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martes, 28 de diciembre de 2021

LA VIDA PASEA POR LA RAMBLA NOVA DE TARRAGONA

En todas las ciudades, y pueblos, del mundo (o eso suponemos) existe una calle, que no tiene que ser la principal, por donde la vida no solo pasa, también se palpa. Son esas calles que sabemos reconocer de un simple vistazo. La Gran Vía en Madrid, Champs Élysées en París o la Quinta Avenida en Nueva York serían ejemplos. En Tarragona esta calle por donde transcurre la vida es la Rambla Nova.

Rambla Nova de Tarragona

La Rambla Nova es una calle que tiene una longitud aproximada de casi 2 kilómetros y una anchura entre 45 y 50 dependiendo del tramo. Aunque esto tiene un poco de trampa. La Rambla Nova se abrió a mediados del siglo XIX, concretamente en 1854. Tras el derribo de la antigua muralla del siglo XVI, conocida como la muralla de Sant Joan, se precisaba un espacio que comunicará el casco histórico, rodeado por las antiguas murallas de Tarraco, y los barrios que se asentaban en la parte baja, alrededor de un puerto que cada vez cobraba mayor importancia.

LA RAMBLA NOVA


El primer tramo que se urbanizó tenía una longitud de unos 700 metros. Se amplió hasta la plaza Imperial Tarraco, y en 2006 se abrió una nueva ampliación de alrededor de 1 kilómetro, que conecta la Rambla Nova con el río Francolí. Pero a partir de la plaza Imperial Tarraco la rambla toma los nombres de Lluís Companys y Francesc Macià, por lo que no se le puede considerar parte de la Rambla Nova.

Además la Rambla Nova esconde una mentirijilla. No había una rambla antes de urbanizar esta calle. En realidad toma su nombre de la Rambla de Barcelona. En principio se le iba a llamar "La Explanada", pero pronto se adoptó su nombre, que ha cambiado varias veces a lo largo de su historia. Pero de la Rambla barcelonesa no solo imita su nombre, sino también adopta su estructura. Es decir un paseo central con arboles a ambos lados y un espacio para el paso de carruajes, que con el aumento del tráfico rodado en las ciudades acabará siendo tomado por los vehículos a motor.

La Rambla Nova pronto se convirtió en el espacio de referencia de la ciudad. Se iba a reservar para situar aquí equipamientos de primera calidad para la ciudad, como bancos, centros sanitarios o teatro. Sería un lugar dónde pasear era un acto que se realizaba tanto para ver como para ser visto. Pero pronto fue un espacio muy codiciado para construir nuevas viviendas. Éstas trasladarían el importante estatus de la familia constructora o poseedora del inmueble.

UN LUGAR DE LUGARES IMPRESCINDIBLES



Hoy en día la Rambla Nova de Tarragona sigue teniendo este halo de importancia, siendo una de las vías más importantes y en la que no solo se sitúan entidades públicas y privadas. Además aquí también se ubican importantes comercios, bares y cafeterías, con sus terrazas abiertas al trasiego de las personas que vienen y van.

Rambla Nova de Tarragona

Uno de los lugares más peculiares de toda la ciudad de Tarragona se encuentra al principio de la Rambla Nova (atendiendo a la numeración de los portales). Este es el Balcón del Mediterráneo, un fantástico mirador sobre el Mar Mediterráneo, obviamente. Si tenéis vértigo no os lo aconsejamos ya que este balcón está sobre un acantilado bajo el cual circulan las avenidas que comunican norte y sur de Tarragona y las vías del tren que parten y llegan de la cercana estación tarraconense. "Tocar ferro", es decir, tocar el hierro de la barandilla dicen que trae suerte.

Rambla Nova de Tarragona

Si aún así os decidís a mirar, si echáis un vistazo al parterre que hay a los pies del balcón, vereis el escudo de Tarragona junto a una T o una tau. A la izquierda podréis ver la playa del Miracle, la Punta homónima y el fortín de Sant Jordi, entre otras cosas. Si miráis a la derecha podréis ver el puerto con su incesante tráfico. Hay un punto de ingravidez al poder mirar desde esa posición al mar, dándonos la sensación de que, por un momento, estamos flotando.

