martes, 28 de marzo de 2023

VIAJAR CON EL PALADAR: LA MONA DE PASCUA VALENCIANA

Parece mentira, pero ya va asomando la Semana Santa. Un tiempo que podemos asociar a tres tradiciones. En primer lugar a las vacaciones, no os vamos a engañar, lo estamos deseando. En segundo lugar a las procesiones, seguramente el elemento más representativo de este tiempo. Y por último a la gastronomía, que celebra el fin de la Cuaresma (para quien la practique y crea, claro) y el inicio de una época gloriosa para el paladar. En este post vamos a ver como preparar uno de los dulces más típicos y exquisitos: la mona de Pascua.

Viajar con el palada: la mona de Pascua valenciana

Para nuestra familia la mona de Pascua es una institución. Nos quedamos con este dulce aunque son muchas las recetas que podíamos haber escogido para ilustrar la Semana Santa. Elegir es difícil. Mucho. ¿Qué nos decís de las torrijas? Algo tan bueno que es casi pecado. ¿Y de la leche frita? ¿O de los pestiños? ¿Rosquillas? ¿Buñuelos? ¿Huesos de santo? Os pedimos sinceras disculpas porque probablemente todos hemos engordado algún kilito solamente leyendo este párrafo.

LA TRADICIÓN Y LA MONA DE PASCUA


Desde hace generaciones, nuestra familia ha celebrado la Pascua con su correspondiente mona. Una tradición que lleva aparejada otras tradiciones. Es la metatradición. Porque una mona es menos mona si no vas al campo a comértela. O si no la acompañas con longaniza de Pascua. O si no le rompes el huevo a alguien en la frente demostrándole el cariño y el aprecio que le guardas, mientras recitas eso de "ací em pica, ací em cou, ací et trenque l'ou"( aquí me pica, aquí me escuece, aquí te rompo el huevo). Sí, es extraño, pero en ocasiones el cariño es así.

Porque la mona de Pascua está buenísima. Pero sin el ambiente, sin todo aquello que rodea su consumo no sería lo mismo. Hay dos fechas en las que se come tradicionalmente este dulce. La primera sería el Lunes de Pascua, claro. Ese día miles de familias acuden a parajes naturales locales para festejar un día de fiesta. Cada municipio tiene un lugar favorito. Y si hay varios, cada familia tiene el suyo. Suele ser el campo, o un área recreativa, pero hay quien se decanta por la playa. 

La otra fecha es el siguiente lunes, segundo lunes de Pascua, festividad de San Vicente Ferrer. Un día que es festivo en la Comunidad Valenciana por ser su patrón (y a la vez el final de las vacaciones para los escolares). Se repite salida al campo y tradiciones. Durante la semana de Pascua se suele repetir mona, especialmente si se aprovecha para hacer un picnic. A nosotros nos gusta que la mona solo se consuma en Pascua. De esta manera conserva su carácter especial. Así la esperamos con más ganas.

LA HISTORIA DE LA MONA DE PASCUA


Viajar con el palada: la mona de Pascua valenciana

La Mona de Pascua es un postre típico de algunas regiones de España que se consume durante las celebraciones de Semana Santa. El origen de esta tradición no está del todo claro, pero se cree que tiene sus raíces en la Edad Media.

En esa época, la costumbre era que los padrinos regalaran a sus ahijados un pan dulce en el que se escondía un huevo cocido. Con el tiempo, este pan dulce se fue sofisticando y se convirtió en la Mona de Pascua que conocemos hoy en día, con decoraciones elaboradas y huevos de chocolate en lugar de huevos cocidos.


En algunas zonas de España, la Mona de Pascua se convirtió en una tradición más allá de la relación entre padrinos y ahijados, y se empezó a regalar a amigos y familiares como muestra de afecto y buenos deseos para la Semana Santa. Actualmente, es una tradición arraigada en muchas partes de España, especialmente en Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Castilla-La Mancha. En este post vamos a ver la versión valenciana, ya que en Cataluña, por ejemplo, la mona es un pastel o figura hecha por completo de chocolate. En otras regiones la mona es un bollo grande, para varias personas. En la Comunidad Valenciana es típico también el panquemado o toña, que es un dulce muy similar pero sin huevos cocidos (ni de chocolate ni de nada). 

