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martes, 28 de enero de 2020

TRUCOS Y CONSEJOS PARA VISITAR BIOPARC VALENCIA

Dice Sabina en Peces de Ciudad que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. A pesar de ser bastante sabinistas nos hemos saltado a la torera la recomendación del maestro de Úbeda y después de unos cuantos años hemos vuelto a un lugar que nos encantaba cuando vivíamos en Valencia: el Bioparc.


Para entendernos, el Bioparc es el zoo de Valencia. Abrió sus puertas en 2008 para sustituir al que había en los Jardines de Viveros que era insuficiente y había quedado completamente obsoleto. Este es un parque zoológico de última generación, bajo el principio de la zoo-inmersión, es decir que los animales no se encuentran enjaulados, si no en un espacio que reproduce su hábitat natural donde las barreras con los humanos están disimuladas. 



Respecto a cuando íbamos hace unos años no hemos encontrado diferencias fundamentales en el parque más allá de la actualización de algún hábitat concreto, o la instalación de algún elemento que en su día no existía. A pesar de esto sigue siendo un parque fantástico para toda la familia, con una señalética muy didáctica y hábitats en perfecto estado de revista, muy limpios y muy bien cuidados.



Al poco de entrar recordé una de las cosas que hacíamos para visitar Bioparc. Pero ya era tarde. No es nada del otro mundo, simplemente consiste en visitar el parque en el sentido de las agujas del reloj, es decir, en cuanto entramos dirigirnos a nuestra izquierda. Generalmente conseguiremos apartarnos de la masa mayoritaria de visitantes y podremos disfrutar del parque un poco más a nuestras anchas. 



Bioparc representa en sus instalaciones diversos hábitats de África en los que podremos observar unos 800 animales de más de 100 especies diferentes. Los hábitats son espectaculares con una recreación fantástica. Probablemente el recinto más espectacular sea la sabana, donde conviven y trotan jirafas con varios tipos de gacelas y distintas especies de aves, fundamentalmente acuáticas. 



Otro de nuestros recintos favoritos es el de los gorilas de montaña, para nosotros las grandes estrellas del parque, con permiso de jirafas, elefantes, chimpancés, rinocerontes y leones (bueno, leonas que el macho falleció hace poco tiempo). Impresiona ver a estos majestuosos simios que pueden medir como un humano y pesar hasta 200 kg. 


Quizá una de las cosas que más nos gustan de Bioparc es la cantidad de espacios con agua que existen. Ríos con multitud de peces, cascadas para que los elefantes se refresquen o el espectacular acuario de la cueva de Kitum donde viven cocodrilos o hipopótamos (en tanques separados, claro) son algunos ejemplos. Un secreto, también funcionan de barreras porque muchos animales no saben nadar y temen caerse al agua.



Por resumir un poco y no citar todas las especies que hay en Bioparc, destacaremos, por último los baobabs que existen en el recinto de los elefantes, y los lémures que se pueden ver en el hábitat de Madagascar. Pero todo el parque tiene rincones que os fascinarán.



En el anfiteatro se sigue representando un espectáculo con aves y mamíferos. Un espacio ovalado con capacidad para unas mil personas, que se suele llenar en cada representación, no lleguéis muy tarde. En el show sí que notamos algún cambio respecto al que nosotros vimos en su momento, pero esencialmente sigue siendo el mismo. 



Os recomendamos acudir a primera hora a Bioparc, ya que nada más abrir se puede ver por turnos como los animales salen de sus refugios para llegar a sus hábitats. Durante todo el día hay actividades de divulgación sobre los animales que generalmente van una a continuación de otra, además de la proyección en el cine del parque. Tened en cuenta que podéis ver todo Bioparc en unas 4 horas, por lo que da tiempo a todo.



Para comer existen varias opciones. Hay un restaurante panorámico con vistas a la sabana, que es el restaurante central del parque. También con vistas a la sabana hay una cafetería que ofrece sándwiches. Nosotros nos decidimos por los restaurante Samburu y Ndoki que se encuentran muy cerca y ofrecen menús de bocadillos, hamburguesas y brochetas a un precio bastante contenido respecto a otros parques de similares características. Además entre ambos hay una zona de juegos infantiles que a los niños les encanta. 



Bioparc se encuentra junto al Parque de Cabecera, de hecho se pasa sobre este parque para entrar. Dispone de un parking de pago que generalmente está vacío. Las entradas generales (de 13 a 64 años) cuestan 23,80 euros, la infantil (de 4 a 12) 18 €, la senior (mayores de 65 años) 17,50 € y los menores de 4 años no pagan. Las familias numerosas nos beneficiamos de un 15% de descuento. También tienen el mismo descuento familias monoparentales, menores de 25 años y discapacitados o pensionistas.