LAS ESCULTURAS DE LA RAMBLA NOVA



En ese punto, justo a nuestra espalda, encontraremos una de las varias esculturas que se encuentran repartidas a lo largo de la Rambla Nova. Esta en concreto está dedicada a Roger de Lauria, almirante de la flota de la Corona de Aragón bajo el reinado de Pedro III, hijo de Jaume I. Inaugurada en 1889 no se decidían si debía darle la espalda al mar o a la ciudad. Ganó la primera opción.

El resto de esculturas dispuestas en la Rambla Nova están dedicadas, con motivo de su 125 aniversario, al Club Gimnàstic, más conocido como el Nàstic, que es el club deportivo más longevo de España (con actividad ininterrumpida) cuya sección de fútbol es, probablemente, la más conocida. Otra de las esculturas está dedicada a la sardana, el baile catalán más conocido. Uno de los conjuntos más queridos por los tarraconenses es el dedicado a los "héroes de 1811", conocida popularmente como "els despullats (los desnudados)". Representa a los defensores de la ciudad durante el asedio francés, en el marco de la Guerra de la Independencia, durante los meses de mayo y junio de aquel 1811.

Rambla Nova de Tarragona

Quizás la escultura más entrañable es la que representa a l'avi Virgili. Josep Virgili, (el abuelo Virgili) fue un impresor, escritor y aficionado a la historia local. Un personaje muy estimado en Tarragona, que desde joven fue recogiendo y coleccionando las historias de Tarragona para compilarlas. La escultura lo homenajea representándolo sentado, observando su querida ciudad. Por último mencionar la fuente del Centenario. Realizada en 1954, año que se cumplió el centenario de la Rambla Nova, marcaba el fin de esta calle antes de las ampliaciones realizadas y que le han dado su aspecto actual.

LA VIDA ALREDEDOR



Aunque no pertenezcan a la Rambla Nova, sensu stricto, no está de más mencionar los monumentos dedicados a los Castellers, una tradición que tiene gran raigambre en Tarragona, y que representa a 250 castellers que realizan un castillo de 4 alturas. También la escultura dedicada al expresidente de la Generalitat Lluís Companys. Por último, la escultura más reciente, de 2006, denominada la Torre de los Vientos, que cierra la Rambla.

Caminar tanto por el paseo central como por las aceras situadas ambos lados de la Rambla Nova es observar un ir y venir de gentes. También la vida se manifiesta en las terrazas de los diferentes establecimientos, bares cafeterías y heladerías, qué se encuentran a lo largo de esta vía punto. También el Teatro Metropol y el Teatro de Tarragona contribuyen a ese trasiego continuo de personas.

ARQUITECTURA EN LA RAMBLA NOVA


Rambla Nova de Tarragona

Como ya hemos comentado al principio del artículo, desde que se abrió la Rambla Nova fue un punto estratégico donde construir nuevos edificios que demostraran la capacidad de Tarragona. De ahí que un paseo por esta arteria sea también un repaso por los estilos arquitectónicos más importantes del último siglo y medio.

El edificio más representativo del modernismo es la conocida como Casa Salas. Construida en 1907, obra del arquitecto Ramón Salas i Ricomà (de ahí el nombre) fue una el primer edificio de viviendas realizado en la Rambla Nova. Ubicada en el número 25, como elemento más destacado cuenta con una tribuna que sobresale de la vertical de la esquina de la primera planta. Esta planta es la que cuenta con una decoración más suntuosa. Esto es porque las plantas más altas se dedicaban al alquiler.


Otros edificios importantes situados en la Rambla Nova son el Colegio de las Teresianas, inaugurado en 1926 y obra de Bernardí Martorell i Puig, discípulo de Antoni Gaudí. También destaca el Teatro Metropol, construido en 1908 y uno de los centros culturales más importantes de Tarragona. Otros edificios a destacar son la sede del Banco de España, la Casa de la Punxa (el pincho), el edificio de viviendas de La Caixa o el edificio Enher, de 1927.

UN POCO MÁS ALLÁ


Rambla Nova de Tarragona

Pero la importancia de la Rambla Nova rebasa los límites estrictos de esta calle, para inundar las calles colindantes. Un ejemplo está en el Mercado Central. Este edificio de 1915 es un claro hijo de su tiempo. Sobre una parcela de 75 x 35 metros, es una especie de templo laico. Lo forman tres naves, sostenidas por unas finas columnas de hierro que le dan ligereza al conjunto y una visión casi diáfana del interior. La decoración exterior no es demasiado excesiva, destacando la cerámica que recubre el techo y las rejas de las puertas.

