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jueves, 18 de julio de 2019

DESCUBRIENDO ALBARRACÍN EN FAMILIA

Si Teruel es una de nuestras provincias favoritas, es por el atractivo que reside en sus municipios, algunos de ellos tan pintorescos (que decían las guías de viaje antiguas) como Albarracín, una villa que cada año recibe miles de turistas atraídos por la belleza de su arquitectura y los paisajes que la rodean.


Su centro histórico se encuentra cerrado al tráfico algo que las familias nos relaja bastante ya que no tenemos que andar esquivando coches ni sufriendo por nuestros hijos. Por ello estaréis casi obligados a estacionar en el parking municipal que se encuentra junto al río Guadalaviar, que en este punto de su recorrido todavía no se ha convertido en el Turia. A escasos metros tenemos la oficina de turismo y justo enfrente la primera de las muchas cuestas que vamos a tener que subir y bajar durante nuestra visita a Albarracín, debido a su indómita orografía, ya que todo el pueblo se encuentra sobre la ladera de una colina coronada por sus famosas murallas.


Uno de los primeros lugares emblemáticos que vamos a visitar en Albarracín es la Plaza Mayor. Aquí se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad. Tres de los cuatro lados de la plaza se encuentran porticados y uno de los elementos más singulares son sus balcones de madera, con unas vistas panorámicas al valle que surca el Guadalaviar, además de a los edificios más conocidos del municipio.


Para proseguir la visita podemos dirigirnos hacia el noroeste por la calle Santiago. A través de su intrincado recorrido llegaremos hasta el portal de Molina una de las aberturas que existen en la muralla, flanqueada por torreones para poder entrar y salir de la ciudad en su momento. Frente al portal nos encontramos con una de las edificaciones más conocidas de Albarracín, la casa de Julianeta, que adquiere forma de una especie de Flat Iron Building medieval.

Pasando el Portal de Molina a mano derecha encontramos la indicación que nos señala el camino para poder visitar la muralla de Albarracín. No hacemos ningún spoiler si os decimos que necesitaréis dos cosas: en primer lugar unas buenas piernas y, sobre todo, mucho ánimo para llegar hasta el final de la visita.


Seguiremos nuestro camino por la calle Portal de Molina donde seguiremos disfrutando de las edificaciones tradicionales de Albarracín. De estas nos van a llamar la atención su abigarrada estructura, que en ocasiones nos pueden recordar a un Lego, el uso de forja en el exterior y el color rojizo que presenta en sus paredes. Esto se debe a que los materiales de construcción empleados se extrajeron de los alrededores, lo que se conoce como rodeno.


Llegaremos de nuevo a la Plaza Mayor, donde doblando la esquina junto al estanco enfilaremos la calle de la Catedral. A pocos metros nos aparecerá en primer lugar el Palacio Episcopal y justo detrás el campanario. La catedral, dedicada a El Salvador, fue levantada en apenas 28 años, entre 1572 y 1600, con una sola nave central con capillas a ambos lados, en estilo gótico tardío. Las vistas junto a la Catedral también son impresionantes y el propio templo merece una visita, ya que además en su claustro conserva magníficas obras de arte.


Si continuamos nuestro paseo, calle arriba calle abajo, llegaremos hasta la Torre de Doña Blanca, una imponente edificación que formaba parte del conjunto defensivo de la ciudad. ¿Queréis más?Entonces os recomendamos el paseo fluvial junto al curso del río Guadalaviar. No solo es interesante desde el punto de vista ambiental y paisajístico sino que también nos proporcionará un punto de vista distinto de la ciudad observando mucho mejor como los edificios se aferran a la roca sobre la que se sitúan.


Pero aquí no acaba la visita a Albarracín ya que en las afueras podemos acudir a Mar Nummus, una de las subsedes de Territorio Dinópolis. Hace 150 millones de años el mar de Tethys cubría el territorio que actualmente ocupa Albarracín. Es por eso que se han localizado en la cercanía restos de unos enormes dinosaurios marinos y de diferentes animales como los antepasados de las actuales caracolas


También os recomendamos la visita al paraje protegido de los Pinares de Rodeno muy interesante por sus impresionantes paisajes, por sus formaciones geológicas y por albergar varios abrigos con pinturas rupestres además tiene áreas recreativas con mesas de picnic y juegos infantiles. What else?

Podríamos estar hasta el fin delos tiempos haciendo recomendaciones sobre Albarracín porque en los alrededores también cuentan con bastantes puntos de interés como el acueducto romano excavado junto a Gea de Albarracín, la serranía de Albarracín o un recorrido por el nacimiento de los ríos Guadalaviar, Júcar y Tajo que se concentran en muy pocos kilómetros, entre las provincias de Teruel, Cuenca y Guadalajara.


Por todo esto y mucho más Albarracín es uno de los lugares cuya visita nunca defrauda. Un municipio al que debería de ser obligatorio ir al menos una vez en la vida. 

jueves, 9 de agosto de 2018

LOS PINARES DE RODENO, UN AFORTUNADO DESCUBRIMIENTO

Buscando la definición de “rodeno” (por eso de documentar el artículo) he encontrado varias acepciones. La primera se refiere a una piedra arenisca roja. Os sonará porque son las rocas de las que se extraen las losas que sirven para las sendas de los jardines, que tienen incrustaciones de cuarzo y feldespato que hace que brillen. También se refiere a un pino (Pinus pinaster) cuya corteza es áspera y tiene un tono rojizo. Por último, rodeno define al color “que tira a rojo”. Estas tres definiciones casan a la perfección con el paisaje protegido de los Pinares de Rodeno, que se encuentra entre los municipios de Albarracín, Gea de Albarracín y Bezas, en la provincia de Teruel.


