, que conecta con la plaza del Tossal y continúa por la calle de Quart hasta las torres del mismo nombre. Un recorrido imprescindible para todos. 

4- ALBUFERA


Hace un tiempo ya os hablamos de este espacio natural. Un lugar que sobrevive de milagro a todas las tropelías que le ha hecho el ser humano. Nuestro consejo es que recorráis el lago en una de las barcas que realizan un paseo. Los barqueros, que conocen el lago como su propia casa, os contarán muchas curiosidades. Este mini crucero os va a sorprender muy gratamente y a los niños les va a encantar.

Otro lugar imprescindible es el Centro de Interpretación que además de tener suficientes explicaciones de la historia del Parque Natural y de su importancia ecológica y económica (miles de toneladas de arroz dependen del agua de la Albufera), cuenta con un mirador panorámico y varios puestos para avistar aves.


Por último no os perdáis un atardecer en La Albufera. El embarcadero junto a la gola de Puchol, a pie de carretera, es u  buen lugar. El cielo se inflama en colores rojizos y la lámina de agua del lago, totalmente en calma, actúa como un espejo. Instagramers, ¡al turrón!

3- PARQUE GULLIVER


Es raro que visitemos Valencia y no vayamos al Parque Gulliver. Para nosotros es uno de los lugares más divertidos de la ciudad. Tanto nos gusta que fue uno de los primeros artículos que escribimos para este blog. Los valencianos adoran este parque, que ya vive en la memoria sentimental de la ciudad. Desde su inauguración a finales de 1990 (sí, este año cumple ya 30 años) miles de niños, y papás, se han convertido en liliputienses. 

Se sitúa en el tramo XII del Jardín del Turia, muy cerca del Palau de la Música, y aún más cerca de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El Parque es una inmensa escultura del personaje de Gulliver, inconsciente y amarrado al llegar a Liliput. Su ropa, pelo o manos se han convertido en toboganes, escaleras y rampas por las que jugar.


Por si no lo sabes, tienes que llevar vaqueros, porque la fricción de los distintos toboganes puede ser fatal para la ropa. Y tampoco hace falta llevar tacones, eh, que hemos visto cada cosa…

2- BIOPARC


Inaugurado en 2008, el Bioparc sustituyó al Zoo de Valencia que tras 40 años se había quedado bastante anticuado y los animales vivían en unas condiciones francamente mejorables. El parque cumple con los estándares contemporáneos de zooinmersión, con barreras que permanecen ocultas o semiescondidas para los visitantes. 

Todo el Bioparc imita cuatro hábitats de África: bosques ecuatoriales, Madagascar, la sabana seca y la sabana húmeda, uno de los hábitats más espectaculares. A su vez cada hábitat se subdivide en distintos biomas, como los bais de la selva o la cueva de Kitum. Alberga unos 800 animales de más de 100 especies distintas. Las grandes estrellas son los elefantes (africanos, claro). Nosotros somos fans de los gorilas, que nos parecen unos animales fabulosos. También encontraréis leones, jirafas, cocodrilos, cebras, gacelas, lemures o rinocerontes, entre otros muchos. 


Las actividades didácticas son muy variadas y amenas, y se realizan durante casi todo el tiempo de apertura. Si queréis más info, podéis leer el artículo sobre nuestra última visita.

1- CIUDAD DE LAS ARTES Y DE LAS CIENCIAS 


Poco podemos decir que no se sepa de este conjunto lúdico y divulgativo creado por los arquitectos Santiago Calatrava y Félix Candela y que, por sus  vanguardistas formas, es conocido en todo el mundo.

Esta compuesto por seis espacios. El Palau de les Arts Reina Sofía, dedicado a las representaciones de ópera y de música; L'Hemisfèric, un cine IMAX con proyecciones digitales; el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, un inmenso edificio dedicado a la divulgación científica; L'Umbracle, un paseo porticado que alberga un jardín botánico; L'Àgora, un edificio que va a albergar el Caixaforum de Valencia; y L'Oceanogràfic, el parque oceanográfico más grande de Europa.


