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miércoles, 8 de febrero de 2023

EXPLORANDO OTRA FORMA DE VIDA EN EL MUSEO COMARCAL DE L'HORTA SUD

La atención del público general suele ir dirigida, en lo que a museos se refiere, a los más grandes. Esos transatlánticos culturales que cada vez más se están contagiando de esa fiebre de franquiciación que envuelve al mundo. La palabra no existe, pero creemos que se entiende: convertir todo en una franquicia. Al igual que ocurre con las tiendas de ropa o los restaurantes, de vez en cuando hay que dirigir la mirada a propuestas pequeñas y distintas, como el Museo Comarcal de l’Horta Sud, en la localidad valenciana de Torrent

Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Hasta no hace tanto tiempo las tareas agrícolas eran las predominantes en el área que rodea la ciudad de València. Poco a poco el paisaje de huerta tradicional en la Vega de Valencia se va perdiendo, y con él muchos usos y costumbres. No solo eso, también un patrimonio milenario como el de las acequias y el Tribunal de las Aguas, por ejemplo. Instituciones como el Museo Comarcal de l’Horta Sud Josep Ferrís March (en 2003 fue bautizado con el nombre de uno de sus máximos impulsores) se encarga de, en sus propias palabras, la conservación, difusión, investigación y exposición del patrimonio cultural de este territorio, que está muy vinculado a la huerta. 

EL NACIMIENTO DEL MUSEO DE L’HORTA SUD



En 1995 la Mancomunitat Intermunicipal de l’Horta Sud, un órgano supramunicipal que agrupa a los 20 municipios de esta comarca valenciana, adquiere una antigua casa que había pertenecido a una familia de agricultores, y que había estado habitada hasta la década de los 80 (del s. XX, claro). En junio del año 2000 se inaugura el museo, y tres años más tarde se le dota de una sala para exposiciones temporales que está separada de la colección permanente, lo que le permite ampliar sus dotaciones y sus actividades.  

Las piezas exhibidas son fruto de donaciones de particulares que residen en varios municipios de la comarca. Los objetos se presentan en las diversas habitaciones de la antigua vivienda, convertidas ahora en salas del museo. Además de las que se relacionan con las tareas agrícolas, hay una serie de objetos que remiten a la vida cotidiana en una casa del primer tercio o primera mitad del siglo pasado. De hecho este museo forma parte de la red de museos etnográficos de la Comunidad Valenciana, colaborando con L’Etno, el museo de Etnología de la Diputación de Valencia, que se encuentra en el edificio de la Beneficencia junto al Museo de Prehistoria.

Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Las salas se distribuyen a través de la planta baja y un primer piso. En el centro hay un patio, alrededor del que se organizarían las distintas estancias, además de servir de corral y caballerizas. Aunque bastante reformado (sobre todo el suelo), sigue manteniendo una esencia muy especial. En verano se debe de estar de lujo, no tenemos pruebas, pero tampoco albergamos dudas. Además, hay un sótano, que alberga la sala de exposiciones temporales. 

QUE SE VE EN EL MUSEO DE L’HORTA SUD



Se pueden distinguir tres partes en este museo. En primer lugar las estancias que corresponden a la vivienda. Se pueden visitar dos dormitorios. Uno correspondería al del matrimonio de la casa. La organización social también se traduce en la distribución del hogar. Otro dormitorio sería del hijo o hijos. Aquí podemos ver también juguetes antiguos, como un caballo de cartón, uno de los juguetes más deseados hace un siglo, más o menos. Otra de las estancias de la parte de vivienda, quizás la más esencial, es la cocina. Aquí hay bastantes objetos que nos sonarán, seguro que en casa (o en la de un familiar) hay algo igual o similar. 

La segunda parte sería todo lo relacionado con las tareas agrícolas en el hogar. Porque estos trabajos no se limitaban al campo. Allí se cultivaba y se cosechaba (resumiendo), pero otras muchas labores se realizaban en casa. Porque la casa era vivienda y también lugar de trabajo. Hasta tienda, si se terciaba. A ver si pensabais que eso de trabajar desde casa se había inventado ahora. Pues como todas esas palabras rarunas que nos intentan colar en un fake inglés, y que disimulan una realidad, generalmente triste, que lleva inventada tela de tiempo: coworking, coliving, carsharing, sundrying… 


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Entre estas estancias se encuentran la cambra, la cámara en castellano, esa habitación donde se elaboraban y guardaban productos para su posterior consumo. Desde vino o aceite hasta embutidos. Otra estancia es la caballeriza, junto al patio y corral. Ahora mismo en el museo se ve un magnífico carro. Y dos bicicletas. Justo al lado, hay un minúsculo espacio, tapado con una cortina y donde únicamente hay un asiento de piedra con un agujero, y bajo una tinaja. Y un clavo donde hay tiras de periódico. 

