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miércoles, 8 de diciembre de 2021

OS RECOMENDAMOS EL CAMPING LOS BATANES EN LAS LAGUNAS DE RUIDERA

Este verano manejamos varias opciones para pasar unos días de vacaciones. La verdad es que el abanico era amplio. De entre todas finalmente nos decidimos a visitar La Mancha, concretamente la zona de las Lagunas de Ruidera. No la conocíamos y no está excesivamente lejos de nuestra casa. Una vez decidido el lugar había que buscar alojamiento. Finalmente escogimos el Camping Los Batanes.

Camping Los Batanes

Éste se encuentra en el término municipal de Ossa de Montiel (en la provincia de Albacete), pero a unos 11 kilómetros del casco urbano. Se encuentra dentro del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, tan dentro que la laguna Redondilla está apenas a unos metros de la zona de piscina.

LAS INSTALACIONES



Podemos considerar que el Camping Los Batanes tiene un tamaño mediano. Pero tiene unas instalaciones muy completas, que fue uno de los motivos fundamentales para decidirnos por este establecimiento.

En primer lugar, las parcelas son bastante grandes. Hay espacio de sobra para un coche y una tienda (como es nuestro caso) o una caravana, como vimos en otros campistas. También cuenta con bungalows y jaimas. Las tomas eléctricas no están lejos de las parcelas y bastante cerca hay también fuentes con agua corriente. Los servicios estaban bastante limpios, además de que se notaba que la mayoría de bloques habían sido reformados recientemente. Junto a los aseos están los fregaderos y el punto de vaciado de los wc de caravanas y autocaravanas. Hay muchos árboles que proporcionan una buena sombra, algo que en verano se agradece. La naturaleza está tan presente en el camping que incluso hay un canal de las lagunas que lo atraviesa.

Camping Los Batanes

Cuenta con un bar restaurante que prepara bastantes platos y bocadillos, bastante ricos, por cierto. Anexo se encuentra el supermercado. Es de los pocos peros que ponerle al camping, ya que es bastante pequeño, aunque cuenta con todo lo básico para sacarte de un apuro. Justo enfrente del camping hay otro super, un poco más grande y surtido, por lo que complementa al del propio camping. Junto a este supermercado hay varios bares y restaurantes. 


Pero si algo nos gustó fue la zona de la piscina. Tiene una piscina grande y otra para niños, mucho más pequeña y mucho menos profunda. Nosotros nos pasábamos el tiempo en esta porque la grande, ¡estaba congelada! Alrededor de las piscinas una magnífica explanada con césped y un montón de árboles, algunos bastante grandes. También hay un bar y un escenario para la animación del camping. En esta zona también se ubica la tirolina y el recorrido de multiaventura. Estos elementos fueron una de las razones para decidirnos por este camping, pero llegamos los últimos días de animación y nuestros hijos no pudieron disfrutarlo.

¿QUÉ EXCURSIONES HACER?


Camping Los Batanes

Evidentemente el entorno cercano manda y mucho. El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es un enclave maravilloso que os recomendamos conocer. Como ya le dedicamos en su día un post, no vamos a extendernos mucho. Son una gozada y debéis de visitarlas y disfrutarlas. No os arrepentiréis en absoluto.

Los alrededores de las Lagunas de Ruidera ofrece muchas posibilidades para visitar. En ambos extremos del Parque Natural hay castillos que tendrían una función defensiva. Por el extremo sureste está el Castillo de Rochafrida, que está en ruinas y no tiene mucho que visitar. Pero en el otro extremo, en el lado noroeste se encuentra el Castillo de Peñarroya, junto a la presa del embalse del mismo nombre. También le hemos dedicado un artículo a este lugar, por lo que tampoco vamos a extendernos demasiado.