Es difícil decir que les gusta más a los niños, porque si bien los tiburones o las belugas de L'Oceanogràfic son espectaculares, las demostraciones del Museo de las Ciencias les dejan con la boca abierta. Qué decir de las proyecciones en la pantalla de 900 m2 de L’Hemisfèric. Combinado con los jardines y el entorno, convierten a este conjunto, sin lugar a dudas, en un win-win.

Y vosotros, ¿conocéis Valencia? ¿Qué lugares consideráis imprescindibles con los niños? ¡Os leemos en los comentarios!

miércoles, 8 de julio de 2020

RECORREMOS LA RUTA CIRCULAR DEL EMBALSE DE GUADALEST

En este nuevo tiempo en el que estamos intentado recuperar ese tiempo en el que hemos estado confinados, una de las cosas que más nos apetecían era volver a la montaña a realizar esas rutas que periódicamente hacíamos. Por suerte vivimos en una localidad, Benidorm, que cerca dispone de bastantes lugares para practicar senderismo. Ya os hemos contado alguna salida, como la que hicimos por Serra Gelada, o en la que coronamos el Puig Campana.


Esta vez realizamos la ruta que rodea el pantano de Guadalest. Hace tiempo os hablamos del pueblo, que está en la asociación de los Pueblos más Bonitos de España, y ahora tocaba disfrutarlo de otra manera. Es una ruta muy facilita, de unos 10 kms de longitud. Tan fácil que pueden participar los niños sin ningún problema, siempre y cuando sean capaces de aguantar una caminata de ese recorrido (si no pues recortad y en paz). También muy importante, la ruta es circular (acaba donde empieza) con lo que la logística se reduce mucho al no necesitar dos coches, al menos no los necesitamos en nuestro caso.


Podemos dividir esta ruta en dos partes, una parte de unos 7 kms donde el camino está totalmente asfaltado, y otra de unos 3 kms donde la pista es de tierra. La división entre estas dos partes se produce llegando al casco urbano de Beniardà. Pero vayamos por partes.

La ruta la iniciaremos junto a la presa. Hay un parking para una veintena larga de coches, más los que caben a ambos lados de la carretera de acceso. Os recomendamos ir pronto, sobre todo en días de temporada alta o fines de semana. La mayoría de las personas que hacen esta ruta empiezan por la presa y siguen el camino en sentido antihorario. También se puede iniciar desde el pueblo de Castell de Guadalest, alargando la ruta casi 4 kms (2 kms de ida y otros 2 de vuelta).


Como hemos comentado anteriormente esta parte del camino está asfaltado. De vez en cuando pasa algún coche, moto o bicicleta, así que hay que tener un poco de precaución. Hay un par de pendientes pero en ningún caso son excesivas y se salvan sin ninguna dificultad. El camino atraviesa bosques de pinos y algún que otro campo de olivos (y algunas casas que nos sorprenderán). Siempre circulamos en paralelo al pantano, por lo que la vista es muy chula. Los alrededores son igualmente bonitos, ya que el valle de Guadalest está flanqueado al norte (de oeste a este) por las sierras de la Serrella, Aixortà y Bernia, y al sur por la sierra de Aitana. En esta dirección veremos a lo lejos, además de Beniardà, los pueblos de Confrides, Banifato o Benimantell.


Al cabo de unos 7 kilómetros llegaremos a Beniardà. Este es el pueblo que está a la cola del embalse. El río Beniardà, un pequeño cauce, es el principal aporte al pantano, además de otra rambla que nos encontraremos unos metros atrás. Precisamente en este punto, en un puente, hay que girar a la izquierda. Encontraremos una fuente a nuestra derecha y la piscina municipal a nuestra izquierda.


Teniendo en cuenta que casi llegamos al casco urbano de Beniardà, una de las opciones que tenemos es empezar la ruta desde este pueblo y hacerla en cualquiera de los dos sentidos posibles. Al finalizar podemos tomar algo en alguno de los bares del pueblo. Además de esta variante se puede hacer esta ruta desde la presa pero en sentido de las agujas del reloj.