VISITAMOS LA ANDANA



Por último queda el espacio de la primera planta. Es lo que en Valencia se conoce como andana. Es un piso superior que se utilizaba como almacén para guardar los productos de las cosechas. No nos sale la traducción castellana (podéis dejarla en los comentarios). En ocasiones también se utilizaba como secadero. En el caso del Museo de l’Horta Sud, este espacio está dedicado a los aperos, a las herramientas que se utilizaban para el campo, y la casa. Arados, azadas, palas, rastrillos, trillos. Pero también básculas, descascarilladoras, mesas para elaborar chocolate… 

Y una curiosidad bastante interesante. En una esquina de la sala hay una estructura hecha de cañas. Es un criadero de gusanos de seda. Porque la seda era un gran negocio (y lo es). Creo que hoy en día son pocos los niños que crían gusanos de seda. Si en vez de tenerlos en una cajade zapatos con agujeros, los tienes en una estructura dedicada exclusivamente a su cría, puedes tener cientos o miles de capullos de seda. De vez en cuando en el Museo de l’Horta Sud crían unos cuantos. ¿Venderán la seda? 

Otra cosa curiosa que se puede ver en la andana son las pinturas y los grafitos que se conservan en las paredes. Lo de grafito queda muy académico. En realidad son cuentas hechas sobre la pared, que curiosamente se han conservado. ¡Con lo fácil que es tener una calculadora!

MÁS ACTIVIDADES EN EL MUSEO


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Además de su colección permanente, el museo también cuenta con una sala de exposiciones temporales donde se exhibe muestras de arte y objetos de temáticas variadas relacionadas con la cultura y patrimonio de la comarca. Estas exposiciones son cambiantes y están diseñadas para que los visitantes se interesen y aprendan sobre diferentes aspectos de la cultura de l'Horta Sud. Esto significa que cada vez que los visitantes vayan al museo, tendrán la oportunidad de ver algo nuevo y aprender sobre diferentes elementos de la cultura local.

El Museo Comarcal de l'Horta Sud también ofrece una amplia gama de programas educativos para escuelas y grupos de visitantes. Estas actividades incluyen visitas guiadas y talleres interactivos en los que los participantes pueden aprender más sobre la cultura y patrimonio de la comarca a través de la exploración y la experiencia práctica. 


Las visitas guiadas tienen un gran éxito, pero también los talleres de restauración de bienes muebles, los conciertos (en el maravilloso patio que tienen), o los talleres de manualidades o cuentacuentos para niños.  Es recomendable (incluso necesario) reservar con antelación. Hay dos maneras de contactar, a través del teléfono (+34 desde fuera de España) 961 588 221 o bien al correo electrónico museu@museuhortasud.com. También aquí os podrán informar de todas las actividades que realizan.

También se organizan visitas a espacios en el exterior del Museo. Por ejemplo, han tenido una serie de exposiciones temáticas de los distintos municipios de la comarca, y se complementaban con visitas a esos municipios. Una forma de vivir más de cerca el patrimonio y la cultura. 

INFO ÚTIL SOBRE EL MUSEO DE L’HORTA SUD


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

El Museo Comarcal de l'Horta Sud Josep Ferrís March se encuentra en la calle Virgen del Olivar, 30, en la localidad de Torrent, como ya hemos comentado al inicio del post. Está a un paso del centro de la localidad y de su famosa torre (de eso hablaremos en otra ocasión). También está a tiro de piedra de la estación de metro Torrent, que nos comunica con el centro de la ciudad de Valencia y otras localidades de la provincia, a través de las líneas 1, 2 y 7. 

El horario de apertura varía dependiendo de la época del año. En los meses de junio, julio y septiembre abre de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00, a excepción de los festivos. Durante el mes de agosto permanece cerrado. El resto de meses (de octubre a mayo) abre de martes a sábado de 10:00 a 13:00, además de las tardes de los miércoles de 17:00 a 20:00. Los festivos, evidentemente, no abre.

