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jueves, 4 de octubre de 2018

CÓMO EMPIEZA LA MAGIA DE DISNEY

"Si puedes soñarlo, puedes lograrlo". Esta frase se le atribuye a Walt Disney, y a juzgar por el imperio que fue capaz de levantar, soñó mucho, y soñó grandes cosas. Ahora en Madrid podemos visitar una exposición que lleva un tiempo recorriendo nuestro país de mano de la Obra Social de La Caixa: "Disney. El arte de contar historias" 



Hasta el 4 de noviembre podrá visitarse esta exposición en el CaixaForum de Madrid, que está situado en el Paseo del Prado 36, en su tramo final, cerca de la calle de Atocha. La muestra hace un recorrido por la historia de la compañía, desde un pequeño estudio con apenas unas decenas de trabajadores, hasta el emporio que recauda miles de millones en todo el mundo con fenómenos como Frozen. Exploran parte del trabajo de preproducción, los bocetos que dan forma a la película que finalmente vemos en pantalla. 


Cada espacio se configura en torno a las distintas fuentes de la que extraen los argumentos para las películas. En primer lugar se simula el estudio donde Disney produjo sus primeras películas. Por las "ventanas" se ven las mismas vistas (en blanco y negro) que tenían en los años 50. Aquí ya se exploran los mitos que inspiran algunas películas como Hércules. Aquí se proyecta el audiovisual 'Como se hacen las películas Disney', realizado en los años 50. 

La siguiente sala, la principal, se divide en tres espacios distintos. El primero es la cabaña donde explican las historias basadas en las fábulas. Disney produjo cortometrajes basados en historias tan conocidas como Los tres cerditos, El sastrecillo valiente, o La liebre y la tortuga. Eran las primeras películas que hacía Disney, y utilizaba las fábulas para transmitir valores. En esta parte es curiosa la carta que Eleonor Roosevelt le escribió al mismo Walt Disney en la que le sugería la historia de Stamble Peter, Pedro el Desgreñado, una historia sobre las consecuencias de las malas acciones de los niños. Esa película se materializó poco tiempo después en un corto protagonizado por el pato Donald. 



A continuación encontramos el bosque, el lugar donde surgieron leyendas como las de Merlín el Encantador o Robin Hood. En cada espacio se proyectan en una pantalla fragmentos de las películas de las que se exponen los bocetos o guiones. El siguiente espacio simula un castillo. En esta parte vemos bocetos de algunas de las películas más famosas de Disney, las basadas en cuentos de hadas. ¿Quién no ha visto Blancanieves, Frozen, o La Sirenita? Me resultó muy curioso los estudios de personaje de Blancanieves, con distintas versiones de la protagonista que nada tenían que ver con la versión definitiva. 

Hay una sala donde se tratan las leyendas americanas, historias que explican algunas de las tradiciones de los Estados Unidos, como la conquista del salvaje Oeste. Estas historias me quedan un poco lejanas, porque no tengo ni idea de ciertas costumbres, más allá de que las conozca por alguna película, o por el capítulo de Los Simpsons sobre los cuentos populares americanos. 



Al final se encuentra la que denominan Sala Familia, una sala donde hay un teatro de guiñol con marionetas de mano donde los niños pueden crear sus historias. Además hay una sala de lectura donde hay varios libros con cuentos clásicos, mitología explicada para niños, fábulas, etc. También un butacón con un atril donde puedes leer para toda la sala. Bueno, eso en caso de que no haya robado el libro alguien muy muy cutre. 



A mis hijos la exposición no les apasionó en absoluto. De hecho no le hicieron ni caso a los dibujos expuestos (mi hija si acaso a los de Elsa y Ana) y se fueron directamente a ver las pelis proyectadas (y eso que más de la mitad las tenemos en DVD) y al guiñol. A nosotros nos gustó mucho. Obviamente venimos de una cultura audiovisual distinta. Los bocetos, en ocasiones hechos apenas con un par de lápices de colores, son una auténtica maravilla. 



Aprovechamos la visita para ir a la otra exposición que en ese momento estaba en CaixaForum Madrid, "Músicas en la Antigüedad". Una interesante muestra que se pudo visitar hasta el 16 de septiembre con instrumentos musicales encontrados en yacimientos de Oriente Medio, Egipto, Grecia y el mundo romano. Entre otras se exhiben las famosas trompetas que inspiraron las conocidas como trompetas de Aída y que se usaron para la famosa ópera de Verdi. También se vieron otros instrumentos de viento, percusión y cuerda, además de representaciones artísticas de músicos. 

Las entradas a CaixaForum dan derecho a ver todas las exposiciones que alberga el edificio. Cuestan 4€, para los mayores de 16 años, pero son gratuitas para los clientes de La Caixa. El edificio también merece la pena. Fue la antigua Central Eléctrica del Mediodía, construida en 1900, y la remodelación, llevada a cabo en 2002, corrió a cargo del prestigioso estudio Herzog & De Meuron. En el exterior tiene uno de los jardines verticales más conocidos de Madrid.