La Rambla Nova es una visita fundamental en Tarragona. Se encuentra muy cerca de los principales monumentos romanos, como son el anfiteatro o el circo-pretorio. Como elemento de transición entre la ciudad alta o baja, también nos sirve de vía de cohesión con los restos del teatro romano o el foro local. No solo es un lugar de paso, es un lugar para ser disfrutado y para que la vida nos recuerde que debemos aprovechar cada instante.

domingo, 28 de marzo de 2021

L'ALMOINA, EL LUGAR DONDE CONOCER LA VALENCIA ROMANA

En el año 138 a. C. el paisaje era muy distinto al que vemos en la actualidad en el tramo final del río Turia. Una llanura fluvial hacía que desembocara plácidamente en el Mediterráneo, extendiéndose a sus anchas. Varios brazos partían del cauce principal, regando las tierras colindantes y formando algunas islas fluviales. En una de esas islas decidieron que se instalara Valencia.


Entonces tampoco era Valencia, si no la Colonia Valentia Edetanorum. Estas tierras iban a ser disfrutadas por soldados veteranos que ya se habían licenciado tras guerras lusitanas. Agua, tierra fértil, sol… Un buen lugar para el retiro. Aunque hay artículos que afirman que estas tierras no fueron entregadas a los soldados al mando de Décimo Junio Bruto Galaico, si no a los hombres que se sublevaron junto a Viriato y que fueron desterrados.

Sea como fuere, en aquel lugar se fundó una próspera ciudad que llegó a tener una cierta relevancia, como veremos, y que con el paso de los siglos devino en lo que conocemos actualmente. Y podemos descubrir como se fundó y como fue el principio de esta Colonia gracias al Centro Arqueológico de l’Almoina, un lugar muy interesante y que os recomendamos.


Para entender lo que podéis ver en este lugar hay que explicar un poco de urbanismo romano. No vamos a ser muy chapas, lo prometemos. La mayoría de ciudades o colonias, seguían el esquema del castrum, es decir, de los campamentos que formaban cuando querían conquistar un territorio. Se basaba en el modelo hipodámico o de retícula y se trazaban calles rectas paralelas y transversales formando parcelas cuadrangulares. Las calles que se trazaban de norte a sur eran los decumanos, y las que se trazaban de este a oeste los cardos.

Había un cardo y un decumano máximo, que eran las vías principales y en el punto donde se cruzaban se instalaba el centro (nunca mejor dicho) de la ciudad. Aquí se instalaba una plaza (el foro o forum) y alrededor los principales edificios administrativos y religiosos. Si recordáis el post sobre la Tarraco romana, en esta ciudad habían dos foros, uno para la provincia y otro para la ciudad.


Precisamente en este Centro Arqueológico de l’Almoina veremos este foro y los restos de varios edificios muy importantes de la época romana de Valencia. En primer lugar, y a pie de calle, veremos un audiovisual donde nos explican la fundación de esta colonia, el rito con el que celebraban la fundación y los primeros años de esta colonia. Hay que decir que Valentia Edetanorum fue destruida en año 75 a. C., en el marco de las guerras sertorianas, y repoblada unos 70 u 80 años después. A esto contribuyó que la vía Augusta, que recorría el Mediterráneo uniendo Roma con Gades (la actual Cádiz) coincidía con el decumano máximo.

También en esta primera parte de la visita veremos una serie de restos que se localizaron en las excavaciones arqueológicas realizadas aquí. No solo hay elementos como cerámicas romanas, también otros objetos de uso diario de los habitantes de los siglos posteriores, como la Balansiya musulmana o la ciudad medieval.