En Argamasilla de Alba, en cuyo término municipal se encuentra el Castillo de Peñarroya, se encuentra la Cueva de Medrano, donde estuvo preso Miguel de Cervantes. Según algunos expertos, en este cautiverio ideó la novela por la que ha pasado a la historia, incluso escribiría una parte. Los nombres quijotescos inundan toda esta zona. Sin ir más lejos, el Camping los Batanes toma su nombre de uno de los episodios más divertidos de la primera parte de la novela. No muy lejos del camping se encuentra la Cueva de Montesinos, donde Cervantes dejó dormir Don Quijote durante una hora “que parecieron tres días” en la segunda parte de la novela.


Si queréis alejaros un poco más, tenéis un montón de propuestas. En primer lugar Campo de Criptana, donde poder admirar los molinos de viento que han hecho famosa a esta localidad (más allá de Sara Montiel, por supuesto). Un poco más lejos se encuentra Almagro, con su corral de comedias como principal atractivo, pero con un centro histórico bastante desconocido. Nosotros nos quedamos sin tiempo, queríamos hacer mucho y no pudo ser. Así que ya tenemos una excusa para volver.

Por último, y aunque no es una excursión en sí misma, no podemos dejar de recomendar una visita por la tienda de la fábrica de queso Don Eusebio, que se encuentra a las afueras de Ossa de Montiel. Además de producir unas variedades exquisitas de queso manchego, se pueden adquirir productos típicos de la zona, como las berenjenas de Almagro, embutidos, patés o platos tradicionales en conserva. Y vino, que estamos en La Mancha y es tierra de vino. Sorprendentemente, por muy lleno que llevemos el coche, siempre hay un hueco para estas delicias.

LA ÚLTIMA NOCHE


Camping Los Batanes

Para finalizar os vamos a contar algo que nos sucedió nuestra última noche en el camping. La previsión para la tarde y noche anunciaba lluvia. La verdad es que las condiciones fueron cambiando a lo largo del día. Por la tarde empezó a nublarse y ya a media tarde, a lo lejos, se veían relámpagos.

Por si acaso, y como ya era la última noche, empezamos a recoger todo lo que pudimos, dejando apenas nuestra tienda montada y varias cosas que podíamos recoger rápidamente. Vivimos en un lugar en el que la predicción de lluvia falla constantemente, no estábamos alarmados. Mientras, nos dio tiempo de disfrutar de la piscina por última vez. A última hora de la tarde empezó a levantarse viento e intuimos que no quedaba mucho para llover. Al cabo de unos minutos empezó a chispear intermitentemente. Cuando ya estaba oscureciendo empezó a llover. En serio.

Camping Los Batanes

Nos refugiamos en nuestra tienda. Pero llovía con ganas, una de esas tormentas con las que se despide el verano. Al cabo de unos minutos empezó a entrar en la tienda algo de agua (más bien barro) y decidimos que mejor irnos al coche, aunque yo (Santi) me quedé unos minutos para comprobar por donde entraba el agua. Siempre había tenido la duda de cómo reaccionaría la tienda bajo la lluvia. Llovía torrencialmente y me tuve que esperar unos minutos para ver si escampaba un poco, pero nada. Cuando finalmente corrí hasta el coche la tormenta estaba justo encima de nosotros y un trueno hizo que el camping se quedara a oscuras unos minutos. La verdad es que pasamos un poco de miedo, sobre todo los niños.

¿A qué viene contaros nuestras desdichas? En que los empleados y empleadas del camping se portaron fantásticamente. Era una situación bastante complicada y consiguieron darnos una solución. Además nos hicieron un descuento, lo que también es de agradecer. Pudimos dormir en una jaima y la verdad es que estuvimos bastante a gusto, máxime si tenemos en cuenta que un rato antes lo estábamos pasando bastante mal e intuíamos que íbamos a pasar la noche en el coche.


