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lunes, 8 de julio de 2019

UN DÍA EN EL PARQUE WARNER DE MADRID

Llevamos una temporada que estamos aprovechando a tope todos los cumpleaños de la familia para visitar aquellos lugares a los que hace tiempo queríamos ir. Para celebrar el cumple de nuestro hijo mayor decidimos acudir al Parque Warner, en San Martín de la Vega, junto a Madrid, y así cumplir con la promesa que una vez hicimos (y que nuestro hijo nos recordaba frecuentemente).


Lo primero, y aunque nos lo habían advertido, visitar todo el parque en un solo día es absolutamente imposible. Por muy buena planificación que os hagáis, por mucha previsión que queráis organizar, quitaos de la cabeza que vais a ver todo. Porque suponemos que no solo vais a ir a pasear por el parque y querréis montar en alguna atracción o ver alguno de los espectáculos.
El Parque Warner tiene una superficie de más de 31 hectáreas, lo que supone que sea más pequeño que su gran competidor, el parque catalán Port Aventura. Está dividido en cinco áreas temáticas:
  • Hollywood Boulevard: está en la entrada del parque. Fundamentalmente tiene tiendas, restaurantes y un cine 3D, réplica del famoso Teatro Chino de Los Ángeles. Al final del día es el lugar donde transcurre el desfile de carrozas. En el paseo hay placas dedicadas a estrellas del cine que han pasado por el parque, quizá la más grande sea George Clooney.


  • Cartoon Village: esta área está dedicada fundamentalmente para los más pequeños. Aquí podemos encontrar a los personajes de los Looney Tunes (Bugs Bunny, Piolín, el pato Lucas, etc.) y tener la oportunidad de visitarlos en sus casas o en sus atracciones. Al ser una zona destinada a los más pequeños las atracciones no son excesivamente fuertes, aunque hay un par de montañas rusas pequeñas (sin loops ni nada de eso), los rápidos… y una zona con juegos de agua para esos días en los que aprieta el calor. 




  • Movie World Studios: una de las áreas más chulas por la tematización de los edificios. Puedes estar paseando por el Nueva York de principios de siglo XX o estar al borde del mar en un pueblecito marinero (yo miraba con recelo esperando una bandada de gaviotas que empezaran a picotearnos). Una zona muy instagrameable. Hay un pasaje del terror y una montaña rusa, aunque es un área más dedicada a los espectáculos.


  • DC Super Heroes World: el área más friki de todo el parque, la que da significado a todas las camisetas de superhéroes que se ven en el parque. Recrea las dos ciudades que son el yin y el yang del Universo DC: la amable y luminosa Metrópolis y la oscura y decadente Gotham City. En esta área se encuentran las atracciones más potentes del parque, adrenalina al 100%.


  • Old West Territory: recreación de un poblado del Lejano Oeste. También la tematización es magnífica (¡preparad el filtro sepia en vuestras cámaras!). Aquí encontraréis la montaña rusa de madera y dos atracciones de agua.


Nosotros no montamos en muchas atracciones, algunos tienen miedo, otros se marean, otros son demasiados pequeños… Pero aún así pudimos disfrutar de un día muy completo (y muy cansado).
El parque es enorme y no existe un tren o un barco que lo recorra, como en otros parques, y nos permita ahorrarnos un rato de paseo, por lo que al final del día acabaremos reventados, sobre todo si lo intentáis exprimir al máximo.

Al no montar en muchas atracciones, como ya hemos comentado, evitamos alguna cola infinita, pero al ir con niños pequeños (3,6 y 9 años) nos centramos en el área de Cartoon Village. Esto hizo que después tuviéramos menos tiempo para el resto de áreas, por ejemplo la del Oeste la vimos casi paseando. Por lo tanto poco os podemos contar en este sentido, además de que depende bastante de los gustos personales.

Con todo, subimos a un par de atracciones de agua, los rápidos ACME en Cartoon Village y los troncos en Far West, y en alguna montaña rusa de baja intensidad (también en Cartoon Village). Son muy parecidas a otras del mismo tipo de otros parques, pero por ello no dejan de ser muy divertidas. 