Nada más bajar las escaleras que llevan al nivel inferior, donde están los restos de las construcciones, veremos el lugar donde se practicó el ritual de fundación de la ciudad. De ahí pasamos a ver los restos de unas termas. Si habéis visitado cualquier otra ciudad romana sabréis que este edificio era capital para la vida de los romanos, no solo por la higiene (que también) y la salud, si no por ser un lugar de socialización. Se pueden ver las diversas estancias como el apodyterium (el vestuario), el caldarium, tepidarium y frigidarium (las salas de agua caliente, templada y fría, respectivamente) o las estancias auxiliares donde, por ejemplo, se calentaba el agua. Si vais al mediodía (el solar, no el del reloj) entenderéis el porqué de la lámina de agua sobre un cristal trasparente que hay en la plaza. Se consigue el efecto de reflejar el agua sobre en las termas dando la sensación de que vuelve a correr el agua por aquí.


Estas termas estaban junto al decumano máximo, que, como hemos dicho era el paso de la Vía Augusta por Valentia a partir del s. I de nuestra era. Una pasarela sobre esta vía nos llevará alrededor del foro. En uno de los laterales se han encontrado algunas de las columnas que sostenían el porche que rodeaba este espacio de la ciudad. Con una ilustración se recrea como sería idealmente este espacio. Además se exhiben otros restos, como un mosaico que sería parte del suelo.

Otros de los edificios importantes que se localizaban en el foro eran el horreum y el macellum, el almacén de grano y el mercado. Esa manía que tenemos los seres humanos de comer… Para entender mejor la disposición de los distintos edificios alrededor de este foro, hay una maqueta que muestra como debía ser este lugar. Es bastante interesante ya que nos permite imaginar y situarnos en estos edificios hace unos dos mil años.


En otro de los laterales del foro se ha localizado un templo dedicado a Asklepios (bueno, a Esculapio, que era el equivalente romano) o a las ninfas acuáticas. Este culto se entiende al estar en un lugar tan rodeado de agua, y ante la necesidad de contar con un volumen de agua dulce para las tareas cotidianas.


La visita continúa visitando los restos de otros edificios como la curia (el centro del poder) o la basílica, que era el lugar destinado a la administración de justicia, aunque también se empleaba para cerrar tratos económicos. Este tipo edificio fue adoptado por los primeros cristianos para su culto, tanto es así que en la actualidad siguen existiendo basílicas, como la de la Virgen de los Desamparados que está apenas a unos metros de L’Almoina, y que son templos de una sola nave y diáfanos.


En la parte final del recorrido a los restos romanos se les superponen los de las civilizaciones posteriores, como los edificios visigodos o los medievales. Tal vez por la tradición de este lugar, se construyeron aquí edificios de culto, del que se conservan restos parciales, además de tumbas. La actual plaza de L’Almoina se encuentra rodeada por la basílica de la Virgen de los Desamparados y por la Catedral de Valencia, que se construyó sobre la mezquita mayor musulmana.

El Centro Arqueológico de L’Almoina, que, por cierto significa “limosna” en castellano, ya que en la época medieval había aquí un centro que atendía a las personas más necesitadas, abre de martes a sábado de 10:00 a 19:00, y los domingos y festivos de hasta las 14:00. Actualmente es gratuito mientras se implanta el pago por datáfono, por lo que es una buena oportunidad. Además los jueves a las 13:00, los viernes a las 17:30 y los sábados y domingos a las 11:00 y 12:00 hay visitas guiadas gratuitas.


Os recomendamos visitar este Centro Arqueológico de l’Almoina con los niños. Es un lugar muy didáctico y les sorprende mucho que hace tanto tiempo ya hubieran ciudades tan bien organizadas como esta. Además si, como alguno de los nuestros, en Ciencias Sociales están viendo a los romanos (o los han visto) pues miel sobre hojuelas.

Si nos hemos quedado con ganas de más Valencia romana os recomendamos varios lugares. El primero es el portus, el puerto fluvial romano. Está junto a las Torres de Serranos. No hay muchos restos, pero un ancla señala el lugar. Un poco más lejos, en la calle del Mar 34, junto plaza de San Vicente Ferrer hay un restaurante (una hamburguesería) que en su sótano conserva una de las curvas del circo, lo que indica que Valentia llegó a tener cierta importancia. Por último, varios museos de la ciudad conservan restos romanos, como los sarcófagos, estelas y mosaicos que se exhiben en el Museo de Bellas Artes, o el Apolo de Pinedo, una escultura de bronce que es una de las piezas estrellas del Museo de Prehistoria de Valencia.


