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viernes, 28 de enero de 2022

LO MÁS INTERESANTE QUE VER EN EL CASTILLO DE XÀTIVA

Año 1433. 1 de junio. La primavera entra en su fase final y día a día la temperatura va en aumento. Jaume II, que a la postre será el último conde de Urgell, se encuentra en una celda del Castillo de Xàtiva. Ha pasado los últimos años de prisión en prisión. Urueña, Mora, Madrid, Teruel. Todos son castillos y palacios, cárceles para la nobleza, como él. El día no tendría nada de especial, si no fuera porque el conde de Urgell va a fallecer.

Castillo de Xàtiva

Sin lugar a dudas el castillo de Xàtiva es el símbolo más reconocible de la ciudad, formando parte de su escudo. Es, además, la atracción más visitada de la ciudad. Un lugar fascinante para realizar una excursión que, además, tiene una historia increíble.

El Castillo de Xàtiva ha sido testigo de la intensa vida e historia que ha ido acumulando la ciudad. De Saiti a Saitabi. De Medina Xàtiba a Xàtiva, pasando por el período que le cambiaron el nombre a San Felipe, por venganza y ánimo de humillación. Pisar sus piedras es recorrer un lugar lleno de historia.

Su estratégica posición, en lo alto de la cresta de la sierra Vernisa, lo convirtieron en uno de los castillos más inexpugnables del toda España. Localizado junto a la antigua Vía Augusta, este era un camino que siglos después llevaba hacia el Reino de Castilla, en un momento de excepcional conflictividad. Además de las funciones habituales que a lo largo de sus cerca de 2000 años ha tenido el castillo de Xàtiva, destaca que fuera Prisión de Estado del Reino de Valencia.

UN POCO DE LA HISTORIA DEL CASTILLO DE XÀTIVA



El Castillo de Xàtiva se divide en dos fortificaciones: el Castillo Menor y el Castillo Mayor. Si miramos de frente el castillo, desde Xàtiva, el Castillo Menor sería el que nos queda a la izquierda y el Mayor, por su parte, el que queda a la derecha.

La parte más antigua de la fortificación es el Castillo Menor. Los expertos dicen que aquí hubo un asentamiento de origen ibérico sobre el que se situó uno romano. La atalaya natural que supone la Sierra Vernisa permite una vista privilegiada, permitiendo una eficaz defensa del territorio, ya que es posible avistar enemigos a una gran distancia.

Fueron los romanos los que empezaron con la construcción del Castillo Mayor. Era una colina que permitía una continuación natural de la fortificación. Fueron los árabes quienes ampliaron las estancias y la muralla que defendía todo el perímetro del conjunto. Entre otras cosas le dotaron de aljibes que permitían que, en caso de asedio, no dependieran de suministros externos y por lo tanto aguantar mejor el sitio.

Castillo de Xàtiva

Tras la conquista cristiana de los territorios de la que sería Reino de Valencia y Corona de Aragón, el Castillo de Xàtiva se adaptó a las circunstancias de su tiempo y fue cuando se utilizaron sus instalaciones como Prisión de Estado. Esto significa que era donde encarcelaban a personajes de la nobleza, porque no podían ir a las mismas cárceles del populacho. Aunque como veremos, tampoco es que las condiciones fueran de VIP.

LA VISITA AL CASTILLO



La visita al Castillo tiene una duración aproximada de una hora y media. Si tenéis movilidad reducida o lleváis un carro de bebé no os aconsejamos realizar esta visita, ya que vais a encontrar muchas dificultades para desplazaros y algunos caminos son difícilmente practicables.

La primera parada se encuentra en la zona entre el Castillo Menor y el Mayor, que era la antigua Plaza de Armas. Este era el lugar destinado a los soldados que se encargaban de la guarnición del castillo. Aquí se encuentra la taquilla y un palacete que construyó a principios del s. XX Gregorio Molina, un empresario local que adquirió el castillo. Tiene un estilo neogótico y de lejos no desentona demasiado en el conjunto. Hoy en día se ha reconvertido en bar-restaurante. En su terraza se tiene una vista privilegiadísima de Xàtiva y buena parte de la provincia de Valencia. Incluso diríamos que llegamos a ver algunos de los edificios más altos de la capital valenciana.

Junto a los servicios de caballeros (se encuentra ambos a los lados de la taquilla) encontramos la Puerta del Socorro, una puerta trasera del Castillo de Xàtiva y que comunica con el valle de Bixquert, por la otra cara de la Sierra Vernisa. Inmediatamente a continuación se encuentra el torno de entrada al Castillo Mayor.