Respecto a los espectáculos vimos los dos shows estrella del parque: Loca Academia de Policía (área Movie World Studios) y Gotham City Stunt Show (área DC Super Heroes World), además del Desfile Nocturno, donde los personajes del parque se despiden de los visitantes. Acerca del show de Loca Academia, no os lo perdáis. Es una mezcla de comedia y especialistas con vehículos. Los cadetes deben de custodiar un banco que quieren robar y… Bueno si habéis visto las pelis ya sabéis como puede acabar. Igual sobra algún derrape, pero el espectáculo está muy bien.


El show de Gotham City recrea el intento de los villanos Joker y Harley Quinn para hacerse con el control de la ciudad, pero Batman y Robin intentarán impedirlo. Se representa en un escenario abierto y los asientos son muy limitados, por lo que os recomendamos que vayáis con tiempo si queréis verlo bien. En la categoría de show prescindible ponemos el cine 3D en el Teatro Chino (Hollywood Boulevard). En nuestro caso vimos un fragmento de El Hombre de Acero, que ya habíamos visto.

Este año estrenan un show nocturno basado en Aquaman que tiene muy buena pinta y lo harán en el lago de Movie World Studios. 

Aunque hay mucha gente que se queja del precio de las entradas no nos pareció excesivamente caro si lo comparas con otros parques similares. Es cierto que aprovechamos una oferta y que el pequeño todavía no pagaba entrada por lo que pudimos visitarlo de una manera un poco más económica. Las familias numerosas tenemos entrada reducida, pero las ofertas suelen mejorar este descuento. Respecto al parking, si vas en un día de calor no dudéis en coger una plaza techada ya que evitareis calor innecesario en vuestro vehículo.


Por último la comida. El parque impide entrar con comida o bebida, aunque vimos a gente que había colado bocatas. No se habla muy bien de los menús y sus precios, aunque hay entradas que incluyen un menú. La alternativa más económica (nosotros lo hicimos, y no fuimos los únicos) es dejar en el coche comida y salir al parking. Te ponen un cuño para volver a entrar. Por este motivo, también os recomendamos las plazas cubiertas. Por el contrario os tocará perder algo de tiempo y dar un buen rodeo. 

Para concluir, la visita al Parque Warner necesita al menos dos días. En un día es absolutamente imposible. Dependiendo de vuestros gustos o del perfil (niños, jóvenes intrépidos, fans de los shows…) os centraréis en un área u otra, y eso determinará finalmente vuestra visita. Hay quien dedica un día a montar en las atracciones y el siguiente a ver los espectáculos.


Lo cierto es que debemos de volver porque nos quedaron bastantes cosas pendientes. Y lo haremos, con las baterías llenas y las tarjetas de memoria vacías.

jueves, 26 de abril de 2018

LOS 8 ERRORES QUE TODO VIAJERO COMETE (Y CÓMO EVITARLOS)

"Nadie es perfecto (Nobody's perfect)" decía Osgood, el enamorado de un Jack Lemmon convertido en Dafne al final de Con faldas a lo loco. Y esa es una verdad irrefutable. Los viajeros como personas que somos (¡Oh, sorpresa!) no podemos evitar equivocarnos en ocasiones, algo que puede deportarnos ciertas decepciones tras mucho tiempo de preparación de un viaje soñado.


- Llevarnos la casa detrás: uno de los errores más frecuentes es transportar muchas cosas que no necesitamos o que ocupan un espacio (y un peso) muy valioso. Por ejemplo los productos de aseo personal. Si es una escapada rápida de un par de noches, con los tamaños de viaje tendremos más que suficiente. ¿Para que llevarnos un bote de gel, otro de champú, nuestras cremas favoritas, la espuma de afeitar...? Si vamos a estar más tiempo, a menos que usemos un producto por necesidad médica (psoriasis, por ejemplo), en la inmensa mayoría de destinos podremos comprar productos básicos y evitar cargar tanto a la ida como a la vuelta con un peso que pueda penalizar nuestro equipaje.

