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miércoles, 8 de febrero de 2023

EXPLORANDO OTRA FORMA DE VIDA EN EL MUSEO COMARCAL DE L'HORTA SUD

La atención del público general suele ir dirigida, en lo que a museos se refiere, a los más grandes. Esos transatlánticos culturales que cada vez más se están contagiando de esa fiebre de franquiciación que envuelve al mundo. La palabra no existe, pero creemos que se entiende: convertir todo en una franquicia. Al igual que ocurre con las tiendas de ropa o los restaurantes, de vez en cuando hay que dirigir la mirada a propuestas pequeñas y distintas, como el Museo Comarcal de l’Horta Sud, en la localidad valenciana de Torrent

Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Hasta no hace tanto tiempo las tareas agrícolas eran las predominantes en el área que rodea la ciudad de València. Poco a poco el paisaje de huerta tradicional en la Vega de Valencia se va perdiendo, y con él muchos usos y costumbres. No solo eso, también un patrimonio milenario como el de las acequias y el Tribunal de las Aguas, por ejemplo. Instituciones como el Museo Comarcal de l’Horta Sud Josep Ferrís March (en 2003 fue bautizado con el nombre de uno de sus máximos impulsores) se encarga de, en sus propias palabras, la conservación, difusión, investigación y exposición del patrimonio cultural de este territorio, que está muy vinculado a la huerta. 

EL NACIMIENTO DEL MUSEO DE L’HORTA SUD



En 1995 la Mancomunitat Intermunicipal de l’Horta Sud, un órgano supramunicipal que agrupa a los 20 municipios de esta comarca valenciana, adquiere una antigua casa que había pertenecido a una familia de agricultores, y que había estado habitada hasta la década de los 80 (del s. XX, claro). En junio del año 2000 se inaugura el museo, y tres años más tarde se le dota de una sala para exposiciones temporales que está separada de la colección permanente, lo que le permite ampliar sus dotaciones y sus actividades.  

Las piezas exhibidas son fruto de donaciones de particulares que residen en varios municipios de la comarca. Los objetos se presentan en las diversas habitaciones de la antigua vivienda, convertidas ahora en salas del museo. Además de las que se relacionan con las tareas agrícolas, hay una serie de objetos que remiten a la vida cotidiana en una casa del primer tercio o primera mitad del siglo pasado. De hecho este museo forma parte de la red de museos etnográficos de la Comunidad Valenciana, colaborando con L’Etno, el museo de Etnología de la Diputación de Valencia, que se encuentra en el edificio de la Beneficencia junto al Museo de Prehistoria.

Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Las salas se distribuyen a través de la planta baja y un primer piso. En el centro hay un patio, alrededor del que se organizarían las distintas estancias, además de servir de corral y caballerizas. Aunque bastante reformado (sobre todo el suelo), sigue manteniendo una esencia muy especial. En verano se debe de estar de lujo, no tenemos pruebas, pero tampoco albergamos dudas. Además, hay un sótano, que alberga la sala de exposiciones temporales. 

QUE SE VE EN EL MUSEO DE L’HORTA SUD



Se pueden distinguir tres partes en este museo. En primer lugar las estancias que corresponden a la vivienda. Se pueden visitar dos dormitorios. Uno correspondería al del matrimonio de la casa. La organización social también se traduce en la distribución del hogar. Otro dormitorio sería del hijo o hijos. Aquí podemos ver también juguetes antiguos, como un caballo de cartón, uno de los juguetes más deseados hace un siglo, más o menos. Otra de las estancias de la parte de vivienda, quizás la más esencial, es la cocina. Aquí hay bastantes objetos que nos sonarán, seguro que en casa (o en la de un familiar) hay algo igual o similar. 

La segunda parte sería todo lo relacionado con las tareas agrícolas en el hogar. Porque estos trabajos no se limitaban al campo. Allí se cultivaba y se cosechaba (resumiendo), pero otras muchas labores se realizaban en casa. Porque la casa era vivienda y también lugar de trabajo. Hasta tienda, si se terciaba. A ver si pensabais que eso de trabajar desde casa se había inventado ahora. Pues como todas esas palabras rarunas que nos intentan colar en un fake inglés, y que disimulan una realidad, generalmente triste, que lleva inventada tela de tiempo: coworking, coliving, carsharing, sundrying… 


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Entre estas estancias se encuentran la cambra, la cámara en castellano, esa habitación donde se elaboraban y guardaban productos para su posterior consumo. Desde vino o aceite hasta embutidos. Otra estancia es la caballeriza, junto al patio y corral. Ahora mismo en el museo se ve un magnífico carro. Y dos bicicletas. Justo al lado, hay un minúsculo espacio, tapado con una cortina y donde únicamente hay un asiento de piedra con un agujero, y bajo una tinaja. Y un clavo donde hay tiras de periódico. 

