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miércoles, 18 de mayo de 2022

TODO SOBRE LA EXPOSICIÓN "GLADIADORES, HÉROES DEL COLISEO" EN EL MARQ DE ALICANTE

Uno de los temas clásicos de este blog son los post dedicados a las exposiciones temporales que organiza el MARQ, el Museo Arqueológico Provincial de Alicante. Repasando hemos localizado cinco artículos en los casi cinco años de vida de esta bitácora. Este es ya el sexto porque, como no podía ser de otra manera, hemos visitado la nueva exposición “Gladiadores, héroes del Coliseo”.

“Gladiadores, héroes del Coliseo” en el MARQ de Alicante

Al menos por nuestra parte, esta exposición era muy esperada. La información que íbamos conociendo iba generando hype, que dicen los millenial (aquí somos Z, no llegamos a boomers). No defrauda, la sensación al salir es muy positiva. Quizás, como comentó otra persona que estaba visitando la expo al mismo tiempo, tenga menos piezas originales que otras, pero su capacidad inmersiva lo suple.

Por partes. Como siempre, ocupa las tres salas del MARQ destinadas a exposiciones temporales y en el hall de entrada se proyecta un vídeo introductorio. Esta vez, en lugar de exponer alguna pieza local relacionada con la temática de la exposición (en el museo hay una sala entera dedicada a la cultura romana) nos recibe una reproducción de un mosaico que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Si hay que ponerle un pero a la exposición es que se utiliza el mosaico como elemento recurrente en los grafismos pero no se expone ninguno (o al menos no lo vimos). ¡Con lo que molan!

SALA 1



Como siempre el pasillo que comunica las tres salas ofrece unos paneles con información que sitúa al visitante ante lo que va a ver. En este caso son tres grandes paneles con información introductoria y datos acerca de los anfiteatros en España y en la provincia de Alicante.

Una vez entramos en la primera sala vamos a ver una contextualización de los gladiadores, su origen y una completa explicación sobre la arquitectura del anfiteatro, el edificio donde se llevaban a cabo las munera, es decir, las luchas de gladiadores. Aunque también se llegaron a celebrar naumaquias, luchas navales simuladas. Para eso debían de inundar la arena. 

“Gladiadores, héroes del Coliseo” en el MARQ de Alicante

En esta primera sala vamos a ver algunas piezas bastante sorprendentes, como unas pinturas que realizaron en unas tumbas hace aproximadamente 2300 años. Representan las luchas rituales que fueron el origen de los gladiadores. También unas terracotas con un realismo y un detalle increíble.

Siguiendo la visita, la sala se centra, como hemos adelantado, en el edificio que albergaba las luchas entre gladiadores: el anfiteatro. Evidentemente destacan el más famoso y grande del Imperio, el Coliseo o Anfiteatro Flavio. Por cierto, anfiteatro significa “teatro doble” y se ha extendido el mal uso de la palabra, que se utiliza como sinónimo de teatro o auditorio. La RAE lo bendice en su Diccionario, pero etimológicamente es incorrecto.


Al fondo de la sala se puede ver una reproducción de la vestimenta (por decir algo) y los útiles que utilizaban los distintos tipos de gladiadores. Había cuatro tipos diferentes y cada uno se distinguía por las armas y defensas que utilizaba.

SALA 2


“Gladiadores, héroes del Coliseo” en el MARQ de Alicante

La segunda sala se centra en el impacto que tuvieron los gladiadores en la sociedad de su época. Se han localizado en numerosas excavaciones arqueológicas estatuillas que representaban gladiadores. Generalmente estaban fabricadas con arcilla cocida pero también podían ser de bronce. De hecho se exhibe una magnífica campanilla de bronce.

En el centro de la sala se encuentran las que posiblemente sean las piezas estrella de la exposición. En dos vitrinas a ambos lados de la sala se exhiben armas y objetos defensivos que utilizaron gladiadores. Espadas (los famosos gladus), cascos o espinilleras, entre otros objetos. Sorprende la decoración de la mayoría de las piezas, admirablemente meticulosa. Y bellas, muy bellas. No esperábamos algo así en este tipo de objetos.


Muchos de los objetos proceden del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Una de las principales fuentes son las sucesivas excavaciones que se han realizado en Pompeya. Precisamente en esta tristemente famosa ciudad se situaba el anfiteatro más antiguo que ha llegado a nuestros días. Construido en el 70 a. C. es una excelente fuente de información acerca de los gladiadores. Y de sus seguidores. Se narra en esta sala los disturbios que se produjeron tras la lucha entre dos gladiadores, uno apoyado por pompeyanos y otro por los nocerinos, ciudad rival. Había más cosas, y esta fue la excusa para que se liara. La escena se muestra en un fresco que se recuperó en Pompeya y se exhibe aquí. 