No llegaremos a entrar al pueblo y antes de llegar hay un desvío hacia la izquierda. Si llegáis al poste con el cartel que anuncia de la entrada del pueblo, os habéis pasado. A partir de aquí empiezan los tres kilómetros de recorrido por pista de tierra. Nosotros encontramos un grupo de coches aparcados de un grupo de jóvenes acampados junto al embalse y de unos cuantos pescadores que pasaban allí la mañana.


Quizás este punto sea el único complicado de todo el trazado. La pista no está muy clara ya que hay bastante vegetación y tapan el camino. Hay que hacer un poquito de explorador, pero en ningún caso vamos a encontrar un nuevo continente ni nada por el estilo. Se cruza el río Beniardà, que para ser ya el mes de junio bien entrado llevaba bastante agua (después nos enteramos que unos días antes había caído una buena tormenta de primavera), y seguimos sin ningún problema. Para cruzar el río lo haremos saltando, no encontraréis ningún puente.


Y seguimos nuestro recorrido, que hasta el final es completamente llano. Estaremos más cerca del agua y podremos ver mejor las carpas que viven aquí, y que son el reclamo de los pescadores. Al final, junto a la presa, pudimos ver un banco bastante más numeroso. Apenas a unos doscientos metros del final del recorrido encontraremos los restos de un embarcadero que hace unos años utilizaba un barco turístico solar que hacía un pequeño crucero por el embalse. 


Cuando lleguemos a la valla que se encuentra junto al aparcamiento habremos finalizado el recorrido. Como os decimos, una ruta fácil que se puede disfrutar en familia. Los diez kilómetros de la ruta en ningún caso se nos hicieron pesados. Tampoco la hicimos a un ritmo demasiado alto, fue un paseo. Almorzamos nuestro bocadillo y nos dispusimos a volver a casa, pensando por el camino cual sería nuestra próxima ruta.


PD: Junto a la presa encontramos bastantes cañas arrastradas y, lo que más nos dolió, un montón de botellas de plástico, algunas de lejía (con su característico color amarillo). No hace falta que os comentemos la indignación que nos produce que el ser humano sea tan guarro y que se contamine de esta manera el medio ambiente. Así nos cargamos el planeta, el único que tenemos.

domingo, 28 de junio de 2020

UN PASEO POR CUENCA, MUCHO MÁS QUE LAS CASAS COLGADAS

Usualmente una referencia a Cuenca se utiliza de manera jocosa. Por un lado para indicar algo que está muy lejos, y por otra, bueno, ya sabéis, la que tiene la consabida connotación sexual. Pero lejos de tópicos y prejuicios bastante infundados, Cuenca es una ciudad muy bonita que merece una visita para conocer todo lo que ofrece, que es bastante. 


Para este paseo nos vamos a centrar en el centro histórico de la ciudad. Su importancia es tal que en 1996 obtuvo la declaración de Patrimonio de la Humanidad por ser “un ejemplo excepcional de la ciudad fortaleza medieval que ha conservado su paisaje urbano original notablemente intacto con muchos ejemplos excelentes de arquitectura religiosa y secular de los siglos XII al XVIII. También es excepcional porque la ciudad amurallada se mezcla y mejora el hermoso paisaje rural y natural en el que se encuentra”. Hace un tiempo ya os hablamos del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, que se ubica en las afueras de Cuenca, y de una bonita excursión al nacimiento del Río Cuervo



Vamos a empezar este paseo visitando el lugar más típico de Cuenca, ese que se ha convertido en su símbolo. Hablamos, como no, de las Casas Colgadas. Y hay que ser cuidadosos, porque son casas colgadas y no colgantes, como erróneamente las califica mucha gente. Es absolutamente imposible que no las conozcáis. Actualmente solo se conservan tres, la “Casa de la Sirena” y dos “Casas de los Reyes”, que fueron construidas entre los siglos XIII y XV, aunque hace unos cuantos siglos había una hilera de casas mucho más numerosa. El elemento más conocido son los balcones realizados en madera. 