Os recomendamos que hagáis una visita intergeneracional, como se conoce ahora. Esto es, que visitéis este museo acompañados de los niños y de los abuelos. Nosotros nos encontramos en esa generación bisagra que todavía hemos visto algo de ese modo de vida, o al menos nos lo han contado. Nuestros hijos ni por asomo. Para ellos les parece tan lejano como a nosotros un castillo medieval. Y no hace tanto tiempo en realidad. 



Así que no os hagáis los perezosos. El Museo Comarcal de l’Hora Sud merece mucho la pena y os transportará a un pasado no tan lejano. Distinto, y probablemente más duro. Pero que no debe perderse. 

lunes, 8 de agosto de 2022

5 CONSEJOS PARA HACER TURISMO EN NUESTRAS PROPIAS CIUDADES

Todavía recordamos que había personas , familias enteras, que se iban de vacaciones del 1 al 31 de agosto. Año tras año su rutina era desplazarse a un lugar vacacional. Las sucesivas crisis que conllevaron una pérdida de poder adquisitivo de esas familias propiciaron un recorte de esas vacaciones. Incluso se llegó a hacer turismo en su propio domicilio.

CÓMO HACER TURISMO EN NUESTRAS PROPIAS CIUDADES

No son pocas las personas que prefieren aprovechar su ciudad en periodos vacacionales porque la huida hacia playas y destinos de interior hace que sean más manejables. Menos tráfico, menos atascos, más espacios libres en general. Este es un fenómeno más intenso en grandes ciudades.

Partimos de la base de que consideramos que conocer nuevos destinos es fantástico. Pero aprovechar la menor ocupación de tu propia ciudad para hacer turismo es una buena oportunidad para descubrir (o redescubrir) aquello que el día a día no nos permite.


Es típico el ejemplo de la cantidad de habitantes de Madrid que no conocen el Museo del Prado. Pero estamos convencidos de que hay ejemplos similares en la mayoría de ciudades. Nosotros, por no ir mucho más lejos con el ejemplo, tenemos una lista con lugares que visitar y hay varios de nuestro ámbito más cercano.

Para aprovechar mejor la oportunidad que ofrece vamos a daros 5 consejos que seguro que os serán muy útiles.

OLVIDAD RUTINAS


CÓMO HACER TURISMO EN NUESTRAS PROPIAS CIUDADES

Quizás por obvio nunca está de más recomendar que si estamos de vacaciones deben de ser de (casi) todo. Dejemos por un tiempo, aunque sea breve, algunas tareas rutinarias que no son del todo necesarias. No decimos que os abandonéis a la absoluta anarquía, pero pensad en aquello que no es necesario hacer ahora mismo, aquello que puede esperar.

Al fin y al cabo son vacaciones. Aunque nos quedemos unos días en casa hay que seguir disfrutando. Una cosa que no quite la otra.

UTILIZAD EL TRANSPORTE PÚBLICO Y ANDAD



Generalmente el transporte público es la mejor manera de conocer una ciudad. Si sois usuarios habituales probad a cambiar de línea o de medio de transporte. Si tenéis abono aprovechadlo, claro.

Otra de las maneras de descubrir (redescubrir) una ciudad es caminando. Patear por aquellos barrios por donde no soleis hacerlo. Y mirad alrededor. Y hacia arriba. Las prisas del día a día nos impiden fijarnos en pequños detalles que nos pasan desapercibidos. Seguro que se abre ante vosotros una nueva ciudad. Un balcón con una reja finamente labrada. Una cúpula adornada con cerámica que remata un edificio. Una curiosidad que nos sorprende.

También es un momento ideal para patear barrios que no soléis visitar. Ya sabéis que las modas cambian y que de vez en cuando hay un no sé, llamemosle algo, que hace que un barrio se ponga de moda. Si hace tiempo que no lo recorréis quizás sea el momento de volver.

CONSULTAD LAS AGENDAS CULTURALES


CÓMO HACER TURISMO EN NUESTRAS PROPIAS CIUDADES

La mayoría de los ayuntamientos publican agendas culturales con las actividades programadas. En estas agendas se recogen las exposiciones en marcha, los conciertos, las obras de teatro, las sesiones de circo o las proyecciones de cine. En verano, además, muchas localidades programan estas actividades al aire libre para intentar aprovechar el frescor nocturno. Porque cuentan los más mayores que en algunos lugares por la noche en verano incluso hace fresquito.