No dudéis en visitar Bioparc si estáis en Valencia. Es una visita muy agradecida en una zona de la ciudad que, como ya os hemos contado en este blog, tiene muchas posibilidades para toda la familia. 

jueves, 8 de agosto de 2019

LOS 5 MEJORES PARQUES Y JARDINES DE VALENCIA CON NIÑOS

Como dice el pasodoble, y todos sabemos, Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor. Quizá por eso en Valencia podemos encontrar un buen número de parques y jardines que merecen mucho la pena, tanto para pasear con la familia como para pasar un buen rato en ellos. Por eso vamos a hacer un ranking en este artículo con los 5 parques y jardines de Valencia que, en nuestra opinión, son los mejores para visitarlos con niños:

 
5- Jardines de Monforte: se trata de uno de los jardines neoclásicos mas importantes de España. Un pequeño paraíso situado entre edificios en mitad de la ciudad, concretamente en la calle Monforte, muy cerca del punto donde confluye la Alameda con el Puente del Realjunto a los Jardines del mismo nombre.


Cuenta con tres partes diferenciadas, una junto a la entrada con una elegante disposición arquitecturizada, otra parte con una disposición más libre o informal, y por último una tercera parte con una montaña (elemento romántico por excelencia) y un estanque. Su cuidada estética y la mezcla junto a fuentes y numerosas esculturas de estilo clásico, lo convierten en el jardín más bello de la ciudad. Además cuenta con una sorpresa, dos leones en mármol que fueron desechados, por pequeños, para la escalinata del Congreso de los Diputados.



4- Parque de Cabecera: Está situado al oeste de la ciudad, lindando con el término municipal de Mislata, junto a la Avenida de Pío Baroja. Se aprovechó para regenerar una zona de la ciudad bastante degradada. Su nombre proviene de que está en la cabecera del río Turia a su paso por Valencia, aunque su cauce fue desviado. Enlaza directamente con el Jardín del Turia, por lo que suele servir de continuación para los recorridos de runners y ciclistas urbanos.


Tiene un gran lago central por el que podemos navegar alquilando una barca de remos o un patín en forma de cisne. Alrededor de éste se sitúa el bosque mediterráneo, la colina-mirador, un auditorio al aire libre, la cafetería y unos juegos infantiles muy chulos. Además es la puerta de entrada al Bioparc, el parque zoológico de Valencia.



3- Parque Central: Es el último parque que se ha abierto en Valencia, junto a las calles Filipinas, la plaza de Manuel Sanchis Guarner y el paso elevado de la Avenida de Giorgeta, al oeste del barrio de Ruzafa. Ocupa una superficie triangular que hasta hace muy poco ocupaban instalaciones de servicios ferroviarios (talleres, almacenes, vías) que se han ido trasladando o concentrando junto a las cercanas estaciones del Norte y Joaquín Sorolla. Precisamente los antiguos edificios ferroviarios, muchos diseñados por el arquitecto valenciano Demetrio Ribes (autor de la Estación del Norte), salpican este parque y se reutilizarán para diversos usos sociales, culturales y deportivos. El progresivo soterramiento de las vías ampliará la superficie del parque y transformará profundamente esta parte de la ciudad.

Uno de los grandes protagonistas de este parque es el agua, que aparece en numerosos puntos y que un poema de Ausiàs March “Aigua plena de seny" (agua llena de sensatez) ha inspirado para su uso. Además de jardines diferenciados de distintos tipos de especies, cuenta con una zona de juegos infantiles y dos amplias praderas, una con dos rocódromos y otra donde se permite que haya perros.


2- Jardines del Real (Viveros): El parque más querido por los valencianos, algo así como el Retiro para los madrileños. Su nombre, jardines del Real viene dado porque aquí se situaba el Palacio Real, que se derribó en el curso de la Guerra de la Independencia de 1812 y que se quería recuperar en excavaciones arqueológicas. Aunque en Valencia todo el mundo conoce a estos jardines como Viveros.


Cuenta con amplios paseos (en uno de ellos se instala en primavera la Feria del Libro), espacios de gran riqueza botánica como la Rosaleda, o un parque infantil de Educación Vial, con sus semáforos, sus pasos de peatones, sus señales... Tanto en Fallas como en la Feria de Julio se celebran conciertos en una de sus explanadas. En su interior se sitúa el Museo de Ciencias Naturales y colinda con el Museo de Bellas Artes, todo un abanico de posibilidades.



1- Jardín del Turia: en octubre de 1955 el río Turia se salió a su paso por la ciudad de Valencia provocando unas catastróficas riadas. Pasada la tragedia se decidió realizar una obra de ingeniería que cambiara el curso del río para sacarlo fuera del núcleo urbano de la ciudad y así evitar en un futuro nuevas avalanchas que provocarán unos daños tan grandes, cosa que ocurría cíclicamente. Una vez se desvió el cauce del río se quiso dotar de uso al viejo cauce. Fruto de la presión vecinal y ciudadana hoy podemos disfrutar de una de las zonas verdes urbanas más grandes de toda España, ya que en un principio se quiso construir una autopista de varios carriles que atravesará Valencia de punta a punta.