En el interior de las Casas Colgadas se encuentra el Museo de Arte Abstracto Español. El museo se abrió al público en 1966, y tiene el honor de ser el primer museo de arte abstracto español y el primero con una colección de arte contemporáneo, mucho antes que que surgiera el IVAM, el Reina Sofía o el Museo Patio Herreriano. En su colección figuran obras de algunos de los artistas españoles más importantes del s. XX, como Tàpies, Chillida, Pablo Serrano, Eusebio Sempere, Chirino, César Manrique, Antonio Saura o Gerardo Rueda. La entrada es libre, así que no hay excusa. Si queréis más museos, muy cerquita (justo enfrente) está el Museo de Cuenca, y apenas a 300 metros, se encuentra el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en el que destaca su planetario. 




El mejor lugar para admirar las casas colgadas es el puente de San Pablo. Si sufrís de vértigo será mejor que no crucéis este puente peatonal, pero si no es así disfrutaréis de unas vistas maravillosas. En primer lugar de las casas colgadas, como os hemos comentado, pero también de las Hoces del Huécar. Fue construido en 1903 en hierro, y de esta manera sustituía otro puente de piedra del s. XVI que se había derrumbado. Mide 100 metros de largo y salva un desnivel máximo de 60 metros de altura. 




Precisamente el puente de San Pablo cruza sobre (muy sobre, por cierto) el río Huécar, un afluente del Júcar, que se une a éste en el centro de Cuenca. El Huécar ha ido horadando a través de los siglos un profundo cañón: las Hoces del Huécar. Podéis recorrer estas Hoces por la carretera que discurre paralela a estas. Un paseo muy tranquilo y muy bonito, aunque no hay que fiarse de los coches. Sobre estas Hoces se sitúan las Casas Colgadas, el barrio de San Martín, las casas que dan a la calle de San Pedro… Una maravilla Patrimonio de la Humanidad. 




Si en un lado del puente de San Pablo se sitúa el centro histórico de Cuenca, en el otro encontramos el Parador Nacional, antiguo convento de San Pablo. Construido por los dominicos en el s. XVI, está a caballo entre el gótico (la estructura) y el Renacimiento (decoración). Fue Manuel Fraga quien sugirió en sus tiempos de ministro franquista la posibilidad de dotar a Cuenca de un parador, pero no fue hasta 1993 cuando se inauguró como tal. Ya se sabe como van las cosas de palacio... Vale mucho la pena visitarlo, aunque solo sea para tomarse un café en un entorno tan privilegiado. 




Ya en el centro histórico de Cuenca encontramos la Catedral de Santa María y San Julián. Erigida a lo largo del s. XIII, es un magnífico ejemplo de arquitectura gótica, aunque tiene elementos posteriores, como la fachada, reconstruida a principios del XX. Es una catedral muy bonita, que tiene más parecido con las catedrales francesas que con otras construidas en España. 




En la misma Plaza Mayor en la que encontramos la Catedral, se sitúa el Ayuntamiento. Su construcción se data en 1762, como indica una inscripción en su fachada. Es el edificio barroco más importante de la ciudad y se levanta sobre tres arcos de medio punto. Estos tres arcos le dan un carácter bastante curioso al edificio, acostumbrados como estamos a construcciones de casas consistoriales más compactas. 




Si pasamos bajo el Ayuntamiento y seguimos bajando, ya sea por la calle de Alfonso VII o por la Calle del Fuero y después por la de Santa María, nos dirigimos a la Plaza Mangana. En esta plaza se sitúa la Torre de Mangana, una torre de la que se tiene constancia en el s. XVI. Aparte de ser la torre uno de los símbolos de la ciudad, la plaza es uno de los mejores miradores que hay en Cuenca. 




Como ya hemos hecho un buen paseo, y Cuenca no es precisamente una ciudad edificada en una llanura (ya veréis las cuestas, ya), probablemente tengáis hambre. Estáis de suerte, Cuenca es una ciudad donde se come excelentemente bien, pero no tiene la fama de otras ciudades. Yo me declaro fan del morteruelo. Este es un contundente paté realizado con hígado de cerdo cocido y pan. Se añade carne de caza, tanto de ave (tradicionalmente perdiz, codorniz y gallina) como de mamífero (liebre, conejo y cerdo). Aunque en cada casa varía la receta dependiendo del gusto de cada uno o de la disponibilidad del producto. Es un plato bastante contundente, que no se unta, si no que se come con tenedor y pan. Los zarajos o el ajoarriero son otros platos tradicionales. El postre más típico de Cuenca es el alajú, una torta de origen árabe, compuesta por dos obleas entre las que se coloca una pasta elaborada con miel y almendras. 