“Gladiadores, héroes del Coliseo” en el MARQ de Alicante

Para finalizar, al final de la sala se representa la armería de un ludus. Los ludus eran las escuelas de gladiadores, algunas llegaron a formar a miles de gladiadores, que no eran exclusivamente esclavos. Se reproducen cascos, espadas, escudos, etc. Algunos se pueden levantar para comprobar que pesaban una barbaridad, lo que les da todavía más mérito a los combatientes.

SALA 3



La última sala repasa como sería un día de juegos en un anfiteatro. A su alrededor había una serie de costumbres y rituales que no implicaban únicamente los combates. Además tendréis la oportunidad de sentiros un poco como los gladiadores en la arena. Se recrea un instante con varias figuras y alrededor hay pantallas que simulan público vociferando. Una experiencia curiosa.

Porque las luchas de gladiadores no era un espectáculo para entretener al pueblo sin más. Los financiaban personalidades con muchísimo poder y dinero, aunque nunca debían de superar los que celebraba el emperador en el Coliseo. 

“Gladiadores, héroes del Coliseo” en el MARQ de Alicante

Algunos gladiadores llegaron a amasar una importante fortuna y eran tan famosos como puede ser hoy en día cualquier deportista que destaque en su modalidad. Como curiosidad, se exhiben unas lucernas (lámparas de aceite hechas de barro cocido) con la efigie de algunos gladiadores, ¡un primer merchandising! Y, como todos, llegaba un día que morían. Podía ser en combate o una vez se retiraban. No se enterraban en un lugar especial por su estatus, pero los conocemos a través de sus estelas funerarias.

Por último, y no por ello menos importante, al fondo de la sala 3 hay un pequeño espacio que repasa la aparición de los gladiadores en la ficción, tanto en la literatura, como en el cine, el cómic y los videojuegos. Estos medios han hecho que se expandan y se perpetúen algunos mitos relacionados con los gladiadores. ¿El pulgar hacia abajo para ajusticiar un gladiador? ¡Aquí conoceréis la verdad!

TAMBIÉN A DESTACAR


Muchas veces nos hemos referido en los artículos dedicados a las exposiciones temporales en el MARQ su apuesta por la inclusión de las personas con discapacidad. Esta vez han ido un paso más allá. Bueno, en realidad han sido dos. De nuevo hay piezas tiflológicas, es decir aquellas réplicas para que las personas invidentes las “vean” con el tacto, junto a cartelas en braille. Se ha añadido códigos QR con acceso a vídeos con descripción en lengua de signos y subtítulos. Por otra parte los paneles explicativos tienen textos adaptados para personas con Trastorno del Espectro Autista. Por nuestra parte es la primera vez que la vemos en un museo y nos parece una iniciativa fundamental. Lo aplaudimos a rabiar.

Hasta octubre tenéis la oportunidad de visitar esta exposición, que para nosotros es una de las mejores de las que se ha realizado en los últimos años. Aunque parezca que os hemos contado muchas cosas, hemos guardado muchas más. Se ofrece una gran cantidad de información que generalmente no se conoce, sobre todo por ese falsaeamiento en la literatura y el cine. Un aspecto poco conocido es la participación de la mujer en los combates. Sí, hubo gladiadoras.



No lo dudéis un solo instante, todo el mundo sale encantando tras ver esta exposición. Y con ganas de saber más. Incluso de volver a ver las desventuras de Máximo Marco Meridio, ya sabéis, el que quería alcanzar su venganza en esta vida o en la próxima. Aunque sepamos que algunas cosas son de mentirijillas. O precisamente por eso.  

miércoles, 18 de septiembre de 2019

GLADIADORES EN EL ANFITEATRO DE TARRACO

Había llegado el gran día. Prisco estaba completamente concentrado. Cerró los ojos un instante y oyó de fondo el rumor del mar. Entonces avisaron. Salían a la arena. Al salir el sol le cegó un segundo y se ayudó de su antebrazo izquierdo para poder ver algo. 12.000 personas les jaleaban, el rugido era ensordecedor. Prisco sonrió al comprender que el momento había llegado, era gladiador y se estrenaba en Tarraco.


Tarraco, la actual Tarragona, fue una de las ciudades más importantes del Imperio Romano. Desde el año 197 a.C. se convirtió, primero, en la capital de la Hispania Citerior y, posteriormente, de la Tarraconensis. Durante siete siglos su esplendor brilló. Su importancia explica que fuera una de las ciudades romanas donde convivían los tres edificios dedicados al ocio en su época, el teatro, el circo y el anfiteatro. En esta ocasión vamos a contaros nuestra visita al anfiteatro.


El anfiteatro era el edificio donde se representaban los combates de los gladiadores, los munera, y las venationes, los combates con fieras. A pesar de la leyenda, no todos eran a muerte, pero un gladiador podía ganarse muy bien la vida y eran admirados como auténticas estrellas. El anfiteatro más famoso es el Coliseo romano, aunque su nombre original es Anfiteatro Flavio, en honor del emperador bajo el que se construyó. El más antiguo conocido es el de Pompeya, que carece de muchas de las estancias que vamos a ver a continuación.