Gracias a las piedras areniscas rojas el paraje de los Pinares de Rodeno forma un paisaje singular y muy sorprendente, sobre todo si no lo has buscado a propósito, como nosotros. Os cuento: fuimos a visitar Albarracín y en la oficina de información turística la chica que trabaja allí, ante la larga cola que aguardábamos para preguntar por nuestras cosas y, seguramente un poco cansada de responder lo mismo todos los días, nos aconsejó escuchar lo que explicaba a quien nos antecedía, no fuera que tuviéramos la misma duda. Una pareja preguntó sobre las pinturas rupestres que hay en la zona y se deslizaron las palabras mágicas: área recreativa. Como llevábamos picnic podía ser un buen lugar para comer. Vaya si lo es.

Como ya se hacía la hora de comer, íbamos con los niños, y el sol caía a fuego, fuimos con el coche, pero hasta el Área Recreativa del Navazo (donde finalmente comimos) hay unos 4 km desde Albarracín, una distancia que puede ser perfectamente recorrida a pie. De hecho hay una serie de rutas para recorrer a pie de las que luego os hablaremos. Hay una carreterita que comunica las tres poblaciones en las que se encuentra este espacio. Aunque en algún momento la señalización indica que es un camino forestal, está perfectamente asfaltado. Es más, es un recorrido muy recomendable, ya que las vistas son espectaculares, con rocas que sobrevuelan el asfalto, o curvas que esquivan peñas.


Llegar al Área Recreativa es muy fácil ya que saliendo desde Albarracín, a nuestra derecha veremos unas estructuras de madera en el aparcamiento para dar sombra a los vehículos. Debido al paso de peatones por aquí hay unos resaltos, por lo que es fácil distinguirlo. Unos 700 metros antes se encuentra la fuente del Cabrerizo, no hagáis como nosotros y confundáis esto con el área recreativa. 


El área recreativa del Navazo tiene los equipamientos básicos: mesas hechas con rodeno y bancos para poder comer, un parque infantil con juegos (antes los llamábamos columpios, así en general), y un recinto cerrado para barbacoas. Nosotros no vimos ningún tipo de limitación, por lo que entendimos que al estar cerrado se puede realizar fuego en cualquier época del año. También hay un pequeño centro de interpretación, pero estaba cerrado. Creemos que haría falta algún tipo de servicio higiénico, ya que encontramos algunos “restos orgánicos humanos” detrás de las rocas cercanas al merendero.


Lo primero que sorprende es la cantidad de arena roja que hay. Esta arena es la que se usó para construir muchas de las casas de Albarracín, de ahí su peculiar color rojizo. Que haya tanta arena se debe a que esta zona hace unos 200 millones de años se encontraba bajo del mar y la arena se compactó formando rocas areniscas que la lluvia y el viento han ido erosionando, desgajando arena de estas piedras. De esta manera se ha modelado un paisaje que sorprende mucho, tanto por las formas redondeadas y caprichosas, como por el color rojo intenso. Se han formado algunos cañones que se pueden disfrutar desde varios miradores, o recorriendolos a pie.

Estas formaciones rocosas se entremezclan con frondosos bosques, fundamentalmente de pinos rodenos, aunque también se pueden apreciar robles, carrascas y vegetación baja, en forma de matorrales como el brezo o la jara. En este espacio podéis imaginar que habita numerosa fauna. Nosotros vimos algunas especies de aves que no pudimos identificar por desconocimiento, pero os aseguramos que no eran águilas u otra rapaz, que las hay. Hay ardillas, gatos monteses, jabalíes, corzos, ciervos, etc., pero no vimos nada. Para compensar vimos una lagartija, muy bonita, eso sí.


Desde el área recreativa parte un sendero perfectamente pavimentado que nos lleva a diferentes abrigos y cuevas donde se han localizado manifestaciones de arte rupestre. Llegar, por tanto, es muy fácil. Nosotros vimos las más cercanas, las conocidas como la Cocinilla del Obispo. En este abrigo se pueden divisar varios toros pintados en color negro o pardo. No son las únicas, y hay varios conjuntos de pintura como los del Prado del Navazo, Doña Clotilde o la mencionada de la fuente del Cabrerizo. Además de animales, hay escenas de caza o vida cotidiana. Estas pinturas están incluidas en el conjunto del arte rupestre del arco mediterráneo en la península ibérica declarado Patrimonio de la Humanidad, igual que el conjunto de La Sarga, y que actualmente es protagonista en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) de la exposición “Rupestres. Los primeros santuarios”.


Muchos de estos abrigos están conectados por el sendero que os hemos comentado anteriormente, que mide unos 2 km. y es circular. Es el denominado S-2. La ruta que conecta Albarracín con el área recreativa del Navazo es la S-1, y ya os hemos comentado que son unos 4 km. Existen otras rutas senderistas que recorren los Pinares de Rodeno, con distancias que van de los 4 a los 14 km., y distintas dificultades. En cualquier caso, siempre debéis de realizar éstas con calzado y ropa adecuadas, y llevar siempre algo de ropa de abrigo (incluso en verano), agua y un teléfono móvil, por si surge una emergencia. Además una gorra o gorro y protección solar nunca está de más. Podéis encontrar más información sobre las rutas senderistas, y los Pinares de Rodeno en general en el siguiente enlace: http://www.rednaturaldearagon.com/paisaje-protegido/paisaje-protegido-de-los-pinares-de-rodeno/


Realmente los Pinares de Rodeno es un paraje precioso que os invitamos a descubrir. Aúna naturaleza, práctica deportiva, cultura y paisajes impresionantes. Es un lugar perfecto para pasar el día… o varios días. Para nosotros fue un descubrimiento casual, casi por necesidad, y quedamos cautivados. Y es que los mejores planes son aquellos que surgen espontáneamente.