Ya veis que Cuenca tiene bastantes razones para ser visitada. Una magnífica propuesta para pasar unos días en familia. Si no la conocéis os va a sorprender bastante, porque es una ciudad muy bonita. Además ya tiene enlace en AVE desde Madrid, Valencia y Alicante. Así que no tenéis excusa y debéis de visitar Cuenca, como decían aquellas pegatinas que decoraron los coches de los 80, ¡es única! 

jueves, 18 de junio de 2020

LAS MIRADAS MILENARIAS DE LOS ÍDOLOS EN EL MARQ



Poco a poco estamos volviendo a recuperar la vida que dejamos en suspenso allá por marzo. Han sido unas cuantas semanas pensando en cuando volveríamos a salir a la calle. Después llegó el momento de pensar cuando podríamos ir a otro municipio. Ahora que ya podemos recorrer de nuevo nuestra provincia, tenemos ganas de viajar al resto del país. Incluso fuera, si tuviéramos la oportunidad. Pero sin prisas y con cabeza, que nadie desea un rebrote. Nuestras sensaciones os las vamos a contar en un post más completo y dedicado en exclusiva a este tema.


Así que decidimos ir al Marq, el Museo Arqueológico Provincial de Alicante, para ver su actual exposición temporal: Ídolos, miradas milenarias. En principio esta exposición se iba a poder ver hasta el mes de abril. Pero se ha tenido que prorrogar, con motivo del confinamiento, hasta el mes de julio. Posteriormente viajará hasta el Museo Arqueológico Regional de Madrid, en Alcalá de Henares.

¿De que trata Ídolos? Hace un repaso a la representación de humanos, por parte de nuestros antepasados de hace miles de años, en cerámicas, piedra, hueso o metal. Estas figuras tenían carácter simbólico. Los ídolos no eran dioses, eran figuras protectoras y antepasados que están mirándoles, apoyándoles y vigilándoles al mismo tiempo. Estas representaciones se han encontrado en la mitad sur de la Península Ibérica, en yacimientos de Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía o Portugal. Precisamente en nuestro país vecino se hicieron los primeros descubrimientos de estas figuras a finales del s. XIX.


La importancia de estas figuras radica en que nos hablan de los intercambios culturales entre pueblos hace entre 4.000 y 5.000 años aproximadamente, de como ya empezaron a tener unos elementos de representación que repetían y codificaban (unos ojos son siempre unos ojos, un rostro es un siempre un rostro, etc.) y que tienen relación directa con otros tipos de arte prehistórico como las estructuras megalíticas o las pinturas rupestres (que tuvieron ya una gran muestra en el MARQ).

La primera gran diferencia de esta exposición respecto a anteriores muestras temporales, es que ocupa solo dos de las tres salas que tiene el Marq para este tipo de exposiciones. Pero esto no significa que sea menos completa o peor que otras exposiciones, ni mucho menos. En total son 226 piezas de unos 20 museos tanto de España como de Portugal, y la colaboración de dos museos.


Como ya es marca de la casa, la exposición es muy bonita. El pasillo central que comunica las dos salas se convierte en un espacio expositivo más. A través de los paneles se explica perfectamente que son los ídolos y la función que tenían para esas sociedades prehistóricas. Me gustó mucho unos pequeños paneles en blanco y negro, con poca información y sencilla que me recordaban los destacados de los libros de texto. Para los niños son perfectos.

Nada más entrar nos encontramos con dos figuras, una mujer y una niña con la cara pintada junto a un enterramiento. Después descubriremos la función de esas mujeres. Un enorme panel nos hace un recorrido por las “Venus” prehistóricas que se han ido localizando en diversas partes de Europa y la función simbólica de estas figuras, que han estado vinculadas con ritos de fertilidad.