Por último una aclaración. No se podía hacer fotos en el interior de la exposición. Por eso he tenido que ilustrar el artículo con fotos de elementos externos de la exposición. Conozco como trabaja Disney y no me apetece hacer tonterías, cuando dicen que no, es que no.

jueves, 12 de octubre de 2017

UN LUGAR MÁGICO: LA CASA-MUSEO DEL RATÓN PÉREZ

"Vivía Ratón Pérez en la calle del Arenal, núm. 8, en los sótanos de Carlos Prats (sic), frente por frente de una gran pila de quesos de Gruyère, que ofrecían á la familia de Pérez, próxima y abastada despensa."


En 1894 el jesuita Luis Coloma escribió para el rey Alfonso XIII, al que se le había caido un diente y entonces tenía 8 años, un cuento sobre el Ratón Pérez. En el cuento el roedor conocía al rey Buby (apodo familiar del monarca) y juntos recorrían el espacio entre palacio y la casa de Pérez.
Precisamente en el numero 8 de la céntrica calle Arenal, muy cerca de la Puerta del Sol de Madrid, donde Coloma situó la residencia de la familia del conocido ratón en los bajos de la desaparecida Confitería Prast, se encuentra la Casa Museo del Ratón Pérez, un espacio que hace unos años abrió para dar a conocer y recordar a este simpático personaje que nos ha visitado a todos en alguna ocasión.
El museo consta de varias salas. En la primera de ellas se destaca la creación del Padre Luis Coloma y varios aspectos alrededor del propio autor, del personaje del Ratón Pérez y su familia, y del rey Buby, el trasunto de Alfonso XIII, coprotagonista del cuento. Además de conocer al Ratón Perez, descubriremos que este personaje tiene "colaboradores" en todo el mundo, como el Hada de los Dientes en los países anglosajones y Alemania, el ratón Topino (o Topolino) en Italia, u otras tradiciones en Euskadi o Cantabria. De hecho en el exterior del museo, en el lugar en el que se espera para poder entrar en la visita, hay paneles explicativos con la historia particular de cada uno de estos colaboradores y de sus tradiciones en los distintos países del mundo.
En la segunda sala, y gracias a los polvos mágicos, entraremos en el estudio en el que el Ratón Pérez descansa y lee las cartas que le escriben todos los niños que depositan su diente recién caído debajo de la almohada para que el Ratón Pérez lo recoja por la noche y lo cambié por una moneda o un regalo.
"[...] encontráronse frente á frente de una gran caja de galletas de Huntley.
Allí era donde vivía la familia de Ratón Pérez, bajo el pabellón de Carlos Prats (sic), tan á sus anchas y con tanta holgura, como pudo vivir la rata legendaria de la fábula, en el queso de Holanda."
Es en esta última sala donde veremos la caja de galletas Huntley dónde vive el Ratón Pérez junto a su familia, y si escuchamos atentamente probablemente podremos seguir los pasos del propio Ratón Pérez mientras se dirige de una estancia a otra protegiéndose de la vista de todos los niños. También descubriremos que hace con los dientes, aunque eso deberíais descubrirlo por vosotros mismos.
Para finalizar la visita llegaremos a un espacio que hace las veces de taquilla y tienda de recuerdos, donde podremos comprar objetos relacionados con el ratón Pérez y sus amigos. Toda la visita es guiada y las guías hacen que la visita cobre de más magia de la que ya por si contiene la Casa Museo del Ratón Pérez. Hay visitas cada 30 minutos, que es el tiempo medio en el que se realiza la visita a este museo. Aunque podemos permanecer más tiempo si así lo deseamos, al ser un espacio pequeño está un poco justo para cada uno de los grupos que realiza la visita, que tiene un número limitado de plazas. El precio único de cada ticket es de 3 €. Se paga desde los tres años y no hay ningún tipo de descuento.
Una cuestión que no es menor, el museo se encuentra en una primera planta y no hay ascensor, por lo que hay que subir por escaleras, incluso personas con movilidad reducida o carros de bebé.
El museo recomienda como edad idónea los cinco años. Nosotros recomendamos como edad máxima para poder visitar la Casa Museo del Ratón Pérez entre los 8 y los 9 años, que es la edad que tiene nuestro hijo mayor, aunque si el niño ya ha descubierto el verdadero secreto del Ratón Pérez puede que la visita sea un poco aburrida. Para los niños más pequeños la visita es muy entretenida y podemos ver la ilusión en sus caras a lo largo de todo el recorrido.
Por cierto, si creéis que el Ratón Pérez os va a visitar dentro de poco tenéis que cepillaros los dientes, puesto que no le gusta ir recogiendo dientes sucios de niños que no se los cepillan.