EL CASTILLO MAYOR


Castillo de Xàtiva

Empiezan (si no es que continúan) las cuestas. En primer lugar hay una explanada en pendiente donde se realizan actos culturales, especialmente en verano. Junto a esta, en un nivel superior, hay una torre que mira hacia Bixquert y el Castillo Menor. Dentro hay paneles informativos acerca de la defensa de los castillos y fortificaciones, muy didácticos.

La visita continúa en los jardines de Ibn Hazn. Son una zona ajardinada que tiene pocos años y que están dedicados a un poeta andalusí que se exilió en Xàtiva (Medina Xàtiba). Su tránsito junto a la muralla deja, también, unas hermosas vistas de la ciudad. La visita continúa por el exterior, hacia cuatro aljibes, que servían para almacenar agua.

Si seguimos el trayecto por el interior del recinto amurallado llegamos a otro aljibe, junto a la tercera puerta del Castillo Mayor, también conocida como Puerta de Santa María. Este aljibe está descubierto y se puede ver como era su interior (si no hemos visto los cuatro que hay fuera).


La Puerta de Santa María nos lleva a la parte alta del Castillo Mayor. Aquí hay varias estancias que son interesantes. Nada más acceder a esta parte se ve la capilla de la Reina María, una pequeña capilla gótica. Su interior se puede ver desde la puerta, que está protegida por una verja. Aquí se encuentra el sarcófago que alberga los restos mortales del Conde de Urgell.

LA CELDA DEL CONDE DE URGELL


Castillo de Xàtiva

El Conde de Urgell, como ya hemos comentado anteriormente, falleció en el Castillo de Xàtiva, a escasos metros de la Capilla de la Reina María. Es la parte más "gótica", aunque solo se conserva uno de los muros con sus ventanas apuntadas, que se encuentra sostenido para evitar su derrumbe. Bajo se encuentra la celda que ocupó el Conde de Urgell, a la que se puede acceder. Si antes comentábamos las condiciones es porque se trata de un habitáculo bastante pequeño, con una entrada bajita y sin ninguna ventana. Por mucho que fuera Prisión de Estado no nos hubiera gustado estar ahí recluidos.

Si nos giramos, junto a la falda de Vernisa recayente en Bixquert, se encuentran las antiguas habitaciones del alcaide del Castillo y sus guardias. Las estancias están arruinadas y poco se puede ver, más allá de algún arco apuntado que deja entrever la importancia que tuvo antaño.


Ya solo queda llegar a la parte más alta de este Castillo Mayor. Se pueden ver varios muros que delimitan las estancias que aquí hubo. También unas vistas magníficas, una vez más, desde un mirador ubicado en una antigua torre defensiva.

Desandaremos y bajaremos todo lo que hemos recorrido para volver a la Plaza de Armas e iniciar la visita al Castillo Menor. Como su nombre indica, ésta es una construcción de un tamaño más reducido. A pesar de eso es muy interesante por ver alguna estancia y una curiosidad.

EL CASTILLO MENOR


Castillo de Xàtiva

Aquí se encuentra el conocido como Balcón de Himilce, un balcón que mira hacia el Castillo Mayor y que es punto obligado para hacer una foto o un selfie en grupo. El nombre proviene de una princesa íbera que casaron con el caudillo cartaginés Aníbal. Algunas fuentes señalan que Aníbal preparó aquí el sitio de Sagunto y que Himilce dio a luz aquí a su hijo. Pero no es una teoría generalizada ni mucho menos.

Lo que sí que es real son las letrinas que se encuentran junto a este balcón. Son hornacinas en la pared con una tabla con un agujero en cada una, que van a dar a un canal por el que se desharían de los excrementos. No os quedéis solo en la anécdota, que este Castillo Menor tiene una torre restaurada hace unos años, que ofrece, otra vez, unas inmejorables vistas.

INFO DE UTILIDAD



Se puede llegar al Castillo de Xàtiva a través de vuestro vehículo privado, siempre y cuando no sea domingo o festivo, ya que la carretera que lleva al Castillo está cerrada al tráfico privado esos días. De todas maneras hay un servicio de transporte público desde el centro de Xàtiva, bien a través de un minibús, bien a través de un tren turístico. También se puede llegar andando, es un paseo no excesivamente largo, unos dos kilómetros, eso sí, cuesta arriba.