Estas actividades nocturnas nos dan las excusa, además de aprovechar para cenar fuera. Quien sabe, también podéis aprovechar para probar ese sitio del que habéis oído hablar. Sin el apuro del día a día y con tiempo libre quizás es el momento adecuado.

INSPIRAOS EN WEBS, BLOGS Y REDES SOCIALES



¿No sabéis que visitar? Bueno, tal vez necesitéis un poco de asesoramiento. Somos decenas (por no decir cientos) de travelblogs con un montón de sugerencias. Seguro que descubrís algún lugar que os llama la atención. Además hay para todos los tipos de viajeros: los que viajan en familia (como nosotros), los que mochilean por el mundo, los que prefieren las actividades culturales…

En nuestras redes sociales también hay un montón de consejos y de ideas. Se suelen acompañar de fotos, para que todos nos podamos hacer una idea de a que nos referimos. Muchos lo hacemos sin ningún tipo de contrapartida, únicamente es nuestro hobby y nos encanta compartir nuestras experiencias.

También podéis dirigiros a la Oficina de Turismo de vuestra localidad donde os podrán dar buenas sugerencias. Allí conocen perfectamente todas las posibilidades turísticas del municipio y os sabrán guiar. El juego entre lo que os recomiendan y lo que sabéis o queréis hacer también puede ser interesante.

TAN CERCA, TAN LEJOS


CÓMO HACER TURISMO EN NUESTRAS PROPIAS CIUDADES

Si tu ciudad se queda pequeña siempre podéis ir al pueblo de al lado. No nos pongamos barreras. No pasa nada. Se pueden olvidar viejas rencillas entre municipios vecinos (pasa en toda España, si no en todo el mundo) y visitar sus encantos. Seguro que no imagináis que tan cerca tenéis tantas opciones.

En geografía hay un concepto que se llama ciudad real. Así, en minúscula. Se refiere al área de influencia de una ciudad. Esta se puede extender hasta una distancia máxima de 50 minutos en cualquier transporte. Es un concepto que amplía las áreas metropolitanas, sobre todo alrededor de las grandes capitales. Aunque también podéis aplicarlo a vuestros municipios. Así, ahora que acabamos de ampliar vuestro radio de acción no tenéis excusa para encontrar nuevos lugares.


Esperamos que con todos estos consejos, si os quedáis unos días en casa durante las vacaciones, los aprovechéis en conocer cosas nuevas. Que está muy bien montar y colocar esa estantería que comprasteis hace unos meses y que está en un rincón estorbando. Pero también aprovechar para descansar y hacer cosas que normalmente no podemos. Además de montar una estantería.

Estos consejos no son mandamientos, como mucho una guía. Después deberéis adaptarlos a vuestra localidad y vuestro entorno. Por lo general lo que pretendemos es que conozcáis cosas nuevas en un entorno que es el habitual. Y, aunque no nos gusta la expresión, que salgáis un poco de vuestra zona de confort.

Ser turista en tu propia ciudad no solo es ahorrar en el alojamiento, también debe servir para descubrir y redescubrir nuestro entorno. Es una manera, también, de conocernos mejor a nosotros mismos.


jueves, 26 de octubre de 2017

LA OBRA DE LA VIDA DE DALÍ: EL TRIÁNGULO DALINIANO

Hace unas semanas el Teatro-Museo Dalí en Figueras (Girona) fue portada en numerosos medios de comunicación por un asunto que en principio poco tenía que ver con el arte, pero mucho con el surrealismo. El cuerpo del pintor ampurdanés fue desenterrado para tomar muestras que determinaran si era el padre biológico de Pilar Abel. Ya sabemos que el ADN demostró que no había parentesco entre ambos.
Como no hay mal que por bien no venga, uno de los museos más visitados en España volvió a estar de actualidad. Visitar este museo es siempre una buena idea, y a los niños les va a encantar.

En realidad los museos dedicados a Dalí en la provincia de Girona son tres, de ahí lo del triángulo daliniano: el Teatro-Museo en Figueras, la Casa de Salvador Dalí en la bahía de Portlligat en Cadaqués, y el Castillo de Gala en Púbol. Estos tres son gestionados por la Fundación Gala-Salvador Dalí, y aunque tienen una gran cantidad de obras del genio surrealista, sus obras más famosas se encuentran en Madrid (Reina Sofía y Thyssen) y Nueva York (MoMA).

