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miércoles, 8 de mayo de 2019

REGRESO AL PASADO: LA VILLA MEDIEVAL DE BESALÚ


La provincia de Girona es una de las que más opciones ofrece a las familias a la hora de planificar unas vacaciones: las magníficas playas de la Costa Brava, los paisajes de montaña de los Pirineos, la oportunidad de visitar Barcelona, Andorra o el sur de Francia, y sus pueblos medievales. En esta ocasión vamos a hablaros de uno de los más conocidos: Besalú.


Situado en la comarca de La Garrotxa, Besalú es famoso por su puente medieval, que durante siglos fue la única vía que comunicaba esta villa con el resto del mundo. La puerta en forma de torre es su característica más destacada, y sus amplios arcos ofrecen una magnífica postal del pueblo. Pero esta es solo la primera de las joyas que ofrece Besalú.


Todo el paseo por Besalú es un viaje en el tiempo, ya que la magnífica conservación de sus calles y edificios te transporta a los siglos X y XI, época de esplendor del municipio, ya que existía un condado del que era capital y esto hizo que tuviera cierta importancia en su ámbito territorial. En el s. XII el condado pasa a la Casa de Barcelona, y con ello su influencia se fue difuminando, no así la importancia de su arquitectura.


Caminando por sus calles empedradas llegaremos a la Plaza Mayor, con sus soportales con arcos de piedra en el que hay terrazas donde tomar un respiro. Si seguimos nuestro paseo llegaremos al antiguo Monasterio de San Pedro de Besalú, construido en el s. IX y del que ya solo queda su iglesia, uno de los edificios más importantes del municipio. Su fachada románica, prácticamente desprovista de cualquier elemento ornamental, nos asombra por su sencillez y rotundidad.


El paseo os llevará por estrechas calles, más edificios románicos, como la iglesia de San Vicente, un magnífico ejemplo de este estilo arquitectónico, o San Julián, un edificio que actuó como iglesia y hospital de peregrinos. También es interesante la visita a la judería, especialmente a los restos de la sinagoga y el micvé, unos baños donde realizaban rituales de purificación y del que solo se conocen tres ejemplos más en toda Europa, siendo esté el único en España. 


Si alzáis la vista en alguna de las calles de Besalú es posible que os sorprendáis al ver unas sillas que se encuentran ancladas a la pared. No es que estéis alucinando, si no que es una instalación artística. Es cierto que sorprende una propuesta tan rompedora en un contexto tan poco propicio, en un principio, al arte contemporáneo, pero la verdad es que tras la sorpresa inicial no desentona en absoluto.


Si queréis llevaros un recuerdo , os recomendamos los productos cárnicos de Besalú, en especial, y más tratándose de la comarca de La Garrotxa, debéis de probar sus embutidos. Una de las anécdotas que guardamos con más cariño es que visitamos Besalú un domingo por la tarde y todos sus comercios estaban cerrados. Afortunadamente un empresario con visión, había instalado una máquina de vending con productos típicos del municipio, ¡y nos salvó una cena!

Para llegar a Besalú hay que coger la N-260 desde Figueres o desde Olot (donde se convierte en la A-26). Hay un parking gratuito en las afueras de Besalú, a unos metros de su famoso puente, convirtiéndose en una fantástica opción para estar tranquilos. Además, justo antes de cruzar el puente, se encuentra la oficina de turismo de Besalú, donde tendréis completa información para visitar el pueblo.


No os defraudará una visita a este pueblo, que es muy bonito, a los niños les va a encantar. Además podéis aprovechar el día para hacer excursiones cerca, o incluirlo dentro de una ruta que incluya Olot, o el lago de Banyoles, por citar dos lugares cercanos. Desde luego Besalú por si misma vale una visita.

jueves, 12 de abril de 2018

3 MUNICIPIOS, 4 PLAYAS Y 2 BONUS TRACK EN EL NORTE DE LA COSTA BRAVA

Pasada la Semana Santa empieza ese periodo del año en el que empezamos a dar forma definitiva a las vacaciones de verano (siempre y cuando seamos un poco previsores). Si eres de esa mayoría que optáis por la playa y que además sea un buen lugar para pasar unos días con los niños, una buena opción es la Costa Brava en su parte norte.



Municipios como Roses, Cadaqués, L'Escala, Portbou o Empúries nos ofrecen magníficas playas y bastantes actividades complementarias para nuestras vacaciones y que no podamos aburrirnos ni un solo minuto, que no todo va a ser tumbarse a la bartola.



ROSES: Se ha convertido en un centro turístico de primer orden. Si son muchos los turistas españoles que acuden, son muchos más los franceses, ya que la frontera se encuentra a unos pocos kilómetros. Es una ciudad muy agradable y cuenta con un casco municipal con múltiples restaurantes, servicios y comercios.