Las tarifas de las entradas para el Castillo de Xàtiva tienen un precio general de 6€. Existe una tarifa reducida para niños entre 8 y 16 años, poseedores de Carnet Joven, estudiantes, familias numerosas, pensionistas, personas con discapacidad y grupos. Los menores de 8 años no pagan entrada. Es recomendable sacar la entrada online. Hay que tener en cuenta que el horario desde las 10, con entradas cada hora en punto (11:00, 12:00, 13:00, etc.), de martes a domingo.

Las entradas al Castillo de Xàtiva incluyen la entrada a los dos museos municipales de la ciudad, el de Bellas Artes y el Arqueológico, situado en el Almudín. Os recomendamos encarecidamente la visita a estos dos espacios, y en otro post hablaremos con mayor detenimiento de ellos.

Castillo de Xàtiva

Si no es por las vistas, será por la historia que atesora el Castillo de Xàtiva. Pero os aseguramos que no deja a nadie indiferente. Podemos imaginarnos como fueron algunas de las batallas de las que fue protagonista. O como fue el cautiverio de los nobles aquí apresados. Sea como fuere, disfrutaremos de la visita.

jueves, 8 de abril de 2021

LA VILA JOIOSA, COLOR EN EL PARAISO

Voy a empezar con una confesión. Una confesión dolorosa. Y es que para alguien que se considera de Benidorm, hablar bien de La Vila es muy duro. Entre Benidorm y La Vila hay una cierta rivalidad, algo, por otra parte, bastante típico entre vecinos. Madrid y Barcelona (aunque estrictamente no sean vecinos), Bilbao y San Sebastián o, en el ámbito futbolístico, Sevilla y Betis son ejemplos de estas rivalidades.

La Vila Joiosa (sin entrar mucho en polémicas: Villajoyosa en castellano y La Vila popularmente) es la capital histórica de la comarca de la Marina Baixa. En su momento contaba con un puerto importante, la línea de ferrocarril era Alicante-La Vila, y tenía una incipiente industria. Pero a partir de los años 60, con la pujanza del turismo, Benidorm creció muy por encima de lo que lo hacía La Vila. Económica y mediáticamente Benidorm es la población más importante de la comarca, aunque La Vila siga siendo la capital.

¿Qué podemos hacer y ver en La Vila? Muchas más cosas de las que a priori pudiera parecer. En primer lugar vamos a referirnos a su costa. La Vila tiene excelentes playas y calas, bastante menos masificadas que las de Benidorm. Empezaremos por la playa Centro, la playa que se encuentra justo enfrente de su casco urbano.
 

Evidentemente, por su situación, esta es la playa más visitada de La Vila. Es de arena fina y es muy conocida porque en una parte de su fachada litoral se encuentran esas casas que tienen las fachadas de colores y que se han convertido en el símbolo de La Vila. Tanto que hasta las replican en las rotondas de entrada a la población (o salida, según se mire).

Parece ser que pintar las fachadas de esta manera tan colorida no surgió intencionadamente, si no que comenzó a hacerse con la pintura que sobraba al reparar las embarcaciones fuera de temporada. Casi de rebote esto sirvió para que los marineros de La Vila reconocieran mientras faenaban (que podían ser muchas jornadas fuera de su hogar) su casa desde la lejanía, ya que así se diferenciaba de las otras. También se cuenta que aprovechaban para mandar mensajes cortos a través de trapos de colores concretos en las fachadas (la muerte de alguien, nacimientos, etc.).


Las casas de colores las encontramos en dos lugares, uno, como ya hemos comentado, frente a la playa Centro, en la parte recayente al casco antiguo. El otro lugar está muy cerquita, son las casas colgadas sobre el cauce del río Amadorio, que desemboca, precisamente en un extremo de la playa Centro.


Vamos a volver al tema de las playas y de las calas de La Vila, porque es bastante importante. De norte a sur (más bien de noreste a sudoeste) tenemos la cala del Racó del Conill (famosa por ser naturista, nudista, vamos), cala Fonda, cala del Torres, playa de los Estudiantes, playa Centro, playa de la Mallaeta, playa del Moro, cala Mallaeta (sí, no está repe), playa del Paraíso, playa del Bol Nou, playa de la Caleta y la cala del Xarco. Si nos dan a elegir, nos quedamos con las playas del Paraíso y Bol Nou. En verano, además, habilitan chiringuitos que suelen estar abiertos hasta tarde, ofreciendo conciertos y sesiones de DJs. También hay chiringuitos en las playas del Torres y de los Estudiantes.