Como veis la historia romana de Valencia es apasionante y, lo mejor, es que se presenta de una forma amena. Esta es una excusa, tan buena como otra cualquiera, de visitar y descubrir la ciudad. Así que ya sabéis, podéis viajar al pasado de una forma sencilla y barata. Vale!

miércoles, 18 de septiembre de 2019

GLADIADORES EN EL ANFITEATRO DE TARRACO

Había llegado el gran día. Prisco estaba completamente concentrado. Cerró los ojos un instante y oyó de fondo el rumor del mar. Entonces avisaron. Salían a la arena. Al salir el sol le cegó un segundo y se ayudó de su antebrazo izquierdo para poder ver algo. 12.000 personas les jaleaban, el rugido era ensordecedor. Prisco sonrió al comprender que el momento había llegado, era gladiador y se estrenaba en Tarraco.


Tarraco, la actual Tarragona, fue una de las ciudades más importantes del Imperio Romano. Desde el año 197 a.C. se convirtió, primero, en la capital de la Hispania Citerior y, posteriormente, de la Tarraconensis. Durante siete siglos su esplendor brilló. Su importancia explica que fuera una de las ciudades romanas donde convivían los tres edificios dedicados al ocio en su época, el teatro, el circo y el anfiteatro. En esta ocasión vamos a contaros nuestra visita al anfiteatro.


El anfiteatro era el edificio donde se representaban los combates de los gladiadores, los munera, y las venationes, los combates con fieras. A pesar de la leyenda, no todos eran a muerte, pero un gladiador podía ganarse muy bien la vida y eran admirados como auténticas estrellas. El anfiteatro más famoso es el Coliseo romano, aunque su nombre original es Anfiteatro Flavio, en honor del emperador bajo el que se construyó. El más antiguo conocido es el de Pompeya, que carece de muchas de las estancias que vamos a ver a continuación.


En cuanto al anfiteatro de Tarraco, se construyó a finales del s. II d.C y durante el siguiente siglo fue sometido a reformas por parte de Heliogábalo, que lo dejó escrito en una inscripción que rodeaba el edificio y de la que se conservan fragmentos. Estaba situado fuera de las murallas de la ciudad, en una zona cercana a la playa y junto a la Vía Augusta, la calzada que conectaba Roma con Gades (actual Cádiz) casi en paralelo al mar Mediterráneo. Esta ubicación tendría una función política, para resaltar la importancia tanto de la ciudad como del propio edificio. 


Con unas medidas de 109,5 m x 86,5 podía albergar entre 12.000 y 16.000, dependiendo de la fuente que consultemos. Aprovecharon parte de la roca para excavar una parte del graderío, levantando otra parte de las gradas mediante obra. En ocasiones podía desplegarse un toldo (velarium) que protegería a los espectadores del sol.


En la cavea (graderío) se puede observar perfectamente los muros que servían de separación entre los diferentes niveles, cada uno reservado a una clase social. Cuanto más cerca se estaba de la arena, el espectador pertenecía a una clase más alta. En el centro de la grada más cercana al mar, bajo un gran arco, estaría el palco, la "zona VIP" del anfiteatro, donde estaría el mandatario de la ciudad. 


En Tarraco también es muy visible el foso, que estaría cubierto por una tarima de madera y bajo el cual se podían mover gladiadores o fieras que aparecían en la arena a través de trampillas, lo que añadía un elemento sorpresa al espectáculo. Si habéis visto Gladiator sabéis de qué estamos hablando. En un lateral del foso se encontró un santuario dedicado a Némesis, la diosa protectora de los gladiadores. Se conserva una copia de una pintura de esta deidad, el original está en el Museo Arqueológico de Tarragona


Desde que el anfiteatro dejó de tener uso, tras la caída del Imperio, sus distintos elementos constructivos (sillares, columnas, etc.) fueron reutilizados para nuevas construcciones. En la misma arena del anfiteatro se construyó, y se conservan los restos, una basílica visigoda en el s. VI sobre la que se construyó una iglesia románica en el siglo XII, al finalizar la época musulmana. Cabe destacar que en la arena del anfiteatro fueron quemados vivos el 21 de enero del 259 Fructuoso, Aurigio y Eulogio, que fueron canonizados por la Iglesia Católica como mártires. 