Os vamos a recomendar dos playas. En primer lugar la playa de Roses (así, tal cual), junto al casco urbano. Una playa de arena fina, bastante tranquila (a pesar de la cantidad de gente que va) y  con muy buena calidad. Nos quedamos con cualquiera de los dos tramos que se extienden a ambos lados del espigón, a tiro de piedra del centro. Su comodidad fue clave para que se situara en nuestro top de playas favoritas. Si queréis alejaros un poco os aconsejamos la cala Montjoi. A unos siete kilómetros del centro de Roses, se accede por una estrecha carretera que bordea los acantilados. Apareceremos en una cala recogida, rodeada de pinos y con unas vistas estupendas. Eso sí, tened en cuenta que la playa es de piedras. Puede ser que en algún día tengáis dificultades para aparcar, aunque no es excesivamente difícil. En Montjoi se pueden practicar bastantes deportes acuáticos, desde snorkel hasta jet ski, pasando por la vela. Hay un camping a pie de playa en el que se puede contratar alguna de estas actividades. En esta cala se encuentra el famoso restaurante El Bulli, de Ferran Adrià, aunque actualmente ya ha cerrado sus puertas para dedicarse únicamente a la formación de alto nivel.



En Roses también podéis visitar la Ciudadela, el antiguo núcleo urbano, que conserva las murallas del s. XVII. Además contiene restos de varias civilizaciones, siendo los más antiguos los griegos. En la actualidad tiene bastante actividad cultural, con un centro de interpretación, un museo y alberga un festival en verano. Un poco más antiguo es el conjunto megalítico que se encuentra en la carretera que lleva a la cala Montjoi.




CADAQUÉS: Es una población de cuento. Cadaqués es conocida por ser la localidad donde tenía su residencia el pintor Salvador Dalí, pero tiene mucho más. A mí la playa no me pareció gran cosa, poco espacio hasta el mar, piedras, pero con unas aguas tan transparentes que se veía perfectamente el fondo, plagado de peces y erizos de mar. Es imprescindible recorrer su paseo marítimo, desde donde se puede ver la iglesia de Santa María presidiendo el casco histórico. Precisamente Dalí pintó en su época cubista un cuadro con esta misma vista. Preparaos para subir (y bajar) por sus empinadas cuestas, llenas de esencia mediterránea y recuerdos de más visitantes célebres. Federico García Lorca, Eugenio D'Ors, Pablo Picasso, Marcel Duchamp o Joan Miró,por ejemplo, veranearon en Cadaqués.



Es imprescindible la visita a la bahía de Portlligat. Esta cala, en la que se encuentra la Casa-Museo de Dalí, derrocha tranquilidad. Aquí uno puede imaginarse porqué el genial pintor compró una casita de pescadores que fue ampliando con la compra de los inmuebles contiguos.




EMPÚRIES: Fue fundada en el s. VI aC por los griegos, que establecieron una próspera colonia. Sus ruinas son visitables, y nos permiten conocer una civilización que fue la base del mundo antiguo (no olvidemos que Roma adopta muchas costumbres, leyes e incluso la religión del mundo griego). Muy cerca de las ruinas de Emporion se encuentra la playa del Moll Grec (muelle griego) denominada así porque aquí se encuentra un muro que servía de refugio a las naves griegas que atracaban. La playa es excelente, una de las mejores que hemos visitado, con arena fina y muy limpia, y tienes que meterte bastante adentro para que el mar te cubra, algo que siempre nos tranquiliza un poco a los padres.El parking es de pago. 


CAP DE CREUS: Primer bonus track. Nos lo recomendó en la visita a la Casa-Museo de Dalí el dependiente de la tienda de recuerdos, un tipo muy majete y enamorado de su terreta. Y la recomendación lo clavó. La carretera de acceso es espectacular, como de otro planeta. Un faro preside este espacio. Además de una oficina de turismo y un museo de geología, hay un par de bares desde donde se puede disfrutar del atardecer (que supongo que si es el punto mas oriental de la península será antes que en ningún otro lugar). Desde el faro se divisan unas cuantas calas a las que solo se puede acceder a pie, o en alguna embarcación. Como no, las vistas son impresionantes.



AIGUAMOLLS DE L'EMPORDÀ: Segundo bonus track. La traducción de aiguamolls es humedales, y esto es exactamente lo que nos ofrece este espacio, una extensión con abundante  agua, vegetación y fauna típica, destacando las aves como garzas. Una carretera cruza este espacio, y aunque en verano está bastante transitada es compatible con un paseo en bici. Aunque hay zonas segregadas para los ciclistas nunca conviene bajar la guardia.