La Vila tiene muchas más cosas que no son las playas. Empezaremos por una de las industrias que ha dado fama a esta población. Hablamos del chocolate. Hace un tiempo escribimos un post a raíz de nuestra visita a la fábrica de Chocolates Valor. En esta factoría, además de poder ser testigos del proceso de fabricación de este dulce, se encuentra el Museo Valenciano del Chocolate. En su momento llegaron a haber en La Vila numerosos talleres artesanales que fabricaban chocolate con el cacao que se desembarcaba en el puerto vilero procedente de África. Hoy día sobreviven cuatro fábricas. Además de Valor se puede visitar la fábrica y museo de Chocolates Clavileño y la fábrica artesana de Chocolates Pérez. La última fábrica es Marcos Tonda. No se puede visitar, pero sí es posible comprar en su tienda gourmet.


Otro elemento destacado en La Vila es su patrimonio histórico. Se cree que pudo ser la colonia de Alonis, fundada por los griegos y que posteriormente paso a formar parte de los territorios romanos. Aunque hay autores que no están de acuerdo con esta ubicación, el hecho de haber encontrado numerosos restos de esta época sugiere que Alonis sí que era La Vila. Uno de los monumentos más sorprendentes es la denominada Torre de San José (o de Hércules), junto a la playa del Torres, que en realidad es un monumento funerario.


Otros restos históricos son las murallas y las torres vigías. Fueron levantadas en tiempos de Felipe II (s. XVI) para evitar los ataques berberiscos, bastantes frecuentes en aquella época. Las murallas se encuentran alrededor del casco antiguo. Respecto a las torres son tres las que se encuentran en el término municipal de La Vila. Junto a la cala de la Malladeta se encuentra una de las torres. De planta circular y muy cerca del mar, es una de las más bonitas que se conservan. Además en la senda que lleva hasta la torre encontraremos un santuario ibérico y Villa Giacomina, el antiguo chalet ahora en ruinas del doctor Jose María Esquerdo. Esquerdo fue un importante psiquiatra y político nacido en La Vila, también conocido por tener una importante avenida con su nombre en Madrid. En la Vila lo recuerdan con su nombre en colegios y calles y en la playa Centro hay un busto en su honor.




Un poco más al sur se encuentra la torre del Xarco, junto a la playa del mismo nombre. De planta circular y sobre un impresionante acantilado. La última torre es la del Aguiló, que se encuentra sobre un cerro que mira a la cala de Finestrat. Esta es de planta cuadrada. Hay una senda que recorre la costa vilera hasta llegar hasta este punto, que se puede recorrer tanto andando como en bicicleta de montaña.


En Vila Museu, el museo de La Vila, encontraremos muchos de los que se han localizado en los diferentes yacimientos que se han excavado en el municipio. Se encuentra en pleno centro urbano de La Vila, en la calle Colón 57. Tiene un amplio horario, abriendo a las 10:00 y con horario ininterrumpido en invierno hasta las 19:00 o hasta las 21:30 en verano, pero no cierre al mediodía. Los domingos y festivos cierra siempre a las 14:00. La entrada general cuesta 3€, aunque las familias numerosas disfrutamos de una entrada reducida a 1,5€. Los domingos, además de para los niños hasta 7 años, mayores de 65 años o pensionistas, personas desempleadas y personas con diversidad funcional, la entrada es gratuita.



Dependiente de Vila Museu encontramos la Casa Museo La Barbera dels Aragonés, la antigua residencia de una familia noble de La Vila, que conserva parte del mobiliario original del s. XIX. Se encuentra en el parque de La Barbera, junto a la estación del TRAM de Creueta, apenas a 300 metros de Vila Museu y a unos 600 metros de la fábrica de Chocolates Valor. El parque puede ser un buen lugar para descansar un rato después de tanta visita.

El entorno natural de La Vila también tiene bastante interés. Destaca el pantano del Amadorio, el más cercano al mar de España, a sólo 7 kilómetros del Mediterráneo. En este lugar podéis hacer una bonita excursión. Podéis encontrar más info en el artículo que le dedicamos a este paraje hace ya algún tiempo. 


Ahora ya conocéis un poco mejor La Vila. Es un municipio que tiene bastantes atractivos para toda la familia: playas y calas, un pantano, monumentos romanos, lugares pintorescos, museos… Y eso que no hemos entrado en su cocina típica, mediterránea y marinera. Merece la pena conocerla. Aunque al fin y al cabo todo el mundo sabe que Benidorm es mucho mejor.

jueves, 18 de julio de 2019

DESCUBRIENDO ALBARRACÍN EN FAMILIA

Si Teruel es una de nuestras provincias favoritas, es por el atractivo que reside en sus municipios, algunos de ellos tan pintorescos (que decían las guías de viaje antiguas) como Albarracín, una villa que cada año recibe miles de turistas atraídos por la belleza de su arquitectura y los paisajes que la rodean.