VISITAMOS LA ANDANA



Por último queda el espacio de la primera planta. Es lo que en Valencia se conoce como andana. Es un piso superior que se utilizaba como almacén para guardar los productos de las cosechas. No nos sale la traducción castellana (podéis dejarla en los comentarios). En ocasiones también se utilizaba como secadero. En el caso del Museo de l’Horta Sud, este espacio está dedicado a los aperos, a las herramientas que se utilizaban para el campo, y la casa. Arados, azadas, palas, rastrillos, trillos. Pero también básculas, descascarilladoras, mesas para elaborar chocolate… 

Y una curiosidad bastante interesante. En una esquina de la sala hay una estructura hecha de cañas. Es un criadero de gusanos de seda. Porque la seda era un gran negocio (y lo es). Creo que hoy en día son pocos los niños que crían gusanos de seda. Si en vez de tenerlos en una cajade zapatos con agujeros, los tienes en una estructura dedicada exclusivamente a su cría, puedes tener cientos o miles de capullos de seda. De vez en cuando en el Museo de l’Horta Sud crían unos cuantos. ¿Venderán la seda? 

Otra cosa curiosa que se puede ver en la andana son las pinturas y los grafitos que se conservan en las paredes. Lo de grafito queda muy académico. En realidad son cuentas hechas sobre la pared, que curiosamente se han conservado. ¡Con lo fácil que es tener una calculadora!

MÁS ACTIVIDADES EN EL MUSEO


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

Además de su colección permanente, el museo también cuenta con una sala de exposiciones temporales donde se exhibe muestras de arte y objetos de temáticas variadas relacionadas con la cultura y patrimonio de la comarca. Estas exposiciones son cambiantes y están diseñadas para que los visitantes se interesen y aprendan sobre diferentes aspectos de la cultura de l'Horta Sud. Esto significa que cada vez que los visitantes vayan al museo, tendrán la oportunidad de ver algo nuevo y aprender sobre diferentes elementos de la cultura local.

El Museo Comarcal de l'Horta Sud también ofrece una amplia gama de programas educativos para escuelas y grupos de visitantes. Estas actividades incluyen visitas guiadas y talleres interactivos en los que los participantes pueden aprender más sobre la cultura y patrimonio de la comarca a través de la exploración y la experiencia práctica. 


Las visitas guiadas tienen un gran éxito, pero también los talleres de restauración de bienes muebles, los conciertos (en el maravilloso patio que tienen), o los talleres de manualidades o cuentacuentos para niños.  Es recomendable (incluso necesario) reservar con antelación. Hay dos maneras de contactar, a través del teléfono (+34 desde fuera de España) 961 588 221 o bien al correo electrónico museu@museuhortasud.com. También aquí os podrán informar de todas las actividades que realizan.

También se organizan visitas a espacios en el exterior del Museo. Por ejemplo, han tenido una serie de exposiciones temáticas de los distintos municipios de la comarca, y se complementaban con visitas a esos municipios. Una forma de vivir más de cerca el patrimonio y la cultura. 

INFO ÚTIL SOBRE EL MUSEO DE L’HORTA SUD


Explorando el Museo Comarcal de l'Horta Sud

El Museo Comarcal de l'Horta Sud Josep Ferrís March se encuentra en la calle Virgen del Olivar, 30, en la localidad de Torrent, como ya hemos comentado al inicio del post. Está a un paso del centro de la localidad y de su famosa torre (de eso hablaremos en otra ocasión). También está a tiro de piedra de la estación de metro Torrent, que nos comunica con el centro de la ciudad de Valencia y otras localidades de la provincia, a través de las líneas 1, 2 y 7. 

El horario de apertura varía dependiendo de la época del año. En los meses de junio, julio y septiembre abre de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00, a excepción de los festivos. Durante el mes de agosto permanece cerrado. El resto de meses (de octubre a mayo) abre de martes a sábado de 10:00 a 13:00, además de las tardes de los miércoles de 17:00 a 20:00. Los festivos, evidentemente, no abre.

Os recomendamos que hagáis una visita intergeneracional, como se conoce ahora. Esto es, que visitéis este museo acompañados de los niños y de los abuelos. Nosotros nos encontramos en esa generación bisagra que todavía hemos visto algo de ese modo de vida, o al menos nos lo han contado. Nuestros hijos ni por asomo. Para ellos les parece tan lejano como a nosotros un castillo medieval. Y no hace tanto tiempo en realidad. 



Así que no os hagáis los perezosos. El Museo Comarcal de l’Hora Sud merece mucho la pena y os transportará a un pasado no tan lejano. Distinto, y probablemente más duro. Pero que no debe perderse.