La verdad es que, si pasamos por alto todo lo que ocurrió la última noche, nuestra estancia en el Camping los Batanes fue muy agradable. Estuvimos muy a gusto y no descartamos volver en un tiempo. Primero se nos tiene que pasar el susto, y a partir de ahí buscar fechas. Pero este camping lo tiene todo para que disfrutemos de él otra vez. 

miércoles, 8 de septiembre de 2021

HEMOS DISFRUTADO DE LAS LAGUNAS DE RUIDERA

En un lugar de La Mancha, a caballo entre Albacete y Ciudad Real, se encuentra uno de los espacios naturales más importantes de este país. Ha cambiado totalmente la concepción que teníamos de La Mancha como una zona seca y llana. Las Lagunas de Ruidera nos han sorprendido gratamente. Un lugar que merece mucho la pena y debería ser más conocido.

Las Lagunas de Ruidera

En mente teníamos esa región de infinitas llanuras, con campos sembrados de cereal o dedicados al secano. Pero las Lagunas de Ruidera exhiben una vegetación abundante, colinas y mucha agua. Un humedal que, como veremos más adelante y al igual que en otros similares como La Albufera de Valencia, gracias a la mano del ser humano ha estado en peligro.

Qué son las Lagunas de Ruidera

Las Lagunas de Ruidera son un importante humedal declarado parque natural y Reserva de la Biosfera. Éste tiene una superficie de más de 37 km2. Abarca el término municipal de cinco localidades: Argamasilla de Alba, Alhambra, Ruidera y Villahermosa, en Ciudad Real; y Ossa de Montiel, en Albacete. En total son 15 lagunas que están separadas por unas barreras naturales formadas por los depósitos de materiales, pero comunicadas entre si por saltos o cascadas. La más espectacular es la cascada del Hundimiento, en Ruidera.


Las lagunas son, en el orden que sigue el curso del agua, las siguientes:
Conceja, Tomilla, Tinaja, San Pedro, Redondilla, Lengua, Salvadora, Santos Morcillo, Batana, Colgada, Del Rey, Cueva Morenilla, Coladilla, Cenagosa y el Embalse de Peñarroya. Como curiosidad, la mayoría tiene nombres femeninos.

Las lagunas están divididas en tres grupos: las altas, medias y bajas. Las medias estarían entre la laguna de San Pedro y la Del Rey y son las que concentran más visitantes. Las anteriores son las "altas" y las posteriores las "bajas". Cada una tiene formas, tamaños y profundidades distintas. La profundidad media está entre 10 y 25 metros.

Las barreras tobáceas

Las Lagunas de Ruidera

Las barreras que separan algunas de las lagunas se conocen como barreras tobáceas. Están formadas por los depósitos de carbonato cálcico que está disuelto en el agua. Mucho disuelto y muy disuelto, que diría aquel. En otras palabras, es muy abundante. El carbonato cálcico, que es el principal componente de las rocas calizas, se asienta en los márgenes, fundamentalmente cuando el nivel del agua decrece. Durante miles de años se ha ido compactando y ha formado esas rocas que han constituido las barreras. Ese proceso continúa hoy en día, por lo que es muy importante respetar la señalización y no pisar por donde nos de la gana (donde está prohibido) ya que podemos alterar y afectar muy negativamente el ecosistema.

Como tantos y tantos espacios naturales las Lagunas de Ruidera tienen graves peligros que acechan. No solo el cambio climático, la variación de los regímenes de precipitación y las sequías. También, y sobre todo, la acción humana directa. En otras épocas se han construido canales para el aprovechamiento del agua, tanto para regadío como para la generación de electricidad. Las centrales hidroeléctricas hoy en día están en desuso y la mayoría de edificios se encuentran en estado de ruina. Se abrieron algunas brechas en las barreras tobáceas, e incluso se desecó alguna laguna para utilizar ese terreno para la agricultura. La protección del paraje ha frenado la degradación y le ha dado un respiro, pero nunca hay que perder la alerta.