El nombre de la mona de Pascua tiene poco de simiesco. Se supone que es una deformación de la palabra árabe “munna”, que significaría “regalo” o “provisión de la boca”. Eso dicen por ahí. Vamos, que esta teoría dice que era un dulce que se ofrecía para agasajar. Y no sería extraño. Puede ser que de ahí provenga la antigua tradición de regalarla a ahijados y posteriormente a amigos y familiares.

INGREDIENTES DE LA RECETA


La receta de la mona de Pascua no tiene muchas diferencias con otras recetas de pastelería, incluso hay quien establece un paralelismo con los brioches: harina, aceite, leche, huevos, azúcar, levadura… 

En nuestro caso vamos a utilizar los siguientes ingredientes:

- 4 huevos para la masa más otro para pintar. Además un huevo cocido por mona.

- 550 gr. de harina de fuerza.

- 120 gr. de azúcar.

- 100 ml. de leche entera.

- 70 gr. de aceite. Nosotros mezclamos aceite de oliva virgen extra y aceite de girasol a 50%, porque el de oliva es fuerte, y el de girasol demasiado sin sabor.

- 20 gr. de levadura fresca o un sobre de levadura seca de panadería.

- La ralladura de una naranja y un limón.

- Una cucharada de agua de azahar o una cucharadita de azúcar vainillado. Opcional. Y si se usa hay que reducir el azúcar.

PREPARACIÓN 


Viajar con el palada: la mona de Pascua valenciana

En un bol grande (bastante grande) cascamos los 4 huevos. Añadimos la harina y la levadura. Amasamos para unir estos ingredientes. Se puede hacer a mano, pero aconsejamos máquina. Ahora es el turno del azúcar. También del agua de azahar o del azúcar vainillado (absolutamente opcional). Mezclamos un poco más. A continuación añadimos el resto de ingredientes: la ralladura del limón y la naranja, la leche y el aceite. Amasamos hasta que quede una masa lo más homogénea posible. Estará pegajosa, pero no pasa nada. Tapamos con un trapo limpio y lo dejaremos levar a temperatura ambiente hasta que doble su tamaño. Esto es entre una y dos horas, dependiendo de la temperatura. 

Una vez haya acabado de levar se vuelve a amasar para quitarle el aire. Partimos en varios trozos la masa y les damos forma. Esta receta está calculada para cinco raciones. Pero vamos, que podéis hacer de cuatro a seis. 


Ahora hay que darle forma. La forma más tradicional es la de un disco al que se le coloca en medio un huevo cocido. Hay quien hace un lazo. O quien le da forma de serpiente. A partir de aquí, la imaginación al poder. Eso sí, siempre se le pone un huevo cocido. Al cocerlo podéis añadir colorante para pintarlos. Últimamente se ha puesto de moda poner un huevo de chocolate. Pero cociéndolas en casa no es muy fiable. 

Antes de meterla en el horno, precalentado a unos 200ºC, hay que acabar de decorarlas. Primero pintamos con un huevo batido. A continuación espolvoreamos con fideos de colores (sprinkles para los anglófilos) o simplemente con azúcar al que le hemos echado antes unas gotas de agua para apelmazarlo un poco. De ahí al horno durante 15-20 a 180ºC, calor arriba y abajo sin ventilador. Estarán cocidas cuando tengan un bonito color bronce. Dejarlas enfriar, no seáis ansias.

UNA DULCE MERIENDA


Viajar con el palada: la mona de Pascua valenciana

Cómo veis no es una receta excesivamente complicada. Hay algunas versiones en las que realizan un prefermento que debe dejarse hecho al menos desde la noche de antes. Una divertida ventaja es que pueden participar los niños en la preparación, porque la mayoría de pasos no tienen ningún misterio, ni ningún peligro. Si ya van a saber mejor que cualquier mona comprada en supermercado, si las han trabajado aún les sabrá mejor.

Viajar con el palada: la mona de Pascua valenciana

Realmente os animamos a probarlo. Nosotros teníamos ganas de cocinar nuestras propias monas y el confinamiento por el COVID nos dio la excusa perfecta (y nos obligó un poquito también). El resultado nos gustó mucho. Solo queda cargar todo lo que necesitamos para salir al campo (o la playa) y disfrutarlas. ¡Feliz Pascua!

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