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martes, 18 de abril de 2023

NOS ESTRENAMOS HACIENDO RAFTING EN EL RÍO CABRIEL

Esta Semana Santa que acabamos de finalizar nos hemos decidido por practicar algún deporte de aventura en la naturaleza. A ver, aventura, aventura tampoco ha sido porque íbamos en familia, y tampoco es cuestión. Por eso hay quien lo denomina turismo activo. Quizás sea más exacto. Se llame como se llame os contamos nuestra experiencia practicando rafting en el Parque Natural de las Hoces del Cabriel.


Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

Para quien ande con un poco de despiste vamos a explicar que es eso del rafting. Es una práctica deportiva (o activa) acuática que consiste en navegar un río descendiendo por zonas de rápidos en una balsa inflable.

El término "rafting" proviene de la palabra inglesa "raft", que significa balsa. Se cuenta que el origen del rafting se remonta a la década de 1840 en los Estados Unidos, donde los madereros utilizaban balsas para transportar troncos de árboles a través de los ríos. Con el tiempo, esta actividad se convirtió en una forma de entretenimiento y deporte. Por el río Cabriel no van desencaminados, ya que hasta hace un siglo también existían madereros que por este río llegaban hasta la costa acompañando los troncos serrados.

La importancia del río Cabriel


Uno de los afluentes más importantes (si no el que más) del Júcar es el río Cabriel. Tiene una longitud de unos 220 km, que van desde su nacimiento en la provincia de Teruel, en la comarca de Albarracín, hasta la localidad valenciana de Cofrentes donde se une con el Júcar. Además de su importancia ecológica, sus aguas son utilizadas para abastecimiento urbano, riego y producción de energía hidroeléctrica.

Una de las características más destacadas en el río Cabriel es la pureza de sus aguas. Tanto es así que se considera el segundo río más limpio de todo Europa. Esto se debe a que en su curso no hay grandes poblaciones, por lo complicado de su orografía, ni tampoco grandes industrias que contaminen el agua. Por lo tanto poder disfrutar de este río es un auténtico lujo.


Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

Durante unos cuántos kilómetros el río Cabriel es la frontera natural entre las provincias de Valencia y Cuenca y Albacete, o lo que es lo mismo, entre las comunidades autónomas de la Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha.

El paraje de las Hoces del Cabriel fue declarado parque natural de la Comunidad Valenciana en el año 2005 debido a su importancia ecológica. además, ha sido declarado Zona de Especial Protección para las Aves y la UNESCO lo reconoció como Reserva de la Biosfera en 2019, lo que demuestra su importancia ecológica y su valor como espacio natural protegido.


En sus riberas, además de una importante flora, se pueden observar distintas especies animales como águilas, tortugas, peces como las truchas o la madrilla (endémico del Cabriel), gallipatos y con mucha suerte se pueden divisar algunas nutrias, aunque es bastante complicado. También cabras montesas, que según parece le dieron nombre al río.

Preparándonos para mojarnos en el río Cabriel


Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

Para practicar cualquier deporte de aventura (o actividad de turismo activo) se requieren una serie de medidas de seguridad. Esto implica que hay que equiparse adecuadamente. Además, las actividades como el rafting deben de realizarse junto a un equipo de monitores o instructores profesionales. En la zona del municipio de Venta del Moro (el más cercano al Cabriel en la provincia de Valencia, ne la comarca de Requena-Utiel) existen varias empresas que realizan estás actividades. Nosotros lo hicimos con Ruting y no nos arrepentimos. Destaca la profesionalidad de su equipo humano y la tremenda simpatía que durante toda la actividad demostraron. Realmente muy recomendable. Además hicieron un montón de fotos con una cámara sumergible (una parte ilustra este post).

Teniendo en cuenta que nosotros lo practicamos en una época donde todavía no hace demasiado calor y que la temperatura del agua no era ni siquiera templada (el agua estaba absolutamente congelada, para que engañarnos), un buen equipamiento es imprescindible. Para empezar hay que ponerse un mono de neopreno. En algún caso, más que enfundarnos nos embutimos en el neopreno. Consejo con el que ahorraréis tiempo: la cremallera va a la espalda. A continuación nos pusimos una chaqueta también de neopreno. Sobre esto nos pusimos un chaleco salvavidas y, además, un casco de seguridad. Si os ponéis a bailar os saldrá el Robocop y poco más.

Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

Antes de meternos en el agua también nos dieron una pequeña charla con algunas nociones de seguridad. Así sabemos cómo reaccionar en caso de cualquier tipo de eventualidad. La verdad es que fueron los monitores fueron súper atentos, todas las explicaciones muy claras y en su momento y no nos tuvimos que preocupar (en exceso). Así pudimos disfrutar un montón.

Al agua, patos

Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

Tras toda la preparación solo quedaba meterse en el agua, subirse a la balsa y recorrer un tramo del río Cabriel. Según nos dijeron, recorrimos aproximadamente 5 kilómetros y tardamos cerca de 2 horas en completar el rafting.

Empezamos por un tramo muy tranquilo y ancho. Además de disfrutar del paisaje te vas adaptando a la navegación por el río. Esto es importante ya que la coordinación a la hora de remar es imprescindible para poder maximizar los esfuerzos y no cansarte en balde.

Evidentemente lo que cualquier persona que practica rafting desea es encararse a los rápidos. Son las zonas donde el río se acelera debido a una depresión en el terreno. Es lo más divertido, sin lugar a dudas. En esta zona del río Cabriel los rápidos no son excesivamente potentes, perfectos para una primera toma de contacto, sobre todo acudiendo en familia y con niños pequeños.


A través de un juego-trampa nuestro monitor hizo que cayéramos al agua. Lo que en principio puede parecer una faena, tanto por el sol como por estar remando, el agua fría se calienta en contacto con el cuerpo y sirve de aislante. Además, esto también ayuda porque cuando avanzamos y teníamos más confianza, el monitor nos propuso pasar por algunas zonas de rápidos poco peligrosas sin balsa, es decir, flotando gracias a todo el equipamiento que llevamos. Y esto casi que es más divertido que hacerlo con la balsa.

Así que lo que al principio nos parecía interminable, con 2 horas de travesía, se nos hizo demasiado corto. La experiencia del rafting fue estupenda y nada más bajar de la balsa estábamos deseando repetir. Los monitores, como hemos dicho anteriormente, son encantadores y ayudaron mucho a disfrutar del día.

Ying y yang

Nos estrenamos haciendo rafting en el río Cabriel

La experiencia es absolutamente fantástica ya que, además de practicar deporte, hay paisajes asociados al río que probablemente solo se puedan ver desde una balsa. Un paraje lleno de vida que a pocos kilómetros tiene un contraste tremendo. 

En julio de 2022 un incendio arrasó unas 1300 hectáreas en Venta del Moro, alrededor de 1000 pertenecientes al Parque Natural, aunque sin afectar a las zonas más valiosas (si es que eso se puede discriminar). En el camino hacia el embarcadero, y en el de vuelta, se atraviesa la zona donde aún permanecen los troncos carbonizados de los árboles.

Es desolador ver las consecuencias de estos enormes fuegos, sobre todo este año en el que parece que ya hemos iniciado, mucho antes de lo que es habitual, la temporada de los grandes incendios.  Es dantesco ver que  a kilómetros a la redonda solo hay un paisaje teñido de negro y entender la magnitud de esta catástrofe medioambiental. Pero la desolación más absoluta se da en las zonas que se están preparando para repoblar y donde se han talado los árboles quemados. Aquí no hay ni el más mínimo atisbo de vida. Algo totalmente estremecedor.

Estas son las dos caras de la misma moneda. Ambas situaciones nos enseñan que tenemos que respetar la naturaleza y que nuestro paso por este mundo debe de ser lo más liviano posible para nuestro entorno. Aunque sea por una cuestión de puro egoísmo.


No queremos acabar con mal sabor de boca. Os adelantamos que el rafting no fue la única actividad que practicamos en Venta del Moro durante las vacaciones. Pero lo vamos a dejar para un nuevo post. Si tenéis dudas sobre si practicar rafting es seguro nosotros os las despejamos: sí, es seguro y divertidísimo. No os vais a arrepentir, intentadlo.