Parte del buen estado del anfiteatro de Tarraco proviene de la reconstrucción que se realizó entre los años 1970 y 1973, que nos ha permitido ver gran parte de los elementos que componían este edificio, como los vomitorios (entradas a las gradas) o la Porta Triumphalis (Puerta Triunfal) por la que salían los vencedores tras ser aclamados. En el año 2000 el conjunto de los restos arqueológicos de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Llegar al anfiteatro es muy fácil, hay numerosas indicaciones y podemos pasear previamente por el Parque del Anfiteatro, un jardín donde, además, hay pequeños espacios con plantas típicas del mundo romano, como la vid, el romero, o el espliego, con las consiguientes explicaciones. Este parque, que está en terrazas, cuenta en su parte superior con un bar que hace las veces de mirador. Desde el parque se ve perfectamente todo el anfiteatro, pero si tenéis oportunidad no dejéis de bajar a visitarlo. Eso sí, los carros y sillas de ruedas tienen bastante difícil su acceso a la arena.


En cuanto a precios la entrada individual cuesta 3,30 €, la entrada conjunta a todos los recintos que gestiona el Museo Arqueológico de Tarragona son 11,05 €, y si solo queremos visitar 4 recintos serán 7,40 €. Existe una bonificación para pensionistas y jubilados, desempleados, estudiantes mayores de 16 años, discapacitados y familias monoparentales, que pagarían 1,70, 5,50 y 3,65 respectivamente. Las familias numerosas se supone que tienen un precio reducido, pero es el mismo que las entradas sin bonificar. Por suerte nos pudimos beneficiar de la gratuidad de las entradas a menores de 16 años y para los visitantes de Port Aventura (¡llevad siempre las entradas encima!).

Por último recomendaros que visitéis el anfiteatro los viernes y sábado de agosto, ya que podréis ver el espectáculo Anfiteatrum, que narra una historia con Tarraco y su anfiteatro como protagonistas y recrea una lucha entre gladiadores. Si no podéis descargaros una aplicación gratuita para el móvil, IMAGEEN, que permite mediante realidad virtual visualizar en 360º el anfiteatro y asistir a una lucha entre gladiadores. ¡Vuestros hijos alucinarán!

jueves, 20 de septiembre de 2018

UN SPA RURAL EN LA VILLA ROMANA DEL ALBIR

¿Os imagináis una villa rural con spa? ¿Os imagináis una villa rural con spa muy cerca del mar? ¿Os imagináis una villa rural con spa muy cerca del mar de época de los romanos? No imaginéis más. Existe y podemos visitarla. Es el Museo Villa Romana del Albir (VRA), el primer museo al aire libre que abrió en la Comunidad Valenciana.


Pero, ¿una villa rural romana con spa? Llámalo spa, llámalo termas... El caso es que esta infraestructura demuestra que la construcción tendría cierta importancia. Como se explica en el VRA, el baño era algo más que un acto higiénico, era una costumbre social. No es lo mismo bañarse en una tinaja que en un edificio preparado para ello que lleva un coste económico grande tanto para la construcción como para su funcionamiento y mantenimiento.

Disculpad, me puede la emoción. Vamos a organizar esto un poco. El Museo Villa Romana del Albir se encuentra en El Albir, la playa de la localidad alicantina de l'Alfàs del Pi. La entrada se encuentra en la esquina de la Avenida Óscar Esplá y el Boulevard de los Músicos. La historia de este yacimiento se remonta a 1979, cuando unas obras descubrieron unos huesos y a partir de ahí se inició una investigación intermitente que culminó con la apertura de este espacio musealizado en 2011.


La Villa Romana del Albir sería un lugar rural tardorromano (s. IV d. C.) que se dedicaría a labores agrícolas, como atestigua la almazara encontrada, que servía para producir aceite de oliva. Con el tiempo pasaría a tener una cierta importancia, lo que implicó la construcción de nuevas estancias, entre ellas las termas.

Al entrar hay dos maquetas con el aspecto que tendría la edificación original, y la posterior modificación y ampliación. Las maquetas se pueden tocar y se puede abrir el tejado y distintas partes para ver algunos detalles. Ni que decir tiene que tuvimos que sacar el agua caliente, el aceite hirviendo, el aguarrás y la rasqueta, todo a la vez, para intentar despegar a mi hijos de las maquetas, porque por ellos seguiríamos allí jugando.