Visitamos las lagunas


La manera más sencilla de visitar las distintas lagunas que forman este parque natural es a través de una carretera que discurre en paralelo a las lagunas, entre la laguna Conceja y la Laguna del Rey. y une Ossa de Montiel y Ruidera. El recorrido se puede hacer en vehículo a motor, en bicicleta o andando. La parte recayente en la provincia de Albacete tiene un solo carril para vehículos a motor, con limitación a 30 km/h; y carril bici y senda pedestre separados. Cuando entra en la provincia de Ciudad Real, la carretera cambia a dos carriles de circulación, aunque la parte pedestre sí que sigue separada.

Esta carretera tiene una longitud aproximada de 9 km. En el recorrido hay numerosos miradores y puntos donde podemos hacer unas fotos para el recuerdo. Hay paneles informativos para comprender mejor cada punto y conocer sus principales características.


También es posible visitar las Lagunas de Ruidera a través de las rutas senderistas. No solo siguiendo la carretera que os acabamos de describir. Por la otra orilla hay un sendero que recorre varias y que parte del puente que pasa sobre el canal que une la laguna del Rey y la de Cueva Morenilla. Desde este mismo punto parte la ruta hacia el castillo de Peñarroya, que también nos lleva hasta la cascada del Hundimiento. Existen varias rutas más, tanto circulares como lineales que os permiten recorrer gran parte del parque.

Una gran ayuda para visitar las Lagunas de Ruidera y para conocer más cosas de este paraje es la app del mismo nombre: "Lagunas de Ruidera". Está disponible para Android y IOS. La app tiene audioguía y gracias a la geolocalización saltan avisos en puntos determinados. Además ofrece mucha info de utilidad. 

Actividades en las Lagunas de Ruidera 


En verano las Lagunas de Ruidera tienen numerosos visitantes que aprovechan las playas lacustres para darse un chapuzón. El agua está bastante fresquita, avisamos. En muchas es voluntario abonar un euro para colaborar con el mantenimiento. Hay socorristas, por si ocurre algún accidente, cosa que no deseamos. Además las lagunas se aprovechan para practicar algunos deportes acuáticos que no requieren motor, como kayak o paddle surf. También alquilan hidropatines, pero eso ya os lo contaremos en otro post.

Otra de las actividades que se pueden practicar en las Lagunas de Ruidera es la pesca. Es imprescindible contar con la licencia que expide la Junta de Castilla-La Mancha y que puede obtenerse minutos antes de empezar a pescar. La zona favorita de los aficionados es el embalse de Peñarroya, donde hay, entre otras especies, lucios, barbos y black-bash. A nosotros como si nos hablarais en chino, pero llevamos una caña pequeña y nos quedamos un poco con las ganas de pescar.

Las Lagunas de Ruidera

Ossa de Montiel y Ruidera

Los dos principales municipios junto a las Lagunas de Ruidera son Ossa de Montiel y Ruidera. Mientras que el casco urbano de Ossa de Montiel está a varios kilómetros de las lagunas, el de Ruidera llega a la orilla. Ambas poblaciones ofrecen todos los servicios básicos necesarios.

Alrededor de las Lagunas de Ruidera hay un montón de lugares que visitar, además de las propias lagunas que son un espectáculo en si mismas. En ambos extremos (más o menos) del parque natural hay un castillo encargado de proteger estas tierras. Son los de Rochafrida, junto a Ossa de Montiel, y el de Peñarroya, sobra la presa del embalse del mismo nombre, en Argamasilla de Alba. El primero está en ruinas, y aunque se puede visitar poco se ve. Sin embargo el de Peñarroya se conserva en buenas condiciones y es bastante interesante.


Otro elemento muy especial es la cueva de Montesinos, en el término municipal de Ossa de Montiel. La visita solo se puede realizar mediante reserva y con guías. No nos dio tiempo. Y eso que nos interesaba bastante. Además de sus características naturales tiene el honor de aparecer en El Quijote. Concretamente en los capítulos XXII y XXIII de la segunda parte.