El Teatro-Museo fue construido sobre las ruinas del antiguo teatro de Figueres que fue destruido en la Guerra Civil. Su creación proviene de una petición para regalarle una obra a su ciudad natal y éste respondió que les regalaba un museo entero. Ya sabemos que Dalí se tenía en gran estima (vamos, que iba bastante sobrado). En este museo tuvo Dalí su última residencia, concretamente en la Torre Galatea, aquí falleció y aquí fue enterrado, aunque en contra de su voluntad. En la cripta se encuentra una lápida, pero en realidad el cuerpo de Dalí yace bajo el escenario, bajo la cúpula geodésica.

El museo es una obra surrealista en sí mismo y una oda hacia el propio Dalí. Abigarrado, excesivo en muchas salas, no deja a nadie indiferente y sorprende a todos los visitantes. Entre lo más destacable se encuentra la instalación Rostro de Mae West utilizado como apartamento, Gala desnuda mirando el mar que a 18 metros aparece el presidente Lincoln, Cadillac lluvioso (que preside el patio) o Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejos.

La entrada también da derecho a visitar Dalí Joyas, un museo anexo (se puede adquirir una entrada aparte sin necesidad de visitar el Teatro-Museo) que alberga creaciones diseñadas por Salvador Dalí. A mí me sorprendió gratamente, porque el surrealismo puede resultar verdaderamente suntuoso.
Por su parte la Casa Museo de Salvador Dalí se encuentra en Cadaqués, concretamente en la bahía de Portlligat. Aprovechad para visitar este pueblo costero ya que es una maravilla, tanto que numerosos artistas, como Picasso, lo escogieron para sus vacaciones. Un consejo: aparcad en el parking municipal. Multan. Lo sé. Lo comprobé. 


Como habréis averiguado por el nombre, la Casa Museo era la residencia de Dalí y Gala. Dalí comenzó comprando una pequeña casa de pescadores para sus escarceos y poco a poco fue adquiriendo las viviendas colindantes. El conjunto refiere esa unión de inmuebles independientes, y el interior es bastante irregular.

En este museo podremos visitar las estancias en las que residían el matrimonio de Salvador y Gala, como el dormitorio, el vestidor, los cuartos de baño, y el estudio del pintor. También, y no es cosa menor, los exteriores, en especial el olivar, con unas maravillosas vistas de la bahía de Portlligat y la zona de la piscina. Aquí tuvimos cierta controversia acerca de la forma de la piscina.
El tercer vértice del triángulo es el Castillo de Púbol, un edificio medieval con origen en el s. XI que fue adquirido por Dalí para regalárselo a Gala y que fue decorado por su marido para ella en exclusiva. De hecho es el lugar donde yace Gala y donde pidió Salvador ser enterrado, aunque como hemos visto no se le hizo ni caso. Por motivos económicos no llegamos a visitar este edificio, por lo que poco más podemos contar. Tened en cuenta que no es posible visitarlo entre la festividad de Reyes y mediados de marzo.

Hablemos de precios. Los museos no son baratos, sobre todo si se pretenden visitar los tres, y no tienen descuento para familias numerosas, aunque como me dijo un empleado del Teatro-Museo “hombre, los niños hasta 8 años no pagan todavía”. La entrada al Teatro-Museo cuesta 14 euros y 10 en modalidad reducida (estudiantes, pensionistas, jubilados y titulares del Carnet Joven). Para la Casa de Salvador Dalí en Portlligat el precio es de 11€ y 8€ reducida. Finalmente para el Castillo de Gala en Púbol la entrada cuesta 8 euros y 6 € reducida.

Es recomendable reservar previamente tanto para el Teatro-Museo como para el castillo de Gala, mientras que para la Casa-Museo es obligatorio.
Por cierto y para acabar, el nombre de surrealismo se adopta del francés (sur-realisme) que se traduciría como "sobre o por encima del realismo", contrario a lo que mucha gente cree que significa "por debajo" como "subrealismo". De hecho el surrealismo pretende explorar los sueños y el inconsciente, algo que les encanta a los niños y que les puede inspirar a realizar sus propias obras de arte. 

jueves, 12 de octubre de 2017

UN LUGAR MÁGICO: LA CASA-MUSEO DEL RATÓN PÉREZ

"Vivía Ratón Pérez en la calle del Arenal, núm. 8, en los sótanos de Carlos Prats (sic), frente por frente de una gran pila de quesos de Gruyère, que ofrecían á la familia de Pérez, próxima y abastada despensa."