El recorrido se realiza sobre unas pasarelas que rodean la excavación y permiten que veamos las diferentes partes sin tener que destrozar nada. Hay varios paneles informativos en tres idiomas (castellano, valenciano e inglés) con información muy clara. La parte más interesante es la que muestra las diferentes partes de las termas. El modelo es común a muchas de las que se construyeron a lo largo de todo el mundo romano: en primer lugar la sala del vestuario (apodytherium), de ahí pasaban a la sala de agua fría (frigidarium), para pasar a la sala templada (tepidarium) y por último a la sala de agua caliente (caldarium). El sala se calentaba con un sistema muy ingenioso de aire caliente a través de un doble suelo desde un horno anexo.

A continuación se puede ver la necrópolis, que dio pie a toda la excavación. Es interesante ver los ritos de inhumación. Aviso: hay un enterramiento infantil. Comprenderéis que la mortandad infantil era elevada en la época y que también fallecían niños. Pues a mis hijos les dio mucha pena y fue la parte que menos les gustó.


Para complementar la visita y tener más información del yacimiento, alquilan unas tablets con un software de realidad aumentada que nos permite tener más datos y una recreación de cómo sería el aspecto que tendrían diferentes partes de la Villa Romana en su tiempo. El coste del alquiler de la tablet es de 3€ y se recoge en la entrada.

Por último, junto a la entrada/salida hay una sala donde se proyecta un audiovisual que recrea la vida de los habitantes de la villa romana. Unas vitrinas donde se exponen algunos de los objetos que se han encontrado en las excavaciones junto a unos paneles que explican la vida romana y los usos que se les daba a esos objetos, completan el museo.


Hay partes pendientes de ser excavadas, que ahora están cubiertas por plásticos. Es decir, no sería extraño que dentro de un tiempo se amplíe el espacio expositivo, lo que sin duda será una buena noticia.

El Museo Villa Romana del Albir puede visitarse entre el 15 de septiembre y el 15 de junio (ambos inclusive), de martes a viernes de 10:00 a 13:00 y los sábados, domingos y festivos de 10:00 a 14:00; mientras que entre el 16 de junio al 14 de septiembre abre de martes a sábado de 10:00 a 12:00 y de 18:00 a 21:00, y los domingos y festivos de 10:00 a 14:00. Los lunes permanece cerrado. La entrada es totalmente gratuita, algo muy interesante.



Este museo al aire libre es una excelente opción para visitar con niños, tanto solo como si forma parte de una excursión más completa al Albir, que puede incluir la ruta al Faro del Albir, de la que ya os hablamos anteriormente en este archivo. La verdad es que El Albir es una zona muy chula, sobre todo en verano cuando hay bastante animación, aunque los fines de semana también tiene bastante vida.

jueves, 17 de mayo de 2018

CONOCER UNO DE LOS MEJORES MUSEOS EUROPEOS: EL MARQ DE ALICANTE

En este blog ya os hemos hablado en otros artículos sobre los museos y los niños. Si nos seguís habitualmente sabréis que somos muy pro-museos y que estamos muy a favor de que los peques visiten estos espacios. En esta ocasión os vamos a hablar de la exposición permanente del MARQ, el Museo Arqueológico de Alicante, uno de los más recomendables para visitar con niños.





El MARQ está ubicado en el antiguo Hospital Provincial, lo que hace que tenga una estructura particular, con un gran espacio central y largas salas laterales. Cada una de las salas laterales ubicadas a la derecha (respecto a la entrada) desgrana una época histórica. La exposición es muy atractiva porque no se limita a las vitrinas llenas de piezas, si no que en las paredes hay material audiovisual que pone en contexto cada época, con explicaciones acerca del uso de las piezas expuestas. Por ejemplo, en la sala dedicada a Roma, el pavimento de la casa que vemos en el vídeo es el mismo que está expuesto frente a nosotros.


Es esta tipología expositiva la que hace que sea muy atractivo para los peques, ya que entienden los conceptos a la primera y, lo más importante, apoyándose en un medio (el audiovisual) que es la forma natural que tienen para adquirir nuevos conocimientos. No nos engañemos, el futuro de la didáctica es multimedia y multiplataforma.