Las Lagunas de Ruidera son una zona muy cervantina y muy quijotesca. En Argamasilla de Alba hay una casa en la que estuvo preso Miguel de Cervantes, y se señala como el lugar donde ideó su universal novela. Además toda la zona tiene referencias en la novela. Muchos establecimientos rinden homenaje al Quijote con nombres que aluden a esta obra.

Y más, mucho más


Una estancia en las Lagunas de Ruidera también es la base perfecta para otras excursiones por lugares más o menos cercanos. Si es que nos quedamos con las ganas de ver más cosas. Una de las ciudades más interesantes es Almagro, que está a algo más de una hora en coche. Más cerca está Campo de Criptana, donde se pueden visitar sus característicos y típicos molinos (¿o eran gigantes?).

Si buscáis comida y/o bebidas típicas por la zona, hay dos alimentos que destacan: queso y vino. Excelentes. De hecho nos hemos aprovisionado bien, sobre todo de queso, que nos encanta. En Ossa de Montiel hay una fábrica, Don Eusebio, que tiene venta directa al público. Nosotros nos hemos hecho fans del Gran Reserva, pero todas las variedades están fantásticas.

Las Lagunas de Ruidera

Buscábamos una zona no muy alejada de casa. 200 kilómetros a la redonda era nuestro límite. Y nos encontramos un espacio fantástico. Mucho mejor de lo que podíamos imaginar. Nos han quedado muchas cosas por ver y hacer, así que volveremos seguro.

jueves, 8 de febrero de 2018

VIAJAR CON EL PALADAR: LA TARTIFLETTE

Viajar no es sólo conocer gente. Quien piense eso está completamente equivocado. Viajar es descubrir gente, otros modos de vida (más o menos parecidos a los nuestros), la cultura local y, dentro de esta categoría, su gastronomía. Porque comprar un imán de nevera o la figurita de turno puede estar muy bien, pero llevarte contigo un pedacito de un viaje y poder repetirlo, eso no tiene precio.


Todo este rollo para justificar que de vez en cuando vamos a publicar alguna receta que hayamos probado y que nos recuerde a algunos de nuestros viajes. La idea es que sean sencillas y que los niños puedan colaborar en su preparación. Y que sean sabrosas, claro. Para esta primera vez vamos a hablar de la tartiflette, un sencillo y contundente plato francés.


Nuestra última visita a París fue para visitar a la familia y ya que estábamos allí... pues cayeron unas vacaciones navideñas. Paseando por los Campos Elíseos en su tramo final (hacia la Place de la Concorde) en ambos lados de la avenida estaba montado uno de los muchos mercadillos de Navidad que hay en la capital gala, como es tradición en Francia y otros países de Centroeuropa (como Alemania). En estos mercadillos se mezclan puestos de artesanía con otros donde se venden alimentos e incluso atracciones de feria. En uno de los puestos de comida, ya que es muy típico comer por la calle o comprar la comida para llevársela a un lugar cercano, vi que vendían un plato con patatas, queso, bacon, nata... Con esos ingredientes, tenía que gustarme a la fuerza. Cuando volví a casa no recordaba el nombre de este plato, así que me armé de paciencia frente a Google hasta que encontré la receta: Tartiflette.


La tartiflette es una receta típica de la región de Saboya y Alta Saboya, al este de Francia, en la Región de Ródano-Alpes, limitando con Italia y Suiza. Chambéry esla ciudad más grande de la región, para situaros. Pero la tartiflette no es un plato que se pierda en las nieves de los tiempos, no, la receta fue creada en los años 80 por el Sindicato Interprofesional del Reblochon (que es el queso original que se utiliza) para aumentar las ventas. Minipunto para los productores, lo consiguieron, logrando además que este plato formara parte de la tradición de la región. La receta original tiene tres ingredientes principales: patatas, crema de leche y queso reblochon. De hecho el nombre del plato procede de un vocablo arpitano (la lengua que se habla en algunas regiones francesas, suizas e italianas junto a los Alpes), "tartifla", que significa patata.