El Jardín del Turia no es solo el gran pulmón verde de la ciudad, una infraestructura envidiada en muchos lugares. En sus cerca de 7 kilómetros combina tramos de bosque mediterráneo con equipamientos deportivos, elementos de ocio y patrimonio histórico. Entre los 19 puentes que lo cruzan algunos, como el de Serranos o el del Real, son del s. XV. Y qué decir del Palau de la Música, el Parque Gulliver o la Ciudad de las Artes y las Ciencias, situado en uno de los tramos finales, solo por uno de estos edificios ya merece la pena visitar Valencia.



Como habéis comprobado, visitar estos parques y jardines es mucho más por la mezcla de elementos que conviven en estos espacios. Una opción fantástica para las familias, ya que combinan deportes, historia, cultura, diversión, ofreciendo una oferta muy variada, sin apenas coste. No dejéis de visitar y disfrutar estos parques y jardines, no os arrepentiréis.

jueves, 15 de noviembre de 2018

EL PARQUE DE CABECERA DE VALENCIA, UN PARQUE PARA TODA LA FAMILIA

El Parque de Cabecera de Valencia es uno de los últimos parques que se ha inaugurado la ciudad. Está situado en el antiguo cauce del río Turia justo cuando abandona el término municipal de Mislata y se adentra en la ciudad punto de ahí viene su nombre de sea la cabecera del Turia en la ciudad de Valencia.


El parque tiene una extensión de cerca de 330.000 metros cuadrados y ha servido para urbanizar una de las últimas zonas vírgenes que quedaban en la ciudad que, además, estaban afectadas por graves problemas sociales derivados de la venta y consumo de estupefacientes que se hacía esta zona dominada por las cañas que crecían de forma salvaje.

Nuestra recomendación es que lleguéis paseando desde el Jardín del Turia. Por otros medios no tiene pérdida, ya que si nos acercamos en nuestro vehículo particular podemos tomar de referencia el Bioparc y si preferimos llegar con los autobuses públicos hay varias líneas que llegan hasta este punto.


¿Qué podemos hacer en el Parque de Cabecera? La verdad es que este parque es bastante completo y podemos realizar una gran cantidad de actividades para toda la familia. Al llegar lo primero que divisamos es el gran lago central alrededor del cual se van desarrollando el resto de espacios del que consta este parque. Podemos alquilar unas barcas o unos patines en forma de cisne para navegar por el lago. En el lago habitan patos, a los que la gente les echa pan para comer, y tortugas, a pesar de que hay carteles que indican que no se puede dar de comer a los patos ni soltar tortugas.


Junto al puesto donde se alquilan las barcas se encuentra el bar, en el que podemos tomar algo, y los servicios públicos, por si tenemos una necesidad. Sus precios no son muy elevados, por lo que si sale un buen día, no es mala opción para disfrutar del entorno. 


Bordeando el lago hay un sendero que se puede recorrer andando sin ningún tipo de dificultad, un trazado adecuado para cualquier persona. El paseo, debido a la gran cantidad de vegetación existente, es muy agradable. Hay unas praderas en el que se puede realizar un picnic.

Llama la atención que en la colina, que sirve de mirador del parque, haya un auditorio al aire libre con un pequeño escenario, aprovechando la falda del montículo para situar el graderío. Aquí se han celebrado actos políticos, conciertos de bandas de música, incluso clases gratuitas (y públicas) de yoga o baile. Porque una de las características de este parque es la gran cantidad de vida que tiene. Casi a cualquier hora se puede ver a gente haciendo ejercicio, ya sean runners, ciclistas o los de la “ruta del colesterol”.


Si seguimos adentrándonos en el parque nos toparemos con una zona donde se puede realizar ejercicio, y unos metros más allá, un parque infantil con forma de barco en el que los niños pueden disfrutar de lo lindo. Los fines de semana suele estar abarrotado de niños, lo que hace que puedan encontrar nuevos compañeros de juego en cada visita.


También forma parte del Parque de Cabecera el Bioparc, el actual parque zoológico. Aunque en teoría esté integrado, pero se tiene que adquirir una entrada para acceder. Es un parque de nueva generación, de los que carecen de jaulas, disimulan las barreras entre animales y humanos, y recrean los hábitats originales de las distintas especies. Es un parque muy chulo y no debéis de perder la oportunidad de visitarlo si estáis por Valencia. 


El Parque de Cabecera puede ser el punto inicial de una ruta por el noroeste de la ciudad de Valencia, ya que muy cerca tiene varios espacios que podemos visitar. Además del propio parque y el Bioparc, apenas un centenar de metros separan el Museo de Historia de Valencia, que está dedicado a la historia de la ciudad aunque, irónicamente, está en el término municipal de Mislata y construido en un antiguo depósito de aguas que fue abandonado a mitad del siglo XX. Como véis este parque es muy completo y nos ofrece muchas opciones para disfrutar de un día en familia, aprovechémoslas.