- Visitar algo "porque hay que hacerlo": Vale, lo hemos dicho, y lo hemos hecho. Es eso de "¿cómo que no habéis visto el museo de bujías perladas?". O por el contrario has ido a ver el puñetero museo de bujías perladas, en vez de pasear por un parque, visitar un museo de arte o ponerte hasta las trancas de la especialidad local y te la traen completamente al pairo las bujías, las chispas y la leche que les han dado (SPOILER: el Museo de bujías perladas no existe, o eso espero, es un ejemplo). Si algo no os gusta, no vayáis a visitarlo, tal cual. Sobre gustos los colores.


- No movernos un mílimetro de nuestros platos favoritos: Yo he visto una familia con la compartíamos viaje organizado buscar desaforadamente un restaurante en Santiago de Compostela que les hiciera una paella. No es un ejemplo, es verdad verdadera. Mientras, nosotros nos poníamos como el Quico de empanada, percebes, albariño... No sé si en Santiago hacen buenas o malas paellas, imagino que habrá quien tenga mano, pero tenemos el convencimiento de que viajar es descubrir en todos los sentidos, y el gastronómico es uno ellos. 

- Tener menos flexibilidad que una vara de acero alemán: Durante un viaje puede llover, granizar, y caer chuzos de puntos. Puede reventar una cañería e inundar ese edificio que queríamos visitar. Puede haber una invasión alienígena... Hay que tener siempre un plan B, C y hasta la Z si me apuras. Es fantástico llevar un planning de actividades con horarios y querer cumplirlo (para eso se hacen), pero contad con unos ciertos márgenes que nos permitan hacer cambios rápidos en caso de que surjan imprevistos. Cuando mejor se improvisa es cuando mejor preparado se va.

- Nos llevamos los prejuicios de viaje: Ya hemos comentado que hay que llevar la menor carga posible, y los prejuicios pueden arruinar un viaje (o al menos no dejarnos disfrutar de algunas cosas). Yo no he entrado al Museo del Barça por no ser mi equipo (y me he arrepentido). Casi me borro de una visita guiada que resultó ser maravillosa (por suerte me convencieron). Si sólo sabemos decir que no, el viaje nos dirá que no a nosotros.


- Los niños también viajan: Como viajeros que son, debemos hacer partícipes de los niños de algunas de las decisiones que tienen que ver con el viaje. No podemos dar por supuesto que les va a gustar y divertir algo, sería conveniente preguntárselo. También al revés, a lo mejor quieren visitar algún lugar que no habíamos pensado ya sea porque algún amigo haya estado previamente, porque salga en su programa de televisión favorito, o por que en el cole hayan visto algo relacionado. Esta toma de decisiones conjunta será muy beneficiosa para toda la familia.

- No comparar precios: ¿Quien no ha comprado un souvenir en una tienda frente al monumento estrella de la ciudad que estamos visitando y lo hemos encontrado a dos calles de distancia a un precio bastante menor? Parece mentira, pero el ansia viva todavía nos puede. No hablamos de racanear, si no de economizar. A veces cuando estamos de vacaciones parece que todos los caprichos son posibles y después pagamos las consecuencias (nunca mejor dicho).

- R.E.S.P.E.C.T.: Parece obvio, pero no siempre se cumple. Hablamos de respeto en todos los aspectos posibles, tanto a las personas como a los lugares. Recordad que si viajamos es para enriquecernos culturalmente, comprender y asimilar costumbres locales, aunque no nos gusten. Es parte de ese aprendizaje que experimentamos. En muchos viajes identificamos al segundo el rastro de los españoles, y suele dar vergüenza ajena.


Hemos recopilado estos errores frecuentes que, además, nosotros solemos cometer. ¿Qué opináis? ¿Cometéis estos mismos errores u otros? Podéis ir dejando vuestros errores en los comentarios o en nuestros perfiles de redes sociales. Estamos seguros que ayudaremos a mucha gente (¡empezando por nosotros!).