En la primera sala los elementos expositivos se basan en los monumentos megalíticos que, como he comentado antes, tienen a juicio de los expertos una relación directa con los ídolos. Se hace una contextualización de los hallazgos a finales del XIX. Reproducen, por ejemplo, los dibujos publicados en las obras del arqueólogo Luis Seret, que excavó en numerosos yacimientos del sudeste español (fundamentalmente en Almeria). Un mapa de la Península Ibérica sitúa los yacimientos.

En esta primera sala las piezas tienen un diseño muy esquemático, que también se enlazan con las pinturas rupestres esquemáticas, prácticamente contemporáneas de éstas. Apenas destacan unas formas básicas como la cabeza, brazos y piernas o el sexo. Pero si hay un elemento que destaca en las representaciones esto son los ojos. Grandes y fácilmente reconocibles. Se vinculan con el sol, el astro rey.


Antes de entrar en la segunda sala podemos ver un panel donde se recrea un ritual que oficia un chamán (por llamarlo de alguna manera) en una sociedad neolítica. Los especialistas creen que los ídolos están íntimamente ligados a estos rituales. Además el oficiante lleva una especie de máscara que nos recuerda poderosamente a las imágenes que tallaban.


El diseño de la segunda sala remite a varios elementos del yacimiento de Los Millares, donde se encuentran cabañas, fosos, silos y enterramientos que tienen (o tenían) forma circular. Los paneles laterales imitan la textura de la madera o de las piedras. Estas formas redondeadas se repiten varias veces en toda la sala. En el centro del primer "círculo" se encuentra una maqueta del poblado del yacimiento de Los Millares. En el segundo círculo hay un expositor redondo con un cuenco (también redondo, claro) y un ídolo en piedra con formas redondeadas. El tercer círculo representa un enterramiento, concretamente el tholos de Montelirio, en Castilleja de Guzmán (Sevilla), con el esquema de los cuerpos localizados en el suelo. La verdad es que da un poco de cosa pasar por encima, casi como si estuviéramos profanándolos.


Al final de la sala se hace un recordatorio a una serie de mujeres que fueron enterradas en Montelirio y que se descubrió que utilizaban habitualmente cinabrio. El cinabrio, también conocido como bermellón por su color rojo intenso, es un mineral muy tóxico compuesto en un 85% por mercurio y un 15% por azufre. Lo más seguro es que lo usaran para maquillarse para realizar rituales. Tanto las pinturas como las vestimentas reproducirían las imágenes que vemos en los ídolos.


Por último, debido al control de aforos, desde el Marq recomiendan reservar las entradas anticipadamente a través de su página web. De esta manera nos aseguramos que tendremos entrada para cuando decidamos ir, aunque hay que ser previsor porque el sistema de entradas bloquea los tickets con 24 horas de antelación. También se siguen sacando billetes en taquilla, evidentemente. El pago se debe realizar con tarjeta de crédito/débito contactless. En las exposiciones tampoco se puede tocar nada, incluidas las piezas tiflológicas, que entiendo que serán exclusivas para invidentes.


Una vez más el Marq demuestra porqué es uno de nuestros museos favoritos (bueno, uno no, el favorito). Seguimos a la espera de que llegue la gran exposición internacional de este año compuesta por 9 guerreros de terracota y un caballo de Xian, pero la situación es la que es, veremos. Antes tiene que exhibirse "Las artes del metal en Al-Andalus", que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional prorrogada hasta el 6 de septiembre, y que seguro que también será una muestra excelente. Pero  ya habrá tiempo para contar todo esto.

lunes, 8 de junio de 2020

CÓMO IR DE CAMPING Y DISFRUTAR AL MÁXIMO

En los últimos años el campismo ha experimentado un auge bastante grande. Cada vez hay más gente que lo practica. Desconocemos el motivo, pero intuimos que proviene de la crisis económica del 2008 y que, en principio, permiten disfrutar de unas vacaciones más asequibles. Tengo la sensación de que aquella confesión de un padre nórdico (no recuerdo el país concreto) en “Salvados”, el programa de Jordi Évole, que dijo que sus mejores vacaciones habían sido en un camping junto a su casa, influyó y el boca a boca hizo el resto.