En cuanto al anfiteatro de Tarraco, se construyó a finales del s. II d.C y durante el siguiente siglo fue sometido a reformas por parte de Heliogábalo, que lo dejó escrito en una inscripción que rodeaba el edificio y de la que se conservan fragmentos. Estaba situado fuera de las murallas de la ciudad, en una zona cercana a la playa y junto a la Vía Augusta, la calzada que conectaba Roma con Gades (actual Cádiz) casi en paralelo al mar Mediterráneo. Esta ubicación tendría una función política, para resaltar la importancia tanto de la ciudad como del propio edificio. 


Con unas medidas de 109,5 m x 86,5 podía albergar entre 12.000 y 16.000, dependiendo de la fuente que consultemos. Aprovecharon parte de la roca para excavar una parte del graderío, levantando otra parte de las gradas mediante obra. En ocasiones podía desplegarse un toldo (velarium) que protegería a los espectadores del sol.


En la cavea (graderío) se puede observar perfectamente los muros que servían de separación entre los diferentes niveles, cada uno reservado a una clase social. Cuanto más cerca se estaba de la arena, el espectador pertenecía a una clase más alta. En el centro de la grada más cercana al mar, bajo un gran arco, estaría el palco, la "zona VIP" del anfiteatro, donde estaría el mandatario de la ciudad. 


En Tarraco también es muy visible el foso, que estaría cubierto por una tarima de madera y bajo el cual se podían mover gladiadores o fieras que aparecían en la arena a través de trampillas, lo que añadía un elemento sorpresa al espectáculo. Si habéis visto Gladiator sabéis de qué estamos hablando. En un lateral del foso se encontró un santuario dedicado a Némesis, la diosa protectora de los gladiadores. Se conserva una copia de una pintura de esta deidad, el original está en el Museo Arqueológico de Tarragona


Desde que el anfiteatro dejó de tener uso, tras la caída del Imperio, sus distintos elementos constructivos (sillares, columnas, etc.) fueron reutilizados para nuevas construcciones. En la misma arena del anfiteatro se construyó, y se conservan los restos, una basílica visigoda en el s. VI sobre la que se construyó una iglesia románica en el siglo XII, al finalizar la época musulmana. Cabe destacar que en la arena del anfiteatro fueron quemados vivos el 21 de enero del 259 Fructuoso, Aurigio y Eulogio, que fueron canonizados por la Iglesia Católica como mártires. 


Parte del buen estado del anfiteatro de Tarraco proviene de la reconstrucción que se realizó entre los años 1970 y 1973, que nos ha permitido ver gran parte de los elementos que componían este edificio, como los vomitorios (entradas a las gradas) o la Porta Triumphalis (Puerta Triunfal) por la que salían los vencedores tras ser aclamados. En el año 2000 el conjunto de los restos arqueológicos de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Llegar al anfiteatro es muy fácil, hay numerosas indicaciones y podemos pasear previamente por el Parque del Anfiteatro, un jardín donde, además, hay pequeños espacios con plantas típicas del mundo romano, como la vid, el romero, o el espliego, con las consiguientes explicaciones. Este parque, que está en terrazas, cuenta en su parte superior con un bar que hace las veces de mirador. Desde el parque se ve perfectamente todo el anfiteatro, pero si tenéis oportunidad no dejéis de bajar a visitarlo. Eso sí, los carros y sillas de ruedas tienen bastante difícil su acceso a la arena.


En cuanto a precios la entrada individual cuesta 3,30 €, la entrada conjunta a todos los recintos que gestiona el Museo Arqueológico de Tarragona son 11,05 €, y si solo queremos visitar 4 recintos serán 7,40 €. Existe una bonificación para pensionistas y jubilados, desempleados, estudiantes mayores de 16 años, discapacitados y familias monoparentales, que pagarían 1,70, 5,50 y 3,65 respectivamente. Las familias numerosas se supone que tienen un precio reducido, pero es el mismo que las entradas sin bonificar. Por suerte nos pudimos beneficiar de la gratuidad de las entradas a menores de 16 años y para los visitantes de Port Aventura (¡llevad siempre las entradas encima!).

Por último recomendaros que visitéis el anfiteatro los viernes y sábado de agosto, ya que podréis ver el espectáculo Anfiteatrum, que narra una historia con Tarraco y su anfiteatro como protagonistas y recrea una lucha entre gladiadores. Si no podéis descargaros una aplicación gratuita para el móvil, IMAGEEN, que permite mediante realidad virtual visualizar en 360º el anfiteatro y asistir a una lucha entre gladiadores. ¡Vuestros hijos alucinarán!