Las salas permanentes abordan cinco períodos históricos:
- Prehistoria, en esta sala se pueden ver desde las piezas realizadas en hueso o piedra, hasta objetos elaborados con metales. También reproduce pinturas rupestres del yacimiento de Pla de Petracos, el gran conjunto de pinturas rupestres en Alicante junto a La Sarga.
- Íberos, fueron una de las culturas más importantes del Mediterráneo y dejaron numerosos restos, fruto de sus intercambios comerciales con otro pueblos como los fenicios o los griegos. Destaca la Dama de Cabezo Lucero, una deidad similar a la Dama de Elche.
- Cultura romana, poco se puede decir que no se sepa ya de Roma. Nuestra civilización depende en gran medida de los romanos: las costumbres, la lengua, la legislación...
- Edad Media, habitualmente se ve como una época oscura, sin educación, con pocos avances científicos, pero en gran parte de nuestro país fue la época de la dominación islámica, la otra gran cultura que nos dejó como legado avances en la agricultura, mucho léxico, y que conformó nuestra sociedad actual.
- Edad Moderna y Contemporánea, esta época histórica recoge la industrialización de la provincia, la asunción de importantes reformas sociales y la llegada de novedades técnicas y tecnológicas que cambiarían el paisaje, como fue la llegada del tren. La exposición permanente del MARQ finaliza con la II República.


El espacio central del MARQ lo ocupa una exposición permanente sobre tres tipos de excavaciones arqueológicas: una excavación en una cueva, que a priori parecería como la más habitual para el gran público; una excavación en un medio urbano, concretamente en una iglesia, donde se van superponiendo restos y edificios (la iglesia cristiana se construyó sobre una mezquita que se asentó sobre la basílica visigoda donde antes había un templo romano); y, por último, la simulación de una excavación subacuática. También hay reproducciones de restos arqueológicos y de materiales, como hachas de piedras, punzones de hueso, etc., para que los niños, sobre todo, puedan manipularlos, algo que les encanta.

Por su parte las salas del lado izquierdo se utilizan para exposiciones temporales. El MARQ mezcla exhibiciones con piezas de los museos arqueológicos de distintos municipios de la provincia (la última ha tenido como protagonista a Petrer) con otras de carácter internacional. Todavía se recuerda la exposición acerca de la Grecia Clásica que tuvo como gran estrella invitada la famosa escultura de El Discóbolo, obra de Mirón de Eleuteras, y que es una de las joyas del British Museum. Más recientemente se han podido ver una exposición acerca de la cultura vikinga y otra sobre la cultura maya, que batió los récords de asistencia al museo (os hablamos de ella en otro artículo). Hace poco se hizo público que en 2019 el MARQ acogerá una gran exposición sobre los guerreros de terracota de Xian, con piezas nunca vistas antes en nuestro país.



También os recomendamos visitar la biblioteca, que fue la capilla del hospital y que también suele albergar algún "epílogo" de las exposiciones temporales. No os perdáis la gran lámpara de araña que cuelga de su techo. Por si esto fuera poco, los sábados a las 18:30 se pueden visitar los sótanos del museo donde se pueden ver los almacenes, los laboratorios y otras estancias que habitualmente están fuera del alcance de los visitantes.

Llegar es fácil. Se encuentra en la plaza del Doctor Gómez Ulla, cerca de la Avenida de Denia (entrada norte de Alicante). Tiene su propia parada de TRAM (tren ligero metropolitano). La entrada vale 3 euros, pero las familias numerosas tienen un descuento del 50% y los niños hasta 8 años tienen entrada gratuita. Los pensionistas también tienen entrada a precio reducido (1,50€) y los desempleados y personas con discapacidad tienen entrada gratuita. Por su psarte la visita guiada a lo sótanos del Marq tiene un precio de 6,00€ por persona. El MARQ celebra con cierta asiduidad jornadas de puertas abiertas que permiten entrar de forma gratuita y realizar actividades especiales como talleres infantiles.


Por último cabe destacar el trabajo cada vez más importante en pos de la accesibilidad del museo para que todos puedan disfrutar de la visita. Gracia a todo esto fue nombrado Museo Europeo del año en 2004, un importante reconocimiento que obtienen los mejores centros y que ganó con todo merecimiento.