En lo que no hay duda es que el camping permite disfrutar de unas vacaciones diferentes y no necesariamente tienen que ser más económicas o incómodas que ir a un resort o irte de crucero, porque hay campings con unos excelentes equipamientos, donde no se necesita ni tienda ni caravana ni ná, ya que se puede dormir en un bungalow y en el que se incluye desde el "todo incluido" hasta un circuito de spa o animación para los niños.

La primera y principal norma que tenemos que tener en cuenta es que en España está absolutamente prohibido la acampada libre es decir, coger una tienda de campaña irse al primer monte que quieras y plantarla allí. Lo más cerca que se puede estar de esa práctica es pernoctar en una zona de acampada permitida que suelen situarse en áreas recreativas, generalmente, en parajes naturales, o cerca de parques naturales. Estas instalaciones no son turísticas, por lo que suelen carecer de las infraestructuras sanitarias e higiénicas más básicas y el tiempo máximo de pernocta está limitado. Además hay que pedir permiso a la autoridad que lo gestione y, en su caso, pagar la tasa que corresponda. Nunca lo recomendaríamos para más de una noche.


Con todo esto, el mundo del camping tiene un abanico muy amplio de posibilidades: campings rurales o de montaña, campings de playa, campings sencillos y familiares, campings enormes llenos de bullicio… y a esto sumamos las posibilidades de alojamiento, que puede ser en tienda, caravana, autocaravana, en bungalows, como hemos comentado, o mobile homes, una posibilidad muy parecida al bungalow. Últimamente también se han puesto de moda el glamping, que son campings de lujo con alguna característica especial. Hay carretas de circo restauradas, toneles gigantes, antiguo poblados del oeste donde rodaban películas, jaimas con todo lujo de detalles...

En nuestro caso acampamos con tienda y respecto a los campings hemos probado un poco de todo, y la verdad es que no podemos decidirnos por uno pequeño, familiar y rural o bien uno enorme de playa, porque la verdad es que cada uno tiene sus encantos y sus puntos positivos. En cualquier caso conviene ir bien equipado para disfrutar al máximo. Por nuestra propia experiencia jamás debería de faltar lo siguiente:


PARA DORMIR

Tienda de campaña, y no olvidar nunca todo los elementos: piquetas, palos, varillas, etc.
Martillo de goma
Colchones hinchables y una almohada.
Hinchador para los colchones (si no es con hinchador olvidaos)
Saco/s de dormir, sábanas bajeras o protectores, alguna manta (o nórdico)
Esterillas
Rafia grande para debajo de la tienda y aislarla mejor del suelo.


COCINA

Cocina a gas o eléctrica
Gas (en caso de que la cocina no sea eléctrica)
Nevera portátil (puede ser de hielo o eléctrica)
1 cazo, 1 olla y 1 sarten (os recomendamos dos sartenes de distintos tamaños)
Platos, vasos y cubiertos
Abridores
Mechero o cerillas
Colador grande
Tuppers (sirven de cuencos a la vez que para guardar la comida)
Tijeras cocina
Mantel de plástico, hule o antimanchas
Servilletas
Una mesa o un mueble para poner la cocina
Estropajos
Lavavajillas
Bayetas
Trapos de cocina
Rollo de papel de cocina
Bolsas de basura
Barreño para llevar los cacharros y/o la ropa sucia


ACCESORIOS

Botiquín de Primeros Auxilios.
Lámparas y Linternas
Pilas
Alargadera eléctrica apta para uso en exteriores (ojo a lo de uso en exteriores y comprobad que cumple la norma de protección IP44)
Regleta con protección antihumedad
Sillas y mesa plegables
Navaja multiusos
Cuerdas y pinzas de tender.
Mapas, brújula o GPS.
Neceser de coser
Cinta americana
Bridas
Kit pequeño de herramientas con destornilladores, llaves, alicates, etc.
Pala pequeña
Repelente para los mosquitos
Insecticida
Juegos, juguetes, pinturas, libros, consola portátil, tablet…
Móviles y cargadores
Cantimploras
Prismáticos
Cámara de fotos
Libreta y bolis
Tarjetas sanitarias españolas y europeas
DNI y cartilla médica de toda la familia  
Dinero en efectivo y tarjeta de crédito
Bolsas reutilizables
Manta para el suelo
Kit de reparación de pinchazos (parches, pequeña lija…)
Detergente
Cepillo de mano y recogedor