¿Cómo se prepara? Ingredientes para cuatro personas: un kilo de patatas (tres patatas grandes aproximadamente), crema de leche, agua, sal, pimienta, ajo. Opcionalmente: bacon y cebolla. Se hierven en agua con sal las patatas con piel. Obviamente, hay que lavarlas bien para dejarlas limpias de tierra. Tras unos veinte minutos de cocción (quizá un poco más para que no queden duras, pero que tampoco se nos deshagan), las pelamos y las cortamos en trozos pequeños. Como estarán muy calientes tras la cocción lo mejor es dejarlas enfriar un poco. Si las sumergimos en agua fría la piel se retirará más fácilmente. A continuación colocamos los trozos de patata en un recipiente apto para horno y añadimos 100 ml. de crema de leche (medio vaso). Sazonamos con ajo, sal y pimienta al gusto (para esta receta suelo utilizar pimienta blanca). Sobre las patatas colocamos el queso reblochon abierto por la mitad, al que podremos retirar la corteza rascando con un cuchillo. Gratinamos en el horno durante unos 15 minutos a 180-190 ºC. ¡Y listo! 


A mi me gusta darle mi toque personal a las recetas y no quedarme únicamente en las preparaciones más ortodoxas. Siempre podemos añadir ingredientes que combinen bien con el plato. La mayoría de recetas que he visto incluyen (como antes he comentado) cebolla y bacon. Ambos ingredientes (una cebolla mediana y 300 gr. de bacon ahumado en tiras, lo que en francés se conoce como "lardons") los pocharemos en una sartén hasta que estén dorados y los mezclaremos con las patatas y la crema de leche en el recipiente de horno antes de poner el queso y gratinarlo.



¿Más variantes? Si queremos ser respetuosos con la cocina francesa, al pochar la cebolla y el bacon utilizaremos mantequilla, pero como el plato ya es contundente de por sí, yo uso aceite de oliva. Así también evito chutarme Danacol directamente en vena. Para aligerar el plato, en vez de crema de leche, utilizo leche evaporada (tipo "Ideal"), pero también se puede usar nata para cocinar, incluso preparados de grasas vegetales que sustituyen la nata (para veganos e intentonas de limpiar conciencias).


Por último, queda hablar un poco del ingrediente estrella, el queso. La receta original utiliza reblochon. Este queso es originario de Saboya y Alta Saboya y está protegido por una Denominación de Origen Controlada y se produce con leche de vaca de tres razas. Su nombre procede de la costumbre que tenían en la zona originaria de producción de este queso de ordeñar dos veces las vacas. La leche del primer ordeño iría para el dueño de los animales y el segundo para el agricultor. Al tener una cantidad menor de grasas pagarían menos tasas. Es un queso de pasta cremosa, como el camembert, pero con una corteza amarillo-anaranjada y un sabor más intenso y afrutado (lo definen como sabor a avellana). No es muy difícil de localizar, yo lo compro en el Carrefour más cercano, y se puede encontrar en dos formatos: piezas de 600 o 240 gramos. Como variante al reblochon os propongo utilizar camembert. En primer lugar porque es más económico (no llega a los 2 €, frente los 4 € del formato más pequeño y los 6€ de las piezas grandes). Con el camembert, al ser de pasta cremosa, conseguiremos una textura parecida, pero con un sabor menos pronunciado, por si no os gusta el queso muy fuerte. 

Sea con el reblochon (lo que os recomiendo) o con el camembert es un plato contundente, no olvidemos que procede de una zona junto a la alta montaña, los Alpes. Disfrútalo en familia y seguro que os sabrá aún mejor.