En 1894 el jesuita Luis Coloma escribió para el rey Alfonso XIII, al que se le había caido un diente y entonces tenía 8 años, un cuento sobre el Ratón Pérez. En el cuento el roedor conocía al rey Buby (apodo familiar del monarca) y juntos recorrían el espacio entre palacio y la casa de Pérez.
Precisamente en el numero 8 de la céntrica calle Arenal, muy cerca de la Puerta del Sol de Madrid, donde Coloma situó la residencia de la familia del conocido ratón en los bajos de la desaparecida Confitería Prast, se encuentra la Casa Museo del Ratón Pérez, un espacio que hace unos años abrió para dar a conocer y recordar a este simpático personaje que nos ha visitado a todos en alguna ocasión.
El museo consta de varias salas. En la primera de ellas se destaca la creación del Padre Luis Coloma y varios aspectos alrededor del propio autor, del personaje del Ratón Pérez y su familia, y del rey Buby, el trasunto de Alfonso XIII, coprotagonista del cuento. Además de conocer al Ratón Perez, descubriremos que este personaje tiene "colaboradores" en todo el mundo, como el Hada de los Dientes en los países anglosajones y Alemania, el ratón Topino (o Topolino) en Italia, u otras tradiciones en Euskadi o Cantabria. De hecho en el exterior del museo, en el lugar en el que se espera para poder entrar en la visita, hay paneles explicativos con la historia particular de cada uno de estos colaboradores y de sus tradiciones en los distintos países del mundo.
En la segunda sala, y gracias a los polvos mágicos, entraremos en el estudio en el que el Ratón Pérez descansa y lee las cartas que le escriben todos los niños que depositan su diente recién caído debajo de la almohada para que el Ratón Pérez lo recoja por la noche y lo cambié por una moneda o un regalo.
"[...] encontráronse frente á frente de una gran caja de galletas de Huntley.
Allí era donde vivía la familia de Ratón Pérez, bajo el pabellón de Carlos Prats (sic), tan á sus anchas y con tanta holgura, como pudo vivir la rata legendaria de la fábula, en el queso de Holanda."
Es en esta última sala donde veremos la caja de galletas Huntley dónde vive el Ratón Pérez junto a su familia, y si escuchamos atentamente probablemente podremos seguir los pasos del propio Ratón Pérez mientras se dirige de una estancia a otra protegiéndose de la vista de todos los niños. También descubriremos que hace con los dientes, aunque eso deberíais descubrirlo por vosotros mismos.
Para finalizar la visita llegaremos a un espacio que hace las veces de taquilla y tienda de recuerdos, donde podremos comprar objetos relacionados con el ratón Pérez y sus amigos. Toda la visita es guiada y las guías hacen que la visita cobre de más magia de la que ya por si contiene la Casa Museo del Ratón Pérez. Hay visitas cada 30 minutos, que es el tiempo medio en el que se realiza la visita a este museo. Aunque podemos permanecer más tiempo si así lo deseamos, al ser un espacio pequeño está un poco justo para cada uno de los grupos que realiza la visita, que tiene un número limitado de plazas. El precio único de cada ticket es de 3 €. Se paga desde los tres años y no hay ningún tipo de descuento.
Una cuestión que no es menor, el museo se encuentra en una primera planta y no hay ascensor, por lo que hay que subir por escaleras, incluso personas con movilidad reducida o carros de bebé.
El museo recomienda como edad idónea los cinco años. Nosotros recomendamos como edad máxima para poder visitar la Casa Museo del Ratón Pérez entre los 8 y los 9 años, que es la edad que tiene nuestro hijo mayor, aunque si el niño ya ha descubierto el verdadero secreto del Ratón Pérez puede que la visita sea un poco aburrida. Para los niños más pequeños la visita es muy entretenida y podemos ver la ilusión en sus caras a lo largo de todo el recorrido.
Por cierto, si creéis que el Ratón Pérez os va a visitar dentro de poco tenéis que cepillaros los dientes, puesto que no le gusta ir recogiendo dientes sucios de niños que no se los cepillan.