ROPA

Ropa interior
Calcetines
Pantalones cortos y largos
Camisetas de tirantes, manga corta y/o manga larga
Sudaderas y/o chaqueta
Bañadores
Chanclas para las duchas y la piscina
Sandalias para andar
Zapatillas de deporte o botas de trekking
Chubasqueros y paraguas plegables
Gorras y gafas de sol


ASEO

Jabón, gel y champú (existen geles 2 en 1 para todo el cuerpo y ahorras espacio)
Cepillo y pasta de dientes
Equipo para afeitarse o depilarse
Toallas (las de microfibra ocupan menos espacio, pero no secan tan bien como las de algodón)
Peine, secador de pelo y espejo
Gomas y ganchos para el pelo
Papel WC
Clinex
Desodorante
Colonia
Protector solar
After Sun
Toallitas de bebé
Pañales
Compresas /salvaslips / tampones
Medicamentos básicos. (Analgésicos tipo paracetamol e ibuprofeno o similares).


Puede parecer que son muchas cosas, y realmente lo son. No he incluido la comida, pero podéis imaginar que hay que priorizar los productos no perecederos y que no necesitan frío para su conservación. También la práctica ha hecho que nos decidamos por los formatos de menos raciones, incluso monodosis, ya que aunque pueden resultar un poco más caros, hay menor riesgo de desperdiciar o de que se ponga malo el alimento en cuestión. Y también hay que saber sacrificarse un poco. Nosotros nos llevaríamos la Nespresso al fin del mundo, pero nos apañamos con café soluble, y si no siempre existen las cafeterías. Los campings suelen tener una tienda donde comprar alimentos frescos, por lo que no hay peligro de desabastecimiento.

Todo depende también de las características de vuestra familia, del tiempo que vais a estar en el camping o de la capacidad de vuestro vehículo. No es lo mismo viajar con caravana que solo con un coche, por ejemplo.

En todo caso siempre recomendamos primero hacer una prueba. Mejor ir cuatro días y que los niños se cansen al tercer día. Lo más probable es que a los niños les encante y les parezca poco tiempo, pero cada niño es un mundo. En esa prueba lo recomendable es pedir prestado el equipo necesario y no gastarse dinero en un montón de cosas que puede que no utilicemos nunca más.


También la práctica ha hecho que valoremos cosas que no te imaginas en un principio lo que puedes llegar a echar de menos. Por ejemplo, para nosotros toda lámpara o linterna es necesaria, y mejor pecar por exceso. Respecto al equipo, no os esperéis a última hora. Nosotros hemos ido comprando cosas fuera de temporada, en tiendas outlet o de liquidación. Así hemos podido aprovechar un mejor precio, en ocasiones irrisorio, por elementos que de normal podrían costar hasta 10 veces más de lo que pagamos. Respecto a la tienda no escatiméis, al final será el techo bajo el que durmáis. En caso de duda no dudéis en preguntar a gente con experiencia. Y para nosotros la mejor tienda es la que se monta más fácilmente.

Si os gusta la experiencia del camping os recomendamos que os hagáis con una tarjeta de descuento, en nuestro caso nos hemos decidido por la tarjeta Mundo Campista. Cuesta 10 €, con impuestos y envío incluído. Podréis encontrar descuentos para cerca de 200 campings en España (fundamentalmente), Portugal y Francia. También para tiendas de accesorios, parkings de caravanas, áreas campers, talleres... Los descuentos son válidos para todo el año y con una sola vez que la utilicéis ya está amortizada.


Esperamos que con este artículo os haya picado el gusanillo del campismo, una forma de disfrutar de las vacaciones distinta. Descubriréis que se puede estar tan cerca de la naturaleza como de la ciudad o de la playa, y acompañados por un colectivo que no duda en ayudarse mutuamente y que por norma general desprende muy buen rollo.