Su centro histórico se encuentra cerrado al tráfico algo que las familias nos relaja bastante ya que no tenemos que andar esquivando coches ni sufriendo por nuestros hijos. Por ello estaréis casi obligados a estacionar en el parking municipal que se encuentra junto al río Guadalaviar, que en este punto de su recorrido todavía no se ha convertido en el Turia. A escasos metros tenemos la oficina de turismo y justo enfrente la primera de las muchas cuestas que vamos a tener que subir y bajar durante nuestra visita a Albarracín, debido a su indómita orografía, ya que todo el pueblo se encuentra sobre la ladera de una colina coronada por sus famosas murallas.


Uno de los primeros lugares emblemáticos que vamos a visitar en Albarracín es la Plaza Mayor. Aquí se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad. Tres de los cuatro lados de la plaza se encuentran porticados y uno de los elementos más singulares son sus balcones de madera, con unas vistas panorámicas al valle que surca el Guadalaviar, además de a los edificios más conocidos del municipio.


Para proseguir la visita podemos dirigirnos hacia el noroeste por la calle Santiago. A través de su intrincado recorrido llegaremos hasta el portal de Molina una de las aberturas que existen en la muralla, flanqueada por torreones para poder entrar y salir de la ciudad en su momento. Frente al portal nos encontramos con una de las edificaciones más conocidas de Albarracín, la casa de Julianeta, que adquiere forma de una especie de Flat Iron Building medieval.

Pasando el Portal de Molina a mano derecha encontramos la indicación que nos señala el camino para poder visitar la muralla de Albarracín. No hacemos ningún spoiler si os decimos que necesitaréis dos cosas: en primer lugar unas buenas piernas y, sobre todo, mucho ánimo para llegar hasta el final de la visita.


Seguiremos nuestro camino por la calle Portal de Molina donde seguiremos disfrutando de las edificaciones tradicionales de Albarracín. De estas nos van a llamar la atención su abigarrada estructura, que en ocasiones nos pueden recordar a un Lego, el uso de forja en el exterior y el color rojizo que presenta en sus paredes. Esto se debe a que los materiales de construcción empleados se extrajeron de los alrededores, lo que se conoce como rodeno.


Llegaremos de nuevo a la Plaza Mayor, donde doblando la esquina junto al estanco enfilaremos la calle de la Catedral. A pocos metros nos aparecerá en primer lugar el Palacio Episcopal y justo detrás el campanario. La catedral, dedicada a El Salvador, fue levantada en apenas 28 años, entre 1572 y 1600, con una sola nave central con capillas a ambos lados, en estilo gótico tardío. Las vistas junto a la Catedral también son impresionantes y el propio templo merece una visita, ya que además en su claustro conserva magníficas obras de arte.


Si continuamos nuestro paseo, calle arriba calle abajo, llegaremos hasta la Torre de Doña Blanca, una imponente edificación que formaba parte del conjunto defensivo de la ciudad. ¿Queréis más?Entonces os recomendamos el paseo fluvial junto al curso del río Guadalaviar. No solo es interesante desde el punto de vista ambiental y paisajístico sino que también nos proporcionará un punto de vista distinto de la ciudad observando mucho mejor como los edificios se aferran a la roca sobre la que se sitúan.


Pero aquí no acaba la visita a Albarracín ya que en las afueras podemos acudir a Mar Nummus, una de las subsedes de Territorio Dinópolis. Hace 150 millones de años el mar de Tethys cubría el territorio que actualmente ocupa Albarracín. Es por eso que se han localizado en la cercanía restos de unos enormes dinosaurios marinos y de diferentes animales como los antepasados de las actuales caracolas


También os recomendamos la visita al paraje protegido de los Pinares de Rodeno muy interesante por sus impresionantes paisajes, por sus formaciones geológicas y por albergar varios abrigos con pinturas rupestres además tiene áreas recreativas con mesas de picnic y juegos infantiles. What else?

Podríamos estar hasta el fin delos tiempos haciendo recomendaciones sobre Albarracín porque en los alrededores también cuentan con bastantes puntos de interés como el acueducto romano excavado junto a Gea de Albarracín, la serranía de Albarracín o un recorrido por el nacimiento de los ríos Guadalaviar, Júcar y Tajo que se concentran en muy pocos kilómetros, entre las provincias de Teruel, Cuenca y Guadalajara.


Por todo esto y mucho más Albarracín es uno de los lugares cuya visita nunca defrauda. Un municipio al que debería de ser obligatorio ir al menos una vez en la vida.